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El Último Beso - por Dante Tenet

Llueve.
Es una típica llovizna otoñal, que sumada a un cielo gris plomizo, puede mojar más el alma que el cuerpo.
Sentado en un café en la estación de Sants, aguardando el AVE para ir a Madrid, abro el ordenador portátil, a ver si en la espera, surge alguna idea que me ayude con un relato que no quiere avanzar.
Un café frío en la mesa, me cuenta del tiempo que llevo esperando inspiración que tarda en llegar, levanto la cabeza, miro a mi alrededor y semi escondida detrás de una columna, la veo; más una chiquilla que una mujer, piel muy blanca, cabello rubio, se cubre la cara y lloriquea.
Mi primer impulso es acercarme y preguntarle qué le pasa, ya casi de pie veo que, detrás de la columna, hay alguien sentado que le acaricia el cabello.
Me siento nuevamente, mi visión es parcial, solo la puedo ver a ella y el brazo que con ternura trata de cortar su llanto.
Imagino estar ante una despedida, pero puedo engañarme, siento curiosidad y siguiendo un impulso cambio de mesa para poder entender mejor la situación, pido otro café y los observo.
Ellos son muy jóvenes, hablan un idioma que no conozco, quizás rumano, definitivamente no lo entiendo, así que trato de leer sus gestos para entender que está pasando.
El jovencito debe andar en los veinte y tantos, barba de un par de días, tez oscura que contrasta con la de ella tan clara, casi transparente, un sobretodo algo raído y una pequeña mochila que cuelga del respaldo de la silla.
Ella detiene el llanto, lo toma de las manos, parece pedirle algo apasionadamente, él la mira con resignación, niega con la cabeza lentamente y trata de incorporarse, ella se lo impide y rompe a llorar desconsoladamente.
Él le acaricia la cabeza con inmensa ternura, dos lágrimas ruedan por sus mejillas, el tiempo parece detenerse, un instante en el que puedo imaginar o adivinar lo que ocurre: un pequeño gran drama de amor.
Afuera el clima parece acompañar a la pareja, las nubes se abren y una lluvia torrencial se descarga. Por los altavoces anuncian la partida del tren a Madrid.
Él se incorpora decidido, es su tren también, no me muevo contengo la respiración y los miro, la abraza, ella esconde su rostro en el pecho de su amado, él levanta su barbilla, y la besa con inmensa pasión Se desprende del abrazo, toma la mochila y parte hacia el andén.
Ella queda de pie, los sollozos estremecen su pequeño cuerpo, se pasa suavemente la mano por los labios como queriendo retener ese beso.
La lluvia sobre los techos pone el coro a la despedida.

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6 comentarios

  1. 1. Wanda Reyes dice:

    Hola Dante, me ha gustado mucho como narraste el relato, fue bastante fluido y te pinta una muy buena imagen de lo que esta sucediendo. A mi parecer si cumpliste el requisito opcional de la tercera persona. Lo unico es que senti como que fue bastante pedecible lo que estaba sucediendo y el desenlace de la historia. Te invito a que leas el mio es el 147. Te dejo aqui el enlace: https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-31/4791

    Escrito el 18 enero 2016 a las 22:56
  2. 2. Joe S dice:

    Hola Dante.
    Partiré diciendo que ese inicio, sin duda, es mas bien una situación que todos pasamos. Y debo decir que me reí (e identifiqué) al leerlo.
    Me parece que la historia es muy predecible, pero no te culpo, pues estamos atrapados en un margen muy pequeño de palabras. También debo marcar que en la última parte tienes descuidos de comas y puntos, pero creo que no fue error tuyo pues sí tienes las mayúsculas.

    Finalmente como punto positivo creo que hiciste muy bien la parte del reto. Y claro, que de forma curiosa dibuja bien el escenario.

    Espero esto te sea de ayuda. Te invito a pasar por mi relato que es el 145. https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-31/4743

    Escrito el 19 enero 2016 a las 01:46
  3. 3. AleO dice:

    ¡Hola, Dante! 🙂

    En cuanto a la forma del relato, creo que la elección del narrador testigo (más allá de que estaba propuesto en el reto) no podría haber sido mejor. Como lector, le permite a uno tener esta visión velada de la historia. El narrador testigo, al contar desde su postura, nos permite conocer algunos detalles de la escena e ignorar otros, lo que genera una intriga que te incita a seguir leyendo.

    En cuanto a los párrafos 10 y 11, creo que podrías agregar puntos seguidos, acortando las oraciones y, por ende, creando más (y no una sola oración larga que ocupe todo el párrafo). Eso haría más fácil la lectura. Y, personalmente, creo que las oraciones cortas ayudarían mucho a dar la impresión de un ritmo interrumpido, cortado, triste.

    Este es un mero detalle, pero pienso que aporta a la narración. En el párrafo “Él le acaricia la cabeza con inmensa ternura, dos lágrimas ruedan por sus mejillas, el tiempo parece detenerse, un instante en el que puedo imaginar o adivinar lo que ocurre: un pequeño gran drama de amor.”, no considero necesario aclarar que es un drama de amor, una despedida que a ambos protagonistas desgarra. Es muy interesante cuando la explicación se omite y lo que pasa queda implícito. Como lectores, nos vemos en la obligación de hacer un esfuerzo cognitivo para entender lo que está ocurriendo. Y ese reto es mucho más atractivo que tener los hechos “servidos en bandeja”.

    Quiero remarcar algunas imágenes sensoriales que leí y releí: “mojar más el alma que el cuerpo”, “café frío me cuenta del tiempo que llevo esperando”, “se pasa suavemente la mano por los labios como queriendo retener ese beso”. Estas expresiones son muy bonitas y delicadas, que reconfortan la lectura y el alma. Aplausos para vos.

    En cuanto a la construcción de los personajes, no entiendo si el contraste marcado entre los dos enamorados (ella muy rubia y él muy moreno) tiene alguna intención, algún simbolismo o mensaje escondido. Si es así, no pude entenderlo (quizás, se deba a que soy de Argentina y no conozco la situación de la gente rumana en España). Por el contrario, si no hay una intención detrás, creo que describir a uno tan moreno y otra tan rubia, con piel casi transparente, te deja esperando leer la razón de ello, de ese contraste que no se puede pasar por alto. Por ejemplo, que hayas descrito la barba de días, el sobretodo raído y la mochila pequeña del chico sí son funcionales al relato, porque ayudan a crear la imagen de un joven sin dinero que viaja buscando trabajo. En cambio, no encuentro la función de la descripción del cabello rubio de la chica. Y, considero, en un relato tan corto cada palabra debe tener su razón de ser, de estar. Espero explicarme bien en este aspecto 🙂

    Siguiendo con el contenido y la trama de la historia, me pareció de un simbolismo precioso el hecho de que, al comienzo, hubiera una llovizna y, al final, una lluvia torrencial. Con el tiempo y la lluvia, dibujás un paralelismo muy profesional con la relación de los enamorados. Llovizna para el principio de la despedida, lluvia torrencial para el final de ella. Y claro, la lluvia también refleja la cantidad de lágrimas de la chica.

    Por último, quiero destacar la frase final, que le da el golpe contundente a la historia. Es magnífica y certera.

    Eso es todo. Así como le dije a Wanda Reyes (a quien comenté antes), escribí mucho, para poder darte una apreciación lo más completa posible y tomarme esta tarea en serio, desde mi humilde lugar. Es lo que nos sirve para mejorar un poco cada día, y es lo que siempre espero que hagan conmigo. Cualquier duda que tengas, o comentario que no entiendas, no dudes en decírmelo.

    Te invito a pasar por mi relato, si querés, que es el número 146: https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-31/4840

    Que tengas buen día, Ale.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 16:52
  4. 4. Juana Medina dice:

    Muy buena historia. Te han dicho ya todo cuanto se puede mejorar.
    Tu relator-testigo es de los mejores que he leído hasta ahora. Muy bien elegido y jugnado un papel interesante.
    Nuestros relatos tienen algo en común en cuanto a desgarradas despedidas. Si quieres, pas por el 149
    Nos leemos

    Escrito el 20 enero 2016 a las 17:35
  5. 5. Dante Tenet dice:

    Agradezco a todos sus comentarios.
    De cada uno , me ha quedado una enseñanza , que tratare de aplicar en nuevos relatos.

    Saludos

    Dante

    Escrito el 27 enero 2016 a las 14:58
  6. 6. Féli Eguizábal dice:

    Hola Dante, tu forma de relatar hace que el lector se mueva por tu cuento con muchisima facilidad y descubra a ese narrador testigo que tanto me cuenta a mi emplear. Felicidades, y nos seguimos leyendo, pues para mi es un autentico placer.

    Escrito el 28 enero 2016 a las 11:11

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