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El último beso - por Diego Lithsun

Web: https://www.facebook.com/Diegolithsun/

Luego de unos minutos, o quizás de varias eternidades, el mundo pareció temblar y las estrellas se pagaron durante varios segundos. Levanté la vista hacia el techo de la habitación donde nos encontrábamos. Las velas parecían inundar con una luz antinatural el lugar, por lo que me levanté y decidí apagarlas una a una, y abrir las ventanas para que la luna iluminara todo con su luz siempre vigilante.

Sentí el frío en mis piernas, esa brisa de verano que enfría luego de un día caluroso, pero al girar la observé, y solo pude sentir una lujuria desenfrenada invadiendo cada parte de mi cuerpo. Observé sus ojos, mirándome con inocencia, como si hubiera nacido allí mismo mientras su cabello azabache caía sobre sus hombros desnudos, dejando salir un aroma a jazmines y naranjas que resultaba extrañamente atrayente.
Su cuerpo parecía haber sido creado para besar, las curvas se desdibujaban en la oscuridad de la noche, y resultaba agradable a la vista, sin llegar a ser desbordante.

Me acosté a su lado y ella comenzó a dibujarme en la oscuridad, despacio, en silencio, como llega el invierno, como cuando te duermes. Sentí sus labios, y también sus manos, la abracé con cariño pero firmeza, y mientras nos mezclábamos en esa habitación como dos amantes inocentes, la luna comenzaba a ocultarse y dejar en oscuras la habitación.
Luego de unos minutos, o quizás varias eternidades, me encontré fundido en su cuerpo. Ya no existía ella, ni tampoco yo, éramos dos almas unidas en una explosión sideral, éramos dos estrellas más grandes que el sol, éramos tiempo y espacio, en resumen, éramos así, sin adjetivos posibles.

De pronto sentí que ella se estremecía, y contemplé como me daba un beso que parecía desgarrarme el alma con un calor sobrecogedor, tan hipnotizado estaba por ese beso tan hermoso, que no pude ver cuando ella tomó un rayo de luna plateado en su mano, y jamás pude ver cuando lo hundió en mi corazón, sin embargo, solo pude ver sus ojos, verdes, tan verdes, que casi parecían brillar… Y mientras me sumergía en el sueño final, solo pude recordar sus ojos verdes.

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4 comentarios

  1. 1. Guiomar de zahara dice:

    Hola Diego: tu historia es hermosa en sí misma. Las palabras son “especiales” como lo son todas tratándose de amor: iguales e irrepetibles.
    Pero hay alguna cosilla que “arreglar” al menos para mí.
    ¿que hacían unas velas en el techo?
    Además repites casi seguido luz. Como una luz… todo con su luz.
    No tiene importancia pero ¿para qué están los sinónimos?
    Repito que tu Historia es hermosa.
    ¡Enhorabuena!

    Escrito el 19 enero 2016 a las 10:23
  2. 2. Novel dice:

    Hola Diego.

    Coincido con el comentario anterior en la belleza de un texto que rezuma sonoridad fruto de una adjetivación desbordante. El lenguaje metafórico crea un ambiente idílico muy en consonancia con el tema.

    También coincido en que, desde mi punto de vista, existe alguna minucia formal que no menoscaba el mensaje. Por ejemplo, alguna repetición que no beneficia la estética formal o alguna expresión como “dejar en oscuras” que me suena unn poco raro.

    Excepto esto, todo muy bien.

    Escrito el 19 enero 2016 a las 17:44
  3. 3. Liliana dice:

    Me pareció un relato dinámico, sensual, tamizado de metáforas y el estilo es coloquial , sin embargo pleno de sensaciones .
    En cuanto al tema , perfecto.
    Coincido con Guiomar en el tema de repeticiones que se hubieran podido reemplazar con sinónimos. Es solo un detalle Muy buena historia
    Lily

    Escrito el 19 enero 2016 a las 19:11
  4. 4. Vespasiano dice:

    “Luego de unos minutos, o quizás de varias eternidades”!, Esta frase se vuelve a repetir a mediados del relato. Aquí creo que intentas describir un periodo de tiempo indefinido donde el protagonista ha disfrutado del sexo plenamente.
    “…oscuridad de la noche”. Aquí sobraría “de la noche”.
    “…y las estrellas se pagaron”. Aquí debió haber un error al escribir. Debe ser “se apagaron”.
    “habitación”. Esta palabra la repites tres veces.
    Lo mismo ocurre con “oscuridad” que está citada en tres ocasiones.
    “…y dejar en oscuras”. Aquí sería ““…y dejar a oscuras”.
    “..pero al girar”. Aquí yo veo que encajaría mejor decir “al volverse”
    “pude ver”. Se repite seguidamente.
    “Beso”. Está repetida en un corto espacio.
    “pero firmeza”. Debe ser “pero con firmeza”.
    “ojos verdes”, también puede ser incluida en esa lista de repetidas.
    “Inocencia” y “amantes inocentes”. Aparte de repetirse, cuando se asocia a amante parece una contradicción.
    Amante:
    Del ant. part. act. de amar; lat. amans, -antis.
    adj. Que ama. U. t. c. s.
    adj. Amado o querido.
    m. y f. Cada una de las dos personas que se aman.
    m. y f. Persona que mantiene con otra una relación amorosa fuera del matrimonio.
    Inocente:
    Del lat. innŏcens, -entis.
    adj. Cándido, sin malicia, fácil de engañar. U. t. c. s.
    adj. Que no daña, que no es nocivo.
    adj. Dicho de un niño: Que no ha llegado a la edad de discreción. U. t. c. s.
    “Ya no existía ella, ni tampoco yo, éramos dos almas unidas en una explosión sideral, éramos dos estrellas más grandes que el sol, éramos tiempo y espacio, en resumen, éramos así, sin adjetivos posibles.
    De pronto sentí que ella se estremecía, y contemplé como me daba un beso que parecía desgarrarme el alma con un calor sobrecogedor…”
    El final me parece una alegoría del orgasmo. O una noche con una “mantis religiosa”.
    FELICIDADES.

    Escrito el 19 enero 2016 a las 23:34

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