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el último beso - por agueda varillas

EL ÚLTIMO BESO

En aquella sala blanca y fría, con carteles colgados en la pared que avisaban del peligro y de las maravillas de la prevención, nos lo dijeron; lo sospechábamos, era maligno. Clara se acurrucó en mi pecho y de manera repetitiva empezó la letanía que en otras ocasiones ya le había oído: “y por qué a mí, por qué yo y ahora, quería dejarte y no puedo, te necesito pero te he hecho tanto daño, y tú tan bueno conmigo, no me dejes, a mí me pasa de todo, pero qué tonta, por qué a mí, por qué yo…” Mientras tanto yo hablaba con la oncóloga que iba a llevar el caso y fijábamos las fechas para iniciar el tratamiento.

Arrastraba Clara sus pies por la acera, cargando su escaso peso sobre mi brazo, gafas, sombrero y el abrigo tapando el resto de la cara, se estaba escondiendo de la gente que pasaba a nuestro lado sin conocernos, ¿qué haría con vecinos, amigos y familiares? Entramos en Central Park, compré dos perritos calientes y me detuve en un banco, nos sentamos a comer, ella, mirando el suelo, yo, mirando la pradera y, más allá, aquellos rascacielos donde el trabajo o la misma vida nos brindaron un nicho de subsistencia. Había llegado el momento en el que teníamos que hablar de nosotros, de qué íbamos a hacer con nuestro futuro, con nuestras vidas, empecé a susurrar en su oído, mientras sujetaba su cuerpo frágil, más que nunca, con mi brazo sobre su hombro.

Atardecía cuando fuimos capaces de mirarnos a los ojos, de sellar un compromiso, no de amor y deseo, sí de cariño y protección. Yo la cuidaría hasta el día de su muerte, su aventura con Gerard no la olvidaríamos jamás, pero no iba a ser él quien dictase nuestras normas y nuestra forma de vivir, aprenderíamos el significado de la expresión “mutuo respeto” y la convivencia cotidiana, tranquila, sin gritos ni sobresaltos, haría el resto.

Son las cuatro de la mañana, en nuestro apartamento hace frío, estamos en diciembre, nos arrebujamos en la cama, le doy a Clara una taza de té muy caliente, parece que va soportando el tratamiento, llevamos un año así, con el pensamiento puesto en su hipotética curación, las estadísticas no son favorables, pero no nos rendimos. Dejo la taza de té en la mesa auxiliar de la estancia, imposible llamarle dormitorio, aunque durmamos ahí, suena el móvil; es Gerard, me dice que está en París, hace más de un año que dejó California, me ha visto en televisión, ¡ah sí, en el reportaje de Siria, estabas más viejo! Le contesto que para todos pasan los años, hablamos de nuestra profesión, de los viajes, de las guerras, de sus hijos y lo mucho que cuesta ir a la universidad, nos tenemos que ver, me insiste, aún conservo tu primer artículo. Clara se ha despertado en este momento y te envía un beso, le digo, y si alguna vez pasas por aquí -pienso por un instante en los tres, de nuevo unidos, no debo prolongar este silencio, ni la conversación- …recuerda que nosotros te queremos, adiós Gerard.

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6 comentarios

  1. 1. Laurindiel dice:

    Hola Águeda,

    Acabo de leer tu relato. Me gusta la manera en la que cuentas la historia, a medias entre desgarradora y romántica. Sin embargo, para hacerla 100% perfecta me falta un cierre, saber qué pasa al final con Clara (aunque se puede intuir). Pero personalmente, finalizar con la conversación con Gerard me deja con ganas de más, de un final.

    Por lo demás, todo perfecto. Escribes muy bien. ¡Felicidades!

    Escrito el 18 enero 2016 a las 21:59
  2. 2. Baptiste dice:

    Buenas agueda:
    Me ha gustado el relato. Esta muy bien contado, con mucha facilidad. Las palabras se van encadenando bien, unas más simples otras más complejas, sin parecer forzadas.
    Un saludo!

    Escrito el 19 enero 2016 a las 15:49
  3. 3. Jose Luis dice:

    Hola, gracias por pasarte por mi relato.
    En cuanto a la forma, tu cuento necesita un pequeño lavado de cara, pulirlo un poco.
    Algunas frases son demasiado largas, y varias ideas se juntan en poco espacio.
    Me gusta la melancolía y la tristeza que se desprenden del relato, tan humano y profundo.
    Un saludo.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 14:18
  4. 4. Francis dice:

    Buenas tardes, Águeda.
    Mi comentario sobre tu narrador testigo es el siguiente:
    a) Lo definiría como un testigo presencial que narra mientras focaliza la situación; como una cámara cinematográfica, que combina escenas de lejos, de cerca, muy de cerca, enfocando detalles, abarcando un gran plano…
    b) El narrador testigo debe presentarse con pocas alusiones a sí mismo, y en este punto, a mi parecer, lo has involucrado más de la cuenta.
    c/ Cuenta la historia a dúo con el lector, que es muy importante.
    d/ Da libertad al lector para que complete la historia. Por ejemplo, en mi casa lo hemos leído tres personas y cada una lo ha focalizado de forma distinta.
    En cuanto a la sintaxis, los párrafos tienen muchas comas que, en realidad, mejorarían con puntos y comas, puntos seguidos, puntos y aparte…
    El contenido me ha gustado mucho. Has desarrollado una escena muy actual, sentimental y bien encuadrada dentro del tema exigido.
    Te felicito. Te leeré en adelante.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 18:59
  5. 5. José Torma dice:

    Hola Agueda, gracias por tu visita a mi relato.

    El tuyo requiere trabajo, lo siento apresurado, las ideas atropelladas que tal vez requieras retrabajar, las incesantes preguntas merecen mejor puntuacion. Tal vez fue a proposito, en ese caso es respetable, pero lo siento apretado y dificil de seguir.

    Me falta informacion, si bien es cierto que el final se intuye, el personaje de Gerard es ambiguo. Sin embargo, creo que tienes una buena historia. Del narrador testigo no dire nada, porque me parece que esta en primera persona raron.

    Felicidades

    Escrito el 27 enero 2016 a las 04:17
  6. 6. Féli Eguizábal dice:

    Hola Águeda, me ha gustado la historia que describes de forma sencilla, una atmosfera un tanto misteriosa que dejas abierta para que el lector la resuelva. No tengo muy claro el narrador testigo, creo que se identifica demasiado. Comparto opinion con los compañeros al respecto de puntuación pero aín asi me parece una historia muy interesate. Nos leemos.

    Escrito el 28 enero 2016 a las 10:42

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