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El último beso - por Peter Walley

Supongo que recuerdas aquel verano; de repente las temperaturas subieron a cuarenta grados en todo el país y tardaron semanas en bajar, y la gente mayor empezó a morir por el calor. Yo entonces tenía once años, y mis padres, en un alarde de histeria de los suyos, se encerraron en casa con las persianas bajadas y no nos dejaron salir hasta que empezó a remitir.

Mientras todos mis amigos se iban a la piscina y mi hermana se pasaba las tardes colgada del teléfono, mis únicas opciones eran releer por enésima vez los cómics de Superman o espiar lo que pasaba en la calle por entre las rendijas de la persiana; ni siquiera podía ver la televisión porque mi madre se pasaba las tardes enlazando culebrones.

Con este panorama, no te sorprenderá si te digo que al cabo de tres días ya tenía controlados los horarios de todos los vecinos, sus modelos de coche y hasta los números de las matrículas. Tampoco es que hubiese mucho movimiento; podían pasar tranquilamente quince minutos sin que un pájaro se dignase a pasar por delante de nuestra ventana.

Me imagino que fue por eso por lo que me llamaron la atención.

La primera vez que les vi se estaban despidiendo en el coche delante de la casa de la esquina de nuestra calle. Ella estaba al volante, y él la besaba a través de la ventanilla. Recuerdo que me pareció mucho más guapa que las mujeres que había visto hasta entonces en la vida real; debía de tener no más de veinte años, pero para mí ya entraba en el mundo de los adultos.

Tras despedirse, él recogió una caja de herramientas que había posado en el suelo y llamó al timbre de la casa de la esquina. Allí vivía la señora Belinda, la viuda del dueño de la tienda de ultramarinos de la avenida principal. Éste había muerto en un accidente de coche, y a sus cuarenta años ella vivía de la indemnización del seguro y del dinero que había obtenido al vender la tienda. Cuando le abrió la puerta él se presentó, se dieron la mano con formalidad y ella le invitó a pasar.

Tres horas después (yo seguía en mi puesto, ya te dije que los culebrones duraban toda la tarde) el salió con sus herramientas y fue hasta el coche, donde ella le esperaba desde hacía unos diez minutos. Se subió, se dieron un beso y ella arrancó, alejándose pronto de mi calle, y por lo tanto de mi vida.

La rutina se repitió a lo largo de toda la semana: ella le traía a las cuatro y le recogía a las siete. Él cogía sus cosas del maletero, le daba un beso y llamaba al timbre. Yo solamente podía observar cómo entraba y salía de la casa, y desde mi salón no veía ni oía lo que sucedía dentro. Pero incluso desde mi posición puede notar que con el paso de los días algo empezaba a cambiar.

Por un lado, la señora Belinda empezó a aparecer cada vez más arreglada, y al abrir la puerta bromeaba con no dejarle pasar hasta que con una carcajada se hacía a un lado. Por su parte, cuando llegaba en coche él estaba cada vez más impaciente por irse; un día al darse el beso de despedida ella le retuvo la cara con las manos hasta que él las apartó con fastidio y se apresuró hacia la casa. Ese día ella se quedó varios minutos en el coche, con la cara hacia abajo, hasta que finalmente se puso las gafas de sol y arrancó.

El último beso se lo dieron el día que todo sucedió, y duró apenas un instante; el tiempo de rozar los labios con la mente ya en otra parte. El calor seguía siendo insoportable, y cuando la señora Belinda abrió la puerta, llevaba puesto un bikini blanco. Ese día no hubo bromas: sin decir nada él pasó dentro y cerró la puerta a sus espaldas.

Ella se puso en marcha. Recuerdo que pensé que se iría para volver al cabo de unas horas, pero en lugar de eso dio la vuelta a la manzana y aparcó justo delante de nuestra casa. Se quedó con la mirada fija cinco minutos, diez, quince, veinte. Y entonces salió del coche y caminó con decisión hacia la casa.

Dudó unos instantes delante de la puerta, o quizás estuviera escuchando. Luego entró en la casa y no tardamos en oír los disparos.

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21 comentarios

  1. 1. Gama dice:

    Me ha fascinado tu relato, la manera en que lo has narrado hace que se lea de una manera sencilla y expectante, me pude imaginar todo lo que escribiste, totalmente inesperado el final.
    La verdad es que no encuentro ninguna inconsistencia. Te mando un saludo y esperó leer más de ti.

    Escrito el 18 enero 2016 a las 20:42
  2. 2. Ratopin Johnson dice:

    Hola Peter,
    Buena historia. No entiendo muy bien el por qué los padres deciden bajar las persianas “en un ataque de histeria”, como dices. Se me ha hecho raro al menos. Creo que intentabas dar una coartada al protagonista para que se sintiera cómodo vigilando, la casa pareciera vacía quizá, y los observados pudiesen seguir con lo suyo espontáneamente sin sentirse eso, “observados”. Pero pienso que el mismo protagonista podria haber decidido por su cuenta encerrarse en su cuarto, debido al calor, y llevado por el aburrimiento y la curiosidad haberlos empezado a espiar.
    Por lo demás muy bien llevado todo desde el principio hasta el final, que encuentro especialmente logrado.

    Saludos

    Escrito el 18 enero 2016 a las 21:50
  3. 3. Cesar A. Martín dice:

    Hola Peter,
    Me ha gustado mucho tu relato. La historia de amor/desamor es como mínimo perturbadora. Y esa madre depravada todo un acierto. Pero lo que más me ha gustado es que me has transportado a esas interminables siestas de verano en las que tus padres no te dejaban salir. Ese aburrimiento pegajoso, esa falta de entretenimiento… enhorabuena y un saludo.

    Escrito el 19 enero 2016 a las 13:17
  4. 4. Diego Manresa Bilbao dice:

    Peter,
    El relato es bueno, formalmente perfecto, y entretenido. Pero esta demasiado inspirado en “La ventana indiscreta” en mi opinion. Aun asi, bien narrado y buena vuelta de tuerca!

    Escrito el 19 enero 2016 a las 22:28
  5. El giro del final no lo vi venir pero me parecio exlente. Como decimos aca en la isla, cerraste con broche de oro. Si me parece raro que en una temporada de mucho calor cierren las ventanas. Aca en P.R. hace mucho calor en verano y por lo general se abren todas. Por eso lo digo, porque aca siempre estamos de 82 a 96 grados. Pero eso no quita merito pues me parece verosimil que haya personas que hagan cosas extrañas, je je.
    En fin, excelente relato.
    Felicitaciones y saludos.

    Escrito el 19 enero 2016 a las 23:59
  6. 6. Peter Walley dice:

    Gracias a todos por los comentarios.

    Lo de las persianas igual es una costumbre de acá, cuando hace mucho calor a veces se bajan para que no entre luz y mantener el fresco (incluso con las ventanas abiertas detrás). La verdad es que no me planteé que quedase raro.

    Diego, más que en la ventana indiscreta estaba pensando en películas de aventuras infantiles tipo ‘Los goonies’ o ‘Cuenta conmigo’, aunque sí que veo la similitud.

    Ratopin, ¿este mes no tienes relato? No te encuentro en la lista…

    Escrito el 20 enero 2016 a las 22:50
  7. 7. Manoli VF dice:

    Tanto tu relato como tu forma de narrar me han gustado mucho, Peter Walley. Todo el texto mantiene la expectativa en el lector por lo que cree que está pasando. Sí que es verdad que el final me ha parecido un poco “acelerado” y la descripción que haces de que aparca cerca “de nuestra casa”, para dirigirse a “la casa” habría que redactarlo mejor, (la palabra casa se repite).

    Pero vamos, son pequeñas cosas, para un relato tan grande.

    Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 21 enero 2016 a las 00:07
  8. 8. Ratopin Johnson dice:

    Hola Peter,

    No, no no llegué a tiempo. Tenía algo escrito de demasiadas palabras, y tampoco me convencía mucho. Mea culpa

    Escrito el 21 enero 2016 a las 21:02
  9. 9. lunaclara dice:

    Hola Peter! Tus relatos son tan graciosos y ágiles de lectura que me encantan. No le veo nada que pueda mencionarte. Solo esta frase, que no me suena muy bien: “Tres horas después (yo seguía en mi puesto, ya te dije que los culebrones duraban toda la tarde), él salió con sus herramientas y fue hasta el coche, donde ella le esperaba desde hacía unos diez minutos.” No sé si se soluciona con la coma tras el paréntesis, o a lo mejor hay que sustituir los paréntesis por guiones -.
    De todas formas, eso no le resta nada al relato.
    Muchas felicidades, compañero!!

    Escrito el 22 enero 2016 a las 13:51
  10. 10. L.M.Mateo dice:

    Hola Peter:

    Me ha encantado el relato, he notado ese calor de calima que tanto ahoga, y el aburrimiento típico del verano cuando tus padres deciden quedarse en casa para evitar el sol (y sí, en mi zona de España también es costumbre bajar un buen trecho las persianas y dejar las ventanas abiertas).

    Te hago un par de apuntes en el aspecto formal:

    – Superman debería ir entre comillas, ya que haces referencia al título de un cómic.

    – “Me imagino que fue por eso por lo que me llamaron la atención”. La frase es correcta, pero en el contexto puede generar confusión: ¿Le llaman la atención por estar asomado a la ventana, o algo llama su atención?. Creo que poniendo “Me imagino que fue por eso por lo que llamaron mi atención”, quedaría resuelto.

    -“el salió”, le falta un acento a él.

    Por lo demás creo que has cumplido con el tema y con el reto de un modo perfecto.

    Un abrazo.

    Escrito el 23 enero 2016 a las 00:45
  11. 11. Miranda dice:

    Hola Peter:
    Me ha gustado tu relato, que me parece muy bien escrito, transmites la sensación de agobio del calor del verano y la claustrofobia de estar encerrado muy bien.
    El final, me ha sorprendido a pesar del posible parecido a la ventana indiscreta. No pensaba que hubiera pasado tanto tiempo durante aquel verano, como para que fuera evidente lo que pasaba entre Belinda y el operario.
    Un saludo, y gracias por pasarte por mi relato.

    Escrito el 24 enero 2016 a las 00:58
  12. 12. marazul dice:

    Hola Peter
    A mi este tipo de historias me encantan, que quieres que te diga…..son un poco morbosillas, ya lo sé, pero es que se dan en la vida real. Es verdad que el gran maestro Hitchcock nos pisó la historia y ahora lo tenemos muy difícil. Sin embargo el hecho de “fisgar” a través de la persiana o de que alguien por cualquier motivo (enfermedad, encierro….) se detenga a observar por puro aburrimiento, siempre se podrá utilizar porque da para diferentes argumentos e infinidad de narraciones. Yo misma tengo un par de relatos basados en el personaje “observador”.
    Tu relato engancha, está bien escrito, es claro y mantiene la tensión.
    Me vas a perdonar, Peter, pero el final es lo esperado. Yo, le hubiese dado otro tono menos trágico, incluso con humor; no sé llamo a los bomberos y les pillo en mitad del fregao…..o a la poli como que hay dentro un terrorista, o le llamo a él por teléfono mientra está con la otra y le doy una mala noticia para vengarme…..algo más rebuscado.
    No me tomes a mal la broma, Peter. Tu relato me ha entretenido. Me ha gustado mucho.
    Saludos

    Escrito el 24 enero 2016 a las 11:05
  13. 13. Luis Ponce dice:

    Hola Peter: redondo.
    Me ha gustado mucho. He sentido el calor del verano en las primeras horas de la tarde. La costumbre de las persianas bajas es algo común en ciertos lugares del trópico y se justifica.
    Lo de la ventana indiscreta, me parece forzado porque significaría que ya no podemos escribir sobre ciertos temas.
    Y el desenlace si te pones en los zapatos de la ofendida, que a más de traicionada ha sido chófer del zángano, es más que justificado.
    Me ha gustado mucho el lenguaje y el calor adicional que ha brindado la madre inmóvil viendo culebrones.
    Lo que no me cuadra es el hecho de saber de que vivía la viuda, porque por más que te pases tras las ventanas no tienes acceso a ese tipo de información.
    Ha sido un gusto leerte.

    Escrito el 24 enero 2016 a las 15:48
  14. 14. Basilisa Nogales dice:

    Hola, Peter:
    Me ha gustado bastante tu relato.
    Estoy de acuerdo con lo que te han dicho ya los demás.
    Hay un párrafo que no queda del todo claro: “Por un lado, la señora Belinda empezó a aparecer cada vez más arreglada, y al abrir la puerta bromeaba con no dejarle pasar hasta que con una carcajada se hacía a un lado. Por su parte, cuando llegaba en coche, él estaba cada vez más impaciente por irse; un día al darse el beso de despedida ella le retuvo la cara con las manos hasta que él las apartó con fastidio y se apresuró hacia la casa. Ese día ella se quedó varios minutos en el coche, con la cara hacia abajo, hasta que finalmente se puso las gafas de sol y arrancó”. Al principio del párrafo hablas de la señora Belinda. Así que cuando aparece el pronombre “ella” lo más lógico es que se refiriese a la señora Belinda. Además, empieza el párrafo: “Por un lado” así que debería continuar en algún momento: “Por otro lado”. En fin, creo que el primer “ella” deberías cambiarlo por “la joven”.
    En: “desde mi posición puede notar que deber ser “pude”.
    En: “el tiempo de rozar los labios con la mente ya en otra parte”, lo de “la mente ya en otra parte” no puede saberlo un narrador testigo.
    Los demostrativos no llevan tilde: “Éste había muerto en un accidente”.
    Sigue deleitándonos con tu prosa.
    Saludos.

    Escrito el 24 enero 2016 a las 19:14
  15. 15. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Peter, aca por nuestra tierra al norte de México, los calores son algo serio. Lo que si he notado es que las viviendas antiguas de la región tienen las ventanas angostas y las paredes muy anchas, en dias muy calurosos las ventanas permanecen cerradas en el día y abiertas durante la noche; asi es que si comprendo lo de las persianas. Por lo demás tu narrativa es muy clara y facil de seguir. me gustó la forma en que ibas agregando en cada visita un nuevo elemento que iba guiandonos a un final, pero nunca esperé ese desenlace. Te Felicito y seguiré atento a tus escritos y tu tallereo.

    Escrito el 25 enero 2016 a las 01:55
  16. 16. charola dice:

    ¡Hola Peter! Primera vez que te leo y me ha gustado tu relato. Trasmitiste el calor de la temporada y las ganas de fisgonear porque no había más nada que hacer. Algunas cosillas que ya te dijo Basilisa, pero el final estuvo estupendo. Yo no lo esperaba a pesar de que el zángano lo mereciera. ¡Felicitaciones! Si puedes pasarte por mi relato. Es el 54. Nos leemos.

    Escrito el 26 enero 2016 a las 04:37
  17. 17. CARMELILLA dice:

    Hola Peter:
    Cuando estaba leyendo tu relato lo comparé con lo que sucedía en la película (no me acuerdo como se llama) en la que celebraban el día de la marmota una y otra vez porque el protagonista estaba atrapado en ese momento. Tu personaje parece que también está atrapado en una relación que no quiere y acaba eligiendo otra.
    Tiene buen ritmo, a mí no me parece raro ni que con calor estuvieran las persianas bajadas, como si hubieran estado subidas del todo. En los relatos creo que tiene que estar permitodo todo lo que la imaginación quiera plasmar, siempre que se entienda y esté expresado de manera correcta, ambas cosas conseguidas por tu parte.
    Me gusta ese papel de espía y cómo describes cómo lo estaba viviendo.
    En lo único que dudo es si lo que ocurría en la casa era conocido por la que se quedaba en el coche o lo fue sospechando con tanta repetición y herramientas que al parecer no servían para arreglar lo que estuviera estropeado porque siempre tenía que volver.
    Buen ritmo, descripciones adecuadas, mantiene el interés del lector, quizá hubiera “elegido” otro final menos dramático, pero ese sería mi final y no el tuyo.
    ¡ Bien hecho!
    Saluditos.

    Escrito el 26 enero 2016 a las 11:55
  18. 18. José Torma dice:

    Maestro Peter.

    Creo que llego tarde y lo que a mi me parece raro ya te lo comentaron asi que no ira a por mas.

    Aca en mi ciudad, los veranos son de 100 grados a la sombra, por lo que me me identifique con ese “no dejar salir” para evitar el calor.

    Te dicen que el final es sorpresivo, pero ya veia yo algo raro. Tambien me vino a la mente la ventana indiscreta, que te digo si la acabo de volver a ver no hace mucho rato (bendito Netflix).

    Te felicito, muy logrado el relato y agradezco tus palabras al mio.

    Saludos.

    Escrito el 27 enero 2016 a las 04:52
  19. 19. Marcelo Kisi dice:

    Peter!!
    Yo creo que la calidad de tu prosa va in crescendo. Una calidad que te permite crear climas y desenrollar tramas a través de gestos de alta resolución.
    Lo de las persianas lo practico yo también aquí donde vivo. A la noche refresca: se abren las ventanas; a la mañana, cuando el sol empieza a asomar, las bajo, para disgusto de mi esposa, que gusta de la luz, no importa la temperatura. Historias de vampiros… Pero pruébenlo: el fresco de la noche se mantiene todo el día.
    Las ambigÜedades ya te las marcó BAsilisa -el uso de “ella”- y cosas así. A mí me queda felicitarte por un relato exquisito!
    De nuevo te agradezco tu entusiasta comentario a mi relato, me ha llenado de alegría 🙂
    Abrazo!!

    Escrito el 31 enero 2016 a las 09:14
  20. 20. Wolfdux dice:

    Hola Peter, me ha gustado mucho tu relato. No conozco “La ventana indiscreta”, pero si conozco “Los Goonies”, y tal como dice Cesar, me has hecho volver a la época en la que no te dejaban salir de casa durante la siesta. Felicidades por tu relato. Un saludo.

    Escrito el 1 febrero 2016 a las 15:41
  21. 21. Pato Menudencio dice:

    Que buena historia acabas de presentar.
    Especulé a lo largo de todo el relato sin saber lo que ocurriría.

    Saludos

    Escrito el 16 febrero 2016 a las 17:44

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