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el último beso - por La Blasa

Lo primero que hace David nada más llegar a la playa es sentarse en la orilla, sacar su guitarra, cerrar los ojos e inspirar con calma. Nota cómo el rumor de las olas y el aire tibio del ambiente le sumergen en aquel placentero estado de semi vigilia que le ayuda a recordarla mejor.

“Siéntete parte del todo cariño”, le solía decir ella.

Últimamente ha tocado tantas veces “su” canción que la ejecuta perfectamente, matizando en cada arpegio y evocando mientras los mejores momentos que ha vivido junto a ella. Las notas se suceden con calma, creando esa atmósfera tan íntima en la que, a pesar de ser dos contra el mundo, se creían capaces de luchar contra todo.

Aún recuerda con viveza la primera vez que tocó “daydreamer” de Adele para ella. Sus ojos brillaron intensamente mientras la expresión de su cara adquiría cierta dureza.

– Si quieres dejo de tocarla -. Le dijo David.
-No, no cariño. Es preciosa…pero ya sabes a quien me recuerda -. Contestó ella con una mezcla de melancolía, pena y tristeza.

Inmediatamente después la abrazó con fuerza. Era la primera vez que se mostraba frágil y endeble ante sus ojos…la primera vez que no era él quien necesitaba protección. Aquello le impactó tanto que se grabó a sangre y fuego en su memoria.

David tiene que parar. Los recuerdos se agolpan con tanta violencia que le cuesta no sentirse desbordado. Sabe que tardará pasar página y aunque hace tiempo que conoce el desenlace, aún no está preparado para despedirse.

Cuando piensa en ella no es capaz de comprender de dónde saca aquella intensa determinación para seguir adelante. Enfrentarse a la vida con esa sonrisa, esa energía y esa fuerza es algo que aún le sobrecoge. A veces tiene la sensación de que su actitud es tan sólo su humilde manera de darle las gracias al mundo por dejarla pertenecer a él.

Cuando se quiere dar cuenta, el tiempo se le ha echado encima. Aunque le duela, es hora de ir al hospital a hacerle una visita. Por desgracia puede ser la última.

“Andando.” Se dice. Recoge sus cosas y va en dirección al coche.

Cuando llega, los médicos quieren hablar con él.

-Hola David…No tenemos buenas noticias-. Un médico joven, y barbilampiño le mira pesaroso.
-Ya…sólo quiero estar con ella -. Responde David hierático, como si esa actitud le protegiese del lacerante dolor que le corroe el alma.

El médico asiente y le acompaña hasta la habitación.

Allí está ella, María, la mujer de su vida. Sabe que normalmente no es capaz de recordarle aunque, a veces, cuando toca “Daydreamer”, la música es capaz de despertarla del letargo provocado por el alzehimer.

David se acerca a ella y comienza a tocar. El pulso le tiembla y no le sale la voz pero le da igual, es por ella, por aquella mujer que ha sido su madre, su padre, su amiga y su hermana. Por ella es capaz de todo. Lo único que quiere es darle las gracias por encargarse de él desde que sus padres murieron, por educarle tan exquisitamente como para llegar a ser el hombre que ahora es y por ser capaz de ver siempre el lado positivo de las cosas.

Mientras toca la canción se da cuenta de que no podría haber un adiós más adecuado. Su nieto tocando la canción que le recuerda al amor de su vida.

Las notas se suceden y María despierta, desorientada.
-¿David? No pares cariño, es preciosa…pero ya sabes a quien me recuerda. Dice ella con lágrimas de emoción en los ojos. David, sobrecogido, deja la guitarra a un lado, se acerca a la cama y la abraza con ternura.

– Lo sé yaya, lo sé-. Le acaricia el pelo encrespado y mira a aquella granujilla de ochenta años que aún conserva la mirada pícara y la dulzura de una chicuela de quince. “y pensar en que este menudito y enjuto cuerpo se encuentra la mujer más fuerte del mundo…” se dice a sí mismo.

David sonríe. Está feliz pues, por un momento, ha revivido la mejor época de su vida junto a ella. Consciente de no saber si mañana, al despertar en el hospital, ella seguirá allí, mira fijamente a sus grandes y profundos ojos negros y besa su frente con ternura.

-Toma yaya. El último beso de hoy. Mañana más –. Dice.

María sonríe, suspira y cierra los ojos…y David, por fin, llora.

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6 comentarios

  1. 1. Laurindiel dice:

    Hola,

    La verdad es que la historia es muy bonita y muy emotiva, además logras que el lector se meta dentro en seguida, y pueda llegar a sentir lo mismo que el personaje.

    La única pega, por decir algo, es que el amor que describes parece más un amor romántico que el amor de una abuela. Quizá habría que haberlo descrito con más ternura.

    Pero insisto, es por decir algo, puesto que el resto está muy bien. ¡Felicidades!

    Escrito el 18 enero 2016 a las 22:36
  2. 2. La Blasa dice:

    Hola! Muchas gracias! Por fortuna es sólo fruto de la imaginación. Gracias por comentar !

    Escrito el 20 enero 2016 a las 14:36
  3. 3. tyess dice:

    Es muy tierno. No se mucho en estos tiempos el cariño, agradecimiento y admiración por los mayores. Es muy valiente de parte de David el volver a diario, con su cariño y si guitarra, en lugar de resignarse y huir dejándola al cuidado solo de los médicos y/o enfermeras. Sabe que ella rara vez lo reconoce, pero no por ello deja de reconocerla. Es hermoso. Y no te faltó ni sobró una palabra.
    Busco algo como para mejorar…. Los diálogos, muy creíbles y a tono con la historia, pero como que se te quedaron guiones sencillos y por ahí te falto uno.
    De fondo, no, no veo nada que mejorar por ahí.

    Escrito el 28 enero 2016 a las 03:41
  4. 4. La Blasa dice:

    Hola! Me alegro de que te haya gustado 🙂 Gracias por el apunte , y sí, los diálogos son breves y concisos, quería que todo el peso del relato cayese en lo que había sido su relación a lo largo del tiempo, no por la situación puntual¡. Muchas gracias por comentar!

    Escrito el 28 enero 2016 a las 14:02
  5. 5. Cryssta dice:

    Tu relato me ha gustado mucho y en general está bastante bien escrito lo cual se agradece porque hay poco que corregir y yo ya llevo muchos comentados.

    Te diré lo poco que he visto que es mejorable:

    – el título debe empezar con mayúscula
    – “mientras” entre comas
    – “Daydreamer” con mayúscula al ser el título de una canción
    – repasa la entrada que hay en el blog sobre cómo poner los guiones de los diálogos
    – “se grabó a sangre y fuego” es un cliché que es mejor evitar, en este caso con quitar “a sangre y fuego” sería suficiente
    – es “tardará en pasar página”
    – tras “esa fuerza” iría una coma
    – sobra la coma tras “un médico joven” puesto que luego va una “y”
    – creo que estaría mejor poner “por educarle de forma tan exquisita como para poder llegar a ser…”
    – Tras “chicuela de quince” debes empezar con mayúscula pues hay un punto
    – es “mira fijamente sus grandes y profundos…”

    Espero haberte ayudado y leerte en próximos talleres. Si quieres leer el mío es el 76.

    Un abrazo.

    Escrito el 3 febrero 2016 a las 18:33
  6. 6. Robert W. Peterson dice:

    Hola, Blasa, estoy pasando a devolver las visitas de los compañeros. Un poco tarde, lo sé, pero no he podido hacerlo antes.

    El mensaje que transmite me parece bonito y no voy a reprocharte nada en cuento al contenido. No voy a ser quisquilloso.

    En el plano formal si hay algunas cositas a destacar, ya te ha comentado muchas de ellas la compañera Cryssta, voy a destacar las siguientes:

    1. ¡Ojo con el uso de algunos gerundios!

    2. Los diálogos está mal puntuados. Pero no te preocupes es cuestión de leer las normas e ir aplicándolas progresivamente hasta que las interiorices.

    3. Distinguiría entre dos niveles de comillas: «» para lo que se dice mediante discurso indirecto y “” para las palabras que entrecomillas. Hay algunos problemas de puntuación a este respecto también, por ejemplo cuando metes las frases entre comillas de discurso el signo que casi siempre se suele usar es una coma, más que un punto. No obstante, uno u otro siempre después de las comillas que cierran y no antes.

    4. Por lo demás considero que son erratas sin importancia.

    Nos leemos, buen trabajo.

    Escrito el 16 febrero 2016 a las 21:13

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