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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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EL ÚLTIMO BESO - por Mariaje

Aquel día, como cada mañana, tenía un café caliente en la mano, la boca abierta y los ojos medio cerrados, esperando ansiosos el efecto de la cafeína. Con la mano que me quedaba libre me arrasqué como un gato, y miré con indiferencia por la ventana mientras bostezaba.
Entonces vi una inusual escena al lado de la parada de mi autobús. Me quité las legañas y pegué mi frente al cristal, a modo ventosa, para poder observar mejor, como si no creyera lo que veía. Y eso que ellos salían todos los días en la televisión.
Esa mañana los ví por primera vez, nunca llegué a hablar con ellos, pero les puse nombre y corazón y a través de sus ojos pude ver su historia.
Sin tener que mirar sus caras, su piel oscura, sus ojos negros, las ropas les delataban: desgastados pantalones de paño con zapatillas de deporte, viejas chaquetas de cuero con camisetas del Real Madrid. La beneficencia no sabe de moda.
¿De dónde vendrían? De un país lejano, en guerra, donde las ruinas de su pasado habían sepultado su futuro y sus recuerdos. ¿Cómo habrían llegado hasta allí, hasta mi mismísimo barrio? Andando mucho, tiritando de frío y de miedo en una balsa, de polizones acurrucados como pequeños ratones, un viaje muy largo.
Y aquella mañana estaban allí, en la tierra prometida, detrás de la parada de un autobús, apoyados en una sucia fachada. Seis o siete, ya no lo recuerdo, todos hombres, sin mucho que hacer, miraban la gente pasar, charlaban, a veces reían, a veces la mirada se les perdía en el infinito. ¿Qué habrían visto aquellos ojos? Muchas cosas que querían olvidar.
Me pareció que intentaban ser invisibles, fundirse con la fachada, con el entorno, quizás en la esperanza de convertirse en uno de aquellos seres afortunados que les resultaban tan lejanos. Lo cierto es que nadie les miraba, y sin embargo todos les veían: se desviaban para no pasar demasiado cerca.
Entonces me fijé por primera vez en el crío. Reía a mándibula abierta una ocurrencia de su padre. Y ya no pude mirar nada más, sólo a ellos dos. El chico era feliz, pero feliz en mayúsculas; estaba con él. Los ojos del padre, no puedo describirlos, tanto amor, tanta tristeza. ¿Qué habrían dejado atrás? Una madre. Una mujer muerta. Sueños.
¿Cómo recordaría aquel niño el último abrazo que le había dado su madre, tal vez sin saber siquiera que lo era? ¿Cómo guardaría en su memoria aquel precioso tesoro; el último abrazo, la última caricia, la última mirada?
La mañana siguiente fue más fría, pero todos se presentaron puntuales. Mi café me dejó tiempo para ver al padre con el chico en brazos, señalando hacia un avión que pasaba muy lejos y explicándole quién sabe qué sobre aquel acontecimiento que nadie más veía. El niño miraba con la boca abierta. Sonreí, ¡qué maravilloso es poder sorprenderse con la estela de un avión!
Al final de la semana nevó, y la chaquetas de cuero subieron sus puntiagudos cuellos hacia el cielo. El padre pintaba sobre la nieve que cuajaba en la acera. Pintó una cara sonriente. Una vecina con prisa pasó por encima, borrándole la sonrisa al dibujo y al niño. Pero no al padre. Hay mucha nieve donde pintar, hay mucho tiempo.
El próximo día fue francamente frío. Al asomarme vi que no estaban solos. Contuve la respiración. Se me cayó la taza al suelo. No. Una asistente social. Recogí apresuradamente los restos de mi café y cuando volví a mirar, ella se había ido. Eso sí, le había regalado su gorro al niño.
Otro día más pasó, y otro más y allí estaban; la pequeña familia. La familia más pequeña que había visto yo nunca y sin embargo, la más familia. La nieve les traía ganas de dibujar, la lluvia ganas de saltar en los charcos, el sol ganas de hacer sombras chinescas, las nubes, juegos de imaginar formas.
El último día volvió la mujer. Cara sonriente, brazos maternales, esperanza. El hombre se agachó para que sus ojos estuvieran a la altura de los del niño, y le habló. Tomó su cara con ambas manos, cerró los ojos, y se despidió de su hijo con un beso.
Una sonrisa se dibujó en sus labios mientras veía alejarse su corazón. Quizá aquel fue su último beso, porque cada día volvió, pero ya siempre solo.

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16 comentarios

  1. 1. Wolfy27 dice:

    ¡Es muy bonito! Un tema muy acertado enfocando a los recientes sucesos. No encuentro faltas ortográficas, sin embargo, no abuses de los posesivos.
    ¡Sigue escribiendo!

    Escrito el 20 enero 2016 a las 18:36
  2. 2. Mariaje dice:

    Muchísimas gracias Wolfy27, es la primera vez que participo y me anima mucho tu comentario!

    Escrito el 20 enero 2016 a las 18:49
  3. 3. JOSE VICENTE PEREZ dice:

    Hola Mariaje
    Me ha gustado mucho tu relato. El reto propuesto lo has resuelto muy bien. El tema de la historia es actual y emotivo. Me ha gustado mucho el personaje del padre, tragando carretas de angustia ante el futuro del pequeño. Está bien redactado y estructurado. El hilo de la trama se va desarrollando con soltura y sin cortes abruptos, algo bastante complicado de hacer.
    Estaré atento a tus próximos relatos para leerte.
    Un abrazo
    Josevi

    Escrito el 23 enero 2016 a las 14:01
  4. 4. APMB dice:

    Hola, Mariaje.
    Enhorabuena, has escrito una historia muy bonita y además has evitado la trillada historia romántica y te has centrado en otro tipo de amor y además de actualidad. Como te ha dicho Wolfy27, intenta evitar los posesivos (es una influencia del inglés que se está colando en los medios de comunicación). Por ejemplo donde dices “Pegué mi frente” si dices “pegue la frente” se entiende igual.

    Un saludo

    Escrito el 23 enero 2016 a las 14:10
  5. 5. Sandra Adrian dice:

    Hola Mariaje, dcirte que me ha gustado el relato, es muy conmovedor. No encuentro ninguna falta ortográfica, de modo que felicidades, sigue escribiendo así.

    Yo no he podido evitar escribir algo romántico (que no es mi estilo), pero le he dado mi toque personal: fantasía. Si te apetece pasarte es el nº 92.

    Un saludo.

    Escrito el 23 enero 2016 a las 19:46
  6. 6. Ursula dice:

    Hola Mariaje. En primer lugar agradecerte tu comentario, pues me parece muy interesante conocer distintas opiniones que me ayudan a reflexionar para seguir aprendiendo y mejorar.
    En cuanto a tu relato me ha gustado mucho, he visto alguna cosa que cambiaria como por ejemplo cuando dices “más familia” pero bueno, son pequeñas cosas que todos tenemos. Lo que sí que creo, y por supuesto es una opinión muy personal, que falta un poco de complicidad con el testigo, es decir, que creo que el testigo nos debería contar, aunque fuese entre líneas, como conoce tan bien la historia de los muchachos que ve desde su ventana o si se la está inventando, que nos lo hiciera saber y mos hiciera cómplices de su imaginación Como te digo es una sugerencia. Espero que te sirva
    Nos leemos.

    Escrito el 24 enero 2016 a las 22:13
  7. 7. Mariaje dice:

    Muchas gracias por leer y comentar mi relato, me ayuda mucho a mejorar. Al releer el texto, he visto a qué os referíais con los posesivos, a partir de ahora intentaré controlarme con su uso! En mi caso, APMB, no creo que venga del inglés, igual del alemán, porque vivo en Alemania desde hace mucho tiempo.

    Ursula: respecto a de dónde saca el narrador la información sobre las personas que está observando, si se la inventa o no, he intentado explicarlo a través de una frase que aparece al principio: “nunca llegué a hablar con ellos, pero les puse nombre y corazón y a través de sus ojos pude ver su historia”. Pretendía hacer un juego, quizá un poco enrevesado jeje, en el que el narrador testigo se convierte a veces en narrador omnisciente, en el sentido de que lo sabe “todo”. Me explico; los datos que da sobre la historia de las personas que está viendo a través de la ventana, los imagina, ya que no ha hablado con ellos, pero se transmiten al lector como ciertos, como si hubiera podido realmente leerlos en sus ojos. Espero que esto conteste a tu pregunta.

    Un fuerte abrazo

    Escrito el 25 enero 2016 a las 19:01
  8. 8. Isan dice:

    Hola Mariaje:

    “Aquel día, como cada mañana…” “Como todos los días…” Estos son los comienzos de tu relato y el mío. Tan parecidos y tan distintos los desarrollos. Uno de amor y otro de humor. O uno de amor del bueno y otro de amor del malo. Uno basado en un drama real y otro en la sola imaginación de su autor. Si se pudiera te lo cambiaría (la autoría) porque me gusta el tuyo infinitamente más.

    Entrando en el meollo, no sé por dónde empezar a alabarte. Lo primero que diría es que he visto emoción, amor, tristeza. Cuánta ternura en la descripción del relato entero. Con qué delicadeza has sabido transmitir una situación penosa en toda su crudeza y, a su vez, llena de amor. Denota una gran sensibilidad en quien lo ha escrito.

    Me queda la intriga del motivo por el que se llevaron al chico. ¿Por qué los separan? ¿Es una separación permanente? ¿Tal vez para darle cobijo, alimentación, estudios al hijo? ¿No podían ayudar a ambos?

    Me da reparo advertir dos pequeños fallos que he encontrado y que pueda parecer que deslucen el relato y mi opinión, pero no es el caso. Hay un arrasqué que debería quedarse en rasqué. Verbo ampliamente usado pero que no está reconocido por la RAE. Un acento que ha hecho sobreesdrújula una esdrújula: “mandíbula”. Eso es todo.

    Hay una Frase que me ha gustado especialmente: “Las ruinas de su pasado habían sepultado su futuro”.

    Te lo digo claramente, no sé si habrá más, pero está claramente entre los mejores relatos que he leído y es el que más profundamente me ha calado.

    Mariaje, ha sido un gustazo leerte. Entras directamente en mi lista de favoritos.

    Escrito el 26 enero 2016 a las 21:04
  9. 9. Fernando Caporal dice:

    Hola Mariaje, muy conmovedor tu relato, el final llega a ser hasta desgarrador y emotivo a la vez, es muy pero muy bueno. Me gusta la forma en que usaste el narrador testigo, me gusta la manera en que describís la situación que estas viendo, me gusta el relato entero.
    Quizá estuvieras esperando que te diga algo que pudieras mejorar, pero la realidad es que no el encuentro nada.
    Solo felicitarte por la inspiración que compartís aquí, y desear leerte el próximo mes.

    Escrito el 27 enero 2016 a las 02:05
  10. 10. Mariaje dice:

    Isan: cómo me alegra que te haya llegado mi relato, que haya conseguido transmitirte lo que pretendía. Me siento alagada por tus palabras, mil gracias por esos comentarios tan positivos y tan generosos.

    Y gracias por supuesto también por los apuntes técnicos. Lo de “arrascarse” lo tengo tan interiorizado que ni me doy cuenta al revisar el texto, tendré más cuidado en el futuro.

    Para qué se llevan al chico y si es permanente o no, lo he dejado deliberadamente abierto a la imaginación del lector. Cuando lo escribí pretendía transmitir lo inmenso que era el amor paterno, que antepone su hijo a su propia felicidad, de ahí una de las frases al final: “Una sonrisa se dibujó en sus labios mientras veía alejarse su corazón”.

    Fernando Caporal: me encanta que te haya gustado tanto mi relato, gracias por leerme y por dejar estos bonitos y motivadores comentarios, no sé si los merezco pero ¡no sabes lo que me animan!

    Un abrazo

    Escrito el 27 enero 2016 a las 11:55
  11. 11. Isan dice:

    Hola de nuevo Mariaje:

    Mis preguntas sobre el destino del niño eran retóricas. Era lo que me hubiera gustado saber, pero, naturalmente, no cabe en el relato pues lo desvirtuaría.

    Saludos.

    Escrito el 27 enero 2016 a las 23:43
  12. 12. Don Kendall dice:

    Hola Maraje,
    Escribo sin leer anteriores comentarios. Es un texto con una trama interesante y de conocimiento universal. Alguien observa el drama de los exiliados forzosos (mal llamados refugiados) y no hace nada, únicamente dejar fluir sus emociones en solitario. Algo con mucha fuerza, pero me temo que el lector de tu no lo llega a percibir en esos términos. Que conste que te doy mi opinión como lector empedernido ;-).
    Esa trama o anécdota tan potente y conocida , creo que el relato la muestra perfectamente. Pero como autora tengo la impresión de que no has establecido “el punto de vista” desde el que se ve la escena que el narrador relata. Y es que el narrador testigo que ofreces en primera persona, es por definición casi, un personaje. Y ese personaje no aparece en el relato. ¿Quién es? ¿Qué hace en esa ventana?. ¿Qué relación tiene con los otros personajes?. Aún manteniendo la estructura , imagina que desde el principio dejas claro qué tipo de narrador estás utilizando. Suponte que sea el policía dentro de la garita que controla la línea fronteriza o la entrada a la estación. O suponte que es el sacerdote de la parroquia, o… alguien que permita al lector tener el lugar desde donde se ubica el punto de vista de la escena narrada. En mi opinión esto es de lo más difícil a la hora de escribir, porque si no lo que aparece es la autora narrando y no el personaje. Y puede ser muy emotivo , pero no está la voz del narrador. En este caso se confunde y pierde fuerza la trama tan potente del relato.
    En resumen una gran trama bien escrita , dejando algún detalle de poca importancia de tildes volanderas 😉 y posesivos pertinaces. Creo que si pierdes un poco de tiempo en ese personaje narrador, que ve la tragedia y no hace nada, solo mira y se lamenta, puede ser una gran historia. Ya me contarás, jeje.. Gracias por compartir tu trabajo. Te sugiero la lectura de este trabajo de Janet Burroway acerca del “Punto de vista” http://goo.gl/tRxfq8
    Un abrazo

    Escrito el 28 enero 2016 a las 14:04
  13. 13. Mariaje dice:

    Isan: Aunque utilizo frecuentemente el recurso de las preguntas retóricas cuando escribo, me cuesta identificarlas en la vida real, jeje, para que veas.

    Don Kendall: Cuando empecé a escribir el relato para este taller me dí cuenta de que mi narrador se estaba implicando mucho en la historia, no quise que quitara protagonismo a las figuras del padre y del hijo y además, quería cumplir el reto del narrador testigo, quería mantenerle como un observador. Entonces se me ocurrió la idea de hacer lo contrario; presentar un narrador “plano”, que podría ser cualquiera, con la intención de que el propio lector se metiera en ese papel. Tras ver tu comentario, he vuelto a leer la entrada sobre lo que es el narrador testigo y entiendo a qué te refieres. Es para mi una reflexión muy interesante, plantearme como cambia el texto para el lector enfocando la figura del narrador. Soy muy novata, me faltan todos los conocimientos técnicos y te agradezco que me hayas puesto en el punto de mira este tema tan importante. Muy interesante el artículo de Janet Burroway.

    Escrito el 29 enero 2016 a las 13:46
  14. 14. Rinconillo y Cortadete dice:

    Hola, Mariaje. Te he leído con placer. Has reflejado muy bien la visión de esa mujer bienintencionada que, desde la distancia y el confort, observa con empatía algo que muchos ni siquiera quieren ver.
    Me ha interesado ese cambio de ritmo con la coma después de nubes: “La nieve les traía ganas de dibujar, la lluvia ganas de saltar en los charcos, el sol ganas de hacer sombras chinescas, las nubes, juegos de imaginar formas.” Creo que está bien porque rompe la monotonía en la enumeración.
    Respecto al párrafo: “El próximo día fue francamente frío. Al asomarme vi que no estaban solos. Contuve la respiración. Se me cayó la taza al suelo. No. Una asistente social.” El monosílabo “No”, aislado por puntos, expresa mucho: nos fuerza a imaginar otras posibles alternativas a la explicación que le sigue: es una asistenta social. Pero, dicho por un narrador testigo, creo que faltaría indicarnos cómo lo aprecia desde su observatorio: ¿Lleva la asistenta un distintivo?
    Mis felicitaciones en cuanto a ritmo, puntuación y a frases que me han gustado mucho. Por ejemplo, esta observación: “borrándole la sonrisa al dibujo y al niño”.

    Escrito el 30 enero 2016 a las 10:13
  15. 15. Mariaje dice:

    Rinconillo: Me alegra mucho que te haya gustado el relato, !me llena de orgullo que escribas que lo has leído con placer! Gracias por tus palabras y por las observaciones,ciertamente no está muy claro cómo sabe el narrador que se trata de una asistente social, ya tengo pensado cómo corregirlo.

    Escrito el 31 enero 2016 a las 13:00
  16. 16. Soledad dice:

    Hola Mariaje,
    Nos ha gustado mucho tu texto. Es un tema tan actual como antiguo y nos llega a todos antes o después. Nos encanta el relato. Lo que se ve detrás del cristal de tu ventana y de otro cristal que atraviesas para ver los sentimientos de esa familia. Bien redactado y emotivo. Un camino literario interesante se abre ante ti.
    Fernando y Sole

    Escrito el 7 febrero 2016 a las 13:48

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