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El último beso - por Slayerblond

Si algo he aprendido en el tiempo que llevo trabajando como asistente de una funeraria es que todo llega a su fin; y por eso mismo jamás entendí el miedo que tiene la gente a la muerte.
O al menos eso era entonces.

Era un frío día de enero, ese día en particular mi asignación había sido servir bebidas calientes y aperitivos a los dolientes del único servicio que tendríamos en el día. Podía observar desde ahí la sala de velación en la que ocurría el servicio y por el frío que hacía incluso dentro del lugar, nadie se había despojado de sus sacos y sus guantes. Todas esas personas vestidas de negro se apretujaban en los bancos, quizá en un intento por ahuyentar el frío que sentían o tal vez era su modo de afrontar el duelo por el ser querido.

No tenía nada mejor que hacer ya que nadie parecía dispuesto venir por una bebida caliente; por lo que me dediqué a observar distraídamente a las personas reunidas hasta que algo llamó mi atención: un hombre, el único que se encontraba de pie junto a la viuda sollozante arrodillada frente al féretro, quizá en un esfuerzo para consolarla aunque visiblemente él mismo se encontraba en un llanto tal que su cuerpo temblaba. Me hubiera inclinado a pensar que tal vez simplemente se tratara de frío ya que ese sujeto usaba una ropa demasiado delgada y fresca para aquel frío infernal, siendo esto lo que había llamado mi atención hacia él en primer lugar, pero no parecía tiritar.

Todo en él parecía estar fuera de lugar, se inclinaba y hablaba a la mujer que lloraba desconsolada sin causar un efecto aparente en ella, incluso había colocado la mano en su hombro y lo acariciaba con cariño. Había visto tal gesto una y otra vez a lo largo de los años y por lo general venía acompañado de una reacción por parte del doliente, ya fuera apartar la mano con una brusquedad nacida del dolor o bien apretarla en un esfuerzo por apoyarse en alguien en esos momentos, pero en cambio esta mujer no hizo nada de ello. Simplemente siguió llorando hasta que el hombre pareció desesperarse, temí tener que llamar a seguridad para sacarlo pues comenzaba a gritar a todos los dolientes con una furia que no lograba entender pero para mi sorpresa ellos no intentaron calmarlo, no incrementaron su llanto. Siguieron en paz.

Un horrible escalofrío comenzó a formarse en la base de mi nuca sin poder explicarme a qué se debía cuando un hombre se aproximó hacia él. Éste era alto, delgado y con una piel pálida de un tono algo grisáceo. Su rostro permanecía inmutable mientras se dirigía a ese hombre; no pude escuchar lo que le dijo pero pronto el primer hombre se calmó. Intenté acercarme por curiosidad pero mi jefe no tardó en ordenarme que volviera a mi posición por lo que jamás sabré que le dijo a aquél hombre para calmarlo de un modo tan radical. Cuando volví a observar hacia aquél hombre, se encontraba arrodillado frente a la viuda, colocando sus manos sobre las de ella e inclinándose para susurrarle algo al oído. Ella no parecía verlo, sin embargo su llanto se incrementó, él acarició su cabello y por último, besó su frente para después levantarse, no sin pesar, y acercarse al hombre delgado, sólo estando a su lado se permitió girar el rostro para mirarla por última vez antes de caminar por el pasillo hacia el muro derecho.

Creí que se habrían equivocado pues la única salida de esa sala era la puerta principal, desde la cual yo los observaba. Pero antes de que pudiera reaccionar, el hombre delgado giró su rostro hacia mí, observándome tan fijamente que me congelé y sentí como un atroz escalofrío helaba mi espina; los ojos opacos en esas cuencas hundidas casi parecían ausentes pero infundían un sentimiento muy claro: la certeza de que un día volvería a ver a ese hombre y algo me decía que no sería por casualidad.

Aquel sentimiento que me helaba desapareció junto con ellos, que sin tocar el muro habían desaparecido de algún modo entre las flores blancas que adornaban la base del féretro.

Desde entonces tengo la sensación de que ese hombre aparecerá en cada esquina para guiarme a mi destino eterno. Sólo me pregunto si, como a aquel hombre que vi hace tantos años ya, me permitirá despedirme de mis seres queridos con un último beso.

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4 comentarios

  1. 1. Manoli VF dice:

    Hola, Slayerblond.Como vecina, me ha tocado comentar tu texto, y observar que predomina el tema de la muerte como en otros relatos que he estado leyendo. Ese “hombre invisible” que sin embargo el empleado consigue ver, se convierte en el eje de la historia, aunque parece acompañado, ¿una suerte de ángeles? bueno, el tema da para ahondar sobre él.

    Sobre las mejoras repites mucho la palabra “hombre” y encuentro que predomina la enumeración de los acontecimientos externos frente a lo que “realmente sucede” interiormente.

    Con todo, es un relato de fácil lectura y está bien estructurado. Un saludo.

    Escrito el 19 enero 2016 a las 01:04
  2. 2. Carmen Serrano dice:

    Veo que el tema de la muerte ha sido recurrente.
    En primer lugar creo que el reto del narrador testigo está conseguido; en primera persona y describiendo la escena pero sin implicaciones subjetivas.
    El texto marca un ritmo correcto, fácil de leer con un lenguaje claro y directo sin florituras. Esto me gusta porque no abusas de la adjetivación que puede darle un tono más artificioso a la historia. Sólo te corregiría dos cositas: la primera cambiaría “me hubiera inclinado a pensar…” por “Pensé que sería de frío…” porque parece que le quitas seguridad a la acción de pensar (o se piensa o no se piensa), la segunda (he visto que te lo han comentado ya) es que repites mucho el sustantivo HOMBRE. Podrías cambiarlo por algún sinónimo, omitirlo o cambiarlo por alguna cualidad que además nos describa a los personajes (el del sombrero, el canoso, etc). No sé, es una sugerencia.
    Has descrito muy bien el ambiente de un velatorio. Totalmente reconocible.
    Me ha gustado como has definido la existencia de dos mundos paralelos: el real y el más allá. Quizás me falta información sobre porqué el narrador-testigo es capaz de los personajes del otro lado.
    Un buen texto. Felicidades.

    Escrito el 21 enero 2016 a las 00:12
  3. 3. CARMEN SERRANO dice:

    Veo que el tema de muerte ha sido recurrente.
    En primer lugar, el reto del narrador-testigo está conseguido, enhorabuena; en primera persona y describiendo la escena pero sin implicaciones subjetivas.
    El texto marca un ritmo correcto con un lenguaje claro y directo sin florituras. Esto me gusta porque no abusas de la adjetivación que puede darle un aire más artificioso. Sólo te corregiría dos cositas: la primera cambiaría el “Me hubiera inclinado a pensar…” por “Pensé que sería de frío…” porque le quitas seguridad a la acción de pensar (o se piensa o no se piensa) y segunda, repites mucho HOMBRE que se podría omitir, utilizar algún sinónimo o utilizar alguna cualidad de los sujetos (el del sombrero, el canoso, etc). Es una sugerencia.
    Has descrito muy bien el ambiente de los velatorios. Totalmente reconocible.
    Me ha gustado como has definido la existencia de dos mundos paralelos: el real y el más allá. Quizás me falta información sobre porqué el narrador es capaz de ver los personajes del otro lado.
    Un buen texto. Felicidades. Sigue practicando.

    Escrito el 21 enero 2016 a las 00:24
  4. 4. Slayerblond dice:

    Muchas gracias a ambos por sus comentarios y por leer mi escrito.
    Es muy cierto que es un tema recurrente, supongo que en parte fui a lo seguro por los nervios pero espero también corregir eso con el tiempo.

    Tienen toda la razón, uso exesivamente esa palabra pudiendo reemplazarla por alguna que le diera cualidad a los sujetos, gracias por la sugerencia Carmen; sin duda lo pondré en practica y lo tendré muy presente.

    Sin duda me faltó información pero el límite de caracteres me ahorcó un poquito en ese aspecto, estoy tentada a escribir mas extensamente explicando porqué el narrador es capaz de ver los personajes del otro lado, porqué en ese momento en particular.

    Escrito el 25 enero 2016 a las 06:51

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