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Basado en hechos reales - por Marazul
Me gustaría compartir con vosotros, amigos de literautas, una experiencia que me ocurrió hace unos cuantos años, ya que fue en esa época cuando empecé a utilizar un pseudónimo para mis escritos.
Siempre estamos inventando historias sin darnos cuenta de que en lo cotidiano, en el día a día, están los sucesos más sorprendentes.
Me llamo Mara y algunos me conocéis como Marazul. Tal vez ahora comprendáis el porqué de mi alias, que curiosamente no tiene nada que ver con el azul del mar.
Acababa de terminar mis estudios de filología y como aún no sabía a lo que me iba a dedicar decidí tomarme un año sabático para reflexionar.
¡Si, un año sin hacer nada y solamente dedicado a mis temas personales!.
Lujo o locura, no lo sé bien pero una experiencia irrepetible.
Lucrecia, una amiga de carrera, tenía una casa en un pueblo de Asturias que yo le pedí me alquilara. No era maravillosa, la verdad, pero sólo por el entorno ya merecía la pena.
Me acuerdo del día en que llegué; estaba eufórica por irme a vivir sola. ¡Me parecía una experiencia fantástica!.
Iba a vivir todo un año, con su otoño, su invierno, su primavera y su verano en aquella casa destartalada junto a un pequeño bosque de avellanos y fresnos y a un par de kilómetros del pueblo más cercano.
Provengo de una familia numerosa y como soy muy sociable siempre estoy rodeada de amigos. ¿Soportaría tanta soledad?. ¿Tendría miedo de vivir sola?. Sin embargo en mi interior hay un espíritu aventurero y solitario muy propio de las personas a las que nos gusta escribir.
Los primeros días fueron los más duros y a punto estuve de tirar la toalla. Nada funcionaba en aquella vieja casa; ni la calefacción, ni la televisión, ni la línea del teléfono. Poco a poco y con la ayuda de Mateo, el propietario del bar del pueblo, comencé a dar calor a mi modesto hogar y a poner los cimientos en mi estrenada independencia.
Aquel otoño del 86 fue especialmente templado y disfrutaba mucho recogiendo castañas y avellanas, haciendo montones de fotografías del lugar, tomando notas para mis escritos y dando largos paseos en bicicleta. Todo ello en un entorno idílico.
Una tarde me crucé con un hombre alto de pelo cano y cuidada barba que recogía setas; su aspecto y ademanes eran diferentes a los de la gente del pueblo. Nos saludamos y no volvimos a vernos hasta pasados unos días en el bar de Mateo. Recuerdo que me dijo:
—¿Eres tú la chica del bosque?
Me hizo tanta gracia que comencé a reír. Al rato estábamos comiendo unos huevos fritos con patatas y hablando de setas, moras y avellanas.
Al parecer mi recién estrenado amigo era pintor y se encontraba allí temporalmente alejado de la ciudad con el único propósito de concentrarse en su pintura.
Eduardo, que así se llamaba, me propuso que posara para él. Pero no quiso que fuera en su estudio, prefirió la naturaleza en todo su esplendor, el bosque; y a mi me pareció una idea divertida.
El cielo tan limpio de aquel cálido otoño junto con los rayos de sol que se filtraban por entre los árboles hicieron que todo el entorno se volviese azul.
Sentada sobre un tronco quiso el pintor que entre mis manos sujetara un espejo en donde, según él y su simbología, se reflejaba "el alma". Así de esta forma y en esa atmósfera tan irreal posé para él en varias ocasiones.
A partir de entonces empezó a llamarme Marazul.
No recuerdo muy bien cuándo fue la última vez que nos vimos. Supe por Mateo que recibió una llamada urgente y que se marchó sin despedirse.
Es verdad que tuve a este hombre en mi memoria durante mucho tiempo. Fue una corta y extraña amistad.
¡Pero la vida a veces nos sorprende tanto!
Hace unos meses estuve en Nueva York para visitar a Rosa, mi hermana, que vive allí. A las dos nos gusta recorrer salas de exposiciones. Fue en una de la zona del Soho en donde me quedé atónita con lo que vi.
El cuadro "la chica del bosque", firmado por Eduardo Gran, colgaba en la pared de una de sus salas de exposición.
Pero aún no han terminado las sorpresas para ti, amigo lector.
La sorpresa más grande viene ahora: nada de lo que os he contado es verdad o todo lo que os he contado es mentira.
Bonito relato. Con buen ritmo y el hecho de que tu misma seas la protagonista crea cierto lazo de complicidad con el lector. Ahora ya sé porque te llamas Marazul ¿O en eso también mentías? 😛 Y ese final… sumamente sugerente. Me ha gustado. Un gusto leerte, Mara. Felicitaciones por tu relato 😉
¡Saludos!
Hola Marazul,
me ha gustado mucho. Y claro, has metido el reto ( es decir, la mentira).
Y me ha gustado, porque tengo algo de eso que dices, ganas de perderte, y hacer lo que te da la gana (aunque quién no, de vez en cuando). También me he acordado de Thoreau, (al que tengo a los altares), y de su libro Walden.
¿Nada es cierto entonces? la verdad es lo que lo de Nueva York y la exposición me parecía excesivo. Y si nada es cierto, tampoco te llamarás María 🙂
Un saludo, me he quedado un poco intranquilo con todo esto jeje
Encantador, y como el juego de los espejos, hay que mirar muy bien para saber dónde está la verdad y dónde la mentira. Y ni siquiera así se puede estar seguro…
Muy bueno. Los mejores deseos.
Tu relato me ha gustado mucho, está muy bien escrito y se lee de una forma ágil lo cual siempre resulta agradable.
Como “pero” te diré que a mí el final no me ha resultado ninguna sorpresa.
FELIZ NAVIDAD Y FELIZ 2016
(Mi relato el 103)
Je je, ingenioso el final. Me hizo reir mucho y mas porque ya me estaba creyendo todo! Ja ja, me rio con tan solo recordarlo. Excelente relato, muy fácil de leer y muy realista. Tanto así que engaña.
Muy buen trabajo.
Felicitaciones y saludos.
Hola Marazul:
Como siempre me has sorprendido; pero ese es el oficio, no pasar desapercibido, sorprender al lector, abrir caminos que siempre están cerrados.
Cuando planteas la posibilidad recalcada de que todo se desprende de la vida real, creas un ancla que supedita la atención del lector.
La sueltas cuando ya es demasiado tarde para el ingenuo que te ha leído queriendo descubrir como ese capítulo de tu vida pudo haberte afectado.
Me ha encantado, como siempre es un gusto leerte.
Felicidades para el próximo año y mucha escritura.
Hola Mar:
Un relato curioso. Que sea verdad o mentira poco importa, porque como anécdota es creíble. La vida siempre depara sorpresas, y una nunca sabe dónde las va a encontrar.
Te llamo la atención en dos detalles, un “Sí” afirmativo que has olvidado acentuar; y los puntos detrás de los interrogantes. Recuerda que la interrogación de cierre ya hace la función de punto y no debemos añadirlo detrás.
Un beso.
Buenas Marazul,
Me ha encantado tu relato, lo lees como si una amiga te estuviera contando una anécdota de su vida y te sumerge de tal forma que olvidas que la escena de este mes tiene esa premisa del mentiroso, porque tal y como lo cuentas estaba dispuesto a creerme todo, incluso el episodio de Nueva York, al final casi te sientes traicionado como si un amigo te hubiera mentido. La lectura es muy amena y ágil, la forma de escribirlo es cercana y muy humana y de entrada no me ha parecido que haya defectos de forma que comentar así que, siguiendo una premisa que tengo, si en la primera lectura no te llama la atención ningún fallo de forma es que no es importante. Y por cierto, el titulo se hace cómplice de la mentira para ayudar a que te la crees así que muy bien elegido. Un gusto leerte.
Feliz Navidad.
Hola Marazul.
Ha sido un placer leerte. La verdad es que los demás comentarios me han dejado pocas cosas que añadir. Te he leído hasta el final pensando que lo que describías, realmente formaba parte de tu historia y he descubierto tu maestría como escritora, cuando has convertido al narrador en el personaje mentiroso.
Seguiré leyéndote porque quiero seguir disfrutando de tu ingenio y aprender de él.
Gracias por pasar por mi relato y dejar tu comentario.
Un abrazo.
Muchísimas gracias a todos por leer mi relato y dejar vuestros amables comentarios. Tomo nota de todo, de lo bueno y de los fallos.
Christian, el pseudónimo de Marazul me lo he puesto porque me gusta mucho el mar y todo lo relacionado con él.
Ratopin,no me llamo María. Siento haber sido tan mentirosa
Juana, gracias por pasarte por aquí
Cryssta, a tí no hay quién te engañe jajajajaj…..Pero a Luis, sí, no pensó que fuera tan malona.
Gracias L.M. Mateo por recordarme ese par de fallos que tengo en cuenta.
Wiccan, un comentario muy amable el tuyo y también el de Emma. Os seguiré leyendo.
¡A todos mis mejores deseos para el próximo Año!
Hola Marazul,
Me gustó mucho la manera tan amena, y muy sosegada, de contar una historia en primera persona. Al concluir la lectura me pareció que era una carta donde una amiga me comentaba el hecho insólito del cuadro, “la chica del bosque”.
Además el pintor dice que el espejo es para ver reflejada el alma. ¡Bingo! En mi relato de este mes (el 94) el personaje principal tiene un espejo para comprobar que su alma no ennegrece.
Te felicito por la excelente narración que nos has regalado.
Felicidades y un abrazo
Hola Marazul, un relato muy original y una historia muy interesante. Como ya han dicho por ahí, si es verdad o mentira es lo de menos, me ha gustado mucho el ritmo y el estilo que has utilizado.
Solo un par de cosillas:
A parte de los puntos detrás de los interrogantes, en la frase: “Lucrecia, una amiga de carrera, tenía una casa en un pueblo de Asturias que yo le pedí me alquilara.” No me acaba de sonar del todo mal, pero la veo rara, ¿puede ser que añadiendo un “la” delante de “carrera” se solucione?
Y para terminar, en la frase: “Iba a vivir todo un año, con su otoño, su invierno, su primavera y su verano en aquella casa destartalada junto a un pequeño bosque de avellanos y fresnos y a un par de kilómetros del pueblo más cercano.” Creo que falta una como detrás de “fresnos”.
Un saludo.
Hola marazul,
Muy buen relato. Tengo que decir que a pesar de la frase final busqué en google a eduardo gran (ejem…). Cuando sólo me salieron enlaces a Eduardos de gran hermano ya lo entendí todo 😉
Aparte de eso, el relato se lee muy bien y por algún motivo me ha recordado a películas de Julio Medem (?). Yo creo que en particular le ha venido bien el estilo con tantos puntos y aparte, le ha dado agilidad y te ha permitido avanzar la historia.
Saludos y mis mejores deseos para el 2016
Marazul eres cruel pero deliciosa. Me gasté todo tu relato visualizando a una chica con la que cualquier galán sueña. Eduardo me parecía perfecto, para al final castigarme al cumplir el reto; mentirosa. Exelso. Enhorabuena y felicidades en estas fiestas decembrinas.
Hola Roger
Sí….se puede ser sosegada y transmitir y también mentir y hasta cometer mayores barrabasadas jeje…..
Me gusta ese juego y escribir me da esa posibilidad
Gracias por tu amable comentario y en un rato me paso por tu relato
Wolfdux, amigo, tienes razón en las “cosillas”. Muchas gracias por leerme.
Peter jajajajaj…..buscaste a Eduardo Gran y mira lo que encontraste. Es verdad, que, aunque en este caso todo es inventado siempre se trasmite algo de la personalidad del escritor. En esta historia, esa necesidad de estar sola y de huir del “mundanal ruido” es, en mi caso, verdad.
Osvaldo: jajajajajaj…….lo siento. No te fíes de las mujeres “deliciosas” tenemos un lado oscuro (pero no llega la sangre al río).
Muchas gracias, amigos, por leerme cada mes.
Os deseo lo mejor y que seáis felices….!!!!
Me encantó tu relato, muy ingenioso, no me esperaba el final y me fascinó, sólo tienes una faltita de ortografía muy mínima que es un mi sin acento pero de ahí en fuera todo está bien. Saludos y felices fiestas.
Ooopppss, se me olvidó agradecerte el haber leído mi relato, tomo muy en cuenta este blog y en especial a quienes se toman tiempo para leerme.
Gracia, una vez más saludos y felices fiestas.
Hola Marazul, como siempre un placer leerte. Yo he de incluírme en el saco de esas personas que, a pies juntillas se han creído lo que has contado. Decirte que cuando llegué al final me quedé muy decepcionada, no contigo y con lo leído, sino con mi credulidad. No busqué el nombre del pintor, porque realmente creía que existía, pero sí busqué el cuadro, creyendo que te habías basado en un retrato real.
Felices fiestas y felicidades por tan amena historia.
Gracias Laicram por pasarte por mi relato. Te deseo lo mejor para el próximo año.
También a Frida por su amable comentario. Que el 2016 sea un año muy creativo.
Un abrazo. Marazul
Hola Marazul. Felicidades por el ingenioso relato. Cuando mencionas la parte del bosque imagine que tu historia sería sobre algún trauma con lo oculto… supongo se debe a que hoy he leído muchas historias de otros compañeros acá que relatan situaciones paranormales jeje.
Detalles a tomar en cuenta:
-“porqué” cuando se trata de una pregunta se escribe separado.
-Resalto lo que menciona L.M.Mateo sobre los puntos después de los signos de interrogación y exclamación.
Espero hayas tenido una agradable navidad y que el 2016 sea solo cosas buenas. Un abrazo.
Mi relato -> https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-30/4508
Hola Andrés, muchas gracias por dedicar tu tiempo,leer mi relato y comentar.
Enseguida me paso por el tuyo y te dejo mi comentario.
En cuanto al uso del porqué, porque, por que o por qué vemos que hay cuatro formas de escribirlo. En mi relato está correcto ya que me refiero al porqué (se trata de un sustantivo y se refiere a una causa o motivo. Siempre tiene que ir precedido de artículo).
Muchas gracias por tus buenos deseos, Andrés. Yo también espero que el 2016 sea un buen año para tí.
Saludos
Hola, Marazul:
Feliz 2016. Gracias por este bonito relato, tan ágil y original.
A mí me sonó a cuento, desde el vamos: no están los tiempos para años sabáticos con casa alquilada y encuentros tranquilos e inesperados en los bosques; claro que has dicho que fue antes. La casualidad en Nueva York, increíble. ¡Pero qué lindo si fuera cierto!
Todo bien en la forma. Felicidades.
Gracias a ti, Beba, por leer mi relato. Para cuentos el tuyo….fantástico….!
Mi historia intentó parecer real y a algunos conseguí engañar jajajajaj…..Digo “algunos” porque fue más fácil engañar a los chicos. Las chicas somos un poco más “brujas” (hablando de cuentos….)y no se han dejado.
Un abrazo