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La casa del bosque - por Azabache

LA CASA DEL BOSQUE

Siempre he deseado tener una casa. Pero no en un lugar donde tienes que hacer filas extralargas para conseguir una pizza fría de la franquicia de turno, no. Me encantaría poder permitirme un lugar acogedor y lejano de cualquier parte. Me vale un sitio en el que no se pueda divisar ningún hogar en unos diez kilómetros a la redonda, y lo único que pueda otear sean pájaros posándose en los árboles.

Desde pequeño me han llamado la atención este tipo de paisajes. Por fin, iba a conseguir mi sueño. Fue del siguiente modo:

Un helador día de invierno, en medio de una gran nevada, me encontraba viendo la tele, cuando al hacer zapping, una atractiva joven mostró el número premiado de la lotería. ¡Mi número!. Lo supe al momento porque siempre jugaba el mismo, 15.509, fecha en la que mi mujer me abandonó. ¡Manías!

Miles de ideas comenzaron a bullir en mi cabeza. Un coche deportivo último modelo, el mejor de los iphones del momento… Lo innegociable sería la compra de una casa en un bosque perdido, para desarrollar una vida tranquila durante mis períodos de descanso, tras el trabajo inhumano anual en la oficina. Sería mi merecido kit-kat.

Puse manos a la obra y busqué mi casa de ensueño. Resultó ser una perteneciente al municipio de Azabache, rodeada por un gran bosque de coníferas. Quedé con el trabajador de la inmobiliaria ese mismo fin de semana y tras encender mi GPS, puse rumbo a Villa Martina, pues así decidí bautizarla.

Buenas tardes, señor Martín- me saludó. – Hermoso día para comprar una casa, ¿no cree?- me comentó, mientras me empujaba con su maletín puertas adentro.
Claro, claro…- logré contestar sintiéndome un tanto agobiado por su modo de actuar. Tan solo había acudido para echarle un vistazo.
Venga, venga, y le enseñaré todos los rincones de este bonito lugar.

Me dejé llevar por su verborrea y me sentí abrumado por la belleza del emplazamiento. Fue maravilloso. El vendedor me enseñó la que sería mi habitación. Grande, luminosa, con una preciosa cama de matrimonio de madera de arce con dosel, y un espejo… un precioso espejo de 1,9 m de altura situado en el techo justo encima de la cama…

Desde el mismo momento en que lo vi, decidí que iba a ser mío. Prácticamente sin regatear acepté las condiciones impuestas, aun después de haberme contado la historia que se comentaba por los alrededores; se decía que en cierta ocasión existió en esos parajes una horripilante criatura comehombres. Le llamaban el “Lobezno Herido”. Cuenta la leyenda, que en una ocasión un joven y experto cazador hirió por error a un brujo, que en venganza, extendió una maldición al joven y su propiedad. El joven se convirtió en un lobo enorme y horroroso siempre hambriento de carne humana. Su casa también cayó presa del castigo. Por esa razón, se suponía que el espejo estaba embrujado, aunque no se sabía de qué modo.

La decisión estaba tomada. Las primeras (y últimas) vacaciones que pasé en la casa del bosque fueron las de Navidad del 2010. En el momento de cruzar el umbral de mi nuevo hogar, un ruido a mi espalda me sobresaltó.
Buenas tardes, señor… de nuevo nos volvemos a encontrar.- Mi cara debió ser un poema, por lo que me replicó al momento:- no le extrañe verme aquí, soy vecino y en realidad esta casa ha pertenecido a mi familia durante generaciones. ¿ No le importará invitarme a café y recordar viejos tiempos con usted?

Me vi en la obligación de atenderle a pesar de mi deseo de estar tan sólo acompañado por un buen libro. Tras un buen rato, Miguel me sugirió, – ¿serías tan amable de enseñarme el espejo?… no es que yo crea las paparruchas que se comentan, tan sólo se trata de una reliquia de familia perdida en época de crisis. Cinco minutos más tarde, ambos nos encontrábamos tumbados frente al espejo. Su belleza era inigualable y era posible verse de cuerpo entero. Fue entonces cuando mi cuerpo comenzó a reaccionar de un modo extraño. Palpitaciones, dolores por todos los rincones de mi anatomía… hasta que pude distinguir unos ojos grandes, que me miraban fijamente. Un lobo enorme y pajizo me observaba desde el espejo. Intenté chillar, pero tan sólo escuché un aullido que salió de mi garganta y una voz que se alejaba comentando… – te conté la historia y no quisiste creerla: ¡ gracias, por fin soy libre!.

Miguel se alejó con su arma para no regresar jamás.

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6 comentarios

  1. 1. Peter Walley dice:

    Hola Azabache,

    Me ha gustado la idea del espejo embrujado, aunque algunas cosas en la redacción me despistaron un poco: por un lado, el párrafo introductorio que creo que no aporta mucho, yo empezaría directamente con ‘Un helador…’. Además en las frases anteriores pasas de hablar en presente a hacerlo en pasado, cuando debería de ir todo el mismo tiempo.

    Luego en una primera lectura me sorprendió la llegada de Miguel, entiendo que es el de la inmobiliaria pero creo que no se había dicho el nombre antes…y yo buscaría otra justificación a que se tumben juntos en la cama, queda un poco extraño.

    Por lo demás me parece que tienes mucha imaginación y hay detalles muy buenos en la historia. Y me ha gustado que se compre la casa en el municipio de Azabache (eso es una cosa que yo no podría hacer en mis historias).

    Saludos, nos leemos.

    Escrito el 17 diciembre 2015 a las 21:36
  2. ¡Oiga amigo, que a mí me encantan los cuentos de vampiros, hombres lobos y demás! Me es atrayente que alguien escriba sobre eso, pero has debido contarlo desde más antes, o darnos una pista chiquita cuando menos. Casi todo el relato parece no más que una introducción y de pronto te topas con que ya llegaste al final. ¡Eso hay que trabajarlo amigo o amiga Azabache! Sigue escribiendo de lobos, que siempre es atrayente leer sobre eso. Oye, y ya que te he comentado, quisiera pedirte de favor que leas mi relato en mi blog. Me es necesario leer lo que opina el resto de mí, para mejorar. Este es el blog: http://cuentistaviolento.blogspot.pe/

    Escrito el 19 diciembre 2015 a las 00:51
  3. 4. Sandra Adrian dice:

    Hola Azabache, la idea del espejo embrujado es genial.

    También coincido con Bruno en que parece una introducción y de pronto llegas al final, sigue trabajando.

    Otra cosa que también me llama la atención es el uso de los guiones en los diálogos. Yo también los escribía con guión corto hasta que llegué aquí y me lo dijeron. Te aconsejo que leas el post que colgó Literautas sobre los diálogos: https://www.literautas.com/es/blog/post-10363/como-representar-un-dialogo-graficamente/ y éste también: https://www.literautas.com/es/blog/post-4003/recursos-para-escritores-el-guion-largo-y-las-comillas/

    Espero haberte ayudado a mejorar, felices fiestas!!

    Escrito el 19 diciembre 2015 a las 16:56
  4. 5. Sandra Adrian dice:

    Hola Azabache, me ha llamado la atención el uso que haces de los diálogos, yo también cometía los mismos errores que tú hasta que llegué aquí y me lo dijeron. En el blog hay varios post sobre los diálogos, el uso de guiones largos y demás, te aconsejo que les eches un vistazo.

    También coincido con Bruno en que la historia parece como una introducción y llegas al final de golpe.

    A seguir trabajando y que tengas unas buenas fiestas navideñas.

    Escrito el 19 diciembre 2015 a las 17:09
  5. 6. CARMELILLA dice:

    Hola Azabache, no creo que pueda decirte nada nuevo a lo que ya te han dicho. Me ha costado leer “de seguido” tu relato, según iba leyendo tenía que volver sobre lo leído porque me confundía y no tenía claro lo que querías decir.
    Cierto que los diálogos, vaya por delante que a mí me cuesta mucho hacerlo bien, no están bien usados y por este motivo la lectura se hace algo “farragosa”.
    El final tampoco me ha quedado muy claro, para mí, en general, el relato ha sido algo confuso.
    Seguimos por aquí y mejorando siempre.
    Saluditos, buenas fiestas.

    Escrito el 20 diciembre 2015 a las 20:56

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