Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

El último beso - por Lemo

Se acercó junto a su novia al féretro para ver por última vez a tía Marie. Le sorprendió ver junto a ella una botella de vino. Su padre no sabía nada y lo remitió al abuelo. Sentado en uno de los sofás tenía la mirada perdida. Tras unos abrazos reconfortantes decidió contestar a la pregunta. Ya no había motivo para ocultar la historia. Empezó el relato:

Cuando tenía tu edad me mandaban con los tíos para vendimiar. Ese año en concreto tía Marie tenía veinte años, para entonces ya empezaban a alterarse mis hormonas de adolescente y para mí era la mujer más hermosa y deseada que pudiese existir.

Pero ese año me ignoró. A la hora de comer desaparecía y me dejaba solo. Así que un día decidí seguirla. Me coloqué de forma estratégica durante la cosecha para tenerla a mi vera. Cuando llegó la hora seguí sus pasos con sumo cuidado. Se metió en un cobertizo echando una última mirada atrás. A los pocos minutos llegó Antonio, era uno de los jornaleros españoles que contrataban cada año. Entró sin vacilar. Me asustaba la posibilidad de ser descubierto por lo que me fui a comer.

Al día siguiente volví a seguirla, pero esta vez, dejando un tiempo prudencial me acerqué a la ventana para ver que ocurría allí dentro. Me quedé atónito, allí estaba Marie cabalgando aquel semental español. Tardé un rato en comprender lo que ocurría, me quedé hipnotizado admirando su cuerpo desnudo. De repente echó los hombros y la cabeza hacia atrás acompañado de un grito que más tarde supe que era de placer. Por suerte tenía los ojos cerrados y no me vio. El susto de sentirme sorprendido me tiró de espaldas al suelo. Me quedé un buen rato en la misma posición, viendo desfilar las nubes con mi corazón roto. Ni los oí marchar.

A partir de aquel día me alejé lo más posible de Marie, fue un mes bastante penoso para mí la verdad. Cerca del fin de la vendimia, una mañana Marie no bajaba a desayunar.

—Corre a buscar a tu prima—me ordenó tío Pierre.

Subí al cuarto y abrí la puerta sin llamar.

—Tu padre dice que bajes de inmediato.

Saltó de la cama como un resorte, admiré por segunda vez en menos de un mes a mi deseada prima tal como llegó a este mundo. Se notaba la presencia de alguien debajo de las sábanas. Marie se acercó a mi sin molestarse en tapar sus vergüenzas, de forma pausada para que pudiese recrearme con la vista y dándome un beso me susurró:

—No le digas nada a papá, primito.

Me compró con un sensual beso.

Pero era demasiado tarde, después de tantos días media vendimia conocía la aventura de la hija del dueño con Antonio el español. Y al día siguiente tío Pierre se enteró de todo. Esa noche la cena fue muy violenta, al menos quedó claro que no fui yo el origen de la noticia.

Me mandaron ser la sombra de Marie el resto de la semana. Antonio y su familia ya no estaban. Durante tres tardes estuvimos pisando las uvas centenarias del campo favorito del tío. Mi prima no dejó de llorar un solo segundo.

Al año siguiente volví hecho ya casi un hombre. Mis flirteos amorosos me hicieron olvidar todo el asunto de la vendimia pasada. Pero al ver de nuevo a Marie, todos aquellos recuerdos volvieron de sopetón. Seguía igual de hermosa. Como ya tenía dieciséis años me invitaron a la cata previa al embotellado. Casi todas las barricas habían producido un excelente caldo. Al probar el de la cuba de las uvas centenarias todos entramos en una especie de sensación de pena, el sabor era exquisito pero producía como un bajón en el estado de ánimo.

—No acabo de encontrar el matiz—dijo mi tío—,sabe como a…

—Último beso—Interrumpió Marie con lágrimas en los ojos—.Sabe a último beso.

Más tarde supe que bautizaron esa añada con ese nombre. En cada concurso que se presentó se llevó una medalla. Tía Marie puso todo su empeño en dificultar su comercialización a pesar del gran éxito. Al final consiguió retener una veintena de cajas. Y cada año, al acabar la vendimia, se hacía servir la cena en su cuarto con una botella de “La dernière Bise”.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

25 comentarios

  1. 1. Lemo dice:

    Además me puse otro reto. No usar palabras acabas en …mente. Después de 2 relatos abusando de ello. Espero que tengáis una buena lectura.

    Escrito el 18 enero 2016 a las 22:15
  2. 2. Miscelánea dice:

    Me encanta leerte. Me ha gustado mucho el relato desde su inicio. Imaginativo con un broche excepcional. He seguido enganchado todo el relato y he disfrutado con ese final maravilloso. Gracias por tu cuento.

    Escrito el 19 enero 2016 a las 22:05
  3. 3. Manoli VF dice:

    Muy buena, Lemo.

    Me ha encantado este relato afrutado y vinícola. Lo de “último beso” me ha parecido un “pelín” exagerado pero le pega al género que aquí has tratado y le da un punto de frivolidad. Me ha gustado y la he disfrutado como un vaso de buen vino 😉

    Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 00:18
  4. 4. Cryssta dice:

    Hola Lemo, encantada de leerte, tu relato me ha gustado, es una de esas historias de amor imposible que perdura en el tiempo.

    Has metido muy bien en el texto al narrador testigo y tiene el protagonismo justo.

    Paso a decirte lo que veo yo mejorable:

    – Dices “Su padre no sabía nada y lo remitió al abuelo. Sentado…” da la sensación de que quien está sentado es el padre, sería mejor si pusieras “al abuelo que estaba sentado en uno de los sofás con la mirada perdida”
    – Cuando el abuelo comienza el relato se tendrían que abrir unas comillas y cerrarlas cuando acabe de contar.
    – Tras “dejando un tiempo prudencial” iría una coma.
    – “Para ver qué ocurría allí dentro” el “qué” lleva tilde.
    – Estaría mejor decir “De repente echó los hombros y la cabeza hacia atrás acompañándose de un grito que, más tarde, supe era de placer” “acompañado” no estaba bien y ponías dos “que” seguidos.
    – “Marie no bajó a desayunar”
    – ” —Corre a buscar a tu prima —me ordenó tío Pierre”. Repásate la entrada que hay en el blog sobre cómo escribir los guiones porque más adelante en el texto se repite el fallo.
    – “Marie se acercó a mí” ese “mí” lleva tilde.
    – Lo de “media vendimia” no lo acabo de ver aunque se entiende bien lo que quieres decir.
    – Las uvas no son “centenarias” si acaso lo serían las cepas pero las uvas tienen un tiempo de vida muchísimo más breve.
    – Tras “Seguía igual de hermosa” iría un punto y aparte.
    – “Todos tuvimos sensación de pena” sería una expresión más correcta, eso de “especie de sensación” no es correcto.
    – “Producía un bajón” aquí ocurre lo mismo, lo de “como un” no es correcto, como se suele decir “hay que hablar con propiedad”.
    – Tengo oxidadísimo el francés que di en el instituto pero creo que tendrías que se escribe “Le dernier bise” porque es masculino además debes elegir, o pones “dernier” y “bise” con mayúscula o con minúscula, no cada palabra de forma distinta, yo optaría por minúsculas pero al ser el nombre del vino creo que sería correcto ponerlo también con mayúscula.

    Espero haberte ayudado con las correcciones y leerte en el próximo taller. Si quieres leer mi relato es el 76.

    Un abrazo.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 09:19
  5. 5. Lemo dice:

    Muchas gracias Cryssta:

    Contigo mejoro un montón. Entre los varios errores que gracia me ha hecho lo de las uvas centenarias, que cierto es, hemos hecho vino con pasas, jaja.(Vaya error).
    En cuanto a lo de francés, algo del país vecino tengo, de allí ciertas faltas recurrentes. Pero en este caso Bise es femenino y por tanto es “La dernière bise”, quizás lo confundas con baiser que es masculino y entonces sería “Le dernier baiser”. Pero no me decanté por “baiser” ya que tiene otro significado (copular) y no me sentía a gusta con esa posible confusión.
    Gracias por tu comentario me ayuda mucho.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 10:19
  6. 6. Lemo dice:

    Gracias Manoli:

    Cierto que es un tanto traído por los pelos, pero la inspiración es la que es, jaja.
    Muchas gracias por tu comentario y por leerme.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 10:21
  7. 7. Lemo dice:

    Hola Miscelánea:

    Me alegra verte por aquí y sobre todo que te haya gustado.
    Un abrazo.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 10:25
  8. 8. Cryssta dice:

    Gracias Lemo por aclararme lo de la frase en francés, está claro que domino más el español jajajaja.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 11:52
  9. Muy imaginativo el relato, en especial durante ciertas partes. Por poco termino como el maestro Roshi durante algunos momentos, je je.
    Fuera de broma, excelentes los personajes, el ambiente y bien usado el narrador. Me parece un buen trabajo.
    Algunas cositas a mejoras que Cryssta ya te mencionó así que no diré mas sobre eso.
    La historia atrapa desde el inicio. Genial.
    Felicitaciones y saludos.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 23:17
  10. 10. Alejandro Bon dice:

    Hoy estamos para recordar viejas andaduras. Jamás he pisado uvas con las plantas de mis pies, pero a los quince tenía un amor imposible que me llevaba todo el verano. Cuando el invierno, la olvidé por completo, pensando que ya lo había superado, pero cuando al verano siguiente la vi de pie ante mi, otra vez…

    me ha conmovido tu relato y me has llevado de vuelta hacia atrás en el tiempo…gracias! Felicitaciones.

    Escrito el 21 enero 2016 a las 14:00
  11. 11. Paola dice:

    Hola, Lemo
    Un relato precioso. Me ha encantado lo del nombre del vino. Además te aseguro que un vino con ese nombre no lo dejaría escapar y supongo que yo no sería la única.

    Me da pena el primo. Está medio enamorado y esa visión tuvo que haberle quemado el corazón. A veces una cosa tan tonta puede marcar a alguien para siempre.

    Me ha gustado el relato, lo he disfrutado con ganas de más.

    Nos leemos

    Escrito el 22 enero 2016 a las 14:40
  12. 12. Luis Ponce dice:

    Hola Lemo:
    Gracias por pasar por mi relato. Aprecio mucho tus comentarios.
    En cuanto al tuyo, me ha gustado mucho. Estoy de acuerdo con Cryssta que es una de las que más sabe sobre los puntos a tener en cuenta, recalcando lo de los guiones largos.
    Será un gusto seguir leyendo tus trabajos.
    Un abrazo.

    Escrito el 22 enero 2016 a las 14:53
  13. 13. Marcelo Kisi dice:

    Lemo, que deliciso relato!
    Nos es muy relevante a todos. Yo recuerdo a todos mis amores imposilbes de adolescencia. Como con tu perfecto narrador testigo, ninguna de ellas supo jamás que las había amado hasta la obsesión.
    Una sola acotación. Si en realidad nunca pasó nada -lo intuyo, porque ahí sentado en el sofá en el velatorio, después de haber tomado vino a su salud, le habría relatado a su nieto cómo logró conquistarla- la frase “Pero ese año me ignoró” habría que arreglarla, porque lo ignoró siempre. Si no, está confundiendo al lector con una pista falsa, algo que se insinúa y después no pasa nada, cosa que hay que evitar.
    Saludos, y gracias de nuevo por tu comentario a mi relato!

    Escrito el 22 enero 2016 a las 19:45
  14. 14. Lemo dice:

    Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.

    Es cierto que en general hemos tenido esos amores secretos, con su correspondiente dosis de sufrimiento.

    Y Marcelo tienes razón que pude dar una pista falsa, me refería mas a la prima mayor como semi madre transgresora que cuida del primito hasta que ella encuentra mejores “cosas” que hacer, y por eso el se siente ignorado, ya no es la atención de su prima cuidadora. Más si tenemos en cuenta que el si empieza a ser mas adolescente.

    De nuevo gracias por pasaros por aquí y me alegra que el relato haya gustado.

    Escrito el 22 enero 2016 a las 20:00
  15. 15. L.M.Mateo dice:

    Hola Lemo:

    He visto que ya ha pasado Cryssta por aquí, así que no voy a añadir ninguna corrección.

    Te felicito. Este mes lo has conseguido y se ha notado mucho el mimo que has puesto en él (me alegro de ese reto personal de evitar los adverbios en “-mente”). A mí me ha encantado la historia, casi he saboreado el vino y su tristeza.

    Un beso.

    Escrito el 23 enero 2016 a las 00:29
  16. 16. Marcelo Kisi dice:

    Ahora con tu explicación entendí lo de “Pero ese año me ignoró”. Pero crea un malentendido, porque habías creado expectativas de futuro con lo de sus hormonas nacientes en la frase inmediatamente anterior, entonces debería haber alguna alusión a algo que venía desde antes, un tipo de relación entrañable entre prima mayor y primito cuidado, y que ahora se corta. Yo creo que con una breve alusión a eso, lo arreglas fácil. De nuevo, bravo!

    Escrito el 23 enero 2016 a las 00:43
  17. 17. Leonardo Ossa dice:

    Hola Lemo, me has entretenido gratamente con tu relato. Me ha parecido que describes bien la escena desde el narrador testigo. Hay sensualidad e historia familiar, que a todos nos toca en alguna medida.
    Lo único adicional a otros comentarios, es que yo quitaría “junto a su novia”, pues la presencia de ella dentro del relato no aporta nada a tu escrito.
    Nos seguiremos leyendo. Saludos.

    Escrito el 23 enero 2016 a las 02:53
  18. 18. Lemo dice:

    Muchas Gracias L.M.Mateo por tu visita y tu comentario, espero poder leerte el mes que viene que siempre es un placer.

    Leonardo, aunque parezca que no, si aporta al relato. Yo inicié el relato sin ponerlo, pero entonces me di cuenta que al ser remitido al abuelo, el nieto podría tener de 8 a 20 años. Siendo inapropiado el relato en caso de ser menor. Para no perder palabras y descripciones del nieto decidí poner “junto a su novia” así indico una edad apropiada para poder oír el relato.

    Gracias por tu comentario y me alegra que en general haya gustado.

    Escrito el 23 enero 2016 a las 11:50
  19. 19. Jose Luis dice:

    Hola, Lemo
    Muy buen relato, bien llevado desde el inicio, lleno de romanticismo. Se nota que mejoras con cada nuevo taller
    Un saludo

    Escrito el 23 enero 2016 a las 13:19
  20. 20. Demetrio Vert dice:

    Hola Lemo. Gracias por leer y comentar mi relato.

    Ya te han puesto bastantes “pegas” los compañeros. Cryssta sabe de que habla. Y Marcelo también. Yo estoy de acuerdo con él. Desde la aparición de “pero ese año me ignoró” he estado esperando el momento en el que el abuleo se casa (o consigue ser su amante) con la tía, reyendo a su vez que si era abuelo del joven y la muerta era su tía, el abuelo era el padre de la muerta. Entre este falso supuesto y el lío que me he montado con la familia, ya no sabía quien era quién. Los líos amorosos familiares me encantan, pero lo del abuelo con su hija me parecía muy, pero que muy fuerte. Lo siento pero aún no he conseguido desentrañar quien es quién. Solo que uno era primo de la otra de la cual estaba anomorado.

    El relato tiene presentación, nudo y desenlace. Y conflicto. Luego hay historia, y buena.

    Aunque no me suelo meter en el contenido, me chirría en este relato “semental español”. Parece ser que la tía Marie estaba enamorada de Antonio, pues le llora toda su vida, por lo que sus relaciones sexuales eran fruto del amor y de la pasión, y no solo de un macho buen follador. No soy pacato. Tengo relatos más audaces, pero cada cosa en su sitio.

    Excepto lo de los tíos, padres y demás parientes, que no me he aclarado, ni me importa, buen relato.

    Saludos.

    Escrito el 23 enero 2016 a las 19:27
  21. 21. Lemo dice:

    Hola Demetrio:

    Gracias por leerme, no soy muy bueno con los parentescos. Pero en este caso el abuelo es el primo de la muerta (Tía Marie) y por lo tanto para el nieto es Tía abuela segunda Marie aunque no queda muy novelesco la verdad, mejor Tía Marie a secas.
    Es cierto como dice Marcelo que tenía que haber detallado más el porqué de la sensación de abandono.
    Finalmente con lo de semental español, me salió así, un chico joven y apuesto en un viñedo francés, ni lo pensé, quizás me excedí.

    Gracias de nuevo, anotó estos comentarios para depurar el texto.

    Saludos

    Escrito el 23 enero 2016 a las 19:58
  22. 22. Cryssta dice:

    A mí lo del semental español también me pareció excesivo pero no te dije nada porque pensé “¡qué diablos! Ya que la chica cabalga que lo haga en un buen caballo” jajajaja

    Escrito el 23 enero 2016 a las 21:16
  23. 23. Isolina R dice:

    Hola, Lemo:
    Me ha gustado mucho tu relato.
    Le veo algunos fallitos mínimos de repetición de palabras cercanas y de signos de puntuación.
    Como iba a tardar más en explicarte los cambios de las palabras repetidas, te los envío en el propio texto. Espero que las sugerencias te sean útiles.
    Saludos.

    Se acercó con su novia al féretro para ver por última vez a tía Marie. Le sorprendió ver junto a ella una botella de vino. Su padre no sabía nada y lo remitió al abuelo que, sentado en uno de los sofás, tenía la mirada perdida. Tras unos abrazos reconfortantes, el anciano decidió contestar a la pregunta. Ya no había motivo para ocultar la historia. Empezó el relato:
    «Cuando tenía tu edad, me mandaban a ayudar a vendimiar a los tíos. Ese año tía Marie había cumplido los veinte. Entonces ya se me empezaban a alterar a mí las hormonas de adolescente y me parecía la mujer más hermosa y deseada que pudiese existir.
    Pero me ignoró. A la hora de comer desaparecía y me dejaba solo. Así que un día decidí seguirle los pasos. Me coloqué a su lado durante la cosecha para no perderla de vista. Cuando llegó la hora, fui tras ella con sumo cuidado. Se metió en un cobertizo echando una última mirada atrás. A los pocos minutos llegó Antonio, uno de los jornaleros españoles que contrataban cada año. Entró sin vacilar. Temía ser descubierto, por lo que me fui a comer.
    Al próximo día volví a seguirla; pero esta vez, dejando un tiempo prudencial, me acerqué a la ventana para ver qué ocurría allí dentro. Me quedé atónito. Allí estaba Marie cabalgando sobre el español. Tardé un rato en comprender, hipnotizado por su cuerpo desnudo. De repente echó los hombros y la cabeza hacia atrás acompañándose de un grito que hasta más tarde no sabría yo era de placer. Por suerte, Marie continuaba con los ojos cerrados y no me vio. El susto de sentirme sorprendido me tiró de espaldas al suelo. Permanecí un buen rato en la misma posición, viendo desfilar las nubes, el corazón roto. Ni los oí marchar.
    A partir de aquel día me alejé lo más posible de Marie. Fue un mes bastante penoso para mí, la verdad. Cerca del fin de la vendimia, una mañana Marie tardaba en bajar al desayuno.
    —Corre a buscar a tu prima —me ordenó tío Pierre.
    Subí al cuarto y abrí la puerta sin llamar.
    —Tu padre dice que bajes de inmediato.
    Saltó de la cama como un resorte, y admiré por segunda vez en menos de un mes a mi deseada prima tal como llegó a este mundo. Se notaba la presencia de alguien debajo de las sábanas. Marie se acercó a mí sin molestarse en tapar sus vergüenzas. De forma pausada, para que pudiese recrearme con la vista, y dándome un beso, me susurró:
    —No le digas nada a papá, primito.
    Me compró con aquel sensual beso.
    Pero era demasiado tarde. Después de media vendimia, conocía la aventura de la hija del dueño con Antonio el español. Y al día siguiente tío Pierre se enteró de todo. Esa noche la cena fue muy violenta. Aunque al menos quedó claro que no había sido yo el chivato.
    Recibí la orden de convertirme en la sombra de Marie el resto de la semana. Antonio y su familia ya se habían ido. Durante tres tardes estuvimos pisando las uvas de las cepas centenarias, el campo favorito del tío. Mi prima no dejó de llorar un solo segundo.
    Al año siguiente volví hecho casi un hombre. Mis flirteos amorosos me habían hecho olvidar todo el asunto de la vendimia pasada. Pero al ver de nuevo a Marie, aquellos recuerdos volvieron de sopetón. Seguía igual de hermosa.
    Como ya había cumplido los dieciséis, me invitaron a la cata previa al embotellado. Casi todas las barricas habían producido un caldo excelente. Al probar el de las uvas de las cepas centenarias todos sentimos pena. El sabor, exquisito, producía un bajón en el estado de ánimo.
    —No acabo de encontrar el matiz —dijo mi tío—,sabe como a…
    —Último beso —Interrumpió Marie con lágrimas en los ojos—.Sabe a último beso.
    Más tarde me enteré de que bautizaron la añada con ese nombre. En cada concurso en los que compitió se llevó una medalla. Tía Marie puso todo el empeño en dificultar su comercialización a pesar del gran éxito. Al final consiguió retener una veintena de cajas. Y cada año, al acabar la vendimia, se hacía servir la cena en su cuarto con una botella de “La Dernière Bise”».

    Escrito el 23 enero 2016 a las 22:06
  24. 24. Basilisa Nogales dice:

    Hola Lemo:
    Después de que hayan pasado por aquí los compañeros que te han comentado antes, poco nuevo puedo añadir. Estoy de acuerdo sobre todo con las sugerencias de Cryssta y Demetrio.
    Me ha gustado un montón tu relato. El amor y el vino casan muy bien.
    Nos seguimos leyendo.
    Un saludo.

    Escrito el 24 enero 2016 a las 12:18
  25. 25. José Torma dice:

    HOla Lemo, gran relato que nos presentas. Creo que con poco de trabajo y sin restricciones de espacio, nos puedes presentar una mininovela, el tema tiene tela.

    Eres muy visual, casi cinematografico y eso se agradece mucho.

    Note algunos errores de puntuacion, pero es obvio que son error de dedo, nada significativo.

    Te felicito por no utilizar los adverbios terminados en mente; yo tambien procuro evitarlos pero al final siempre se cuela uno que otro, que le vamos a hacer (no en el tuyo, al menos no me percate).

    Felicidades.

    Escrito el 27 enero 2016 a las 04:45

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.