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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El Último Beso - por Veronica Murillo

Web: https://milcuentosdeamor.wordpress.com/

Cuando Consuelo Gonzáles, la Conchita, cumplió dieciséis años, se comprometió con Felipe de diecinueve.

Era la guerra sólo un rumor y lo único que les importaba en la vida era que el café estaba maduro y limpiar su pedacito de tierra para su casita.

A veces la vida promete, pero no cumple.

Se abrían en aromas los entrañables cafetales en las fincas de Zacatecoluca y el resto de la pequeña nación, cuando la familia recibió el aviso: agonizaba la madrina y era menester ir a acompañarla.

—Mañana mismo vuelvo, amá, no se aflija. Cuídeme a mi “Conchita” que hay la dejo toda agüitada.

—Vaya con Dios, mijito, y me saluda a su madrina, que se mejore pronto pa’que venga a su boda, pues. —murmuró la Niña Mary blandiendo su fe de hierro y agitando su pequeña mano al bendecir en silencio a su hijo mayor.

—De su parte, amá. —respondió Felipe mientras sonreía y veía con ternura a la viejecita de sus amores.

Era un hombre de pocas palabras, correcto, trabajador y honesto hasta la médula. Algunos decían que Consuelo parecía más una hermanita que su novia. Él mantenía la distancia porque al acercársele se ponía toda nerviosa y colorada como el cielo en aquellos veranos de plomo. Pero la quería, nadie en su sano juicio podría haber dudado de aquella mirada de sol y su sonrisa reposada, y ella lo veía desde abajo, casi con reverencia.

Lo vieron, tomadas de la mano, abordar el destartalado autobús rumbo a San Miguel a acompañar a su madrina y participarla del futuro matrimonio. A Consuelo la asaltó una sensación parecida a cuando, de pequeña, tenía que pasar hambre por varios días y el estómago se le achicaba tanto que dolía y casi no podía respirar. Desde que la familia de Felipe la había acogido, y cuidado con ternura, eso no lo había vuelto a sentir.

—¡Hay Niña Mary! Viera que me da un váguido y me tiemblan las piernas.

—¿Ya te me vas a enfermar, pues? Esas son cosas de debilidá, mamita, vamos a darte una’güita de arroz pa'que me le pase.
Hay va venir el Felipe todo enojado si me la ve ansina.

La sensación no se fue y conforme pasaban los días se hizo más fuerte. Felipe no regresó al día siguiente como había prometido. Esperaron tres días y comenzaron a buscar: preguntaron, viajaron, hospitales, cuarteles, la guardia… ¡Nada!

Todo apuntaba a que nunca conocerían su paradero hasta que, dos meses después, los guerrilleros se tomaron la finca y uno de ellos, alicaído, desmejorado y pálido como un espanto les dirigió unas palabras en secreto en medio de una noche sin luna.

—¿Ustedes son la familia, Flores, pues?

Nadie le respondió. El resentimiento por el abuso y la intromisión le ganaba por momentos al terror.

—Mire señito, yo sólo quería icirle que yo sé qué le pasó a su’ijo.

La Niña Mary había adoptado, desde que se tomaron el atrevimiento de sitiarlas en su propia casa, una actitud distante, arrogante, y a veces de franco desprecio, pero, ante estas palabras, su pose de autosuficiencia se desplomó estrepitosamente estrellándose contra la última desesperanza.

Porque si de una cosa estaba segura, era que ninguna noticia buena podía surgir de aquella tribu de bárbaros que languidecían delante de sus ojos.

El hombre, arma al hombro, sacó de su bolsillo un pedazo de tela verde cosido a otro pedazo de tela azul, estaba manchado de sangre y podía distinguirse aún un agujero con las orillas quemadas.

—¡El cielo me ampare! ¿Qué le hizo a mijo, demonio?

En medio de las imprecaciones y el alboroto de la familia, el trozo de tela fue pasando de uno a otro hasta llegar a las manos trémulas de la Conchita, quién lo veía a través del velo de sus lágrimas sin decir nada, como siempre, muda y tranquila, como si no fuera cosa suya, pero con los ojos perdidos y dolorosos.

—No tuvimos la culpa, madrecita, íbamos en el mismo bus y los soldados pensaron quera uno de nosotros. No se corrió pues, pensó que l’iban a crer… y ahí quedó. Yo le hallé, despuecito, la cédula y guardé esto pa’que al menos no esperara por gusto.

Todavía hoy, cuarenta años después, los ojos de Consuelo, mi madre, se llenan de lágrimas cuando recuerda cómo, al escuchar esas palabras había llevado ceremoniosamente sus labios pálidos a aquel pedazo de tela ensangrentada como alguna vez lo hizo sobre su fuerte mano para agradecerle su cariño y bondad.

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18 comentarios

  1. 1. Libertad Zaid dice:

    Que triste y bella historia Verónica, sobretodo las ultimas cuatro líneas resaltan la imagen de perdida de un amor tan joven que tenían un sueño de vida juntos, capaz de cumplirse si no fuera por las circunstancias. Lo otro que me llamo la atención fue que Consuelo luego de la muerte de su amado continuó su vida, pero jamás lo pudo olvidar (otra vez, que bello)
    La única cosa que a veces entorpeció mi lectura un poco son el lenguaje que usaron los personajes, aun así es comprensible al ser un factor para marcar mas claramente la nacionalidad de las personas (que por descarte y las pistas que das creo que son del Salvador).

    Escrito el 19 enero 2016 a las 21:11
  2. 2. Veronica Murillo dice:

    Gracias Libertad, por tus palabras. Si, somos salvadoreñas, aunque creo que las desgracias de la guerra son las mismas en cualquier parte del mundo. Desde mi infancia he escuchado las historias de mi madre sobre la guerra, pero de todas esa siempre me hace llorar. Si ella no hubiera seguido su vida con valor, yo no existiría. Esta historia es un homenaje a su valor y fortaleza.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 01:32
  3. 3. Noemi dice:

    Querida Veronica, he tenido la suerte de enseñar idioma materno a muchos niños salvadoreños en el exilio, conocí a sus padres y también tengo vecinos a los que aprecio.Hice de traductora y con lágrimas atragantadas escuché sus historias. Imagínate cómo me siento al leer tu relato. Muchas gracias por haberlo escrito.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 16:46
  4. 4. Caciba dice:

    Hola, Verónica.

    Tu relato me ha tocado la fibra sensible. Saber que esta historia es cierta y que está ocurriendo en muchas partes del mundo, duele. Se nota que está escrita con muchísimo cariño y solo decirte que está muy bien contada. Las palabras: “mijito” y “Zacatecoluca” me recordaron a México, pero lo de “pequeña nación” ya imposible.

    Leí en el chat que tu relato era real y te busqué, me alegro de haberlo hecho.

    Precioso homenaje para tu madre

    Un saludo

    Escrito el 20 enero 2016 a las 19:03
  5. 5. Juan Barcenas de Amenabar Pastor de Castros dice:

    Hola Verónica, soy nuevo en esto así que no me voy a parar en detalles técnicos hasta que no los controle lo suficiente, espero que no te moleste.
    Me gusto mucho el tono hiperrealista de tu relato utilizando la forma de hablar propia, (supongo) de ciertas zonas de El Salvador dándole un toque mas cercano y real y situando un poco mas al lector en un entorno que yo personalmente desconocía.
    Tengo que decirte que no entendí muy bien la frase “A veces la vida promete, pero no cumple” por su situación dentro del texto, ya que antes y después hablas de su vida en los cafetales y no tiene ningún sentido con lo que estas contando en ese momento.
    Me gusto mucho la comparación que utilizaste en la despedida pero tampoco entendí por que la llamas Consuelo cuando al principio decías que la llamaban “la Conchita”, creo que tenias que haberla llamado así durante el resto del relato.
    Me tome la libertad de leer tu blog y no vi ningún texto parecido a este, quizás lo tengas pero no lo encontré,se te ve bastante cómoda, o eso me parece a mi, por eso te animo a que repitas por que me encantaría leerlo.
    Y nada mas amiga, espero que estos apuntes que te hago tengan alguna utilidad para ti.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 19:14
  6. Hola Noemi, de tanto leernos ya siento que somos amigas, te agradezco mucho tus palabras, para nosotros cualquiera que nos habra su corazón ya es nuestro compatriota, gracias de todo corazón por la labor que has hecho con mis hermanos.

    Caciba, muchas gracias, yo creo que en México y Centroamérica se habla muy parecido, pero más que todo era el lenguaje más común en la época, hoy ya sólo se habla así en los pueblitos más “remotos”.

    Hola Juan, bienvenido y nada que me molesta ya que yo tampoco manejo mucho de las formas y a veces solo me dedico a animar, jeje. La primera frase que mencionas alude a sus planes de limpiar el “solar” para construir el que sería su hogar, esa es la promesa (sueño, esperanza) que no se cumplió. Con lo del nombre, no me siento cómoda llamando a mi mami “Conchita” y por eso la idea era llamarla así sólo en los diálogos y Consuelo en la narración, pero en la última parte ya me sentía parte de la historia y se me escapó.(Jeje. vaya error) Sobre escribir más acerca de eso… cuando leo sus comentarios y vuelvo sobre el relato para ubicarme se me hace un nudo en la garganta y me tiemblan las manos, no sé si tenga fuerzas para hacerlo de nuevo, aunque con lo que cuenta ella, mi papá y otros familiares tendría para hacer un libro.(Lo llamaría: “Entre aroma de saúcos”) Gracias por pasarte por mi blog, pondré mi alma y corazón en mejorarlo para todos ustedes, muchas gracias.

    https://milcuentosdeamor.wordpress.com/

    Escrito el 20 enero 2016 a las 20:29
  7. Pues en cuanto a como hablan, en un principio pensé que se trataba de los llamados jíbaros, o sea, los campesinos de mi Puerto Rico. Ellos también hablaban así. Leer esas palabras me hizo sentirme mas identificado con los personajes.
    Triste la historia pero saber que sucedió…bueno, me hace sentir mas triste todavía. Te felicito, no tan solo por el relato que es buenisimo, sino por tu valentía al escribir sobre este tema.
    Pude imaginar los terrenos, los personajes recogiendo el café…vaya, genial relato. No digo mas.
    Felicitaciones y saludos.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 23:27
  8. 8. Veronica Murillo dice:

    Muchas gracias Ryan por tu tiempo y tus palabras, no fue fácil te diré pero lo hice con todo mi corazón.

    Escrito el 21 enero 2016 a las 01:09
  9. 9. Laia Gabue dice:

    Hola Verónica,

    De entrada quiero agradecerte tu comentario a mi relato, y ahora lo que de verdad importa. ¡Me ha encantado el tuyo! Me había propuesto hacerte un comentario parecido al que me hicistes intentando señalar los puntos a mejorar pero me ha sido imposible econtrarlos. Tanto la estructura cómo la história són fantásticas. Me gusta mucho la forma en que has usado las distintas formas de hablar para señalar los distintos personajes que son fácilmente reconocibles. Al empezar a leer he pensado que el tema del narrador testigo no estaba presente pero al descubrir que es el hijo de la protagonista quien en realidad cuenta la historia me ha parecido una manera muy interesante de introducirlo.
    Mi más sincera enhorabuena!

    Nos leemos!

    Escrito el 21 enero 2016 a las 17:06
  10. 10. Veronica Murillo dice:

    Muchas gracias Laia, lo que pasa es que la realidad es mucho mas facil de contar que la ficcion, tengo una libreta con todos los señalamientos de las cosas a mejorar que me señalaron en talleres anteriores y es así como he logrado mejorar, aunque todavia me falta mucho, pero la idea es seguir mejorando, verdad?

    Escrito el 21 enero 2016 a las 17:35
  11. 11. Tavi Oyarce dice:

    Veronica:

    Cuando empecé a leer el relato (aún no había leído los comentarios de mis compañeros) pensé que eras colombiana por aquello de cafetales, así que fui a tu blog y me cercioré que eras salvadoreña, claro, la publicidad todo lo puede.
    Se ve en el relato tu sensibilidad y claramente la tristeza. Es un cuento muy sencillo pero profundo.
    Las terribles heridas que dejan en las personas inocentes la violencia política.
    Tu dices en el blog que es un hecho real, pero de nada serviría ser real si está mal escrito y el tuyo tiene un mérito propio por su redacción. Los modismos se aceptan no más con la idea que uno se hace de ellos.
    Te felicito

    algo para terminar:
    Me parece que lo que está a continuación de la siguiente linea debiera ser un punto seguido y no un punto aparte.

    “…estrepitosamente estrellándose contra la última desesperanza.

    Saludos y sigue escribiendo de seguro te leeré

    Escrito el 21 enero 2016 a las 20:13
  12. 12. Veronica Murillo dice:

    Tavi Oyarce, muchas gracias por el señalamiento, yo misma he comentado a otros compañeros que no se debe comenzar un párrafo con “Y” ni “Porque” ya que son conjunciones y se utilizan para unir dos oraciones de una proposición, haré una versión corregida y extendida para el blog. Gracias.

    Escrito el 22 enero 2016 a las 00:22
  13. 13. Manoli VF dice:

    Hola Verónica. Enhorabuena por tu relato-homenaje. Encuentro que está muy bien narrado y llega al lector por su sentimiento. El léxico utilizado también es un acierto a mi juicio, pues centra la historia en un lugar geográfico y la enriquece, además de aportarle realismo a una historia que además, tristemente, es verídica.

    Comentarte una cosilla que me chirrió y es ese: “¡Hay, niña Mary!” que sería sin h: “Ay, niña Mary”

    Nos seguimos leyendo. Un abrazo.

    Escrito el 22 enero 2016 a las 12:26
  14. 14. LWTRL dice:

    Una bonita historia la verdad. Aunque la posición de algunas de las comas está mal colocada, y en algunos casos quizá haya demasiadas. Deberías revisar frases como esta :
    Cuando Consuelo Gonzáles, la Conchita, cumplió dieciséis años, se comprometió con Felipe de diecinueve.
    En esta frase yo lo hubiese puesto de la siguiente forma:
    Cuando Consuelo Gonzáles, la Conchita, cumplió dieciséis años se comprometió con Felipe, de diecinueve.
    No es necesario poner demasiadas comas, y a veces hay que leer un par de veces para asegurarse de que las comas están bien donde las has puesto o quizá podrían estar mejor en otra parte.
    De todas formas muy buen texto, bonito y trabajado ¡Enhorabuena!

    Escrito el 22 enero 2016 a las 14:18
  15. 15. Sandra Adrian dice:

    Hola Verónica, me da miedo comentarte el texto, jajaja, que tontería, pero es cierto.

    La historia es muy bonita, conseguiste conmoverme. Pero claro, para mí los diálogos se me hacen raros por las expresiones y demás, ya que aquí en España… buno, son diferentes, de ahí que me de un poco de miedo decirte cosas que veo mal, pero que allí seguro que es correcto, así que eso se lo dejo a los compañeros que sean de allí.

    Simplemente puntualizarte que hay alguna coma que sobra, como dice en el anterior comentario LWTRL, lee tus textos en voz alta para cerciorarte de cuando debes poner las pausas.

    Esta vez soy el nº 92, si te apetece pasarte a leer algo trágico y fantasioso. Nos leemos, un saludo.

    Escrito el 24 enero 2016 a las 18:11
  16. Hola Manoli nos volvemos a leer, muchas gracias por pasarte a mi relato y por supuesto por comentarme lo que hay que mejorar, nada que decir en mi defensa, errorazo, espero no olvidarlo la próxima vez.

    LWTRL, gracias por la observación, la verdad las comas y el punto y coma es una cruz para mí, sigo trabajando en eso, pero es lo mismo mes tras mes, sigo estudiando y practicando y espero muy pronto llegar a dominarlo.

    Sandra, sabes? gramaticalmente hablando todos los diálogos están incorrectos porque no se debe hablar así, son modismos de la región, yo también me quedo en blanco con “vuestros” relatos, pero ya me estoy acostumbrando, hasta a veces se me pegan.

    Disculpen la tardanza pero estuve visitando la campiña y creo que vengo recargada de inspiración, esta semana la volcaré en mi blog, espero las visitas de todos, muchas gracias!!!

    https://milcuentosdeamor.wordpress.com/

    Escrito el 24 enero 2016 a las 18:50
  17. 17. Don Kendall dice:

    Hola Verónica,
    Magnífico relato. Me parece un ejemplo de crónica, según la definición de García Márquez :” Una crónica es un cuento que es verdad”. Consigues que la información de lo que les pasa a los pocos, a los que no tienen poder, llegue a todo el mundo con fuerza y sentimiento. Es un buen relato. Maravillosa forma de utilizar “la voz”, eso tan difícil de lograr sin que se noten costurones de impostura ni pastiches.
    No me pródigo más , porque se trata de hacer un comentario crítico y ya no me da la gana ;-). Gracias por compartir tu trabajo. Un abrazo

    Escrito el 26 enero 2016 a las 00:58
  18. 18. Don Kendall dice:

    La precipitación y las prisas contribuyeron a que se me colasen tildes donde no correspondían “prodigo” y el enlace a mi blog en el nombre, a un lugar que no se corresponde.
    Lo siento
    http://donkendall.uk

    Escrito el 26 enero 2016 a las 01:03

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