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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El lápiz mágico - por A. Pantaleón

El caos en aquel cuarto resultaba ejemplar. El irresponsable responsable de tamaño desbarajuste, perennemente encapuchado, tanto que Alicia imaginaba que había perdido la cabeza e intentaba disimularlo, o, que le habían salido orejas de conejo, o que.., se calzaba torpe y apresuradamente las medias de fútbol, que por fin aparecieron, sin dejar de mirar el reloj, murmurando ceñudo, «el entrenador me decapitará», y, por supuesto, sin prestar atención a los calcetines que volaban por la habitación y que ella esquivó justo a tiempo, sacándola de sus pensamientos. Tras un portazo volvió la calma. Alicia estaba enfadada.
No es que fuera muy ordenada, lo reconocía, pero cuando el causante del desorden era su hermano tendía a culparlo pues no encontraba razón que justificara tanta negligencia. Y es que ella siempre estaba ocupada, no como él que su única preocupación era el fútbol, «¡qué felicidad de niño!». Era un chico que no valoraba los deberes, ni a Sota, el perro que se supone que le regalaron a los dos, tampoco las tareas que les encomendaban en casa. Pocas veces contaba algo de lo sucedido en el colegio, ni siquiera hacía caso a los niños y niñas que no eran de su equipo, «friquis», decía con tono ‘creído’. «Además debe figurarse que no va a crecer pues nunca presta atención a la trascendental cuestión de qué quiere a ser de mayor». Ella ahora mismo estaba desolada respecto a ese tema, pues supo que los cohetes describen trayectorias curvas y, con lo que se marea cuando circula por carreteras de montaña duda si podrá ser astronauta. En fin, a pesar de todo le gustaría ser un poco más metódica, «sería tan ‘guachi’ encontrar las cosas cuando se necesitan». Al menos se preocupaba, «no como él», insistía. Tampoco ayudaba el hecho de que cuando intentaba hablarle para que fuera adquiriendo un poco de responsabilidad le replicara hosco, «cállate enterada, que no eres mi madre».
Afortunadamente solía olvidar pronto sus enfados y como esa tarde los únicos deberes eran de mates sólo tendría que sacar el cuaderno y coger uno de los lápices desperdigados por el escritorio, así se ahorraría ordenar algo que no era culpa suya. El ejercicio uno era una suma de números decimales, el primer sumando, cuatro mil novecientos sesenta y ocho coma treinta y seis, «¡qué curioso!» exclamó al ver lo que ocurría al escribirlo, «seguro que este lápiz es mágico y el tonto de mi hermano ni siquiera se ha dado cuenta», pensó altiva, y luego,« ¿y si forma parte de una hermandad secreta de magos y ni siquiera me lo ha dicho?», se sintió traicionada, siempre se habían contado los secretos cuando no estaban con disputas, «¡qué niño! ¡Se va a enterar cuando vuelva!».
Y es que cuando escribió el cuatro, el lápiz era rojo, el nueve, naturalmente, volvió a ser escrito en rojo pero el cuatro cambió a naranja, el seis también salió rojo, pero ahora el nueve era naranja y el cuatro lila, al poner el ocho también fue rojo, aunque ahora el seis era naranja, el nueve lila y el cuatro verde. Cuando escribió el tres, éste no fue rojo, como supuso Alicia, sino amarillo, la última cifra quedó escrita en azul. El segundo sumando, que dispuso de forma ordenada debajo del primero, coincidió con los colores de las cifras que estaban justo encima. Hizo muy rápido la operación, «¡qué fácil!», pero, en ese momento, salvo las rojas, las cifras empezaron a cambiar de tamaño, las de la derecha crecían, tanto más cuanto más a la derecha, las de la izquierda disminuían, las azules se volvieron tan pequeñas que apenas podían distinguirse con claridad, en cambio las verdes se hicieron tan grandes que dejaron de caber en el cuaderno y, por estar colocado al borde del escritorio, cayeron con estrépito al suelo. Lo curioso fue que allí se disgregaron en multitud de cifras lilas más pequeñas. Las recogió y al juntarlas, eran diez piezas por cada cifra caída, volvieron a formarse los enormes números verdes del principio, que, por supuesto, fue imposible meter en el cuaderno. Alicia no quería ni imaginar la cara de Tortura, todos lo llamaban así, estaba tan acostumbrada que no reparaba en que resultaba irrespetuoso, si le pedía el cuaderno y veía aquello. Seguro que se enfadaría muchísimo y no iba a querer escucharla.
Decidió no llevar los deberes, total, como siempre los hacía, la creería si le decía que había estado mala la tarde anterior.

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10 comentarios

  1. 1. Juana Medina dice:

    Hola Pantaleón!
    Gracias por pasarte por mi realto y por tu comentario. El tuyo me ha encantado. Me parece de una extraordinaria fantasía. Creo que el final es débil en relación al camino por el que nos has ido llevando. Tal vez tanto Alicia como su autor han tenido un miedo que no se justifica en absoluto. ¡Juégate Pantaleón, que tus relatos van muy bien! Felicitaciones

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 22:10
  2. 2. Sandra Adrian dice:

    Hola!! He leído tu relato y en primer lugar quiero decirte que me parece muy creativo lo del cambio de colores. Pero encuentro algunas cosillas. Escribiste:

    “Cuando escribió el tres, éste no fue rojo, como supuso Alicia, sino amarillo, la última cifra quedo escrita en azul” Creo que en vez de usar la última coma deberías utilizar Y, para mi gusto queda mejor, pero ahí ya cada uno…

    También cuando escribe el número por primera vez, escribes:

    “<>” exclamó al ver lo que ocurría… Si lo exclamó lo correcto hubiese sido escribirlo con guiones de diálogo; si lo escribes como has hecho, es mejor que sea un pensamiento interior del personaje.

    Hay un personaje que para mi se queda en el aire, Tortura, creo que debiste decir quién es.

    La historia en sí me parece original y creativa. Te invito a leer mi relato (198), pura fantasía.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 22:28
  3. 3. Luis Ponce dice:

    Pantaleón: gracias por pasar por mi relato.
    El tuyo tiene tanta fantasía como para caerse del escritorio, pero creo que le falta un cierre, un remate que vaya con la fantasía, creo que te fuiste por el camino fácil. Inténtalo y verás que está a la vuelta de la esquina,… o del cuaderno.
    Nos leemos.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 23:55
  4. 4. beba dice:

    hola, Pantaleón:
    Muy original tu relato; esencial el lápiz en el desnlace; muy imaginativo para describir el proceso mágico; muy buena la creación de personajes; ritmo adecuado, aunque decae un poco en el desenlace. El primer párrafo me pareció demasiado largo y enredado; aunque hace juego con la escena, y podría valorarse como recurso expresivo.
    Felicitaciones y adelante.

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 17:04
  5. 5. Karen Katina dice:

    Hola A.Pantaleon.
    Antes que nada gracias por pasar por mi cuento y dejar tu comentario.
    En cuanto al tuyo fue fenomenal, casi que pude ver a cada saliendo de la hoja y colocándose en diferente lugar; en una gran fantasnumerofantasialores de esas que experimentamos de niños cuando una clase es muy aburrida.

    Escrito el 3 diciembre 2015 a las 02:16
  6. 6. Leosinprisa dice:

    Hola Pantaleón, me encantan los relatos imaginativos y que se salen de lo común. Es curioso y diferente, lo único que te diria es que separes cada párrafo una línea y así perderá ese caracter de bloque que tiene. Ayuda a leerlo y comprender mucho mejor tu historia.

    Un saludo y gracias por tu comentario en mi texto.

    Escrito el 7 diciembre 2015 a las 19:40
  7. 7. Wiccan dice:

    Buenas A. Pantaleon,
    Antes de nada gracias por pasarte por mi relato y por aclararme lo del relato pasado, la verdad es que me había quedado con la intriga.
    El tuyo me ha parecido muy original, creo que tal y como lo estructuras consigues que el lector sienta el mismo estupor que Alicia al ver que las letras empiezan a cambiar de color y de tamaño para llegar a esa situación demencial. Creo que tu intención ha sido relacionar la historia con Alicia en el pais de las maravillas, por como empiezan a pasar cosas raras pero las aceptas como algo normal (sobretodo cuando empieza a recoger los numeros del suelo y se juntan en otro, la imagen es muy simpática). Por un momento pensé que Alicia se iba a “despertar”. Es algo que relacioné en la primera lectura y al releerlo cada vez encuentro mas posibles referencias, el nombre de la protagonsta, el perro Sota, el hermano llega tarde, lo van a decapitar,… Si esa era tu intención lo has conseguido y de una forma muy natural de fondo, no es evidente pero está ahí.
    En cuanto a la forma, aparte de lo que ya te han podido comentar, hubo dos cosas que me llamaron la atención, al principio de todo en la segunda frase “tamaño desbarajuste, (…)se calzaba torpe y apresuradamente” creo que hay tantas referencias por el medio que pierdes el hilo de la frase.
    En la frase “trascendental cuestión de qué quiere a ser de mayor” me sobra la “a”.
    Por lo demás, me ha gustado, es divertido leer tus relatos, siempre me dan para pensar.
    Un saludo!!!

    Escrito el 9 diciembre 2015 a las 19:44
  8. 8. KMarce dice:

    Saludos A. P:

    He leído como mera lector tu relato, me ha gustado, me parece muy interesante; sin embargo coincido con el final sencillo, creo que un poco más de intriga, un plan más elavorado o hasta malvado le daría un buen punto a lo que anterior se relataba.

    También con el aporte de Sandra y Wiccan para puntos de mejora, aprovecha y pule tu relato, lo merece.

    Enhorabuena, ¡nos leemos!

    Escrito el 12 diciembre 2015 a las 09:21
  9. Hay un personaje sin nombre, el hermano que, aunque sea el responsable irresponsable de tamaño desbarajuste, deberías arreglar.
    Como imagino que Alicia es una niña, ella no debería circular por carreteras de montaña, sino viajar. Esta parte, para mí es lo mejor del cuento.
    Quitando (es mi opinión) las expresiones modernas friki y guachi, tu relato creo, cuadraría el círculo, por supuesto sin mencionar al Dr.Tortura, o Profesor Tortuga, nombres que son intercambiables.
    Lo de las cifras, es difícil de seguir, quizá eliminaría lo del cambio de color y me centraría solo en el cambio de tamaño, uno está esperando que en cualquier momento aparezca un arocoiris.
    En fin no me hagas caso, pero seguro que si lo pules un poco te quedará un estupendo trabajo.
    Nos vemos en el bosque. Abrazos.

    Escrito el 12 diciembre 2015 a las 10:13
  10. 10. Pato Menudencio dice:

    Interesante la propuesta.

    A modo de sugerencia revisa los adjetivos calificativos.

    Saludos.

    Escrito el 22 diciembre 2015 a las 18:51

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