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El lápiz mágico - por Ane

EL LÁPIZ MÁGICO

Guillermo caminaba hacia la biblioteca de su barrio, arrastrando consigo la mochila con ruedas del colegio. Repleto de tareas escolares que hacer, dirigía sus ávidos pasos hacia uno de los lugares más extraordinarios para él.

Cruzó la calle y divisó el característico ladrillo rojo del edificio, cuyos ventanales simulaban unos grandes ojos. Ya en su interior, atravesó el hall y subió la escalera de madera que rechinaba al paso, como antesala a una secuencia escrita por la mismísima Agatha Christie. Aquel lugar respiraba una atmósfera especial, capaz de que un niño soñador, de apenas diez años, antepusiera sus enormes ganas de leer a cualquier otra actividad.

Giró a la derecha donde una superficie amplia, con paredes repletas de libros e imponentes columnas zigzagueantes le aguardaba.

—Como cada tarde no fallas a la cita. Tenemos muchos deberes hoy? —le saludó la bibliotecaria de larga y sedosa melena roja.

—Hola señorita Lladó, espero terminarlos pronto. He traído un libro que me ha regalado mi padre y me ha prometido que es muy especial.

—Entonces deberías acomodarte en una mesa antes de que te quedes sin ella — y le acarició cariñosamente la cabeza.

Sobre las seis de la tarde el pequeño Guille comenzó a distribuir sus quehaceres escolares. Encendió la pequeña lámpara de imitación de Tiffany que complementaba la luz de la estancia, y colocó su nuevo libro a la vista, cerca de él. Ansioso, solo deseaba terminar los deberes para zambullirse en su lectura.

A medio camino entre terminar una redacción y solucionar un problema, percibió unas risas a su alrededor. Levantó la mirada y solo vio normalidad.

De repente irrumpieron de las paredes, libros y más libros correteando por la sala, uniéndose al unísono lámparas, sillas, y toda clase de mobiliario. Con divertidas caras y brazos, comenzaron a entornar la canción Shame Shame de Shirley & Company bailando animadamente. Era un ir y venir de figuras de la literatura infantil como D’Artacán, el Principito, o la propia Reina de Corazones de Alicia en el país de las maravillas.

Advirtió que uno de ellos se le acercaba, se movía descoordinado y parecía tener un embudo como cabeza.

—Pero, ¡tú eres Hombre de Hojalata de El Mago de Oz!

Guillermo se frotaba los ojos una y otra vez. Entonces reparó en algo que había pasado totalmente inadvertido,

“¿Dónde están los demás? Y la señorita Lladó?”, se preguntó extrañado.

Miró a los lados y notó que algo se movía entre sus manos. Su lapicero forcejeaba por zafarse de sus dedos. Agitadamente el lápiz salio disparado y el niño observó expectante, cómo se dirigía a su cuaderno de trabajo y escribía: El aprendiz de brujo.

—¡Eh!, ¡ese es el titulo de mi libro! —exclamó Guillermo.

Entonces el lápiz voló vertiginosamente y comenzó a dibujar en el aire hermosos pasajes de la narrativa del cuento. El niño perplejo, cogió el libro entre sus manos, lo abrió y salieron disparadas miles y miles de letras de entre sus páginas. Atónito observaba la escena, cuando un halo le envolvió y le sumergió en el libro, engullido por sus hojas en caída libre. A su paso personajes del texto le saludaban alegremente a la par que el joven reía y reía.

Pero un zarandeo lo alertó.

—¿Qué ocurre Guillermo? ¿Has olvidado que hay que mantener un respetuoso silencio? —le reprendió la Srta. Lladó.

El pequeño despertó de su fantasía. Avergonzado y rojo como un tomate, regresó a su asiento. Oteó a su alrededor y observó la mirada enojada del resto. Recogió sus libros desperdigados y echó mano de su lapicero, lo miró y en sus labios se dibujó una sonrisa ante la fascinante aventura que acababa de vivir. Dirigió una última mirada a su libro e hizo un gesto de complicidad ante lo que alguien había escrito: dibuja tus sueños y los vivirás.

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3 comentarios

  1. Me encantó este relato, casi que pude ver a Guillermo y a sus alegres compañeros en esa fantasía que con tanta imaginación describiste aquí.

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 21:50
  2. 2. Pikadili dice:

    Para atmósfera especial la que consigues crear en este relato. Me ha gustado muchísimo, quizás por ello no logro encontrar ningún fallo. De todos los enfoques fantásticos que he ido leyendo en el taller de este mes este es de los mejores sin duda, y mira que los hay.
    Por otro lado, no suelen gustarme estos finales en plan: era un sueño. Pero aquí creo que está muy bien traído y es coherente con toda la escena que vas presentando desde el principio, así que es un acierto.
    Felicidades por tan buen trabajo!

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 22:10
  3. 3. Cryssta dice:

    Hola Ane, tu relato me ha gustado mucho, a pesar de ello creo que lo puedes mejorar. Te comento lo que he visto:

    – dices “columnas zigzagueantes”, supongo que te refieres a varias columnas que entre ellas hacen dibujo en zig zag pero lo has expresado mal ya que una columna no puede zigzaguear tiene que estar recta para cumplir con su función que es la de sujetar
    – te has dejado la interrogación del principio en “¿Tenemos muchos deberes hoy?” y en “¿Y la señorita Lladó? en español siempre se ponen al principio y al final de la pregunta
    – en vez de “y le acarició cariñosamente la cabeza” yo pondría “dijo acariciándole cariñosamente la cabeza
    – en general las comas están bien puestas aunque no todas, repasa el texto leyéndolo en alto para corregirlo
    – dices “… el pequeño Guille comenzó a distribuir sus quehaceres escolares. Encendió la pequeña lámpara…” quedaría mejor si quitaras “el pequeño” o bien sustituyeras “la pequeña lámpara” por “la lamparita”
    – en el siguiente párrafo dices: “A medio camino entre terminar una redacción y solucionar un problema…” ¿qué punto es exactamente ese? piénsalo
    – has puesto “entornar” en vez de “entonar”
    – no se entona bailando sino “entonando”, sería mejor que dijeras en vez de “bailando” “mientras bailaban”
    – dices “Advirtió que uno de ellos…” antes has hablado de “figuras de la literatura” que es femenino y “ellos” es masculino, tendrás que expresarlo de otra manera
    – la frase “Su lapicero forcejeaba por zafarse de sus dedos” tiene tres “S”, dos “C” y una “Z” lo cual la convierte en un trabalenguas, sería mejor cambiarla por una como “El lapicero luchaba por escapar de sus dedos”
    – repasa la frase que empieza con “Atónito…”
    – dices “el joven reía” cuando de lo leído anteriormente se desprende que el protagonista es un niño, no un joven
    – en “Pero un zarandeo lo alertó” yo quitaría el “pero”
    – “Otear” significa “mirar hacia un lugar lejano desde una atalaya o lugar alto” “mirar con atención para descubrir algo” así que creo que está mal empleada la palabra en este caso, si nos atenemos a la primera definición “a su alrededor” no es muy lejano y si nos atenemos a la segunda sería lo mismo que “observar”.
    – al final del relato dices dos veces muy seguidas la palabra “ante”

    Espero haberte ayudado.

    Un abrazo

    Escrito el 4 diciembre 2015 a las 12:44

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