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El Lápiz mágico - por Mensin

El lápiz mágico

De entre sus manos, como si le pesara un mundo, se le escurrió sin que pudiera evitarlo. La oyó caer e imaginó mil minúsculos trozos rompiendo el aire. Y ni siquiera sintió pena.
En otro momento, quizá, hubiera recordado que era una de las pocas tazas del ajuar que conservaba. Hubiera recordado su diseño aflautado, las diminutas flores salpicando la porcelana, el instante preciso en que la eligió…Pero no, ese no era el momento, y Carolina lo sabía.

Lo supo en el instante en que tras servirse la segunda taza de café , y ya un poco más despierta, se atrevió a mirarse en el reflejo del cristal de la ventana. Llevaba semanas sin dormir, resistiéndose a los fármacos por primera vez desde que Fernando la dejara por alguien que no me da problemas. Clareaba, y allí, en medio de la enorme cocina vio a una mujer ojerosa y seca en la que no se reconoció. Sostenía con desgana una taza humeante. Tras ella, el sol se asomaba despacio entre las nubes, pero no era cierto. Dentro de esas cuatro paredes, no había montañas ni nubes, ni aire siquiera, solo ella envuelta en una bata gastada, sosteniendo una taza de café. Entonces la encontró.

Casi tropieza con ella. Junto a la alfombra, tendida en el suelo, con las manos cruzadas sobre el pecho, y la sonrisa angelical que usaba para las visitas, estaba su pequeña Lua. Parecía dormida pero ella sabía que no. Hacía tiempo que ya no era su pequeña. La Lua que jugaba a las muñecas en su regazo había sido engullida por aquella zanquilarga que la miraba con asco.

La luz de la sala estaba apagada, no pudo verla pero al pasar rozó su piel. Por extraño que pudiera parecer no se sorprendió, era como si llevara tiempo esperando un desenlace, el que fuera. En cuestión de segundos buscó algún motivo, alguna discusión, un castigo… algo. Y lo encontró.

Dos semanas atrás, tres a lo sumo. Una discusión absurda arañando alargar la hora de regreso a casa. Lua le gritó con desprecio, ella contesto con una bofetada que le dolió en el alma. Lua se llevó la mano a la cara, te arrepentirás le dijo. Ella pensó que se le pasaría y la dejó llorar sintiéndose la peor madre del mundo.

Según la autopsia, los somníferos ingeridos hubieran hecho dormir a un regimiento. Lo dijeron también los dos inspectores que sentados en el sofá de escay la esperaban en la sala. Eso y muchas preguntas sobre las recetas, el botiquín…En sus oídos volvió a colarse la rabia vertida por Lua en aquellas dos palabras que ella contestó como un conjuro, más de cien veces con el lapicero gastado que Lua dejó sobre la mesa de estudio, con la esperanza de borrar el pasado. Me arrepiento, me arrepiento…

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2 comentarios

  1. 1. L.M.Mateo dice:

    Hola Mensin,

    veamos, tienes una buena historia pero habría que pulir un poco más el final (la parte en la que escribe con los lápices de su hija), ya que queda un poco confuso. Lo mismo sucede con los policías: ¿están en la casa en el momento en que está tomando la taza de café?¿Llegan después?¿Es un recuerdo?

    En el aspecto formal, debes tener cuidado con los pensamientos directos y las frases dichas por los personajes, ya que deberían ir entre comillas:

    «alguien que no me da problemas».
    “Lua se llevó la mano a la cara, te arrepentirás le dijo.” Corregida debería quedar:
    Lua se llevó la mano a la cara: «Te arrepentirás» le dijo.
    «Me arrepiento, me arrepiento…»

    Respecto a la puntuación es correcta, aunque he observado alguna coma faltante en:

    “Parecía dormida, pero ella sabía que no”.
    “… los dos inspectores que, sentados en el sofá de escay, la esperaban…”

    Cuidado con las reiteraciones: tenemos muchas tazas de café sostenidas, y la protagonista “sabe” mucho.

    Por lo demás, la idea me ha gustado y la descripción de la madre es genial, ya que no has incurrido en lo que solemos hacer todos los aficionados (usar un cristal o espejo para describir lo obvio de nuestro personaje), sino para describir lo que realmente vemos cuando nos observamos a nosotros mismos: lo que no nos gusta o cómo hemos cambiado.

    Espero haber sido de ayuda.

    Un saludo.

    Escrito el 29 noviembre 2015 a las 23:08
  2. 2. Isolina R dice:

    Hola Mensin:
    Estoy totalmente de acuerdo en lo que te dice L. M. Mateo, así que no voy a repetirlo. Si pules el texto para evitar que se repita tanto lo de la taza y alguna otra cosilla puede quedarte un buen relato.
    Falta la tilde en “contestó”.
    En: “Ella pensó que se le pasaría y la dejó llorar sintiéndose la peor madre del mundo” yo quitaría el gerundio y pondría: “mientras se sentía”.
    Espero que mis sugerencias te sirvan.
    Saludos.
    Isolina

    Escrito el 30 noviembre 2015 a las 18:28

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