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El Hada de los Colores - por Pedro Luis Cazorla

— Papá, ¿por qué el cielo es azul?
— Porque…, porque el aire disipa la luz del sol y sólo el color azul…
— Porque el hada de los colores utiliza su lápiz mágico y lo pinta de azul – interrumpió mamá, mientras apartaba el espejo que estaba utilizando para depilarse las cejas.

Papá miró a mamá con sorpresa e incredulidad mientras su mirada se endurecía un tanto.

— ¿Por qué le dices eso? – preguntó molesto.
— Porque a un niña de tres años no hay que darle una clase magistral de física.
— Ah, y entonces, ¿hay que mentirle?
— Yo no le estoy mintiendo. Le estoy dando una respuesta comprensible para su edad, ¿comprendes tú?
— Vamos a dejarlo, no tengo ganas de discutir.

Un silencio incómodo se instaló en la habitación. La niña seguía pintando en su cuaderno, estaba absorta coloreando un pato de color rojo.

— ¿Por qué pintas el pato de color rojo? – preguntó papá a la niña.
— Porque me gusta.
— Pero los patos no son rojos…
— Este sí.
— ¿Y por qué este es rojo?
— Porque me gusta el color rojo.
— ¿Y por qué no lo pintas de amarillo? Los patos son amarillos cuando son pequeños.
— Porque el amarillo es muy feo, como el patito feo. Ese cuento no me gusta.
— Pero el patito feo termina siendo un bello cisne…
— ¿Quieres dejar de agobiar a la niña? Que pinte el pato del color que quiera. ¡Sólo tiene tres años! – interrumpió mamá de nuevo.
— ¿Y tú quieres…? – papá se interrumpió cuando mamá le hizo un gesto del tipo «la niña está delante, no vamos a discutir ahora».

Papá se levantó del sofá y se fue a la terraza, desde donde se veía el bosque. Estaba enfadado, muy enfadado.

La niña levantó la cabeza y observó cómo papá apretaba los puños.

Dejó de pintas y se levantó de su sillita. Se acercó donde estaba papá seguido por la mirada inquisitoria de mamá.

— Papá, toma – le ofreció la pintura que llevaba en la mano-. Es mi lápiz mágico y puedes pintarte la cara enfadada de color azul o del color que quieras. Es mi lápiz mágico…

Papá y mamá se miraron y miraron a la niña. Les salió un sollozo mezclado con risa y una lágrima corrió por la mejilla de papá.

– Oh, estás llorando, papá. Ven, te voy a pintar las lágrimas de… verde. ¿Te gusta?

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5 comentarios

  1. 1. Basilisa Nogales dice:

    Hola Pedro:
    Como voy dos antes que el tuyo y leí que convenía que comentáramos los tres siguientes, estoy haciéndolo.
    Es un texto tierno. Me gusta.
    Lo primero que me ha llamado la atención es que separas las rayas con un espacio y no se debe hacer.
    Hay una oración que a lo mejor podías poner de otra manera: “La niña seguía pintando en su cuaderno, estaba absorta coloreando un pato de color rojo”. Podía ser: “La niña seguía pintando en su cuaderno, absorta mientras coloreaba un pato de color rojo” ¿Qué te parece?
    Has puesto “Dejó de pintas” en vez de “Dejó de pintar”.
    Y no he visto ningún fallo más.
    Escribes muy bien. Me gustaría que si tuvieras un ratito te pasaras por el mío y me dijeras lo que te parece.
    Un saludo. Feliz Navidad.

    Escrito el 18 diciembre 2015 a las 01:16
  2. 2. tyess dice:

    Hay momentos en los que siento que le falta algo a las descripciones, más mostrar y menos decir, supongo. Pero no puedo asegurar si es eso. En muchos puntos las acotaciones son muy buenas, dando al lector una idea clara de lo que va ocurriendo.

    Me gusta la historia, y como la niña hace lo que puede por ayudar y mejorar la situación.

    Escrito el 18 diciembre 2015 a las 05:20
  3. 3. Francis dice:

    ¡Buenas tardes, Pedro! A veces, los menores tienen menos prejuicios que los adultos, como has desvelado en tu relato. El escrito está muy bien estructurado y resulta ameno. Toma nota de las aclaraciones de Basilisa, son los fallitos que yo he encontrado. Sigue escribiendo, te leo.
    ¡FELICES FIESTAS!

    Escrito el 18 diciembre 2015 a las 20:06
  4. 4. DIASPORA dice:

    Hola Pedro Luis.
    Me ha gustado en gran manera tu relato. Noto que tu historia tiene un norte, y el final me gustó cuando la inocente niña quiere pintarle las lágrimas a su padre de color verde…verde bilis, símbolo del enojo supremo. Por otra parte, manejás muy bien los diálogos, te salen naturales y se nota quién es qiuén, aún sin usar tanto el famoso “dijo”.
    Solo que echale un ojo a lo señalado por Basilisa. El guión de diálogo va pegadito, sin dejar espacios.
    Escribes bien, te felicito.

    Escrito el 20 diciembre 2015 a las 17:07
  5. 5. L.M.Mateo dice:

    Hola Pedro:

    Tienes un manejo fantástico del diálogo. Consigues enganchar con una historia de lo más simple, y tu redacción es impecable.

    A lo dicho por Basilisa, solo añado una cosa: si el verbo que comienza el inciso no es de habla, se pone punto antes del inciso y se comienza con mayúscula:

    «— Papá, toma – le ofreció la…». Debería quedar: «—Papá, toma. —Le ofreció la…».

    Respecto al uso de la raya, he visto que las has combinado con guiones, por lo que no me queda claro si ha sido un olvido en la revisión, o cuando lo has pegado en el formulario de envío (que a veces lo cambia).

    Un saludo.

    Escrito el 21 diciembre 2015 a las 21:20

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