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Una noche mágica - por Mina Ohara

Toni cogió pesadamente el angosto camino que llevaba hasta la orilla del lago. La luz de su linterna era lo único que alumbraba esa noche, el camino de piedras húmedas. El sendero recorría el denso bosque, lleno de animales dormidos y búhos en las ramas que seguían inmóviles el haz de la linterna. Como parecía ya habitual últimamente, las discusiones de sus padres lo habían llevado a alejarse de su casa para buscar un poco de tranquilidad. Y si algo había en aquellos lares era precisamente eso. La ausencia de luna hacía resaltar las estrellas como nunca, y esas montañas solitarias no conocían la contaminación lumínica. Además, el invierno tardío de ese año permitía estar en el exterior sin pasar frío, por lo que la combinación hacía que fuera una noche perfecta. Las aguas cristalinas reflejaban el cielo sin dejarse una sola estrella, y se dejó perder largo rato observando como cambiaba el paisaje mientras él rodeaba todo el perímetro.

Así se permitió olvidarse de sus problemas, de la juventud que estaba perdiendo por vivir enfadado con el mundo, y de las discusiones de sus padres, que prefería ignorar ya que más veces de las que querría salía él como protagonista. Ensimismado en las estrellas, no llegó a ver cómo se alteraba el agua no muy lejos de él. Lentamente, empezó a formarse un hueco, sin que Toni se percatara de ello, hasta que se podía ver claramente una figura humana flotando en el lago. Con el único inconveniente de que, en realidad, no se veía ningún cuerpo, sólo la silueta dibujada que habría dejado en el agua de estar presente.

El chico siguió caminando hasta completar la vuelta, ya relajado, y sólo cuando estaba a punto de girarse para marcharse a casa, vio el extraño fenómeno en la superficie. El miedo lo paralizó durante unos instantes, pero al final le ganó la curiosidad. Cogió el palo largo que tenía más cerca y lo dirigió al agua.

– ¡Eh!

Se quedó completamente parado. No había llegado a notar nada con el palo, pero la voz provenía claramente de la superficie del lago, donde ahora sólo se veían las piernas estiradas, como si alguien estuviera sentado.

– Qué… ¿qué eres? – susurró Toni.
– Soy el espíritu de este lugar -. Su voz sonaba grave y segura.
– ¿Cómo que espíritu? Eso no existe.
– Claro, claro que no existe. Por eso no me puedes ver -. El joven no entendía nada.
– Y entonces… ¿qué haces?

El silencio cayó pesado como una cortina de agua. En el agua se volvió a dibujar la figura recostada completamente.

– Nada. Existo. Te estaba observando. Últimamente vienes más. ¿Problemas?
– No que no pueda solucionar – “O eso quiero creer”, pensó.
– Entiendo.

Otra vez silencio. Pero ahora simplemente no tenían nada que decirse. Toni no encontraba palabras para expresar toda la incertidumbre que llevaba dentro. ¿Qué era aquel ser? ¿Le haría daño? ¿Le conocía?

– Y… ¿cuánto hace que estas aquí? – preguntó al final, sólo para decir algo.
– Desde que tengo memoria. Antes vivía en el bosque, más arriba en la montaña, pero ahora he descubierto este lago precioso. Estas noches parecen mágicas, ¿eh? ¿Has visto el reflejo de las estrellas? Parece un espejo infinito de cristal pulido, como si fuera la puerta entre dos mundos exactamente iguales, pero invertidos. ¿qué habrá en el otro lado?
– Puede que peces. Probablemente muchos peces. Y algas – Se quedaba sin palabras. La voz incorpórea le transmitía tranquilidad, pero no entendía nada. No asimilaba qué estaba pasando.
– Veo que eres de los obvios. Pero no, no te creas, en este lago no quedan muchos peces ya.

¿No quedaban? Él solía ir allí con su padre de pequeño. Podrían volver otro día a comprobar si era verdad, y llevarle a su madre mucho pescado para que preparara sopa como antes. Como echaba de menos el tiempo de cuando era pequeño…

– ¿Nostálgico? No sufras, en breves podrás volver a casa y reconciliarte con tus padres. Al fin lo has entendido ¿no?, ellos no tienen la culpa de nada, el problema eres tú.
– Yo no…
– Tú no, nada. Pero no sufras, tienes tiempo de arreglarlo. He venido a ayudarte.

Algo en su voz le delató, dejó ver el destello de una rabia y un ansia infinita.

– Mientes…

Silencio.

– Sí, siempre.

En ese momento el espíritu se hizo visible. Y lo que vio Toni lo dejó paralizado.

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4 comentarios

  1. 1. Jose Luis dice:

    Hola Mina
    Por favor, permíteme que señale algunas cosas que he visto dentro de tu texto:
    “que alumbraba esa noche, el camino de piedras húmedas.” —————–sobra la coma
    observando como cambiaba el paisaje ———————- cómo
    que prefería ignorar ya que más veces —————-coma detrás de ignorar
    –No que no pueda solucionar ——————– Nada que no pueda solucionar
    ¿qué habrá en el otro lado? ————- ¿Qué habrá en el otro lado?
    Como echaba de menos ——————- Cómo echaba de menos
    en breves —————- en breve
    Es un relato de fantasmas, creo yo. El ser del agua es incorpóreo e invisible, como los fantasmas. Es un cuento original, y está bastante bien narrado, pero el final tan abrupto te deja descolocado, como si faltara algo importante por ser contado. Te deja un poco frío.
    ¿O acaso hay en mente una continuación para más adelante?
    Un saludo

    Escrito el 18 diciembre 2015 a las 12:59
  2. 2. Caciba dice:

    Me gustó todo, pero hubiera preferido un final más claro.

    Entiendo que ver un espíritu ya tiene que dejarte paralizado, pero creo que tú querías decir algo más.

    Puede que José Luis tenga razón y estés pensando en continuar la historia en otro relato. Si no lo has contemplado así, podrías valorarlo.

    Tu final es como el último episodio de la temporada de la serie que nos gusta. Queremos saber más.

    Enhorabuena, Mina.

    Un saludo

    Escrito el 20 diciembre 2015 a las 22:46
  3. 3. MM Ariel dice:

    Hola Mina Ohara:

    Bueno, a mi el relato me gustó. Me parece que tienes una gran imaginación: el espíritu del lago, y te deja con un final abierto preguntándote que será aquella cosa. La ambientación está buena. Yo me sentí frente al lago.
    Para mejorar: los tres primeros párrafos se podrían reducir a dos, para no divagar tanto, y el resto puntuación y demás a veces se corrige leyendo el texto en voz alta.

    Felices fiestas.

    Escrito el 23 diciembre 2015 a las 01:38
  4. 4. tyess dice:

    Pues ya José Luis te señaló un par de errores de puntuación, y quizá haya que revisar un poco el ritmo. También hay un detalle que quizá no sea un error si no una especie de broma de ese malvado espíritu: justo después de aceptar que no existe, dice que lo que está haciendo es simplemente existir.

    Fuera de eso, lo veo bien. Me gustó la parte de la conversación en que dice (aunque sea obvio) que del otro lado del espejo hay peces.

    Intuyo que después de ese extraño final, Toni sabrá lo que realmente hay.

    Escrito el 23 diciembre 2015 a las 05:41

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