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El último beso - por Papillon

El último beso

Jaime era un vecino que prestaba el servicio militar al sur del país. Tenía 19 años y una novia, Adriana, de 16, a la que ya le había dado anillo de compromiso. Vivían en el mismo barrio, en la misma calle. Habían compartido aquel espacio bajo un tiempo en común, solo con saludos y sonrisas, sin ninguna visión de noviazgo posible.

Cuando Adriana tenía 13 años, solía asomarse por la ventana a ver cómo Jaime lavaba su moto. Ella imaginaba que él llegaba a buscarla, le estiraba su brazo derecho para que ella se apoyara al subirse, y luego escapaban lejos de los celos del padre de la joven. Eso me contó ella el día del sepelio.

Jaime, por su parte, soñaba despierto con algo tan cotidiano como imposible: conseguir un empleo. Al no lograrlo decidió refugiarse en los camuflados. A Adriana le gustaba verlo en su uniforme, aunque eso significara dejar de verlo por meses. Sin embargo, para su sorpresa, la noche de la fiesta de despedida de Jaime, recibió lo que daba por perdido: una declaración de amor.

-¿Quieres ser mi novia?

-¿Qué? Tú nunca me diste señales de…

-¿Te parece importante eso ahora?

– La verdad, no, por eso mi respuesta es sí.

Jaime la besó. Fue un beso tan corto que duró lo mismo que un suspiro, porque las ganas de abrazarse fueron más fuertes. Lo que les esperaba eran lágrimas y distancia.

-¡Maldita distancia! – decía Adriana antes de ir a la cama cada noche. Los ojos empapados y el anillo de plata en su dedo derecho. Se lo había enviado Jaime junto a una de sus cartas para que ella lo esperara.

A un mes de terminar el servicio, Jaime le envió una carta a su novia en la que sentía gran emoción porque anhelaba verla, pero vivía al mismo tiempo el temor de quien sospecha que el pan podía quemarse en la puerta del horno. “Recuérdame siempre con nuestro único beso” – finalizaba la carta.

No había aún Adriana recibido esta correspondencia cuando lamentaba a gritos lo que anunciaban los medios. Una granada había acabado con la vida de varios soldados en el sur del país, entre ellos, el hombre con el que soñó despierta que la sacaría de su casa a vivir aventuras en la moto que él limpiaba para ella.

Durante el funeral, Adriana lamentaba haberlo dejado ir, no haberle robado tantos besos, no haberse entregado, no haberle arrancado un hijo bajo las sábanas… Cuando todos se iban, cuando los últimos sollozos se escuchaban a lo lejos, Adriana abrió la urna cineraria de cerámica, y sin pensarlo –ya no quería volver a dudar como lo hacía antes- besó las cenizas de su amor de barrio queriendo vivir en ellas. Pudo sentir por fin un comienzo y un final de esta historia que quizás nunca empezó. Pudo darle, al menos, ese último beso.

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4 comentarios

  1. 1. Eva dice:

    Es un hermosa historia que da para mucho. De hecho a mí me ha parecido el resumen de una novela más que un relato, que se suele centrar en un momento muy concreto de los muchos que tú tienes aquí descritos. Mi consejo sería que expandieras esta sinópsis, que le dieras más profundidad a esos personajes y que, tal vez, salga esa novela en ciernes que aquí veo.
    En cuanto al reto, yo había entendido que el narrador es un testigo, como el Dr. Watson es el narrador testigo de Sherlock Holmes. Tal vez se me haya pasado pero aquí el narrador no es otro personaje, verdad? Nos leemos.

    Escrito el 19 enero 2016 a las 21:58
  2. 2. M. H. Heels dice:

    Estoy de acuerdo con lo del narrador. Creo que este narrador no es testigo, es casi omnisciente (sabe todo lo que piensan los personajes, lo que ha pasado y lo que va a pasar). No está mal utilizado, pero no se ajusta al reto.

    De la historia, también estoy de acuerdo. Podría ser un gran punto de partida para una historia más larga. Como prólogo funciona. Dale rienda suelta a tus personajes y déjales hacer, quizás te encuentres ante una gran historia.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 21:47
  3. 3. Thelma López Lara dice:

    Hola Papillon, qué linda historia. Definitivamente como dicen los compañeros de Literautas, el relato da para más.

    La historia está muy bien narrada, sin embargo hay una mezcla de narradores. Te recomiendo que leas en este blog los artículos sobre los tipos de narradores. Los compañeros han hecho comentarios muy buenos sobre las características del narrador testigo.

    Sigue escribiendo.

    Escrito el 21 enero 2016 a las 07:46
  4. 4. Papillon dice:

    Mil gracias por sus comentarios. Son realmente enriquecedores.

    Papillon.

    Escrito el 21 enero 2016 a las 17:13

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