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El último beso - por Mara

Y regresó a Madrid tras llevar una vida llena de acontecimientos duros en ocasiones y emocionantes en otras. Convertida en todo un hito de la moda, derramando glamour a pesar de ser una señora octogenaria. Así, con esa maleta cargada de vivencias regresó a la ciudad natal, aquella que la vio crecer sin madre, trastabillarse entre la droga, caer y hundirse. Aquellas calles que un día la despidieron para que pudiera de nuevo renacer tras las montañas. El amparo desinteresado de Ramón y Elena le dieron la fuerza necesaria para crecer como persona, para encauzar una vida desordenada y absurda. Aún recordaba el día que llegó al pueblo y observó los ventanucos desvencijados y oscuros tras los que se adivinaba alguna silueta curiosa.

Esmeralda se sonreía al recordar esos acontecimientos de su vida, sentada sola en ese amplio sofá que inundaba la sala. Se sentía vieja, no mayor, sino vieja, desgastada por los años y cansada. Estaba segura que no había desperdiciado ni un solo minuto de su devenir por el mundo, supo aprovechar esa segunda oportunidad. Se sentía muy satisfecha con su trayectoria profesional, se había convertido en una referente de la moda creando su propia línea de ropa de reconocida fama mundial. Allí sentada y postrada evocando los recuerdos de una vida pasada llegó hasta su amado Bruno, hacía tiempo que la había dejado y sentía su ausencia. Recordaba cómo se conocieron el día que él la recogió en la plaza del pueblo y la condujo hasta la que sería su hogar. Le pareció un chico muy callado y taciturno pero había algo en él que la cautivó. Los ojos de Esmeralda se anegaron en lágrimas de añoranza y amor, deseaba marcharse a ese lugar donde sabía que él la esperaba. Se habían querido mucho, quizás lo habían hecho de manera desincronizada, cada cual vivió ese amor en distintos momentos pero al final supieron coincidir y disfrutar, en la plenitud de la madurez, de la pasión que les unía. Fue muy feliz junto a él y le echaba en falta en esos últimos años de vejez donde más necesitaba una mano amiga que le apretara y le diera fuerzas o una mirada dulce que le hiciera comprender que aún la quería.

Desde que llegó de Estados Unidos no sabía qué hacer, no quería quedarse en un país extranjero donde siempre se había sentido una intrusa, pero al regresar tampoco encontró su lugar. Había prometido a su amigo Ramón que le contaría como sería su nueva vida pero no lo hizo, no pudo hacerlo. Sentada en el amplio sofá de la sala se quedó prendida de sus fantasías, de las imágenes vividas y apenas le dio tiempo a terminar el email para su amigo, levemente pudo concluir la frase de despedida, quedando impresas las palabras como si fueran un fin anunciado, —Un beso Ramón, adiós—

Y así se marchó Esmeralda, sonriente y relajada. Murió esa mañana de primavera mientras los rayos del sol anunciaban el buen tiempo, en su mano se encontró una foto de su querido Bruno arrugada por la de veces que la había mirado.

Quiero pensar que la sonrisa fue fruto de ese encuentro deseado con su amado en algún lugar tan etéreo como desconocido, donde eternamente se amarían.

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7 comentarios

  1. 1. José M Quintero dice:

    Hola Mara.
    Aunque sentí un poco lenta la trama me parecio una muy buena historia. Se puede sentir esa atmosfera de soledad abrumadora que, me imagino, quisiste plasmar en el relato.
    Creo que el reto opcional no esta cumplido, por lo que entendí un narrador testigo no deberia saber de antemano lo que piensa la protagonista.
    Así que el narrador testigo ¿deberia saber que ella se siente vieja, o solo decir que Esmeralda se ve vieja, cansada y desgastada por los años?
    Aún así es una bonita historia con un bonito final.

    Escrito el 18 enero 2016 a las 20:02
  2. 2. María Gabriela Sanchez Vallejos dice:

    Me gustó la originalidad de la historia, pero siento que Ramón y Elena sobran como personajes, sobretodo Elena. Creo que deberías cambiar la palabra “de sincronizada” por “no coordinada o alternada.”
    El narrador testigo cuenta los hechos no piensa, creo que el último párrafo “Quiero pensar…” está demás.

    Escrito el 18 enero 2016 a las 22:33
  3. Hola Mara, heme aquí para cumplir con el mayor gusto con leer tu relato y comentar lo que pueda para ver si sirvo de algo o sólo para cotillear, jeje.

    FORMA.

    Primero que nada me parece que no debes iniciar un párrafo con “Y”, vale, a mí también me parece muy bonito, solía hacerlo a menudo, pero me dijeron: “Corta el rollo, no importa lo bonito que te suena, no se hace”. Así que, bueno, me quedó claro.

    “Allí sentada y postrada evocando los recuerdos de una vida pasada llegó hasta su amado Bruno…”

    Aquí la frase “evocando los recuerdos de una vida pasada” puede ser aclaratoria o para complementar la idea así que debería ir entre comas. Así:

    “Allí sentada y postrada, evocando los recuerdos de una vida pasada, llegó hasta su amado Bruno…”

    “Había prometido a su amigo Ramón que le contaría como sería su nueva vida pero no lo hizo…”

    “cómo” lleva tilde ya que es parte de una oración interrogativa indirecta.

    “quedando impresas las palabras como si fueran un fin anunciado, —Un beso Ramón, adiós—“

    Cuando vas a mostrar la línea del texto debe ser con dos puntos.
    “un fin anunciado: —Un beso…”

    “Y así se marchó Esmeralda…”
    No comenzamos con “y”.

    CONTENIDO.
    Bien, no sabemos quién narra. Me parece que es un narrador omnisciente porque sabe qué recordaba, cómo se sentía al respecto, porqué estaba arrugada la foto, etc.

    Bueno, no es un narrador fácil de utilizar, yo aún no sé si lo conseguí.

    En general debo decir que es un relato muy nostálgico, casi al punto de las lágrimas. Ella consiguió todo lo que quería, pero al final está sola y la ausencia de su ser amado pesa más que todos los logros alcanzados, hasta el punto en que ya no importa dar un paso más, ¿para qué? Eso me hace pensar en lo que debe ser una prioridad en mi vida, los logros o aprovechar esos momentos con la persona que amo.

    Una idea muy bien lograda, sigamos aprendiendo que para eso estamos aquí. Besos.

    https://milcuentosdeamor.wordpress.com/

    Escrito el 19 enero 2016 a las 02:31
  4. 4. Mara dice:

    Gracias por los comentarios, por supuesto que estamos para aprender y así lo intento.
    He tratado que la historia fuera narrada por un omnisciente, es decir que lo sabe todo de la historia, quizás no lo he conseguido.
    Por otra parte Verónica me siento desilusionada, (jajja, es broma) estaba muy contenta con mi “Y” del inicio, es la primera vez que la uso pero me pareció que era como dar continuidad a una historia que había empezado mucho antes, que así es en realidad. Después de tu comentario tendré que olvidarme de la “Y”, por cierto ¿qué argumentaron para explicarte el porqué no usar la “Y”?
    Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 13:33
  5. 5. Juan Barcenas de Amenabar Pastor de Castros dice:

    Hola Mara, que triste historia.
    Coincido en lo de la “y” pero por que se supone que es un relato con principio y fin no se que sentido tiene dar a entender que hay una historia antes que todo esto.
    Lento si, pero por que lo pide y eso me gusto.
    Quizás te diría que buscases tu forma natural de contar las cosas sin forzarte.

    Escrito el 21 enero 2016 a las 07:15
  6. 6. Sandra Adrian dice:

    Hola Mara, respecto a los fallos que encontré Verónica ya los ha puesto todos y coincido con Juan que el texto el lento, pero lo requiere.

    En cuanto al narrador, no se sabe quién es (yo por lo menos) y creo que el reto no lo has llegado a cumplir del todo, para mi gusto el narrador sabe muchas cosas.

    Ahora toca seguir escribiendo y aprendiendo de los errores, no te desanimes. Un saludo.

    Escrito el 24 enero 2016 a las 18:30
  7. 7. Mara dice:

    Hola, gracias por vuestros comentarios seguro que así iré mejorando.

    Juan quizás te haya parecido forzado pero no es así, a veces uso esa forma de escribir, es posible que tenga que mejorarla o cambiarla pero en ningún momento la fuerzo, solo fluye.

    Sandra es cierto que el narrador no se ha visto mucho, a veces las cosas están transparentes para tí pero no para el resto y se trata de saber comunicar, con lo cual tomo buena nota de vuestros comentarios.

    Escrito el 26 enero 2016 a las 09:37

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