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El lápiz mágico - por alexis

Carlos se había sentido fuera de lugar durante toda su vida, desde pequeño había crecido en él un sentimiento de desarraigo muy fuerte, quizás fuese el hecho de que a una edad muy temprana se vio alejado de su hogar y de todos sus conocidos. Dejar su país supuso un impacto muy fuerte en el pequeño Carlos, aunque como siempre pasa, donde se cierra una puerta se abre una ventana, Carlos encontró esta ventana en la literatura, amaba leer, se podía tirar horas y horas leyendo y soñando, era su refugio, su consuelo y su alivio.
En la escuela él prefería quedarse en el patio imaginándose como un caballero de dorada armadura que luchaba contra el terrible dragón para salvar a la princesa de la inminente muerte, mientras el resto de chicos jugaban al balón, él era así, era distinto. Cuando se paraba a pensar después de haber acabado uno de sus libros, se preguntaba que por qué a él no le gustaba hacer lo mismo que los demás, que por qué era así…
A Carlos le gustaba mucho caminar por un pinar cercano a su casa. Cuando caminaba por allí hasta perderse, solía imaginar una vida repleta de aventuras. Siempre que iba al bosque había un árbol totalmente distinto, un pequeño almendro rodeado de pinos. Este hecho le llamaba mucho la atención , cómo era posible que en medio de un centenar de pinos hubiese un almendro. Carlos se sentía muy identificado con ese árbol, era como él, alguien distinto dentro de la masa, y a pesar de la dureza de la soledad que podía sentir ese almendro, crecía fuerte y decidido a vivir.
Una tarde durante una de sus habituales escapadas pasó algo muy triste para Carlos, a el almendro lo había partido un rayo… el mismo día de antes Carlos había estado fantaseando en ese mismo lugar. No paraba de preguntarse cómo había podido desaparecer de la noche a la mañana, como tras tantos años de vida, de golpe y porrazo, todo esa vida se había esfumado en una fracción de segundo; entonces recordó una frase de Salvador Rueda que decía: “Como el almendro florido has de ser con los rigores, si un rudo golpe recibes suelta una lluvia de flores”
En ese mismo instante Carlos recapacitó y comprendió que no había razón por la que sentirse mal por ser distinto, que en esta vida lo que importa es ser un mismo.
Encontró el almendro calcinado por la sacudida del rayo, ahí estaba, negro como el carbón, sin la habitual alegría que desprendía, sin vida…se le encogió el corazón. En ese momento pudieron pasar dos cosas dentro de Carlos, que la tristeza y amargura le hiciesen hundirse, o que ante la adversidad se erigiese más fuerte y capaz que antes. Carlos escogió esto segundo. Como tributo para ese bello almendro Carlos, se hizo un lápiz, un lápiz para comenzar a escribir lo que sería su vida. No sabía qué sería de él,pero entendió que es precisamente ahí donde está la magia de la vida, que no sabemos hacia donde nos llevará nuestro camino, pero debemos andar, y quizás nos digan que vamos por el camino equivocado, pero si nosotros tenemos la convicción de nuestro destino, poco nos deberá importar el qué dirán.

Quién diría que un simple almendró,le iba a enseñar tanto de la vida a nuestro amigo Carlos.

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2 comentarios

  1. 1. Wiccan dice:

    Buenas Alexis,
    Pues me ha parecido una historia muy bonita, pero si tengo que destacar algo con diferencia es ese tributo final al arbol, que no vi venir y me ha encantado. Y me ha parecido muy original porque de todos los relatos que he leido, incluyendo el mío, en los que se busca un trasfondo real para ese lápiz, la “magia” viene de lo que se hace con él, mientras que en el tuyo viene del propio lápiz y de lo que ha representado para el protagonista antes de ser el lápiz. Vamos, que me ha gustado.
    Formalmente, creo que te ha faltado una pequeña revisión en cosillas, en “se preguntaba que por qué” y en la siguiente frase eliminaría el primer “que”, en “a el almendro lo había partido un rayo” yo la cambiaría por “el almendro había sido partido por un rayo” o “un rayo había partido el almendro”, o en “el mismo día de antes” diría “ayer mismo”, aunque esto último no se si es propio de la zona donde escribes.
    Gracias por compartir el texto!

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 20:32
  2. 2. Cryssta dice:

    Hola Alexis, tu relato es bonito y cuando lo pulas un poco te quedará más bonito aún. A continuación te digo lo que yo he visto que puedes mejorar:

    – si he contado bien en tu relato nombras a Carlos doce veces, eso es mucho en un relato corto, revisa el texto y haz cambios para que eso no pase.
    – pon la coma después de “aunque” no antes
    – tras “se abre una ventana” le iría mejor un punto y tras “en la literatura” un punto y coma
    – pon coma tras “En la escuela” para acortar un poco la frase que es muy larga y después tras “mientras”
    – es “el resto de chicos jugaba” y tras al balón va mejor un punto y coma
    – debes poner “se preguntaba porqué a él no le gustaba hacer lo mismo que a los demás, porqué era así” se escribe “porqué” junto porque tiene que ver con la causa (mira en el diccionario de la RAE donde lo explican mejor)
    – En la frase “Siempre que iba al bosque había un árbol totalmente distinto” sustituye “había” por “veía” si pones “había” parece que cada día sustituyen al árbol
    – “durante una de sus habituales escapadas” va entre comas porque es una aclaración
    – se pone “al almendro” no “a el”
    – se te ha olvidado poner un punto tras “lluvia de flores”
    – creo que estaría mejor poner “El almendro, por la sacudida del rayo, quedó negro como el carbón” quitaría lo de “encontró” porque ya se sabe por las frases anteriores que lo había encontrado y lo de calcinado porque es sinónimo de carbonizado y luego dices “como el carbón”
    – en “se hizo un lápiz” sobra el “se”
    – falta un espacio tras “qué sería de él,”
    – dices “camino” en dos ocasiones muy seguidas, creo que la segunda vez se puede eliminar quedando “nos digan que vamos por el equivozado”
    – está mejor si pones “pero si nosotros tenemos la convicción de que ese es nuestro destino…”
    – al final del texto le sobra la tilde a “almendro”

    Espero haberte servido de ayuda y leerte en un próximo taller.

    Un abrazo

    Escrito el 3 diciembre 2015 a las 09:58

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