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El Demonio interior - por Arameo

Web: http://elastronautadelespacioenblanco.blogspot.mx/

Su respuesta me tomó por sorpresa, auguraba en su rostro un semblante de preocupación y angustia. Sin embargo, a cambio, él me miró y sonrió casi como si intentara contener una carcajada.

Terminaba de contarle mi relato acerca de Celeste. La última vez que la vi había sido en el sanatorio de Cantarranas. La verdad es que la encontré por mera casualidad. Había ido a visitar a un viejo conocido de mis padres, que en paz descansen. Y allí estaba ella más demacrada que como la recordaba antaño. El pelo se le había tornado más pajizo y blanco, y las arrugas propias del terror en su rostro ahora parecían más marcadas que antes.

Celeste me miró y pareció reconocerme, así que me acerqué y me senté a su lado. Pasaron tal vez un par de horas antes de que me dirigiese palabra alguna. Fue justo al atardecer, estaba a punto de marcharme. Me acerque a ella para despedirme y me sujetó del brazo.

La historia que me contó me sorprendió por dos razones. La primera fue que a pesar de su estado catatónico ahora parecía haber recobrado la cordura completamente. De la segunda razón he de contarlo a detalle, tal y como se lo terminaba de contar a él, mi viejo amigo.

Habían pasado más de 5 años. Celeste recordaba los carteles de precaución por toda la aldea. Dos ataques de la bestia del páramo habían logrado aterrar a todos. En total tres hombres, dos mujeres y un niño habían sido víctimas de aquel demonio antes de que fuese su turno. Sin embargo, Celeste había sido la única que había logrado salir con vida.

La habían encontrado casi muerta en el páramo. Había perdido demasiada sangre. La bestia le había arrancado desde le codo hasta la punta de los dedos de la mano derecha. En su mano izquierda hecha jirones aún sostenía un espejo con mango plateado lleno de florituras. Cuando por fin se recupero ya nada pudieron hacer por ella, había quedado sin habla y parecía mirar fijamente hacía la espesura del bosque con ojos llenos de terror.

Poco tiempo después, y tras varias víctimas más, ella simplemente desapareció de la faz de la tierra. Todos en la aldea pensaron que había caído víctima de la bestia después de todo. En cierta forma era la única explicación que ellos necesitaron. Nada se dijo más de aquella pobre mujer. Imaginen, entonces, mi sorpresa al verla allí, victima del mismo horror e incapaz de desviar la mirada del firmamento y las sombras.

Celeste me confió algo que ninguna otra persona había escuchado jamás. La noche antes de su desaparición, ella se encontraba mirando fijamente hacía la falda boscosa que circundaba la aldea, cuando vio a un hombre que parecía herido, se arrastraba a gatas y parecía retorcerse del dolor. Ella casi instintivamente tomó el espejo de plata y corrió a auxiliar al desgraciado.

Antes de que pudiera acercarse a más de 20 pasos, notó algo en las manos de aquel hombre. De sus dedos llenos de sangre sobresalían unas uñas gruesas y puntiagudas, parecidas a garras. Todo él temblaba como si estuviera sufriendo un ataque de insoportable dolor. Fue entonces cuando Celeste vio al demonio emerger de la entrañas de aquel hombre, abriéndose paso por la piel como si fuera todo él una máscara de carne.

Celeste corrió sin parar, se esfumó, y nada se volvió a saber de ella. Hasta aquel momento: Yo, parado frente a ella, era el único testigo de su verdadero final. Pero también era testigo de su recuerdo, de la verdad de aquel demonio envuelto en un disfraz de hombre. Celeste murió a los pocos días…

-Pero yo he pasado años buscándote a ti, mi querido amigo.

Paró de sonreír, me miró directamente a los ojos y desvió su mirada hacía abajo. Observó detenidamente el cañón de mi pistola calibre 22 llena de balas de plata, y volvió a mirarme directamente a los ojos. La bruma del bosque nos rodeaba mientras el ocaso agonizaba en el firmamento, sobre la copa de los arboles. Todo el cielo era un rojo sanguinolento lleno de ira. Como si Dios se hubiese cortado las venas y, decidido a enviar un mensaje, hubiese llenado con su sangre el cielo.

Fue entonces que escuche nuevamente su sonrisa apagada, y sus últimas palabras.

-No fue la plata, sino el espejo.

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5 comentarios

  1. 1. Jose Luis dice:

    Hola
    Tu relato es un poco confuso al principio, la verdad. He tenido que leerlo varias veces para saber de qué y de quiénes estabas hablando.
    Cuando por fin me he enterado, he visto que lo que has contado es muy intrigante y con un final sorprendente. El tema de la licantropía para nada está pasado de moda.
    Un saludo

    Escrito el 18 diciembre 2015 a las 13:31
  2. 2. Lunaley dice:

    Hola

    Concuerdo con Jose Luis el relato en un principio me fue confuso.
    Pero al entenderlo realmente me gustó, interesante y con un asombroso final.

    Es la primera vez que escribo un comentario, así que puede ser que me falte algo, pero a mi parecer es una muy buena historia.

    Saludos y a seguir mejorando.

    Escrito el 18 diciembre 2015 a las 17:43
  3. 3. Andrés Scribani dice:

    Tu relato inicia tranquilamente y va tomando fuerza a medida que lo lees hasta ese punto final en el que alcanzó su apogeo. Fantástico.

    Te has ganado un seguidor :).

    Hay algunos detalles que se podrían mejorar:
    -“Sin embargo, a cambio” se entiende y lee mejor con un “Sin embargo, en cambio”
    -En la frase: “de la faz de la tierra”, Tierra va en mayúsculas porque es el nombre propio de un cuerpo celeste.
    -“Imaginen, entonces, mi sorpresa al verla allí, victima del mismo horror” tiene demasiadas pausas, quedaría mejor “Imaginen entonces mi sorpresa al verla allí, víctima del mismo horror” (víctima lleva tilde porque es esdrújula).
    -Y unos cuantos otros tildes que faltaron: vió, acerqué, árboles, escuché.

    Otra cosa que quisiera mencionar, pero ésto como opinión personal, es que si al final en vez de “sonrisa apagada” y “sus últimas palabras” colocaras “risa burlona” y “las últimas palabras que yo escucharía”, quedaría mejor porque impacta más a pesar de que es el mismo resultado final (la muerte del narrador).

    Feliz navidad y año nuevo. Saludos.

    *El mío es el 84, por si estás interesado.

    Escrito el 18 diciembre 2015 a las 19:40
  4. 4. CARMELILLA dice:

    Hola Arameo, decirte que tu relato tiene un buen contenido y me ha parecido una buena idea por tu parte, sin embargo, me ha resultado realmente confuso por la redacción principalmente, lo he leído tres veces y sigo sin conseguir “hilar” acertadamente lo sucedido. Hay por ahí alguna falta de ortografía, pero en mi opinión es la redacción la que tienes que cuidar.
    Buena idea, seguro que seguirás teniéndolas y compartiéndolas por este blog, así lo espero.
    Saluditos y buenas fiestas.

    Escrito el 22 diciembre 2015 a las 17:03
  5. 5. beba dice:

    Hola, Arameo:
    Leí tu cuento y los comentarios. Percibo un buen germen de cuento, singular y tenebroso,con excelentes imágenes; le hacen falta algunos retoques, tanto para esclarecer el argumento como para pulir la construcción.
    ¿Quién es Celeste, tan sola? ¿Por qué suponen que la bestia “la mató, nomás” y nadie la busca?¿Tal vez Celeste delira y enfrenta a un vampiro con un espejo, y su gente la ha internado en un manicomio? ¿Acaso murió la primera vez y es su fantasma el que aparece allí? Bueno: un montón de ideas, pero poca trama.
    Acerca de la estructura, creo que sobra el primer párrafo; no hace falta contarlo a otro que después no participa; basta con nosotros, que te estamos comentando.
    Y respecto de la construcción, concuerdo con lo que te han señalado los demás compañeros.
    Buenos augurios para estas fiestas.

    Escrito el 26 diciembre 2015 a las 14:58

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