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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El último beso - por Bea

La lluvia golpeaba todos los rincones de la casa en uno de los días más lúgubres que su joven memoria podía alcanzar a recordar. La casa estaba casi vacía y la chimenea estaba apagada. Ninguna de las luces que antaño convertían todas y cada una de las estancias en lugares cálidos y acogedores estaba ahora apagada. Lo único que ahora profería algún tipo de luz provenía del piso superior, de la habitación de sus padres más concretamente.

El tic-tac del reloj del salón lo ponía de los nervios aunque en aquellos momentos no podría controlarlos por más que hubiera querido hacerlo. Reunió todo el valor del que fue capaz y puso la vista en las escaleras que daban al piso superior. Caminó hasta ellas y poniendo su pie derecho en la primera comenzó a subir lenta y metódicamente, sin pensar, de forma automática.
Cuando finalmente llegó al piso de arriba se le hizo un nudo en el estómago. Fijó la vista en el antiquísimo suelo de madera y haciendo, una vez más, acopio de valor levantó la vista hasta la puerta de la habitación de sus padres.

La puerta estaba entreabierta y dejaba escapar una pequeña ranura de tenue luz anaranjada. De nuevo reanudó su marcha hasta quedar frente a la rendija de la que salía aquella luz. La vista del interior de la habitación no lo tranquilizó en absoluto. Una mujer de largos cabellos rubios se encontraba tumbada en la cama ataviada con un fino camisón bordado. La luz que emanaba de la chimenea le desdibujaba el enfermizo rostro y le dibujada sombras por todo el rostro convirtiendo las dulces facciones de su madre en algo grotesco.

En el otro extremo de la habitación su padre hablaba con un hombre cuyo rostro le era tristemente familiar; el doctor. Los binoculares del médico ahora descansaban en sus manos mientras éste se frotaba los ojos. Este había estado buscando una cura, un remedio e incluso algún milagro durante toda la noche pero cuando el primer rallo de sol hizo presencia en la habitación se dio cuenta de que ya nada funcionaría, era demasiado tarde.

Después llegó la lluvia y con ella el presagio de algo terrible.
Su padre se acercó a la cama y se sentó al lado del cuerpo de su todavía amada. Sin decir palabra alguna, sin si quiera realizar un ruido se dobló y le acarició los labios con los suyos a modo de despedida silenciosa teniendo en su mente presente el único ruego de que sus labios pudieran sentir aquel beso.

Mientras se apartaba de ella el chico pudo que de los ojos de su padre brotaban las lágrimas y que en estas se reflejaba la luz de la chimenea haciendo que parecieran piedras preciosas.

Siempre había visto a sus padres besarse pero nunca le había parecido algo a lo que prestar demasiada atención. Sin embargo aquel beso quedaría plasmado en su memoria como el recuerdo de algo puro y maravilloso pues sería el último beso que sus vería darse a sus padres nunca.

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12 comentarios

  1. 1. Marcelo Kisi dice:

    Hola Bea!

    Escrito el 18 enero 2016 a las 19:40
  2. 2. Marcelo Kisi dice:

    Hola Bea! (Perdón, se me mandó el anterior apenas empezado)
    Soy yo, el del piso de arriba (relato 28), y empiezo por tu relato siguiendo la propuesta de comentar los tres siguientes a los nuestros. Me alegro de haberlo hecho, porque tu relato me gustó. Además, hemos ido por la misma vía no romántica. O por lo menos no del todo.
    Me pareció bien construido, desenvolvés bien la trama de a poco, dando la información en dosis perfectas a medida que el chico sube por las escaleras y ve lo que ve. No voy a dar spoilers, pero uno al principio piensa que el hijo va a ser testigo de una cosa y lo termina siendo de otra, lo cual no es poco mérito. El final me gustó porque, aunque no presenta un viraje o una vuelta de tuerca final, culmina correctamente y se mantiene en el mismo registro tierno y humano del resto del relato.
    Lo que te aportaría es bajar un grado de “artificiosidad”, que es un vicio bastante común. Es una cuestión de estilo y de gustos, obviamente, pero la idea sería “borrar las huellas de la producción”, o sea, hacer que el lector se meta tanto en la historia que se olvide de que Bea está ahí detrás escribiendo. O sea, que creamos que es verdad, y no una historia inventada por Bea. Es decir, que una mayor naturalidad en el estilo le da al relato, también, mayor credibilidad.
    Para empezar, la escritura rococó de la literatura romántica abusaba de los adjetivos y nos heredó la sensación de que cuantos más adjetivos, mejor impresión damos de que escribimos bien. HOy en día la tendencia es contar, no dar buena impresión. Una buena manera de darle más naturalidad y frescura al texto es hacer “dieta de adjetivos”. Solo en el primer párrafo tenés 7, y encima uno (apagada) se repite. Recorré todo el texto y lavalo de adjetivos, dejando solo los imprescindibles, los que le dan al texto “pinceladas” que son tan necesarias, por lo significativos, que no se notan. Otra manera de que no se noten es ponerlos más después del sustantivo que antes. “Joven memoria” delata la presencia de la autora. “Largos cabellos rubios” y “fino camisón bordado” son 4 adjetivos que sobrecargan una sola oración. En el mismo párrafo tenés “tenue luz anaranjada”, es decir una fórmula (adjetivo-sustantivo-adjetivo) que se repite demasiado, sobrecarga, desacelera el ritmo y delata el proceso de escritura.
    Es que además, la idea de que “tenés” que escribir “elegante” te lleva a cometer errores. Observá la frase: “La luz que emanaba de la chimenea le desdibujaba el enfermizo rostro y le dibujada sombras por todo el rostro convirtiendo las dulces facciones de su madre en algo grotesco”. Tenés demasiados “dibujar” y “rostro”, como si fuera una oración repetida, es una oración demasiado larga e intrincada, etc..
    Fijate otros lugares donde quizás no es por los adjetivos, pero suena como “demasiado”, también por una cuestión de contenido: “se sentó al lado del cuerpo de su todavía amada.” Todavía su esposa no se murió, así que es su amada actual (¿y deja de amarla cuando se muere?), y no se sentó “al lado del cuerpo”, sino a su lado. Y “su todavía amada” no suena muy bien. Una forma más adecuada, creo, y más natural, sería: “Su padre se acercó a la cama y se sentó al lado de su esposa”. Otro caso: “Realizar un ruido”. Piedra libre para Bea! 😉 Es que nadie “realiza” ruidos. Sencillamente, hacemos ruido. O en la frase: “Caminó hasta ellas y poniendo su pie derecho en la primera comenzó a subir lenta y metódicamente, sin pensar, de forma automática.”, suena raro: una forma “metódica” de hacer algo me suena a contradictorio con “automática”.
    Otra revisión que te invito a hacer es buscar repeticiones. Lo de “desdibujar-dibujar”, “rostro-rostro” ya te lo señalé. Otra es “apagada-apagada” en el primer párrafo. Otra: “habitación de sus padres”, que se repite demasiado cerca, al final del primer y segundo párrafo.
    El resto te lo dejo a vos. Recorré el texto buscando repeticiones, rimas, y también palabritas que se te borraron u olvidaste poner cuando cambiaste la frase (“Mientras se apartaba de ella el chico pudo que de los ojos de su padre brotaban…”, falta la palarbra ver; hay algún par más). Por eso es tan importante la revisión posterior a la escritura, y la ejercitación te va a ir dando la pauta de qué buscar con la lupa.
    Espero que te sirvan estos aportecitos para mejorar, porque la historia es buena y tenés una linda sensibilidad para contar.
    Suerte!

    Escrito el 18 enero 2016 a las 20:28
  3. 3. Earendil dice:

    ¡Hola, Bea!
    Gracias por pasarte por mi relato tan pronto.
    Voy a seguir la fórmula de comentario que se propuso en el blog, para seguir una pauta:

    LO QUE MÁS ME HA GUSTADO:
    La historia es muy tierna, y está contada con mucha sensibilidad y, para mí, sí la calificaría en la categoría de romántica, aunque triunfa la tristeza.
    Pero:
    El lenguaje que has usado, como bien te ha indicado Marcelo Kisi, está demasiado preñado de adjetivos. Eso, para mí, es cuestión de gustos, aunque coincido con él al 100% en las repeticiones.

    LO QUE MENOS ME HA GUSTADO:
    No tengo ninguna cosa que objetar al contenido de tu relato, lo que pasa es que no es mi estilo y tal vez se aleja un poco de mis preferencias.

    He observado algunas faltas de ortografía:
    * “Los binoculares del médico ahora descansaban en sus manos mientras éste se frotaba los ojos. Este había estado buscando una cura, un remedio e incluso algún milagro…”. El “este” que encabeza la segunda frase, también debería ir acentuado, como el anterior.

    * “Este había estado buscando una cura, un remedio e incluso algún milagro durante toda la noche pero cuando el primer rallo de sol hizo presencia en la habitación se dio cuenta de que ya nada funcionaría, era demasiado tarde.” Esta frase es muy larga, y creo que le falta alguna coma detrás de “noche” y de “habitación”. Rayo de sol es con “y”.

    * “…sin si quiera realizar un ruido se dobló…”. Creo que quedaría mejor decir “…sin ni si quiera…”, aunque la frase en general, en su contenido es muy tierna, pero no has utilizado las palabras adecuadas para transmitir ese romanticismo.

    * “Mientras se apartaba de ella el chico pudo que de los ojos…”. Supongo que aquí te ha faltado un “ver”.
    * Y en esta otra: “… pues sería el último beso que sus vería darse a sus padres nunca.”, creo que sobra un “sus”.

    OPINIÓN PERSONAL:
    Como te he dicho, el relato me ha gustado, aunque no sea mi estilo preferido. Has sabido transmitir la fuerza de la escena y del cariño entrañable entre sus padres, cosa que el protagonista cita en la última frase.
    Además está bien estructurado, salvo alguna repetición.
    Te felicito.
    Un saludo

    Escrito el 18 enero 2016 a las 23:02
  4. 4. Marcelo Kisi dice:

    Earendil, te aporto nada más un dato: éste, ése, y aquél, y sus variantes, han dejado de llevar tilde según decisión de la RAE.
    Saludos!

    Escrito el 18 enero 2016 a las 23:46
  5. 5. Efraín Velasco. dice:

    Hola, me ha gustado tu texto puesto que lograste conectarme con las emociones sentidas por la narradora.
    Una observación, al inicio del texto mencionas que la lluvia golpea todas las habitaciones pero luego ya avanzado el texto mencionas que la lluvia llegó después lo cual es una contradicción al inicio.
    En esta parte “Fijó la vista en el antiquísimo suelo de madera y haciendo, una vez más, acopio de valor levantó la vista hasta la puerta de la habitación de sus padres” me parece que la coma debe ir en otro lado, revísalo y considéralo, te invito a pasar a mi texto esperando pudieras hacerme algunas observaciones también. Buena tarde.

    Escrito el 19 enero 2016 a las 00:01
  6. 6. Efraín Velasco. dice:

    Hola me ha gustado como transmites la emoción que siente la chica, respecto a observaciones al inicio mencionas que la lluvia golpea todos los rincones de la casa y posteriormente escribes que la lluvia llegó con un mal augurio, me parece que te estás contradiciendo.
    En esta parte “fijó la vista en el antiquísimo suelo de madera y haciendo, una vez más, acopio de valor levantó la vista hasta la puerta de la habitación de sus padres”, me parece que la coma debería ir en otro sitio, te invito a que lo revises y determines si así lo consideras, te invito que pases a mi texto, es el número 13.

    Escrito el 19 enero 2016 a las 05:38
  7. 7. earendil dice:

    Tienes razón, Marcelo Kisi, gracias por recordármelo. Sobre todo por Bea, para no confundirla.
    En ese caso, la rectificación debería hacerla en el primer “éste”, también pronombre demostrativo, y que sí acentuó.
    Un saludo.

    Escrito el 19 enero 2016 a las 08:18
  8. 8. Juana Medina dice:

    Hola Bea, creo que te han señalado casi todo lo que podría mejorarse. Yo encontré al principio: “Ninguna de las luces que antaño cpnvertían todas y cada una de las estancias en lugares cálidos y acogedores estaba ahora APAGADA. Ló único que profería algo de luz…” Creo que has querido decir que NINGUNA ESTABA PRENDIDA.
    La historia es muy buena y más allá de as cuestiones de estilo, uno adivina alguna experiencia personal detrás.
    Personalmente tuve la impresión de algo escrito sin mucho tiempo para revisar. Me ha pasado. Creo que revisado con tiempo te quedará un muy buen relato.
    Un abrazo

    Escrito el 20 enero 2016 a las 16:22
  9. 9. drow_jack dice:

    Bueno, creo que ya te han descuartizado bastante aquí arriba.
    Se nota que tienes mucho que contar, aprende a dosificar como han sugerido y perfecto, porque por lo general, muy buen relato.
    Te espero en la próxima.

    Escrito el 21 enero 2016 a las 04:13
  10. 10. Jess dice:

    Hola, Bea
    Gracias por tus comentarios a mi relato, el tuyo es bueno y creo que con las observaciones que ya tienes (y a todos nos ayudan, eh) los siguientes serán mejores.
    Nos seguimos leyendo.
    Saludos!!

    Escrito el 21 enero 2016 a las 05:46
  11. 11. matkow dice:

    Hola Bea,

    Gracias por tus comentarios en mi relato. Me ha gustado el tuyo. Veo que ya te han comentado todo lo comentable en cuanto a estructura y demás así que creo que solo te daré mi opinión:

    * Lo que más me ha gustado:La tristeza que consigues transmitir con la atmósfera que creas.

    * Lo que menos me ha gustado: Me ha parecido algo asfixiante y creo que con la ayuda de las mejoras que te han comentado sería más ameno.

    Felicidades.

    Nos leemos 🙂

    Escrito el 21 enero 2016 a las 10:39
  12. 12. lunaclara dice:

    Hola Bea: Creo que escribes muy bien, y como te han dicho, sabes transmitir emociones. Solo echo en falta saber el por qué de tal enfermedad, algo más que me haga engancharme a la historia. La relación del hijo con los padres, el por qué de su enfermedad…
    Solo he visto esto, que yo pondría así: “…pues sería el último beso que vería darse a sus padres”.

    Felicidades!

    Escrito el 22 enero 2016 a las 11:58

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