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El último beso - por Ismael Tomas Perez

Web: http://www.gigantedealgodon.blogspot.com

El último beso

Recuerdo aquella vez, aquel sitio, aquel momento, tan especial, tan hermoso, bañado por aquella luz tan tenue, tan melancólica, aquellos rayos de sol, agonizantes, entrando por las rendijas de aquella persiana, dando a aquel rincón una tonalidad fantasmagórica, a aquel rincón que quería ser el favorito de la estancia y aquella puerta por la que entré, por la que al cruzarla vi a la diosa de los cabellos de oro, a aquella mujer tan hermosa, aquel cuerpo tan armoniosamente perfecto, aquella sonrisa pícara y perfecta que hubiera sido capaz de derretir al mismísimo diablo, enseñando aquellos muslos que, tal vez, pudieran haber sido clasificados de escándalo público.
Su blusa roja, entallada, escotada, dejándome imaginar los encantos más perfectos que yo fuera capaz de adivinar. Esperándome, deseosa, ardiente, con una copa de vino en la mano.
Habíamos estado lejos, muy lejos, no en la distancia, sino en el alma, en el amor, en la comprensión. Aquel reencuentro, aquella tarde tan perfecta, tan sutil, tan larga pero a la vez tan corta, preámbulo de aquella noche de pasión, de frenesí, de lujuria, de tanta intimidad, otra vez, y una vez mas, entre los dos.
Era aquellas la noches de mis sueños, de mis fantasías, las de mi universo de estrellas.
Volvía a estar con la mujer que mas feliz me hacía y a la que, sin poder evitarlo, algunas noches veía en mis sueños.
La pasión fue estremecedora, agotadora y a la vez inacabable, acompañada del efecto y del encanto de aquella copa de vino y de aquellas fresas con chocolate que también había preparado de antemano.
Cuerpo contra cuerpo, empezando a asomar las primeras gotas en la piel, quizás debido al calor, quizás debido a nuestro acaloramiento.
Fundidos como uno solo, disfrutando, amando, susurrando frases de amor, en perfecta sucesión de movimientos, como una lucha pero convertida en un enorme placer.
Deseábamos que durara toda la eternidad, o al menos, un millón de años, pero no, aquello sabíamos que acabaría pronto y los supimos enseguida.
Exhaustos, agotados, bañados por el amor líquido desprendido de nuestros cuerpos, fundidos en un abrazo interminable llegamos al fin, a la realidad. Un efusivo y largo beso sirvió de despedida y de señal que ese momento había terminado
En poco tiempo teníamos que volver al presente, al sinsabor, al desengaño, a la rutina.
Recuerdo aquella vez, tan lejana pero tan presente. ¿Seria quizás este el último beso?

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4 comentarios

  1. 1. María dice:

    Me ha gustado muchísimo, en serio, no le he encontado ni una pega. Muy bien escrito y una historia buenísima. Si quieres pásate por mi relato soy el número 179, ¡gracias!

    Escrito el 19 enero 2016 a las 23:10
  2. 2. Darío Lana dice:

    ¡Hola Ismael!
    Vaya relato tan sugerente has creado. Realmente consigues subir la temperatura en la habitación de tus protagonistas.
    Quizá la historia no sea especialmente original y aunque no se sabe porque tiene que terminar la relación (quizá es algo fuera del matrimonio, o uno de los dos se marcha) expresas muy bien el deseo y la angustia del narrador.

    En cuanto a la forma hay varias cosas que creo que puedes mejorar:
    -En el primer párrafo no hay ni un solo punto, de manera que se hace muy pesado de leer. Se pierde la atención y te toca volver a empezar.
    -Hay muchas palabras repetidas, que hacen que el texto se vuelva un poco monótono: aquel sitio, aquel momento, aquella mujer…; noches-sueños;tan perfecta, tan sutil…; calor-acaloramiento.
    -La frase “Era aquellas la noches de mis sueños…” Supongo que querías decir “EraN aquellas laS noches…”

    En resumen: una escena muy bien conseguida, que si trabajas un poco más, puede quedar aún más intensa.
    Saludos

    Escrito el 20 enero 2016 a las 11:27
  3. 3. Leonardo Ossa dice:

    Hola Ismael, la repetición de palabras que te señala Dario Lana, genera un texto que refleja la sincera expresión de un enamorado, lo que me parece muy bien. El personaje es insistente y eso lo ubica muy cerca de mí o de cualquier lector, ya que por lo general ese tipo de relatos, nos llegan en la vida real con esa forma de hablar tan vehemente que plasmas en tu escrito.
    Saludos.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 21:44
  4. 4. beba dice:

    Hola, Ismael:
    Me pareció una historia muy íntima; una de esas situaciones que nos cuesta “decir”, porque nadie las siente como uno mismo. La misma confusión del relato da fe de ese vértigo interior.
    Creo que le falta elaboración: llorarse todo, solito, y después darle forma literaria.
    Procura limar las repeticiones, acortar los párrafos, introducir algo de diálogo, u será un texto muy bueno.

    Reitero las observaciones de Darío

    Escrito el 22 enero 2016 a las 15:19

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