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El último beso - por Maria Gomez

El autor/a de este texto es menor de edad

El último beso

Ese día había ido a caminar, pensando en una u otra cosa que me pasara por la mente, tenía prblemas que resolver y mi mejor soución era sentarme en una banca del parque a mirar a mi alrededor y relajarme. Fue ahí donde vi a una pareja de jovenes, los identificaba por el nombre de Mease y Juan, no porque fuera adivina, ni nada por el estilo, si no que ella le llamaba a él, Juan y él le llamaba a ella Mease.

No era fan de los chismes, no me gusta involucrarme en eso, después te meten en más prblemas de los que tienes, pero es que esa conversación me conmovia. Ella le pedía a él que no se alejara, pero él tenía miedo de prometerle algo, lo podía notar en su rostro. Por como la miraba, me daba cuenta que él la amaba, ella también lo miraba con amor e inocencia en su rostro. Si creyera en los cuentos de hadas, ellos serían parte de uno, porque se miraban como si solo ellos fuera los únicos del lugar, como si con la compañía del otro estaban más que competos.

Por el rostro de Mease resvalaban lagrimas, por mi familiaridad con las lagrimas, podía notar que no eran lagrimas de alegria, eran lagrimas de tristeza, él solo pasaba su mano por la mejilla de la chica, limpiando los restos de lagrimas de quedaban en el rostro de Mease.

— No llores Mease, vas a estar bien, me duele verte sufrir, más si sufres por mi culpa

La voz de Juan sonaba débil, entonces me confundí aún más.
¿Que problemas pueden tener un par de jóvenes?
Solo eran jóvenes, les calculaba 17 años tal vez.

Ella lo abrazó a él y siguió llorando en su hombro, pobre muchacha, tan joven y sufriendo por amor, pero él se merecía un premio, él la consolaba, aunque se podía ver que él también iba a romperse a llorar, él se veía débil, pero se mantenía fuerte por ella.

Ambos chicos se sentaron en la banca, Mease recostada en el pecho de Juan, mientras él besaba su cabello y le abrazaba por la cintura. Parecían una pareja feliz, pero yo había contemplado la escena anterior y era consiente de que no estaban pasando el mejor de los momentos, pero los pasaban juntos y eso los hacía más fuertes.

— Todo éste tiempo que pasamos juntos, fue el mejor tiempo de mi vida, podías haber estado con mil tipos más, pero me elegiste a mi, aún sabiendo que conmigo ibas a sufrir, aún sabiendo que te amaría a pesar de todo, pero que lo nuestro no iba a ser completamente posible, sabías que conmigo no ibas a tener una vida normal, pero aún estás aquí y puedo afirmar que estuviste conmigo en los malos y en los buenos momentos, me hiciste y me haces la persona más feliz de todas.

Ella lloraba aún más, después de haber escuchado eso, yo no lloraría, yo estaría más que feliz.

— No me arrepiento de haber pasado éste tiempo contigo, esyoy segura que es lo mejor que he hecho en mi vida. Te quiero.

— También te quiero

Ella se giró y plantó un beso en los labios del muchacho.

Cuando se separaron el empezó a toser, poco después en muchacho empezó a vomitar. Vomitaba sangre. Mease llamó una ambulancia y al poco tiempo llegó y se llevarán a Juan, después de ahí no supe que pasó.

Hasta hoy, tres meses después, volví a ver a Mease, pero esta vez venía sola, y lloraba. Entonces entendí todo. Juan había muerto y aquel beso que presencié, había sido "el último beso"

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5 comentarios

  1. 1. Marazul dice:

    Hola María
    Tu relato encierra mucho sentimiento y transmite muchas emociones. Creo que tienes capacidad para escribir muchas historias y como eres muy joven tiempo para aprender y mejorar. Yo, algo más mayor que tú jeje….sigo aprendiendo.
    En el primer párrafo cambia alguna coma por punto y coma (es una pausa un poco más larga). Por ejemplo: después de”….por la mente” yo pondría un punto y coma.
    No cambies el tiempo: si dices que no eras fan…..a continuación no uses el presente (“no me gusta….”). Si lees detenidamente tu relato te darás cuenta de que hay muchas repeticiones (lagrimas, él,…).
    El final es muy trágico, la verdad, no me lo esperaba. En fin, si tu has querido darle ese final será por algo. Yo lo hubiese terminado con algo más intrigante, pero es cuestión de gustos y ahí no me meto. Tú eres la dueña de tu historia, María.
    Son errores muy normales que con la práctica, y si demuestras interés los irás superando.
    Tu historia es buena y sobre todo demuestra mucha sensibilidad por tu parte.
    Sigue escribiendo y hasta la próxima.
    Un beso
    Marazul

    Escrito el 18 enero 2016 a las 23:22
  2. 2. marazul dice:

    ¡Ah! María no te felicité por el reto conseguido
    Tu narrador/ra es testigo de ese último beso….

    Escrito el 18 enero 2016 a las 23:30
  3. 3. lunaclara dice:

    Hola María: tu relato está muy bien. Solo tiene algunos problemas de lectura, de pausas y eso. Te pongo abajo mi corrección. Me he permitido añadir una frase al final, que creo que puede aclarar el misterio. Espero que no te molestes.

    “Ese día había ido a caminar, pensando en cualquier cosa. Tenía problemas que resolver y mi mejor solución era sentarme en una banca del parque a mirar a mi alrededor y relajarme. Fue ahí donde vi a una pareja de jóvenes. Los identificaba por el nombre de Mease y Juan, no porque fuera adivina, ni nada por el estilo, si no que ella le llamaba a él, Juan, y él le llamaba a ella Mease.

    No era fan de los chismes, no me gusta involucrarme en eso. Después te meten en más problemas de los que tienes, pero es que esa conversación me conmovía. Ella le pedía a él que no se alejara, pero él tenía miedo de prometerle algo, lo podía notar en su rostro. Por cómo la miraba me daba cuenta de que él la amaba, y ella también lo miraba con amor e inocencia en su rostro. Si creyera en los cuentos de hadas, ellos serían parte de uno, porque se miraban como si solo ellos fueran los únicos del lugar, como si con la compañía del otro estuvieran más que completos.

    Por el rostro de Mease resbalaban lágrimas. Por mi familiaridad con ellas, podía notar que no eran lágrimas de alegría, eran lágrimas de tristeza. Él solo pasaba su mano por la mejilla de la chica, limpiando los restos que quedaban en el rostro de Mease.

    —No llores Mease. Vas a estar bien. Me duele verte sufrir. Más si sufres por mi culpa.

    La voz de Juan sonaba débil, entonces me confundí aún más. ¿Que problemas pueden tener un par de jóvenes? Solo eran jóvenes, les calculaba 17 años tal vez.

    Ella lo abrazó a él y siguió llorando en su hombro. Pobre muchacha, tan joven y sufriendo por amor, pero él se merecía un premio, él la consolaba, aunque se podía ver que él también iba a romperse a llorar, él se veía débil, pero se mantenía fuerte por ella.

    Ambos chicos se sentaron en la banca, Mease recostada en el pecho de Juan, mientras él besaba su cabello y le abrazaba por la cintura. Parecían una pareja feliz, pero yo había contemplado la escena anterior y era consciente de que no estaban pasando el mejor de los momentos, pero los pasaban juntos y eso los hacía más fuertes.

    —Todo éste tiempo que pasamos juntos fue el mejor tiempo de mi vida. Podías haber estado con mil tipos más, pero me elegiste a mi, aún sabiendo que conmigo ibas a sufrir, aún sabiendo que te amaría a pesar de todo, que lo nuestro no iba a ser completamente posible… Sabías que conmigo no ibas a tener una vida normal, pero aún estás aquí y puedo afirmar que estuviste conmigo en los malos y en los buenos momentos. Me hiciste y me haces la persona más feliz de todas.

    Ella lloraba aún más, después de haber escuchado eso. Yo no lloraría, yo estaría más que feliz.

    —No me arrepiento de haber pasado éste tiempo contigo, estoy segura que es lo mejor que he hecho en mi vida. Te quiero.

    —También te quiero.

    Ella se giró y plantó un beso en los labios del muchacho.

    Cuando se separaron, él empezó a toser. Poco después el muchacho empezó a vomitar. Vomitaba sangre. Mease llamó a una ambulancia. Al poco tiempo llegó y se llevaron a Juan. Después de ahí no supe qué pasó.

    Hoy, tres meses después, volví a ver a Mease, pero esta vez venía sola, y lloraba. Entonces entendí todo. Juan estaba muy enfermo. Ese era el motivo de tanta congoja. Había muerto y aquel beso que presencié había sido “el último beso”.”

    Escrito el 21 enero 2016 a las 12:54
  4. 4. Lobita dice:

    ¡Hola!

    El ambiente me gustó, te va llevando poco a poco al final, el ejercicio con el narrador testigo es bueno.

    La historia a mi parecer es algo predecible por lo de los protagonistas que acabaran separados y se viene anunciando en el mismo diálogo de los personajes, quizás un poco de sorpresa para tener al lector a la expectativa sería mi recomendación.

    Lo del estilo y la ortografía es cosa de práctica.

    Ánimo y sigue escribiendo.

    Escrito el 23 enero 2016 a las 22:46
  5. 5. Noemi dice:

    Hola María
    Tu relato es muy sentimental y el final muy trágico, lástima que el narrador interrumpa todo el tiempo la acción, en este caso el diálogo, haciendo juicios y mezclándose de ese modo en lo que únicamente tiene que testificar:ver y contar, no opinar.Debes tener más confianza en tu lector, que sabrá sacar sus propias conclusiones. Espero seguir leyéndote.

    Escrito el 25 enero 2016 a las 20:02

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