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El lápiz mágico - por Escorpión

El Lápiz mágico
El sueño, otra vez el sueño. Una vez más el monstruo del sopor no le dejaba tranquilo en este día. Después de despertarse, salió a la calle con las manos en los bolsillos y no entendía por qué sus zancadas eran apresuradas. Hacía quince minutos que dos guardias del estado seguían sus pasos. Al darle alcance, recibió una descarga de rayos azules concéntricos que lo dejó indefenso.
Una hora después entró al salón un grupo de militares.
–Eres un paria del estado. ¿Sabes lo que eso significa? –dijo el Oficial Pérez.
–No.
–La profesión que tienes, la de escritor, la de poeta loco, hace que pertenezcas a la clase de los marginados. Te hemos hecho seguimiento y se ha observado que duermes muchas horas al día. Tú, nada le aportas al estado.
"Sé qué en este país solo reciben apoyo los profesionales que le dan crecimiento a la nación, como los Economistas, Médicos, Ingenieros y Contadores".
–Hemos decidido iniciar un experimento contigo; no deseamos enviarte a las minas de carbón. Como escritor, tendrás la tarea de presentar dos novelas y veinte poemas en una semana. Recibirás un lápiz mágico. Al iniciar los escritos, este hará que tu mente reciba información sobre muchos episodios.
–Creo no tener problema.
"¿Qué me pasa?, no, no quiero dormir en estos momentos".
–Este lápiz mágico funciona con base en un intercambio Biofísico, su acción depende de la luz y del calor que le aportes con tu presencia, tiene un tiempo de vida prefijado. Al acabarse su energía fosforescente, también lo hará tu vida.
Al escuchar lo anterior, recibió nuevamente una descarga de rayos azules.
Sus ojos se abrieron con lentitud. Nunca supo el tiempo transcurrido y ya recuperado, no podía entender la construcción de aquel lugar.
–¿Dónde estoy? ¡Auxilio, ayuda! –gritó. No obtuvo respuesta.
Entonces se puso a observar el sitio. Estaba en el interior de una esfera de aproximadamente doce metros de diámetro, fabricada con pequeños vidrios cuadrados de diferentes colores que dejaban pasar la luz. Formaban mosaicos con sugestivos brillos.
"Me siento nervioso, y esta maldita luz fosforescente que desprende el lápiz no me deja concentrar. Mis pensamientos son torbellinos de ideas con un único objetivo".
"No es posible que este lugar sea hermético. Empujaré cada vidrio hasta donde la altura de mis brazos lo permitan. Debe haber una entrada o una salida. Qué fastidio, todo es inútil".
Se le ocurrió investigar el entorno donde se encontraba. Sus ojos se querían salir de las órbitas. Sintió que la respiración le faltaba por unos instantes. Observó cientos, miles de burbujas que como pompas de jabón se desplazaban por el espacio. Una fuerza invisible las hacía ganar altura y más allá, una nave espacial con fuselaje en forma alargada, con cabina de mando parecida a la bala de un fusil. Desde la parte trasera de esta, veía cómo iban saliendo pompas. Concluyó que en cada esfera había un paria y que él había sido teletransportado hasta el vehículo.
"Siento que el monstruo se acerca, ¡no, no por favor! Sé qué voy a caer al piso".
De repente, sin saber su origen escuchó una voz.
–¡Despierta, llevas media hora durmiendo! Esta es la causa de tu desdicha.
Abrió sus ojos, aún sentía somnolencia. Miró para todos lados. Nadie lo acompañaba. No había micrófonos, ni pantallas. Solo el escritorio con una silla. Sentía frío, las piernas le temblaban.
–¿Cuántas poesías has escrito en esta semana? –escuchó.
–Tres. Solo tres. La musa no ha venido a visitarme. ¡Tarde me he dado cuenta de su abandono, me es difícil escribir!
–Te iniciaste con la novela y no obtuviste resultados, luego incursionaste en el género de la poesía, peor. Quieres conquistar la fama, pero creo que solo has tenido aspiraciones literarias; lo mejor será que renuncies y busques el verdadero lugar que debes ocupar en esta sociedad.
Había olvidado el lápiz por completo. Decidió regresar a la escritura para cumplir; su corazón comenzó a palpitar fuerte cuando percibió que al elemento fosforescente, solo le quedaba una décima parte de luz. ¡No, no puede ser!
Observó cómo una esfera metálica con cientos de luces y puntas se acercaba a la burbuja a toda velocidad. Sintió una explosión.
De súbito abrió sus ojos.
–¿Qué me ha pasado? –preguntó.
Al mismo tiempo que acariciaban su cabeza, escuchó una voz delicada.
–Nuevamente tú delirando con ser escritor, pero esta narcolepsia…

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2 comentarios

  1. 1. Zory dice:

    Wao me encanto tu relato! Me gusto la manera como lo narraste, la estructura, la puntuación, en fin, me ha gustado todo! Es uno de los mejores en esta escena y es también bastante imaginativo. Espero seguir leyéndote.
    Exitos!!!

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 18:46
  2. 2. beba dice:

    Hola, Escorpión:
    El tema del escritor en situación de pesadilla es una buena opción. Le has creado, además, una atmósfera apropiada entre sueño y ciencia ficción. Lo has hecho con buen manejo gramatical.
    Personalmente encuentro algo confuso el desarrollo (puede ser que potencie lo de la pesadilla); y creo que al desenlace le sobra la última escena: el despertar. Es mi punto de vista, por supuesto.
    Algunos detalles para revisar: Le dejaba: Lo dejaba
    ?, no, no (Sobra la coma; No, no)
    Desde la parte trasera de esta, veía cómo iban saliendo pompas. (Dicho así, parece que el protagonista está en la nave)
    Adelante. Es una buena historia.

    Escrito el 10 diciembre 2015 a las 20:45

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