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EL ÚLTIMO BESO - por M.M. Puig

Esa noche, el Último beso estaba más lleno que de costumbre. El Reina de las mareas acababa de atracar. Su capitán, Santiago Ferrera, y toda su tripulación, llevaban muchos meses en alta mar. Demasiados, para aquellos hombres rudos y proclives a la juerga. Tomaron por asalto la cantina igual que una manada de osos hambrientos asaltaría un panal.

Yo observaba tras la barra como acababan alegremente con gran parte de las reservas de cerveza y aguardientes de nuestro almacén. No daba abasto a servir jarra tras jarra y botella tras botella. El aguardiente se deslizaba con tal facilidad en los gaznates de todos aquellos parroquianos fieles al santo licor, que mucho me temía que aquella sería una de esas noches que acabaría con más de una nariz rota, cosa por otra parte nada inusual.

Simon el Desdentado, capitán del Agua dulce, se encontraba como cada noche en una esquina del local con un par de rubicundas mozas sentadas en su regazo. Tenía a una agarrada del trasero mientras hundía su mellada boca entre los opulentos senos de la otra. Se había convertido en un cliente asiduo y todos, incluyendo su propia tripulación, nos preguntábamos qué demonios estaba esperando para zarpar. Algunos decían que desde el fatídico día en que había perdido sus dientes y su anterior barco no había sido el mismo.

Me disponía a bajar a la bodega a por más aguardiente cuando oí una fuerte explosión. Salí a ver qué pasaba. Fuera, un rojo crepúsculo incendiaba el apacible cielo caribeño. Sin embargo, era otro fuego más cercano el origen de aquel revuelo. En el puerto, una fuerte llamarada se elevaba abriendo paso a una espesa hilera de humo negro. ¡El Reina de las mareas ardía con todo su cargamento!

Todos corrimos mientras una campana repicaba insistentemente llamando a la población. Si el incendio se extendía a los demás barcos la ciudad entera podía acabar presa de las llamas. Toda alma viviente podría perder su sustento, su trabajo, su casa…Todo. Aquella fue una larga noche de sangre, sudor y cenizas.

Despuntaba ya el alba cuando algunos hombres, agotados y malicientos, regresamos al Último beso. Yo, a comprobar que seguía intacto; los demás, a remojar sus resecos e irritados gaznates. Fue al volver tras la barra para llenar los vasos cuando vi a Simon el Desdentado sentado impasible en su esquina. No se había movido. El capitán del buque incendiado acababa de entrar y también le vió. En un suspiro corrió hacia él, y agarrándole por el cuello lo levantó de su asiento y lo estampó contra la pared.

—¿Que tienes que ver tú en todo esto? —Su voz parecía salir de dentro de un pozo.

—No me he movido de aquí. Todos habéis podido verlo —con-testó Simon, y apuró su vaso de un trago.

Toda la isla conocía la historia del Reina de las mareas. Había ocurrido varios años atrás. Simon Smith era por aquel entonces su capitán y Santiago Ferrera, su segundo. Tras varios frustrados saqueos, la tripulación se amotinó. La cosa acabó con una tremenda pelea entre los dos hombres. Desde aquél fatídico día Ferrera pasó a ser su capitán y Smith se convirtió en Simon el Desdentado. Tiempo después logró un nuevo navío, pero todos sabíamos que se la tenía jurada a Ferrera. Parecía que al fín había llegado el día de su venganza.

—Es una pena que no hayas sabido cuidar mejor tu barco.

Aquellas palabras fueron como un puñetazo en la cara de Santiago Ferrara.

—¡Maldito bastardo! —dijo mientas se abalanzaba sobre Smith cuchillo en mano.

Rodaron por el local mientras contemplábamos la escena en silencio. En menos de un suspiro, el capitán Ferrera yacía en el suelo en medio de un gran charco de sangre. Un profundo tajo atravesaba su garganta. Simon limpió el cuchillo en la pernera de su pantalón, la enfundó en su cinto, y se marchó como si nada. Nadie le detuvo.

Fue en la primavera siguiente cuando el capitán Smith volvió a atracar su navío en el puerto, solo que grabado en su proa se leía otro nombre: Dulce venganza. Apenas me había llegado la noticia de su regreso cuando atravesó la puerta y se acercó con paso firme hacia la barra. De repente todo dios en el Último beso quedó paralizado. Sonrió mirándome fijamente y pude ver que cuatro relucientes dientes de oro ocupaban los huecos antes vacíos.

—¡Aguardiente para todos! —bramó alegremente, yM todos los presentes brindaron a la salud del capitán Smith.

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8 comentarios

  1. 1. Pepito Ser dice:

    Muy bien redactado.
    Creo que la presentación, nudo y desenlace están situados correctamente.

    Lo único que veo es en la frase de “la tripulación se amotinó”, yo pondría algo como “Tras varios frustrados saqueos, pasó lo que todos temiamos. La tripulación, cansados ya de su capitán, se amotinó.

    No es que esté mal así pero me llamó la atención que una cosa tan importante como que se amotinen creo que se debería describir un poco más que algún otro detalle.

    Por lo demás me gustó mucho.
    Saludos

    Escrito el 18 enero 2016 a las 19:48
  2. 2. C.S López dice:

    **—No me he movido de aquí. Todos habéis podido verlo —con-testó Simon, y apuró su vaso de un trago.••

    Creo que eso fue un error sin querer ,

    •• yM todos los presentes brindaron a la salud del capitán Smith.••

    Al igual que este, pero si tienes el texto guardado, que por cierto es muy bueno, esos son cambios por si se te pasaron hacerlos.

    Vi un poco repentino como estas en medio de la acción de la historia, para entonces contar algo del pasado. Pero no puedo culparte, pues estamos un poco limitados en cantidad de palabras y quien lo lea tiene que entender el por que están pasando las cosas.

    Pero tampoco creo que fuera necesario explicar todo tampoco. Podías también dejar al lector pensando ¿Por que pelean?

    Pero es solo una sugerencia, algo quizás yo hubiera hecho. Y solo estoy tratando de buscarle fallas a un texto casi perfecto. Me encantó, me siento pequeña al lado de lo de usted. Mucho éxito.

    Por cierto, mi escena es la 219, y sería un honor que pasara por ella. La opinión de alguien que escribe tan bien , me serviría de mucho. Buen día y éxito

    Escrito el 20 enero 2016 a las 15:45
  3. Ademas de lo que menciona C.S. López, no encuentro nada mas que señalar. La historia me parece interesante y los personajes también. Confiezo que no vi venir ese final y mientras leia pensaba “?que rayos compone Simon el Desdentado? Pero cuando comprendí todo mi pensamiento fue: “excelente”.
    Tremendo relato.
    Felicitaciones y saludos.
    Ah, y gracias por tu comentario en mi relato. Pronto avisaré cuando tenga mas episodios de Lady C.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 17:00
  4. 4. ortzaize dice:

    despues de todo lo que los compañeros han escrito solo decirte que me he marchado con la imaginacion a un barco pirata en el carive una peli entretenida.
    y me ha gustado saludos.

    Escrito el 21 enero 2016 a las 12:55
  5. 5. M.M.Puig dice:

    Gracias, compañeros, por vuestros comentarios.
    Efectivamente, han sido dos lapsus tontos los del guión y la M. Me ocurre por no revisar el texto antes de enviar, así que tomo nota.
    Sobre lo que comentáis de poner más o menos información… es complicado, cuando vas limitado por el número de palabras, decidir que es fundamental para que se entienda bien el relato y que es superfluo. En mi caso, a veces incluyo información que parece irrelevante para tratar de sumergir al lector en el ambiente. Obviamente, aún tengo que practicar mucho para lograrlo.
    Pepito Ser y C.S Lopez, en cuanto pueda me paso por vuestros relatos, voy un poco mal de tiempo por asuntos de trabajo, pero os tengo presentes.
    Gracias de nuevo y hasta pronto.

    Escrito el 23 enero 2016 a las 12:31
  6. 6. Novel dice:

    Hola M.M.Puig.

    Creo que tu texto está muy bien desde la perspectiva del narrador testigo que se nos pide. Algo que otros no hemos conseguido.
    También lo encuentro muy correcto en cuanto a aspectos formales como la puntuación. No obstante, a pesar de esa gran corrección, y quizá por ello, me he detenido más y te quería comentar lo siguiente:

    ” con tal facilidad…,que…” yo no pondría esa coma.
    ” Si el incendio se extendía a los demás barcos la ciudad entera…” yo pondría coma detrás de “barcos”, dado que es condicional antepuesta.
    En cuanto a “maciliento”, creo que quieres decir “macilento”.
    En cuanto a “El capitán (…) acababa de entrar y también le vió” ya sé que ese “le” está permitido, pero yo prefiero “lo” por ser más correcto, creo.
    Cuando utilizas el nombre propio “el Último beso”, creo que habría que poner mayúscula también en el artículo y en “Beso”.

    Bueno, en fin, son cosillas, también discutibles, que no menoscaban la calidad de tu texto.

    Un cordial saludo.

    Escrito el 25 enero 2016 a las 13:41
  7. 7. M.M. Puig dice:

    Muchísimas gracias Novel por tus correcciones.
    He repasado el texto, y efectivamente: queda mejor con esas comas que me comentas, por no hablar de los despistes que se siempre se me cuelan…Debo aprender a repasar siempre el texto antes de enviarlo para pulir estas erratas tontas.
    En lo del empleo de mayúsculas en “Último Beso” también llevas razón. He vuelto a buscar información al respecto y he visto que se escriben con mayúscula inicial todas las palabras significativas que forman parte del nombre de establecimientos comerciales o culturales. El sujeto en este caso no correspondería, pero también irían en mayúsculas ambas palabras en “Reina de las Mareas”, “Agua Dulce” y “Dulce Venganza”.
    Gracias de nuevo por hacérmelo notar y espero que no sigamos leyendo.
    Un saludo.

    Escrito el 26 enero 2016 a las 21:38
  8. 8. Wiccan dice:

    Buenas M.M.Puig,
    Muy retrasado llego a tu texto pero llevo dos semanas liadísimo, a ver si me pongo al día con todo el mundo.
    Pues me ha gustado mucho, la ambientación está muy conseguida, no cuesta meterte en el ambiente tabernero y de “piratas”. Te reconozco que en una primera lectura no me pareció que hubiese ningún fallo relevante, aparte de esos fallitos que estaba claro que eran de revisión, solo me fijé en el tema de los nombres que ya aclaras. También, por si te puede servir, en algunos momentos había palabras que me parecían demasiado “finas” para el ambiente que retratas (rubicundas, opulentas), aunque está claro que están bien usadas, pero bueno, es por sacar punta, ya sabes.
    En defintiva, muy buen relato. Muchas gracias por tus comentarios al mío, seguiremos leyendonos.
    Un abrazo!!!

    Escrito el 29 enero 2016 a las 19:20

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