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EL ULTIMO BESO - por SEDARA

EL ÚLTIMO BESO
Sergio se despertó como todos los días de sus 53 años a las 06,30hs.; fue al baño, se duchó; luego se preparó su cortado, sus tostadas, extrajo de la heladera su mermelada de naranja. Al finalizar preparó el té negro de oriente, con apenas unas pocas gotas de leche, también colocó en la bandeja de madera rústica 3 tostadas que iban acompañadas de manteca y dulce de leche, y se introdujo en la habitación en donde todavía descansaba Débora, “su amor”, su vida, su tesoro y con quién había compartido éstos últimos casi nueve años de su vida; coloca la bandeja sobre la mesa de luz, se sienta en el borde de la cama, acaricia el largo y lacio pelo negro, también recorre suavemente con su mano izquierda el hermoso rostro de “su amor”, inmediatamente después se inclinó y con sus labios besó, la frente, luego cada uno de los ojos y se estacionó brevemente pero con mucho sentimiento sobre los labios de “su tesoro”. Él le dijo: “te dejo el té con las tostadas en la mesita, hoy regreso cerca de las 15,00hs., me toca un viaje corto, no más de 150 Km., no te olvides pagar las boletas que están en la heladera; ah. . ., y por favor no te olvides que te amo.” Se escuchó el sonido de la puerta al cerrarse, y luego el girar de la llave en la cerradura.
Las horas pasaron, el día transcurría normalmente, como siempre, la rutina, el sol, el ruido de la calle y las gentes. A esta hora del día Débora se encuentra sumergida en las actividades cotidianas; ella alcanza 35 años, posee una figura fina y esbelta, ya hace un tiempo (los “últimos casi nueve años de su vida”) que se siente tranquila, y amada; y aunque su vida no es el huerto de El Edén, tiene muchas ganas, sueños, expectativas y esperanzas. Su mayor anhelo en la actualidad es ser mamá de un hijo de Sergio, su amor y su tesoro también. Todo está por hacerse, por llegar, por concretarse, es cuestión de tiempo, ya va a llegar el día, el momento, la situación. Pero un crítico de cine escribió alguna vez: “Los momentos decisivos de la vida cuando la dirección cambia para siempre, no están siempre marcados por un dramatismo ruidoso; lo hacen en silencio y allí reside su fuerza.”
Pasadas las 13,00hs. Débora enciende el televisor, para ver las noticias, informarse, también algo de chismes del espectáculo, romances y todo eso. De pronto aparece un placa roja en el televisor, un último momento; en una ruta cercana un accidente automovilístico, alguien se cruza de mano, una mala maniobra, y choca de frente a otro auto que regresaba a la ciudad correctamente; las primeras imágenes son impresionantes, evidentemente el conductor del vehículo embestido no tuvo oportunidad de nada, el automotor quedó irreconocible, que tragedia, ¿que habrá pasado?, el saldo fatal es dos muertes irreparables, dos familias truncadas y cortadas. Al rato el teléfono de Débora suena y toda su vida cambió.
Aquel beso cerca de las 07,00hs. Fue El último beso; aquellas caricias fueron las últimas, aquella bandeja rústica con el dulce de leche, la manteca, las tostadas y el té oriental sobre la mesita de luz, también fue la última. Esa escena, esa imagen quedó grabada en la mente, en el corazón y en la vida de Débora como una foto indeleble para siempre, valga la redundancia.
Sergio y Débora nunca tuvieron la certeza o la conciencia que en esa mañana de Enero se darían “El último Beso”, pero la intensidad y el amor sincero que los unía hizo que se grabara a fuego en estas letras; y debo coincidir con el crítico de cine: “Los momentos decisivos de la vida cuando la dirección cambia para siempre, no están siempre marcados por un dramatismo ruidoso; lo hacen en silencio y allí reside su fuerza.”

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3 comentarios

  1. 1. Lesly Bosco dice:

    Es una historia bonita, pero triste.
    Las horas y los kilómetros si bien se pueden escribir en números, las palabras deberían estar completas. La forma correcta de escribir las horas diría que es con 2 puntos, no comas.
    La última frase sobra, ya sabemos lo que dijo el crítico de cine porque lo dices más arriba, yo lo terminaría en “debo coincidir con el crítico de cine”.
    Respecto a esta última frase, es la única pista que tenemos de un narrador testigo, aunque no me parece muy logrado el reto, creo que el narrador sabe más de lo que debería saber un narrador testigo, incluso de lo que sienten.
    Vigila con los tiempos verbales, incluso dentro del mismo párrafo alternas entre presente y pasado y no es coherente.

    Si te animas mi relato es el 205.

    un saludo

    Escrito el 20 enero 2016 a las 12:25
  2. 2. Clau Cruz dice:

    Hola Sedara.
    Me gustó la historia. Es triste, pero más cotidiana de lo que pudieramos desear.
    Como aquí estamos para aprender todos de todos, permíteme hacer algunas sugerencias:
    Me parece que el narrador no tiene la característica de ser un “testigo”, ya que en ningún momento se percibe en el lugar de los hechos.
    De igual modo, para mi gusto manejas muchos adjetivos posesivos entre los personajes: “su amor, su vida, su tesoro”.
    y en la frase “después se inclinó y con sus labios beso, la frente” creo que está de más explicar que la beso “con sus labios”, se hubiera entendido bien decir: “después se inclinó y beso su frente”.
    Pero bueno, solo es mi punto de vista, al final cada uno tiene el derecho de expresar sus ideas como mejor le acomode ¿cierto?
    ¡Buen trabajo!
    y espero seguirnos leyendo.
    Bendiciones.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 19:44
  3. 3. Tenshys dice:

    Es un relato triste, pero muy cotidiano y hasta cierto punto te lleva a replantear algunos aspectos de la vida. Bien por eso, porque a fin de cuentas quizá esto es lo que querías decir al escribir la historia.

    En cuanto a la forma, coincido con la primer comentarista, sobre la escritura de los números y los tiempos verbales, a ello añadiría la separación entre párrafos (interlineado); es menos atractivo un texto que aparenta estar compacto que uno que tiene bien delimitadas las pausas cortas y las largas.

    Respecto al “reto”, me parece que no lograste convertir a tu narrador en un testigo, tal vez si la historia la contara la señora del servicio que hubiera visto a Sergio preparar el desayuno, luego imaginar que se lo llevaría a Deborah, y después que nos dijera cómo se enteró la señora de la muerte de Sergio hubieras acertado un poco más. Pero eso es solo mi opinión, de cualquier manera me gustó el fondo de tu relato.

    Saludos.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 23:41

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