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El último beso - por Ramón Jiménez

Valenzuela nos convocó a todos en forma urgente. Lo curioso del caso, además de la premura, es que fuera un sábado por la noche. Las reuniones son rigurosas, tanto en el lugar, como en el día, el horario, y también en cómo se desarrolla cada una de ellas. Los encuentros son los lunes de mañana, lo que resulta razonable, ya que sirve para preparar toda la actividad de la semana, y evaluar los hechos sucedidos durante los anteriores días. Todo ese ritual, por llamarlo de alguna forma, se viene trasmitiendo hace décadas entre los distintos integrantes de la corporación y el lugar es siempre el mismo, la frutería de Calvo. Es un sitio cómodo, con una buena sala de reuniones, que cuenta con una heladera surtida con diversos alimentos y bebidas de los cuales podemos disponer a gusto mientras estamos congregados.

Valenzuela se sienta inalterablemente a la cabecera de la mesa y los demás nos vamos colocando a sus lados, distribuidos según a la antigüedad que tengamos en la organización. Es normal que haya cambios en las ubicaciones, los cuales son reflejo por alteraciones producidas en la composición de la estructura. Ésta tiene un funcionamiento muy ágil y dinámico, que se adapta a los cambios que se producen en el consumo, no obstante, pueden pasar años sin que nada ocurra y puede darse un período de cambios constantes, si es que el mercado lo requiere.

Valenzuela indicó a Esteban que se ubicara a su izquierda, lugar reservado normalmente al contador, pero como esta vez el contador no había sido citado, el lugar estaba libre. Pareció sorprendido Esteban de la invitación, pero la aceptó sin emitir comentario alguno. Esteban gestiona el Distrito Central, que es uno de los más pequeños, es de los jóvenes emprendedores del grupo, lo conozco desde sus inicios cuando comenzó transportando mercadería, siempre se caracterizó por una personalidad decidida y es propietario de ideas propias para el negocio.

Valenzuela señaló al mozo que sirviera una ronda de whiskys escoceses acompañado de unos quesos y fiambres que le enviaban semanalmente de Colombia. Parecía más distendido que lo habitual, reía en forma exagerada para lo que acostumbra, se quitó los lentes oscuros, gesto que nunca hace, solamente vi que lo hizo, cuando concurrimos juntos a declarar por el problema en de la Gran Estación.

La reunión se fue desarrollando en forma fraterna y alegre, como generalmente son, hasta que Valenzuela pidió silencio, para lo cual utilizó casi un susurro. Bien sabe que es propietario de un carisma único y que en el lugar que esté, toda persona queda subyugada por su presencia, y por supuesto, que lo sabe manejar espléndidamente a su favor. Su voz era casi imperceptible, pero como el silencio era absoluto, se captaba perfectamente el mensaje que estaba trasmitiendo.
Comentó que en algunas zonas, los ingresos no eran los esperados, no sólo eso, si no que había indicios de que se estaba comenzado a perder mercado, que la competencia había podido ingresar en puntos donde antes dominábamos. Que entendía que la competencia utilizaba ofertas fuera de precio, sistemas de captación de clientes más modernos que los nuestros, que también poseían un portafolio más vasto de productos y que eso la clientela lo tomaba en cuenta. Hizo una interesante autocrítica vasta y profunda, fue realmente una lección de mercadeo y análisis de la situación comercial. La reunión continuó sobre esos carriles, hasta que comenzó una alocución sobre la lealtad y la traición. Comenzó a lanzar frases como, “La fuerza de la compañía radica en la lealtad de cada uno de nosotros”, “Cuando comienzas a preguntarte si puedes confiar en alguien o no, es cuando ya sabes que no lo puedes hacer”, y terminó diciendo, “El que comete una traición, probablemente no podrá resistir a volverla a repetir, por eso mismo debo tomar medidas inmediatamente”.

Luego de la exposición de Valenzuela, ingresó el contador y rápidamente comenzó a dar un pantallazo general de la organización, de cómo estaba conformada, que divisiones tenía, quién estaba a cargo de cada una y el rendimiento que estaba aportando a la totalidad de la sociedad. A medida que el contador informaba de los datos de cada zona, Valenzuela se acercaba a uno por uno de nosotros y nos daba un fuerte abrazo. Cuando el contador aportó los datos de la zona del Distrito Central, Valenzuela se acercó a Esteban, le tomó la cabeza con ambas manos y le asestó un beso en la boca.

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5 comentarios

  1. 1. Jose Luis dice:

    Hola, gracias por leer mi relato.
    Tu cuento es sorprendente, parece que no ocurre nada y, de repente, un final inesperado. Muy bien llevado.
    Un saludo.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 14:31
  2. 2. Tania L:C nº 107 dice:

    Hola Ramón!Tu relato me ha parecido correcto y cumple con el reto, pero lo encuentro demasiado descriptivo. Echo de menos que en vez de tanto contar que mostrases más, es decir que los personajes hablasen entre sí con diálogo y se viese cómo actúan, eso haría la narración más fluida y dinámica. Me ha gustado el final por la sorpresa, pero luego releyendo el texto he visto que ya Valenzuela lo preparaba al hablar de fidelidad, por lo que el final no es ni más ni menos que el beso de Judas ( has estado muy agudo, tú)

    Escrito el 20 enero 2016 a las 17:36
  3. 3. tyess dice:

    Oh, reunión de negocios. Donde uno menos se esperaría encontrar el ultimo beso… Salvo por ese tipo de beso. A menos que me haya llevado la idea equivocada.
    Supongo que pudiste dejarlo mas claro, pero quien soy yo para quejarme, considerando que justo así suelen cerrar los mios.
    Me parece que no encontré errores, salvo la frase “volverla a repetir”, que a pesar de su uso común significaria que es como mínimo la tercera vez. En todo caso, como estaba en un diálogo, culpemos al personaje.

    Escrito el 28 enero 2016 a las 03:27
  4. 4. Cryssta dice:

    Hola Ramón, tu relato me ha parecido una versión de la famosa escena que hay en la película “Los intocables de Eliot Ness” en la que Robert de Niro, que hace de Al Capone, durante una cena con componentes de “su equipo” les dirige una charla y… mejor no lo cuento por si alguien no ha visto la película la cual recomiendo encarecidamente.

    Te digo lo que yo he visto que es mejorable:

    – No sé de qué país eres, dudo por alguna de las expresiones que utilizas. En España diríamos “de forma urgente” “los lunes por la mañana” “durante los días anteriores”…
    – “se viene transmitiendo desde hace décadas” (aunque “trasmitiendo” también lo admite la RAE)
    – “distribuido según la antigüedad”
    – “los cuales son reflejos de alteraciones”
    – Yo quitaría la frase que empieza con “No obstante…”
    – En el mismo párrafo nombras tres veces a Esteban y dos veces muy seguidas dices “contador”
    – “acompañado de quesos y fiambres”
    – “Parecía más distendido de lo habitual”
    – “por el problema en la Gran Estación” o “por el problema de la Gran Estación”
    – sobra “como generalmente son”
    – la frase “utilizó casi un susurro” no es correcta
    – “por su presencia y, por supuesto, lo sabe manejar espléndidamente a su favor”
    – “los ingresos no eran los esperados y no solo eso,”
    – “Entendía que la competencia…”
    – “y que también poseían un portafolio…”
    – dices “vasto” y muy seguido “vasta”
    – “probablemente no se podrá resistir”
    – “se acercaba uno por uno a nosotros” o bien “se acercaba a cada uno de nosotros”
    – el verbo “asestar” no es adecuado para dar un beso, asestar es dar un golpe, causar una herida con arma blanca o disparar un arma de fuego contra alguien o algo

    Espero haberte ayudado con mis correcciones. Si te apetece leer mi relato es el 76.

    Un abrazo.

    Escrito el 29 enero 2016 a las 20:03
  5. 5. Ramón Jiménez dice:

    Gracias a todos por dedecarle algunos minutos al texto. Les quiero aclarar que soy de Uruguay, entonces quizás incorporé algunos modismos o formas del habla un tanto locales y no tan universales. Sobre todo para Cryssta en cuanto a asestar, la usé especialmente por que es un beso de muerte, entre mafiosos, somo tu muy bien interpretaste, entonces me pareció que fuera exactamente así, como aplicar un golpe final, pero con la boca, como se dice que hacen esos tipos. Gracias de nuevo a todos.

    Escrito el 30 enero 2016 a las 18:20

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