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La decisión - por Lemo

Sentado sobre la gran roca de la orilla, observaba como el espejo se quebraba a medida que su abuelo nadaba tranquilamente por esa inquietante agua blanca. Así llamaban ese charca cerca del poblado, si nadie se bañaba el agua absolutamente inmóvil se convertía en un inmenso espejo que reflejaba el cielo y los arboles. Raúl se entretenía mirando como el reflejo de las nubes se rompía con cada brazada.

— ¡Venga! báñate conmigo—gritó el anciano.

Pero sus padres no le dejaban. Desde la gran contaminación el gobierno empezó a vetar todo tipo de actividades naturales, pero el "viejo", como lo llamaba su padre, se empeñaba en desobedecer todas y cada una de las prohibiciones.
No tenía autorización para salir de la ciudad, y menos visitar a su abuelo. Pasear por el bosque requería permiso municipal. Por suerte, su amiga Cristina, hija del alcalde, le facilitó un salvoconducto especial que le permitía salir sin dejar rastro en el sistema. Pero era consciente que no podía hacer nada indebido. Su chip de alerta delataría su posición en cuanto se saltase la más mínima regla y además delataría a su amiga.

—No hagas nunca nada de lo que hace el viejo.—le había avisado su padre la única vez que fueron juntos a visitarle—Como aparezcas en el sistema, tu futuro será más complicado e incluso podrían llegar a echarte de la ciudad, vivirías con los "naturistas" en el bosque—decía con exagerado terror.

Sabía que era una más de las mentiras de su padre, hacía honor a su profesión, político o mentiroso qué más da, en casa decía una cosa y en público todo lo contrario. Siempre oía las mismas falacias oficiales: en el bosque el calor mata, si enfermas te tiran al espejo para no contagiar al resto del poblado, la comida está contaminada, los niños nacen tontos. Pero Raúl era testigo de la realidad, en el poblado los chicos: corrían, reían, recogían fruta de los árboles ¡e incluso se la comían! y se bañaban en el espejo. Una vez vio como su abuelo se preparaba unas costillas de un animal salvaje. Olía maravillosamente pero él, con resignación, obedecía y callaba, sin embargo la felicidad que apreciaba fuera de la ciudad no existía en su día a día.

Cristina se sentó a su lado mientras los demás niños hacían corrillos en el cuidado jardín del instituto.

— Últimamente no eres el mismo Raúl, sabes que a mí me lo puedes contar todo.

Se quedó mirando la hermosa sonrisa de la joven. Tenía razón, Cristina era de confianza. Se habían criado casi juntos. Vecinos desde los dos años eran casi como hermanos. Y era justamente eso lo que le impedía decírselo claramente, pero a su vez su corazón clamaba por contarle todo. Habían salido varias veces juntos al bosque, pero sabía que ella no se sentía a gusto fuera de la ciudad. Con una ligera sonrisa le contesto:

— Lo sé Cristina, es solo que..— las palabras no querían salir.

— Sé lo que ocurre, Raúl. ¿No ves que ya no estamos casi juntos? en cuanto puedes te vas al bosque a ver a tu abuelo. No eres el primero que se quiere ir con los naturistas, pero no anheles aquello que no posees. Además aquí hay gente que te quiere mucho.

Se quedó mirando a la joven, con un semblante que mostraba sorpresa, vergüenza y resignación. Estaba claro que ella le conocía muy bien. Le cogió las manos con las suyas y mirándola directamente a los ojos le dijo:

— Exactamente, aquí hay gente que me quiere y por ese mal entender entre amor y posesión, sé que no me dejarían marchar. Por otro lado estas equivocada, Cristina, no puedo anhelar el poseer nada, pues justamente allí fuera no hay nada que poseer. Es justo lo contrario, abandonaría mis posesiones y el gran futuro que me espera en esta ratonera.

Es cierto que ansiaba la libertad de escoger su forma de vida, pero no quería discutir. Acercó las suaves manos de su amiga a su cara, las acarició con la mejilla y las besó suavemente. Antes de que Cristina pudiese decir nada, le selló las intenciones poniéndole el dedo índice sobre sus labios. Se levantó y se encaminó hacia la puerta del instituto.

Su amiga se dio cuenta que la decisión ya estaba tomada y unas lagrimas asomaron por sus ojos. El bosque reclamaba otro de los válidos.

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14 comentarios

  1. 1. El Ciervo Alado dice:

    Igual que yo, tienes 0 comentarios. Leo el relato y me encuentro con algunos errores, pero nada grave. Sien embargo el hilo conductor del relato está y eso es bueno.

    Felicitaciones!

    Escrito el 18 diciembre 2015 a las 17:26
  2. 2. Fabián dice:

    Me gusta la idea que hay detrás pero no acabe de entender el final. El relato está muy bien escrito y es bastante claro en todo, menos el detallito del desenlace. Eso si, peca de tener un comienzo algo lento con una introducción un tanto larga. A mi muchas veces me gusta experimentar con la estructura: Nudo → introducción → desenlace, y creo que le vendría de perlas al tuyo.

    •Forma

    “Así llamaban ese charca…”
    No estoy seguro aquí, eh, pero me sonaría mas natural así: “Así llamaban a esa charca…” Es femenino, ¿no?

    Tienes que repasar el uso de los guiones largos, te dejaré un enlace donde Iria lo explica muy bien así no me extiendo mucho.
    https://www.literautas.com/es/blog/post-10363/como-representar-un-dialogo-graficamente/
    “—¡Venga! báñate conmigo—gritó el anciano…” → “—¡Venga! Báñate conmigo —gritó el anciano…”
    Ademas, después de los signos de pregunta o exclamación se inicia con mayúsculas.

    “¡e incluso se la comían! y se bañaban…” → “¡e incluso se la comían! Y se bañaban…”
    Otro ejemplo.

    •Contenido

    “…semblante que mostraba sorpresa, vergüenza y resignación…”
    Cuantas expresiones en una sola cara, ¿no? Intenta describir las emociones por aquello del “enseñar y no contar”. Puedes ayudarte con los gestos de los personajes, que arquee las cejas, que se muerda el labio, que respire hondo o resople,etc.

    Me he quedado un poco en el aire con el final, no entendí eso de que el bosque reclama a otro de los válidos. ¿Válidos para qué?

    Me gusta el mensaje de que si ella realmente lo quiere debería de dejarle marchar, ya que el amor no debería de cortar las alas de nadie, sino todo lo contrario.

    Escrito el 18 diciembre 2015 a las 22:45
  3. 3. Jose Luis dice:

    Hola
    Me gusta tu forma de narrar, lenta y pausada, y también las descripciones y las metáforas que has utilizado en tu cuento, pero yo tampoco he comprendido el final, porque es quizá demasiado críptico. Si te extiendes un poco más sobre este punto, todo lo anterior cobraría mayor sentido.
    Un saludo

    Escrito el 19 diciembre 2015 a las 19:29
  4. 4. Manoli VF dice:

    Hola Lemo.
    Muy buen relato. Me ha gustado mucho. A mi juicio se entiende bastante bien; respecto al final a mi me gusta como está, pues la última frase me parece suficientemente esclarecedora. Lo que sí he visto es unas cosillas de redacción que te menciono:

    Así llamaban ese charca cerca del poblado, si nadie se bañaba el agua absolutamente inmóvil se convertía en un inmenso espejo que reflejaba el cielo y los arboles. Raúl se entretenía mirando como el reflejo de las nubes se rompía con cada brazada.

    convendría que lo reescribieses. Te hago una sugerencia:

    “Así llamaban a esa charca que había cerca del poblado. Si nadie se bañaba, el agua permanecía absolutamente inmóvil, a modo de espejo en el que se reflejaban el cielo y los árboles. Raúl se entretenía mirando como ahora el reflejo de las nubes se rompía con cada brazada”

    Tampoco veo bien la frase: ¡e incluso se la comían! en todo caso sobra ese “e”: ¡incluso se la comían!.

    Son pequeños detalles a pulir, pero es un buen texto y me gusta mucho la escena que presentas. He disfrutado leyéndote. Te invito a pasarte por el mío (38)

    Un saludo y felices fiestas!!

    Escrito el 19 diciembre 2015 a las 21:12
  5. 5. L.M.Mateo dice:

    Hola Lemo:

    Llevamos ya tres talleres juntos, así que me permito el ser un poco más “dura” que los demás.

    Es cierto que la historia de fondo me gusta, que está bastante bien llevada y que se entiende bien. Pero encuentro algo que no funciona en el contenido. Al principio lo sitúas en una roca mirando a su abuelo y sin querer meterse en el agua para, un momento después, hacer una explicación de ese mundo: y ahí es donde llega el chirrido. Cristina se sienta a su lado, en el patio del colegio… ¿No estaba sobre una roca en el lago? Sabemos que lo del patio no es un recuerdo porque termina marchándose, pero tampoco queda claro que el recuerdo sea el del lago. Queda muy confuso ese punto, ya que no se distinguen los lugares y tiempos de acción.

    Con el resto del aspecto formal, coincido en el 99% con los compañeros, aunque te voy a añadir que si la laguna es llamada “El Espejo”, debería ir en mayúsculas; y he visto algún acento perdido.

    No coincido con Manoli con la frase “¡e incluso se la comían!”, ya que si no querías poner un punto y seguido, ese “e” es correcto. Otra cosa es que haya gente a la que le choque, pero ya estaríamos hablando de correcciones de estilo y, para gustos, colores.

    Espero no haber sido demasiado dura contigo. Sabes que me encanta leerte, pero no he podido evitar tener la sensación de que esta vez no habías corregido el relato, o las prisas te han traicionado. Por supuesto, puedes ir al mío, y pegarme una buena regañina para desquitarte (3). XD

    Un besazo, y felices fiestas.

    Escrito el 20 diciembre 2015 a las 12:03
  6. 6. Lemo dice:

    Muchas Gracias a todos por vuestros comentarios y sugerencias. He estado liado y hasta hoy no he podido pasarme por el taller, poco a poco os iré leyendo y comentando. No hay prisa.

    L.M.Mateo. Nunca serás dura, es lo que hay y para esto estoy aquí. Tienes toda la razón, cuando me lo has mostrado he visto el error, me ha faltado una transición, el relato en dos partes, no sé ¿quizás unas rayas de separación? Y con la mayúscula del Espejo estuve dudando, ya me lo apunto.
    Al final uno da lo que puede, voy a hacer lo que me aconsejó Kmarce y apuntarme esos consejos en una libreta para ir aprendiendo e intentar no repetir errores.

    Fabián, Gracias por decirme lo de las mayúsculas. En cuanto al final me pareció claro, me pasa un poco con todos los textos hay gente que no acaba de ver mis intenciones. En este caso válido puede tomarse bajo dos perspectivas: Desde el punto de vista de ella que pierde una amigo, tal vez un amor, en definitiva alguien valioso para ella. Y bajo el punto de vista del narrador o lector, en donde es alguien con inquietudes, solo los valientes osan salir del confort y afrontar nuevos retos. No sé , dejo abierto los finales ya que se tratan de relatos cortos.

    Escrito el 22 diciembre 2015 a las 18:45
  7. Como la mayoría de los compañeros, me quedé colgando con el final. En cuanto a las demas cosas, creo que ya te las dijeron así que no diré mucho.
    La historia me parece bien, los personajes por igual. Creo que sí confunde ese cambio de escenario, así que pienso que podrías separar con un espacio, dividiendo el relato en dos. Aun así, me parece una historia cautivadora e interesante.
    Así que: felicitaciones y saludos.

    Escrito el 23 diciembre 2015 a las 16:22
  8. 8. Silvyt dice:

    Hola!
    Yo me he perdido un poco entre el momento en que está viendo a su abuelo en LA charca y cuando está con su amiga Cristina en el patio del instituto. Creo que una oración tipo “su amiga Cristina vino a interrumpir sus pensamientos” haría esa transición mucho mas suave, a mi entender.

    En cuanto a la forma pausada del relato me parece la acertada para la situación del protagonista. Sin embargo, tiene una reflexión que, aunque es preciosísima, no me parece muy propia de un chico de instituto.
    Aunque a mí, personalmente, me encante: “por entender mal entre amor y posesión”. Es sublime.

    El contenido me lleva a un sentimiento de pereza, miedo y valor al mismo tiempo. A ese momento en el que te da miedo y pereza enfrentarte a los que te quieren, a los que quieres, para seguir tu propio camino. La valentía de tomar esa decisión. Creo que si eso era lo que querías trasmitir, el ritmo y el tono del relato son perfectos.
    Enhorabuena.

    Feliz Navidad

    Escrito el 25 diciembre 2015 a las 14:03
  9. 9. Leonardo Ossa dice:

    Hola Lemo. Agradezco que hayas leído mi participación de este mes para luego comentarla. Sos muy amable. Desde hace unos días tenía pendiente visitar tu relato, pues me enteré que hace poco empezaste a publicar acá tus escritos. Luego de las fiestas navideñas he retomado la lectura y “La decisión” ha sido la primera que he venido a leer.
    No tengo habilidad para hacer comentarios técnicos sobre la escritura, pues yo estoy en un proceso de aprendizaje, así que realmente dejo un comentario sobre lo que me ha parecido la historia leída. Al terminar la lectura, tuve la sensación de haber encontrado una historia de ciencia ficción por aquello de que es el gobierno quien veta las actividades naturales, y entendí, que ejecutarlas se convierte en una actividad “subversiva”. Así las cosas el protagonista debe tomar decisiones muy importantes que definirán su existencia.
    Me ha gustado la historia por esa variante poco común en un relato. En cuanto a los comentarios que te han hecho, debo decir que los agradezco y tomo nota como si fuesen hechos para mí, por la utilidad que les encuentro.
    Espero continuar leyéndote. Que tengas un feliz fin de año y un 2016 con mucha creatividad.
    Un abrazo.

    Escrito el 27 diciembre 2015 a las 01:05
  10. 10. KMarce dice:

    Saludos Lemo:

    Muchas gracias por leer y comentar mi texto; cumpliendo la promesa, he venido al tuyo.

    Creo que me ha pasado que las lecturas no me llevaron al cierre de la historia, pienso que la frase que elegiste le quita la fluídez mental que el lector ha tenido, comenzando a preguntarse que es aquello como lo ha hecho José Luis y Fabián.
    Para mi entender se trata de una distropia, un mundo parecido a El Corredor del Laberinto; en donde un muro los separa de otra realidad, en este caso, sería la naturaleza, el bosque y las cosas sencillas de la vida. Y creo que no solo él lleva un localizador, sino todos, aunque no lo mencionas, porque que solo él lo lleve sin indicar las razones del porqué, hace que el lector se pierda un poco.
    El final, es la decisión de ser como su abuelo, rebelde y libre a la vez, aunque le toca sacrificar sus sentimientos por su amiga.
    La idea es muy buena, pero quizá por falta de espacio o tiempo no pudiste recrear bien ese mundo, no comprendemos el porque hay “dos mundos” separados,(¿Contaminación de qué?) uno en donde te colocan un localizador y otro en donde se puede nadar en un lago, degustar de las frutas silvestres y comer de la cacería… Es muy importante la creación del mundo/universo.

    Concuerdo con lo que te han dicho sobre los puntos de mejora. Pero he notado que nadie te ha mencionado que has usado muchas palabras terminadas en -mente. Hay varios párrafos que contienen varias en ella de los diez que has escrito. Recuerda que si la palabra se puede escribir sin la extensión (-mente) es mejor obviarla, solo se deja si la palabra llana o simple no evoca o transmite lo que se pretende.
    Puedes sustuir las palabras por: nadaba tranquilo, olía maravilloso, desde hace poco (no últimamente), y era justo, decírselo con claridad, mirándola directo a sus ojos, exacto, justo allí fuera, la besó con ternura/suavidad. Creo que el único -mente que no sé como cambiarlo es “el agua absolutamente inmóvil”.

    Tu historia puede dar mucho, contiene pilares de interés: opresión/rebeldia, amor/amistad, sacrificio/libertad; hay madera en ella. Usaste con sutileza la palabras del reto del mes, y te sacaste una historia atrayente por diversos factores; solo debes darle esos retoques y aclarar las dudas si deseas mejorar el original.
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 27 diciembre 2015 a las 10:01
  11. 11. Basilisa Nogales dice:

    Hola Lemo:
    La historia me ha gustado aunque creo que habría que revisar lo del cambio de escenario (roca-instituo)para darle unidad. El final tampoco me ha convencido demasiado.

    Me he puesto a cambiar los adverbios en “-mente”, que te señaló KMarce, a poner las tildes que faltaban y a evitar las reiteraciones y he decidido (espero que no te moleste tal osadía) enviarte el texto entero tal como yo lo hubiera dejado:

    I

    Sentado sobre la gran roca de la orilla, observaba la tranquilidad con la que su abuelo nadaba por aquellas inquietantes aguas blancas de El Espejo. Llamaban así a la charca cercana al poblado porque si nadie se bañaba en ella se convertía en un inmenso espejo que reflejaba el cielo y los árboles. Ahora Raúl se entretenía contemplando cómo el reflejo de las nubes se rompía con cada brazada.
    —¡Venga! Báñate conmigo —gritó el anciano.
    Sus padres no lo dejaban porque desde la Gran Contaminación el gobierno vetaba todo tipo de actividades naturales. Claro que el Viejo, como lo llamaba su padre, se empeñaba en desobedecer todas y cada una de las prohibiciones.
    Raúl no tenía autorización para salir de la ciudad, y menos para visitar a su abuelo. Pasear por el bosque requería permiso municipal. Por suerte, su amiga Cristina, hija del alcalde, le había facilitado un salvoconducto especial que le permitía salir sin dejar rastro en el sistema. Pero era consciente de que no podía hacer nada indebido. El chip de alerta delataría su posición en cuanto se saltase la más mínima regla y, además, comprometería a su amiga.
    —No hagas nunca nada de lo que hace el Viejo —le había avisado su padre la única vez que fueron juntos a visitarlo—. Como aparezcas en el sistema, tu futuro será más complicado, incluso podrían llegar a echarte de la ciudad y tendrías que vivir con los Naturistas en el bosque
    —decía con exagerado terror.
    Él sabía que era una más de las muchas mentiras de su padre, que hacía honor a su profesión. Como buen político, en casa decía una cosa y en público todo lo contrario. Siempre las mismas falacias oficiales: “En el bosque el calor mata”, “Si enfermas, te tiran a El Espejo para no contagiar al resto del poblado”, “La comida está contaminada”, “Los niños nacen tontos”… Pero Raúl era testigo de la realidad. En el poblado los chicos corrían, reían, recogían fruta de los árboles —¡y hasta se la comían!— y se bañaban en El Espejo. Una vez vio cómo su abuelo se preparaba unas costillas de un animal salvaje. Olía de maravilla, pero él obedecía y callaba resignado. Sin embargo la felicidad que apreciaba fuera de la ciudad no existía en su día a día.

    II

    Cristina se sentó a su lado mientras los demás muchachos hacían corrillos en el cuidado jardín del instituto.
    —Desde hace poco no eres el mismo, Raúl. Sabes que a mí puedes contármelo todo.
    Se quedó mirando la hermosa sonrisa de la joven. Tenía razón, era de confianza. Se habían criado juntos. Vecinos desde los dos añitos, se consideraban casi como hermanos. Y justo por eso no se atrevía a decírselo a las claras, aunque al mismo tiempo su corazón clamaba por contarle todo. Habían salido varias veces juntos al bosque, pero sabía que ella no se sentía a gusto fuera de la ciudad. Con una ligera sonrisa, le contestó:
    —Lo sé, Cristina, es solo que…
    —las palabras no querían salir.
    —Sé lo que ocurre, Raúl. ¿No ves que ya no estamos casi juntos? En cuanto puedes te vas a ver a tu abuelo. No eres el primero que quiere irse con los Naturistas, pero no anheles aquello que no poseerás. Además, aquí hay gente que te quiere mucho.
    Se quedó mirando a la joven, con un semblante que mostraba sorpresa, vergüenza y resignación. Estaba claro que ella lo conocía muy bien. Le cogió las manos y mirándola a los ojos le dijo:
    —Exacto, aquí hay gente que me quiere y porque no distinguen entre amor y posesión sé que no me dejarían marchar. Por otro lado, estás equivocada, Cristina, no puedo anhelar tener nada, pues allí fuera no hay nada. Es lo contrario, abandonaría cuanto poseo y el gran futuro que me aguarda en esta ratonera.
    Era cierto que ansiaba la libertad de escoger su forma de vida, pero no quería discutir. Se acercó las suaves manos de su amiga a la cara, las acarició con la mejilla y las besó suavemente. Antes de que Cristina pudiese decir nada, le selló las intenciones poniéndole el dedo índice sobre los labios. Se levantó y se encaminó hacia la puerta del instituto.
    Su amiga se dio cuenta de que la decisión ya estaba tomada y dos lágrimas le asomaron a los ojos. El bosque reclamaba otro de los válidos.

    Feliz 2016.
    Un saludo.

    Escrito el 28 diciembre 2015 a las 00:53
  12. 12. Lemo dice:

    Muchas gracias por los últimos comentarios, es un placer poder mejorar.

    Gran fallo el no delimitar los dos escenarios , apuntado queda.

    Efectivamente, he usado demasiados ..mentes (jaja). En el próximo reto además del que nos pongan será no usar mentes !! muchas gracias Basilisa por tu trabajo.

    En cuanto al final no acabo de ver bien bien el problema, parece que en general todos lo entendéis perfectamente, “El final, es la decisión de ser como su abuelo, rebelde y libre a la vez, aunque le toca sacrificar sus sentimientos por su amiga.” (KMarce). ¿Demasiado brusco quizás ?

    En cuanto a lo del chip nunca digo que lo lleve solo él, quizás si cambio “su chip” por “el chip” aclare mas el asunto.

    Y finalmente agradeciendo mucho vuestros comentarios, que me ayudan mucho, veo los mini relatos como píldoras de literatura, fotografías de un texto mayor, discurrir momentáneo. Por eso creo que muchas veces datos que para algunos puedan ser necesarios son irrelevantes para esa píldora, como por ejemplo ¿porqué hay contaminación?, en estas pocas lineas no es algo que aporte nada al texto, igual que el chip, que mas da si lo llevan todos o solo los menores de edad, aporta poco mas al texto.
    “El contenido me lleva a un sentimiento de pereza, miedo y valor al mismo tiempo.”(Silvyt). Para la conclusión que llega Silvyt quizás todos eso detalles no son relevantes. Y además me gusta que el lector en estos casos “decida”, si quiere, el motivo de la contaminación o si todos llevan o no chip. Relatos al gusto. Casi con toda seguridad en un texto mayor todo quedaría explicado, pero no veo la necesidad de tener que contar casi todo, dar mascada toda la información en 750 palabras.
    Que conste que no pretendo defenderme de nada y solo expongo lo que creo que es la forma que me gusta escribir estos mini relatos. Sé que hay gente que necesita todo mas integrados y otros les gusta mas cierta ambigüedad.

    Reiterar mi gratitud por vuestra visita y vuestros comentarios que me ayudan mucho.

    Escrito el 28 diciembre 2015 a las 10:11
  13. 13. José Torma dice:

    Como va, Lemo?

    Mucho y bueno te han dicho de tu relato. Yo lo encontre atractivo si bien un poco lento, pero es la cadencia que le quisiste imponer.

    Ese tipo de sociedad, donde los “naturistas” son mal vistos. La idea de tener un chip que te rastree es perturbadora. Si creo que tienes algo bueno aqui y con los consejos de los compadres, se que lo haras brillar.

    Felicidades y gracias por pasarte por mi relato.

    Escrito el 30 diciembre 2015 a las 01:27
  14. 14. Isolina R dice:

    Hola, Lemo:
    No he podido pasar antes a comentarte por motivos familiares, pero como no quiero ser descortés con los que me comentasteis a mí, aquí estoy.
    Ya está todo dicho en los comentarios anteriores. Solo quiero decirte que me ha gustado tu texto pero que deberías revisar los fallitos que te han señalado. La versión que ha hecho de tu texto Basilisa está bien, aunque a veces ha cambiado de renglón el inciso aclaratorio del diálogo sin tener que hacerlo.
    Tienes que tener cuidado con los interrogativos indirectos. Siempre llevan tilde y no se la has puesto a varios: “observaba cómo El Espejo”, “mirando cómo el reflejo”, “vio cómo su abuelo”
    Hay rima en: “el gran futuro que me espera en esta ratonera”.
    En: “es solo que..” te falta un punto en los suspensivos.
    Siempre hay que poner “de” después de “darse cuenta”.
    Reduce los adverbios en “-mente”.
    Espero que mis sugerencias te sirvan.
    Saludos.

    Escrito el 13 enero 2016 a las 22:47

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