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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El último beso - por Saldivia

Web: http://saldivia.blogspot.com

Extractos de la carta póstuma de la doctora Anaís Guerra:

(…) y aquello, que empezó como un juego o un experimento, terminó siendo un hábito. Me convertí en la voyeur de Ariadna y Tomás, en un acuerdo justo. Ellos añadían un extra a su disfrute sabiendo que sus cuerpos perfectos y su desempeño gimnástico eran admirados –o idolatrados debería decir- y yo encontraba más placer en la solitaria remembranza de estas imágenes que en cualquier variante interactiva del sexo.

(…) en ese momento, Ariadna me dijo que había tenido una idea genial para solucionar el asunto de Tomasito. Así se refería ella siempre a su relación de amor-odio con su marido: “el asunto de Tomasito”, livianamente, como si fuese una sociedad de negocios fallida o una discusión con el verdulero de la esquina, cuando en este caso yo – que conocí a Ariadna desde que fuimos condiscípulas en el Colegio Británico – sabía que no se soportaban y que su interminable ciclo de amargas discusiones, violentas rupturas y abruptas reconciliaciones iba determinado por sus personalidades competitivas que chocaban perennemente, versus el inconmensurable deseo sexual que sentían el uno por el otro.

(…) no me fue difícil sintetizar el fluoracetato de sodio, presente en muchos matarratas ni conseguir el monoacetato de glicerilo, aditivo de grado alimenticio bastante común. Mi mayor sentimiento de culpa nace de ese acallar deliberado de mi conciencia, aun teniendo una idea clara de lo que se proponía Ariadna.

(…) Tomás vino corriendo a mostrarme la tarjeta, celebrando las ocurrencias de su mujer. “Down Under Ultimate Kiss” se llamaba el acto que ella concibió y preparó, y que yo presenciaría como era costumbre. Yo ya había leido que un beso australiano no es otra cosa que un cunnilingus (…) a veces Tomás resulta encantadoramente ingenuo, así que soporté con paciencia su farfullada traducción del nombre ideado por su mujer como el “no va más del beso australiano” y su clase teórica sobre el modo correcto de dar éste. La ignorancia que fingí aceleró su pulso y acendró su pasión, comparable a la de un caballero medieval que espera impaciente el día pactado para desflorar a su dama.

(…) luego de la sobremesa reapareció Ariadna, más hermosa que nunca, luciendo un vestido blanco tipo túnica, con una conveniente abertura frontal. Bebió varias copas de un coctel que tenía un aspecto untuoso –después supe que debido a la adición del monoacetato de glicerilo- mientras Tomás, que le proporcionaba el beso más profundo, íntimo y placentero que las mujeres conocemos, iba de frac. Nos excitaba ver el modo experto en que lograba desembarazarse de ese montón de prendas en un desenfadado estriptís. Ese día, no obstante, no tuvo oportunidad de lucirse. El largo cunnilingus, proyectado para durar más de una hora, se interrumpió en el minuto cuarenta y siete con un quejido y un chorro de vómito (…) el malestar más leve de Ariadna, que apenas estuvo internada hasta el amanecer, se debió a la imperfecta acción del monoacetato de glicerilo como antídoto, que no neutralizó totalmente la leve cantidad de fluoracetato de sodio que ingresó a su cuerpo por vía cutánea. Ello fue suficiente para culpar a las setas de la intoxicación y deceso de Tomás (es que él es un bárbaro comiendo setas, yo apenas las probé) y para justificar la actitud algo extraviada (no dolorosa, no sorprendida) de Ariadna ante la muerte de su cónyuge.

Hoy, más de treinta años después, en los escasos momentos de lucidez que mi tratamiento de morfina me proporciona, aún me pregunto si luego de aquello Ariadna decidió retirarme el trato por vergüenza, por conveniencia o por hastío; y si confió ciegamente en mi discreción obligada (como cómplice culposa) o si, más bien, estaba segura de que los verdaderos motivos de la muerte de Tomás conformaban una historia fantástica que nadie creería.

Pero aún mas curiosidad me produce saber si, antes de morir, Tomás llegó a detectar algún sabor extraño en lo que, aparentando ser fluido de las glándulas de Bartolini, era el fluoracetato de sodio disuelto en glicerina que Ariadna minuciosamente había aplicado sobre su vulva, o si su mente había sido capaz de discernir que, aparte de la interpretación que le dio, “ultímate kiss” también podía traducirse como “el último beso”.

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17 comentarios

  1. 2. Lesly Bosco dice:

    Creo que hay que revisar el uso de los guiones, aunque no es grave.
    El texto es fluido, se entiende bien, está bien escrito.
    Creo que el reto no está conseguido porque el narrador está demasiado implicado en la historia como para ser un narrador testigo e incluso participa en los hechos.
    Creo que sin los paréntesis (…) y sin poner que son extractos la carta se entiende igual, no da la sensación de que falte texto entre los párrafos.
    Por lo demás el estilo está bien, es una historia original y es interesante.
    Saludos

    Escrito el 19 enero 2016 a las 12:47
  2. 3. Caciba dice:

    Hola, Saldivia.

    ¡Leer para creer!, no había oído nada sobre esa noticia. Desde luego que la realidad supera la ficción.

    La forma como extractos de una carta sí me parece una idea original, por lo menos a mí no se me ocurren esas cosas. Y con respecto al vocabulario, ortografía, redacción, pues me parece todo perfecto. Aunque hay una palabra: “acentró”, que supongo que quieres decir “acrecentó”. He buscado la que tú escribiste, no fuera a ser que existiera pero no la he encontrado. ¿Es un error o existe realmente?

    Has hecho un buen relato de una noticia horrorosa. Enhorabuena por escribir así.

    Por cierto, los nombres de los personajes de mi relato son anagramas con los nombres y apellidos de mis familiares y amigos. Lo mismo me sale alguno interesante con los vuestros, probaré 😉

    Escrito el 19 enero 2016 a las 21:22
  3. 4. Leonardo Ossa dice:

    Hola Saldivia, estoy muy agradecido con la visita y el comentario que haces a mi relato.
    Sobre tu escrito debo decir que me ha parecido muy ingeniosa la forma en que presentas la historia. Enterarme de que se funda en una noticia de la vida real me genera mucha sorpresa, y le confiere a tu relato un matiz de realidad convincente.
    La mención de los elementos químicos y las explicaciones del antídoto es algo que agradezco, pues, por lo general en las noticias no se dan muchas explicaciones y quedan en el aire muchos interrogantes, cosa que ahora con la lectura de tu relato me parecen resueltos.
    Has hecho un buen trabajo Saldivia, nos enseñas un recurso muy válido, sacando toda una historia de una noticia escabrosa y peculiar.
    Un abrazo.

    Escrito el 19 enero 2016 a las 23:55
  4. 5. Saldivia dice:

    Hola Lesly, Caciba y Leonardo, gracias por sus comentarios. Desde que leì esa historia en un periòdico sensacionalista (puse el vìnculo a la noticia en un medio serio, pero yo la leì en una gacetilla amarillista), estaba esperando la oportunidad de escribir sobre esa historia. Por cuestiones de sincronicidad, justo me enviaron una imagen chistosa sobre los tipos de beso, incluyendo el beso australianao, asì que al leer el reto de este mes, el relato saliò solo y de un tiròn.
    Caciba, la palabra que escribì fue “acendrò”, a lo mejor tu la viste como “acentrò” (que segùn el DRAE no existè… pero suena bien). Igual revisè su acepciòn y no significa exactamente lo que yo creìa, aunque por suerte cabe en la oraciòn donde està. Yo la usè como sinònimo de “intensificò” cuando su sinònimo màs cercano es “depurò”. Asi que acendrarè el uso de esas palabrejas inusuales.
    Leonardo, gracias mi pana por tus comentarios; hice una pequeña investigaciòn sobre los agentes activos de los venenos y alguno que tuviese un antìdoto imperfecto, de modo que debo darle las gracias a google por ayudarme a escribir el relato. No se si la dama brasilera que intentò envenenar al marido se haya ocupado del tema antìdotos, pero en este relato Ariadna si lo hizo. ¡Un gran abrazo!

    Escrito el 20 enero 2016 a las 13:25
  5. 6. Frida dice:

    Hola Saldivia, antes de nada agradecerte tu paso por mi relato, como siempre un placer tenerte como comentarista.

    Lo cierto es que yo tampoco había escuchado nada acerca de esta noticia y, la verdad es que el que hayas llevado a cabo un ejercicio a partir de algo verídico, es todo un reto y un logro.

    Tal y como Caciba Y Leonardo apuntan, la forma de presentar el relato, es muy original, a mí jamás se me hubiese ocurrido. Comentarte también, que tu relato me recordó levemente al libro “la pianista”, por ese tema de la mujer voyeur que se recrea más con los demás y lo que recuerda, que con la propia experiencia.

    En cuanto al reto opcional, yo sí considero que lo has logrado, pues aunque Anaís es protagonista del relato, en realidad es una testigo presencial, ella ni pincha ni corta en la trama, tan sólo la observa, es el claro ejemplo que en el blog nos daba Iria cuando hablaba del libro “el nombre de la rosa”.

    Tenía la impresión de que Ariadna había matado a propósito a Tomás, pero es que con la lectura de la noticia real, he acabado ppor convencerme del todo, lo que creo que todos nos preguntamos, incluída Anaís, es el porqué. Menuda forma más desagradable de morir, sería genial para él sino fuese porque en los últimos instantes, debido a que vomita y se halla mal, seguramente es consciente de que algo malo le ocurre. Desde luego, Ariadna es evidente que mucho no lo quería, sino no lo hubiese hecho sufrir al final de su vida.

    Me ha resultado un relato fresco y original, la verdad, no sé sobre que habrán escrito los demás compañeros, pues tu relato es el primero que leo, pero desde luego tú has sido muy original. Felicidades por la narración.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 18:10
  6. 7. Caciba dice:

    Gracias por la corrección, Saldivia. Fue el resultado de:

    Mi subconsciente leyó (acrecentó) + Mi subconsciente me traicionó (adentró) + lectura en el teléfono (letra chiquitita) = acenTró.

    He aprendido una nueva palabra (ACENDRÓ), gracias por la explicación. Ya no se me olvida, y la usaré en algún relato. Si viene al caso, en el próximo 🙂

    Un saludo

    Escrito el 21 enero 2016 a las 15:55
  7. 8. Fabián dice:

    Lo mejor de todo es que ni hace falta saber el porqué de ese envenenamiento, al llegar al final del relato no me queda esa sensación de que me esté faltando algo, todo lo contrario. Te quedó redondo.
    Con respecto al narrador testigo yo creo que si que lo conseguiste, pero claro, si solo nos vamos a ceñir a los ejemplos puestos por Iria entonces no, por que el narrador está bastante involucrado en la escena, se podría considerar hasta que es cómplice del asesinato por que fue la que le consiguió las dos sustancias, o por lo menos sospechosa. Según Iria el narrador testigo no se involucra nada en la trama, pero yo creo que no hay nada escrito en piedra, y que las “reglas” siempre se pueden moldear sin romperlas. Yo te lo doy por conseguido y de sobras.

    Lo único que no me convence, y que suelo tener este problema con la mayoría de relatos escritos a modo de carta para alguien, es que escribe de una manera demasiado “literaria”, con su retórica, sus metáforas, e incluso buscando palabras algo rebuscadas a modo de sinónimos, preocupándose de no repetir palabras.
    He escrito cartas y he recibido algunas también, y suelen estar escritas en una forma muy parecida al habla, como estar conversando con la otra persona. ¿Está escribiendo una carta o un libro? Es lo único que me hace recordar todo el rato que estoy leyendo un relato corto, en vez de una carta.

    Escrito el 21 enero 2016 a las 21:03
  8. 9. Thelma López Lara dice:

    Hola Saldivia, gracias por leer mi relato y por tus comentarios.

    ¡Qué buen relato! Tomar esa noticia sensacionalista para hacer tu relato fue una gran idea. Hay historia, intriga, tiene inicio, desarrollo y desenlace. Eres muy creativa.

    Saludes.

    Escrito el 22 enero 2016 a las 00:52
  9. 10. Saldivia dice:

    Gracias nuevamente, aprendo mucho de sus aportes.
    Frida, ahora que lo dices, Anais coincide en mucho con “La pianista”, tal vez mi sobconsciente me dejó colar aspectos de esta cuando estaba imaginando a la testigo, yo no leí el libro pero vi la película, y me impactó grandemente.
    Caciba, esos gazapos pasan y mas cuando usamos el teléfono, con sus teclas y letras para adolescentes de apresto finísimo y visión agudísima, leeré con fruición tus escritos futuros a ver si cabe el verbo acendrar por allí.
    Fabián, gracias por tu comentario, tienes razón en lo de la carta, yo que aún las escribo, uso un lenguaje más desenfadado, casi coloquial. Sin embargo, pensé que el elevado nivel académico de la Dra. Guerra, y el hecho de que escribiese una carta para ser leída luego de su muerte podían propiciar el uso de ese lenguaje, mas creo que se me pasó la mano. Y pensé igual que tu con respecto al narrador testigo, esas fronteras son muy delgadas, siempre habrá quien piense que se consiguió el reto, y quien piense lo opuesto.
    Thelma, gracias por tus apreciaciones, me alegra que tu, que usas el lenguaje tan acertadamente, encuentres mérito en mi texto

    Escrito el 22 enero 2016 a las 14:54
  10. 11. Isan dice:

    Hola Saldivia:

    Lo primero comentaré algunas cosillas que me han llamado la atención o que yo cambiaría.

    Cuando dices “sus personalidades competitivas que chocaban perennemente, versus…”, para mi gusto, en esta ocasión, sustituiría “versus” por “contra”. Cuestión de gustos. En cualquier caso quitaría la coma entre perenne y versus.

    Creo que explicas demasiado pormenorizadamente la composición química del veneno. Aparecen en tras momentos. Para una novela más extensa podría valer.

    Creo que el final quedaría mejor sin traducir el “ultímate kiss” por innecesario, es decir, mencionarlo para el lector se percate pero no traducir.

    Como ves, tres minucias que no desmerecen un magnífico relato con un asunto o tema que está presente en todo el relato, adornado con elementos muy cuidados que completan la escena y un lenguaje rico que le da valor.

    Escrito el 24 enero 2016 a las 02:21
  11. 12. Manoli VF dice:

    Hola Saldivia, gracias por comentar mi texto, ya mismo te comento sobre el tuyo:

    Me ha sorprendido tu relato, tanto por el tema que abordas como la situación que describes. No es fácil narrar una escena de estas características, sobe todo al hacer uso de los términos, para que no queden ni vulgares ni demasiado técnicos, y se entienda lo que estás contando. Y todo esto lo has hecho a la perfección.

    Lo que no me gusta es lo de comenzar cada párrafo de la carta con los paréntesis, creo que con poner uno al principio y luego separar los párrafos bastaría, o de ponerlos mejor entonces sin separar los párrafos (…)pero no siempre al inicio, no se si es correcto, pero estéticamente no me parece que favorezca.

    Y también respecto a la trama: me ha faltado algo en el motivo del asesinato, sólo abordas la relación amor-odio pero creo que falta un tercer elemento para actuar de detonante por ejemplo una tercera persona, un amante, o mismo una relación lésbica con la protagonista que explicaría por qué esta le ayuda con el veneno.

    Te sigo leyendo. Un saludo.

    Escrito el 25 enero 2016 a las 15:50
  12. 13. Manoli VF dice:

    Ah, respecto al narrador testigo yo lo he visto muy acertado. Y el lenguaje de la carta lo considero adecuado tanto al nivel cultural de la doctora como a que no es una carta de uso doméstico sino dirigida a contar algo que ha guardado dentro mucho tiempo y por eso la forma de contarlo con los detalles. A mi me ha gustado 😉

    Escrito el 25 enero 2016 a las 15:54
  13. 14. Saldivia dice:

    Hola Isan, Manoli, gracias por sus aportes, muy útiles y propiciadores de la reflexión.
    Isan, llevas razón en lo de repetir las nomenclaturas del veneno y su antídoto, leyéndolo ahora veo que hubiese podido escribir de modo que no se repitiesen tanto; sobre todo tomando en cuenta que se asemejan entre si y pueden confundir. Lo de la traducción; creo pude haberlo manejado mejor, la idea era jugar con la doble significación de “ultimate”.
    Manoli, lo del (…) era para sugerir que el párrafo venía de decir otra cosa, ciértamente estéticamente se ve desagradable. Y a mi también, leyendo ahora, me falta solidez en los motivos para asesinar a Tomás. De todo eso se aprende!

    Nos seguimos leyendo!

    Escrito el 25 enero 2016 a las 17:43
  14. 15. Basilisa Nogales dice:

    Hola, Saldivia:
    A mí también me gusta leer la prensa con mentalidad de escritor porque algunas noticias dan mucho juego para convertirse en relatos. De hecho, el que envié para esta escena está basado, como el tuyo, en un hecho real.
    Estoy de acuerdo con las sugerencias que te han hecho los demás compañeros, sobre todo con las de Manoli. Tendrías que haber profundizado en la razón por la cual ella decidió ponerse el veneno. Los paréntesis debiste dosificarlos, poner solo alguno de tarde en tarde y no al principio del párrafo.
    Creo que si pules un poco el texto y sigues las sugerencias de Manoli e Isan, puede quedar muy bien.
    En cuanto al narrador, tal vez la doctora tuvo demasiado protagonismo para ser testigo. Porque en este caso solo “mirar” la implicaba como parte de la historia.
    Me ha gustado tu historia.
    Un saludo.

    Escrito el 25 enero 2016 a las 18:24
  15. 16. Isolina R dice:

    Hola, Saldivia:
    Me sumo a lo que ya han dicho los compañeros anteriores.
    Se trata de una buena historia y merece la pena que la revises un poquito. Con lo que ya te han señalado quedará de cine.

    Voy a añadirte algunas cosillas mínimas que he visto en el plano formal:
    En: “por sus personalidades competitivas que chocaban perennemente, versus el inconmensurable deseo sexual que sentían el uno por el otro” yo quitaría “versus”, y en el caso de mantenerlo, lo entrecomillaría.
    En: “el monoacetato de glicerilo, aditivo de grado alimenticio”, yo eliminaría “de grado”.
    En: “Yo ya había leido que un beso australiano no es otra cosa que un cunnilingus”, le falta la tilde a “leído”, habría que poner “era” en lugar de “es” y entrecomillar “cunnilingus”.
    Los demostrativos no tienen que llevar tilde, así que sobra en: “el modo correcto de dar éste”.
    En: “varias copas de un coctel” falta la tilde a “cóctel”.
    En: “Pero aún mas curiosidad”, falta la tilde en “mas”.
    Rimas: “como si fuese una sociedad de negocios fallida o una discusión con el verdulero de la esquina”, “aun teniendo una idea clara de lo que se proponía Ariadna”.
    Has usado seis adverbios en “-mente”. Yo los reduciría a tres.
    Me parece que en algún comentario que hiciste en uno de mis textos señalaste que los incisos aclaratorios debían ir entre guiones. No es así, Saldivia, tienen que ir entre rayas.
    Espero que mis sugerencias te sirvan.
    Saludos.

    Escrito el 25 enero 2016 a las 18:45
  16. 17. Saldivia dice:

    Hola Basilisa, Isolina, gracias por sus comentariuos, de todo se aprende! un aspecto siempre interesante es la diferencia entre la lengua castellana en la península ibérica e hispanoamérica, tema recurrente en los comentarios sobre mis textos. Por estas latitudes, no se pone tilde a coctel ya que es aguda y no grave. La RAE admite ambas formas (ver http://dle.rae.es/?id=9cKSoLa) tambien advertir que “de grado alimenticio” es un tecnicismo, se usa para aquellos compuestos que no son alimenticios de por si, pero son tolerables en la industria de alimentos dentro de ciertos parámetros; sin embargo coincido con Isolina en que es mejor suprimir ese “de grado” ya que no todo el mundo maneja ese dato tan particular. Gracias a todos!

    Escrito el 31 enero 2016 a las 17:53

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