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El lápiz mágico - por Dante

Paseaba por un parque de una ciudad extraña en la que no había estado jamás. Sin embargo, me encontraba a gusto. El verde de un inmaculado césped atravesado por sinuosos caminos asfaltados, apenas era interrumpido por rosales de varios colores y pequeños árboles que proporcionaban una modesta sombra. La tentación de sentarme a leer en un banco fue irresistible. En vano abrí el libro que llevaba conmigo: un continuo y cada vez más próximo taconeo me distrajo. Mirando de soslayo, hallé la causa de esa molestia: una hermosa e imponente rubia vestida en un trajecito azul se acercaba. Algo nervioso, quise volver a la lectura.
—Buenas tardes —dijo una voz a mi derecha.
—Buenas tardes —respondí, mientras advertía que la joven se había sentado a mi lado.
—Disculpe, pero tengo que decirle que su vida y la mía dependen de lo que está dentro de esa cajita de metal —añadió dejándome estupefacto.
Bajé la mirada y comprobé que había una cajita de metal a mi lado.
— ¿De qué se trata esto? —pregunté. No hubo respuesta. Ella había desaparecido y sobre el banco había quedado una credencial que supuse que le pertenecería. La agarré y…

¡Beep-beep-beep! El endemoniado chillido de la alarma me revelaba que había sido un sueño y me recordaba lo que seguiría a continuación: un lunes más. Otro ladrillo en la pared de mi rutina. Por suerte, el anochecer trajo una agradable sorpresa: Victoria, mi prometida, me invitó a cenar. Lamentablemente, el día había sido agotador para ambos y poco después de comer, fuimos a dormir.

De pronto, otra vez me encontraba en aquella ciudad que no podía reconocer. Estaba en un bar frente a un gran edificio vidriado, cuya dirección coincidía con la de la credencial que tenía en la mano. Supuse que Anna trabajaría allí. ¿Podría ingresar sin su identificación? ¿Sabría que la había perdido? Afortunadamente, los hechos brindaron una mejor respuesta que mis conjeturas: aquella inconfundible figura azul entró y se dirigió al mostrador.
—Lo de siempre —pidió con una sonrisa.
—Buen día. Disculpe, señorita Campbell. Creo que esto es suyo —le dije mientras me acercaba a devolverle la credencial.
— ¡Gracias! ¡Qué alegría verlo nuevamente! De ahora en más, podrás tutearme —contestó con un guiño.

Abrí los ojos de golpe y me desperté sobresaltado empujando las sábanas con violencia.
— ¿Qué pasa amor? —inquirió Victoria entredormida.
—Nada —atiné a responder. «¿Cómo te digo lo que ha vuelto a pasar?», me pregunté sarcásticamente.

No pude volver a dormir. Peor todavía, durante toda la semana soñé con esa ciudad que no lograba identificar y por supuesto, con Anna. Las situaciones eran disímiles, pero siempre aportaban algún dato nuevo. Así, me enteré que tenía una relación con un tal Eric Hughes, un ejecutivo de la firma donde trabajaba. No pude evitar una escena de celos.
— ¿Por qué él y no yo? —Llegué a reprocharle.
—Tal vez sea el más atractivo de mi mundo. No conozco las reglas de mi mundo, ni sé si pueden cambiar. Quizás haya otros mundos y otras reglas —me respondió desconcertándome aún más, con esa inescrutable sentencia que me atormentaría también en mis horas de vigilia.

Era evidente que necesitaba ayuda.

Contra lo que esperaba, los profesionales no me consideraron loco. Para mi psicoanalista, el inconsciente reprimido se había manifestado y debíamos encontrar el contenido latente de esos sueños. Para el psiquiatra y el neurólogo, se trataba de stress severo. Me recomendaron alejarme de la rutina y realizar actividades placenteras.

Siguiendo el consejo médico, renuncié a mi empleo y en una de mis habituales caminatas tuve una revelación: en la vidriera de una librería se exhibía una cajita de metal idéntica a la del sueño. Contenía un lápiz de dibujo profesional. Sin dudarlo, compré el preciado objeto y retorné a mis dos pasiones: el dibujo y la escritura. Como era previsible, Anna y sus circunstancias llenaron el mundo de papel.

Supuse que Victoria no apoyaría mi decisión laboral, y por si acaso, oculté convenientemente aquellos bocetos. ¡Qué equivocado estaba! Ella encontró mis proyectos y sin decirme nada, los envió a una famosa editorial que me citó a una entrevista.

A raíz de la noticia, improvisamos una celebración inolvidable. Aquel exquisito Malbec hizo su parte y me transportó sin escalas desde Victoria hacia Anna.

—Te dije que nuestras vidas dependían de lo que estaba dentro de esa cajita —dijo afablemente.
— ¿Cómo lo sabías? ¿Quién eres? —repliqué con curiosidad.
—Soy como todos los de mi mundo. Somos lo que tu lápiz mágico decida qué podamos ser.

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13 comentarios

  1. 1. lunaclara dice:

    Hola Dante: son curiosos tus giros en tu historia, enganchan sí, pero otras veces me decepcionan… Será que no estoy acostumbrada a leerte. El final es sorprendente, incluso creer que el escritor puede tener una relación obsesiva con uno de sus personajes.
    Al principio pensé que se trataba de ciencia ficción, pero después vi que no, que era otra cosa…. O quizás sí, es una historia de ciencia ficción jejeje… Todo es posible.
    Muy original, engancha desde el primer momento.
    Felicidades.

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 23:09
  2. 2. Manoli VF dice:

    Hola Dante!

    Me ha gustado tu relato. Aunque son varias escenas y cambios de escenario los que haces. Lo he leído dos veces y quizás convendría que lo onírico se distinguiese un poco más, aunque por otra parte tú quieres resaltar como los sueños se van adueñando del personaje infiltrándose en su realidad, así que no se, es difícil conseguirlo y en tu relato se entiende, o sea que a mí me ha gustado bastante.

    Te invito a pasarte por el mío (80)

    Nos seguimos leyendo. Un saludo.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 16:15
  3. Pues si que son muchas escenas pero que interesante relato has creado, Dante. El suspense mantiene a uno preguntandose que sucedera con la rubia y preguntandose si su novia se dara cuenta. Confieso que al mencionar la pequeña caja metalica pense en una bomba, je je, pero me alegro que no fuera eso. Y mira que ahora lo pienso y me siento idiota porque pense en una bomba y no en el lapiz, XD.
    Excelente relato. Las descripciones son increibles y muy visuales. Imagine la ciudad como una de esas futuristicas.
    Felicitaciones y saludos.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 19:32
  4. 4. Vespasiano dice:

    Hola Dante:
    Esta vez para no darme de bruces con la ventana cerrada, he preferido “ducharme” y relajarme antes de tirarme a la piscina sin flotador. Bueno, aparte las bromas, tu relato me ha gustado y me ha dado a entender que por medio de los sueños las personas pueden cambiar su destino y no solo dejar de poner ladrillos en la pared de su rutina, sino derribar esos muros que le impiden ver un horizonte más amplio.
    Y acabado los sueños del protagonista y puesto éste a trabajar en lo que le gusta, es ahora el vino el que le transporta virtualmente desde los brazos de Victoria hasta los de Anna.¿Una relación onírica a tres bandas?
    En cuanto a la magia del lápiz, cualquiera puede serlo siempre que sea manejado por una cabeza con sensibilidad, arte y conocimiento.
    En resumen, me ha parecido un buen relato, entretenido e imaginativo.
    De puntos y comas, no te digo nada.
    Felicidades.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 22:44
  5. 5. Miranda dice:

    Hola Dante, estupendo relato, sobre todo por el mensaje.
    Hay una frase de Jean La Fontaine, que me gusta mucho y dice: A veces encontramos nuestro camino en las cosas que hacemos para evitarlo. Tu texto me lo ha recordado.
    Hay que luchar por lo que queremos y a veces para ello hay que dejar en el camino lo que creíamos era nuestro destino asumido. Una decisión difícil.
    En cuanto a la forma, me ha gustado como has mezclado sueño y realidad a pesar del poco espacio. Buen trabajo, como nos tienes acostumbrados.

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 23:29
  6. 6. Dario Sven dice:

    Hola Dante, me cuesta mucho valorar los escritos de de otras personas, porque se que en estos relatos va mucho esfuerzo, trabajo, pasión y sueños. Particularmente se que tu valoras mucho estos comentarios y por eso estoy aquí. No me suelen gustar mucho los relatos basados en los sueños del personaje principal ya que interpreto que es una manera fácil de hilar una historia. Tu historia es diferente me gusta que el sueño continué un día tras otro, y se transforme en realidad, Victoria y Anna son la misma persona. Así como la realidad se transforma en un sueño, en un sueño cumplido, qué es que el personaje se dedique a lo que mas le gusta que es escribir y dibujar. Una historia preciosa. Aparte de la historia me han gustado algunas frases como la lapidaria “otro ladrillo en la pared de mi rutina” pocas veces se puede decir tanto con tan pocas palabras. También me gusta mucho la frase “era evidente que necesitaba ayuda” en el relato el personaje necesita ayuda psicológica, pero creo que la frase esconde mucho mas, el personaje necesita otro tipo de ayuda, ayuda para continuar. Gracias Dante. tu me animas sin animarme.

    Escrito el 1 diciembre 2015 a las 21:25
  7. 7. Karen Katina dice:

    Hola Dante.
    Me ha gustado mucho este relato, la particularidad de continuar el sueño donde lo dejamos ayer sumado a, seguir lo dictados que sin duda le gritaba el subconsciente a el personaje crearon un giro bastante interesante.
    Lo disfrute mucho. Felicitaciones.

    Escrito el 2 diciembre 2015 a las 18:15
  8. 8. Jose Caudeli dice:

    La literatura como un sueño en que todos nosotros queremos quedarnos a vivir. Una fémina(de azul, como la tinta con la que a mi me gusta escribir), que nos lleva a dar pasos cada vez más osados, que se cuela en nuestra realidad y que nos exige a cambio renunciamiento, devoción total.
    Concuerdo con vos Dante en haber imaginado un relato simbólico, referente a la fiebre de la escritura.
    Te felicito. Muy bien narrado.

    Escrito el 3 diciembre 2015 a las 00:04
  9. 9. Isolina R dice:

    Hola, Dante:
    Respecto al contenido estoy de acuerdo con los comentarios de los compañeros: es una buena historia. La verdad es que el “sueño” está ya un poco gastado de tanto usarlo en literatura. Por eso a algunos se nos enciende un pilotito cada vez que en un relato vuelve a aparecer. Tiene que ser algo bastante distinto para que nos haya compensado la lectura de un sueño más. Bien, en este caso he de decirte que me ha compensado.
    En cuanto a lo formal, quiero sugerirte algunas cosillas.
    En: “El verde de un inmaculado césped atravesado por sinuosos caminos asfaltados, apenas era interrumpido por rosales de varios colores y pequeños árboles que proporcionaban una modesta sombra” creo que te has pasado de adjetivos. Esa adjetivación tan llamativa fue importante en el Modernismo, pero ya ha quedado un poco atrás ese movimiento. “pequeños árboles” podría cambiarse por “arbolitos”. Y si quieres mantener todos los adjetivos, al menos deberías posponer alguno más. ¡Ah! la coma que has puesto antes de “apenas” así no está bien. Entre sujeto y predicado no debe ir coma. El sujeto es “el verde” y el verbo “era interrumpido”. El problema es que la oración queda un pelín larguita y el lector puede ahogarse sin una pausa. Una solución es que metas entre comas “atravesado por sinuosos caminos asfaltados”.
    En: “una credencial que supuse que le pertenecería” quedaría mejor: “una credencial que supuse le pertenecería”.
    Entre la raya de diálogo y la interrogación no debe ir espacio: “— ¿De qué se trata esto?”, “— ¿Cómo lo sabías?”
    Creo que debes limitar el uso de adverbios en –mente. Has puesto seis. Pienso que para un texto de esta extensión tres ya son muchos.
    Espero que mis sugerencias te sirvan.
    Saludos.

    Escrito el 3 diciembre 2015 a las 23:19
  10. 10. Leonardo Ossa dice:

    Hola Dante. Parece que el lápiz mágico siempre ha estado en tu poder, porque logras con las palabras que escribes, llevarnos a través de situaciones que oscilan entre lo real y lo que creemos es irreal. Digo creemos porque en realidad todas las situaciones leídas son irreales, solo suceden en nuestra imaginación cada vez que las vamos leyendo. Esa oscilación es creada con maestría cuando vas escogiendo las palabras que nos marcan los límites de los mundos creados, un mundo virtual a donde logramos asomarnos para excitar nuestros sentidos, según la dirección que vayas imprimiendo desde tu escrito.
    Dante, me agrada tener la oportunidad de encontrar tus narraciones para venir a leerte.
    Saludos.

    Escrito el 5 diciembre 2015 a las 04:08
  11. 11. Christian Joseph White dice:

    ¡Tremendo! La fuerza narrativa de tu relato, la sugerente prosa con la que escribes, tu estilo tan particular y la manera de sacarle jugo a la idea del lápiz mágico, todo se complementa. Eres un placer de lectura. Ha sido un gusto leer semejante relato. Tan original y sugestivo ¡que imaginación! Los saltos entre sueño y realidad son impecables, con una fluidez tremenda. ¡Felicitaciones! Mis saludos 😉

    Escrito el 5 diciembre 2015 a las 21:47
  12. 12. Wolfdux dice:

    Hola Dante, como bien han indicado los compañeros es un relato muy bueno. Me ha gustado la forma en que la “ficción” se mezcla con la realidad. Isolina te hacia un apunte sobre los espacios y la raya en uno de los diálogos; me he fijado que en todos los diálogos que comienzan con un interrogante o exclamación colocas un espacio entre estos y la raya. ¿Escribes en Word? Es un error que a mi también me salta, pero que esta bien escrito.

    Nada más. Un saludo. ¡Nos leemos!

    Escrito el 10 diciembre 2015 a las 01:07
  13. 13. Féli Eguizábal dice:

    Hola Dante, he leido tu trabajo y me ha dejado fascinada. Me gusta tu redacción que te lleva poco a poco hasta el final sin pestañear. Me gusta la atmósfera de tensión y misterio que vas desvelando poco a poco y la resuelves de forma masgistral e inesperada. Tú si que sabes combilar los dialocos con molologos y sueños. Espero seguir disfrutando con tus historias y que tambien comentes las mias.
    Nos leemos

    Escrito el 15 diciembre 2015 a las 12:38

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