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El último beso - por Jordi Lafuente
Estaba sentado mirando en el monitor aquella especie de telenovela. Era una escena curiosa porque ellos nunca se habían llevado bien y el hecho de que él fuese ruso y ella norte-americana, convertía la situación en una metáfora de la vida. Estaban los dos muy cerca, mirándose intensamente. Parecía que viesen el inmenso negro del universo en las pupilas del otro. Un lugar incomprensiblemente vasto, sobrecogedor, peligroso e indescifrable. El lugar al que los dos querían llegar y que les matará. El principio y el fin de todo: De la comprensión, del raciocinio, del entendimiento, de la vida… No podía dejar de mirar el monitor, porque en aquella mirada había amor, amor sincero, sin miedo, sin especulación, sin esperanza, sin futuro, sin nada que no fuese lo que había allí en aquel momento.
Noté el gusto del mar en los labios recordando a Marta y aquel día de verano del veinticinco, aquel verano en el que también nuestros ojos se cruzaron con una mirada desnuda, sin vergüenza, solo allí y entonces. Aquel día mi corazón supo que ella sería siempre parte de mí, pero un día mi cabeza lo olvidó y ahora, justo ahora que todo es irreversible, comprendo lo que creo que han comprendido ellos, lo que han encontrado en el abismo de los ojos del otro, lo que constantemente grita nuestro desdeñado corazón.
La tensión era insoportable, estuve tentado de apagar el monitor, pero necesitaba saber que pasaría, como acababa ese romance que era el mío, que dirían esos ojos que eran los míos, que tocarían esos labios que eran los míos, cuando ella dijo sin ningún tipo de vacilación: “Dame el último beso”.
Esa frase fue como una piedra gigantesca que cae desde pocos centímetros de altura, nada dramático, solo un ruido sordo y un pequeño temblor de la tierra que te sitúa en tu lugar y te hace valorar todo en su justa medida. Ese monolito en forma de frase me hizo entender que en aquel momento, en aquella cápsula espacial en la que nos encontrábamos los tres, se produciría un beso, que de verdad sería el último.
Miré un instante, a través de la exigua ventana, hacia el lugar de la cápsula en el que se encontraban. Medio cegado por el fulgor del inminente sol, tomé consciencia del camino que nos trajo hasta aquella situación: Recordé el éxodo de la tierra, el sueño criónico, el error de cálculo, el anillo de meteoritos, la explosión de la nave Matriz, la cápsula de salvamento en la que nos encontrábamos, el incendio en el módulo central de la capsula, que me separaba por cinco insignificantes y estúpidos metros de ellos y el monitor en el que los veía. Pero cuando se besaron, cuando aquellos labios que eran míos se juntaron con otros labios en un acto de amor pleno, olvidé que nos dirigíamos hacia la estrella Wolf 1061 porque pensé que, a pesar de que los tres últimos humanos desapareceríamos en breve y con nosotros toda vida conocida, algo como aquello, perduraría siempre en el universo.
Wow, debo de decir que me sorprendió mucho el final, fue como si mi corazonsito diera un vuelco. Simplemente no me lo esperaba.
A cierto… Hola Jordi la fuente!
Me gustó mucho las palabras que usaste y el modo en que la usaste. Aunque te confunde un poco, las palabras por lo menos a mi me confundieron bastante y tuve que releer.
En donde dice…
Parecía que viesen el inmenso negro del universo en las pupilas del otro.
Quedaría mejor…
Parecía que viesen el inmenso negro universo en las pupilas del otro.
Me parece que ese “del” es innecesario.
Me encantó tu relato y el final fue fantástico, yo antes de leerlo ya estaba pensando en quien seria esa persona que estaba mirando esa telenovela, y que la miraba porque estaba desconsolado porque… Pero no y ¡¡¡¡¡PAM!!!! Descubrís que esta en en una nave yendo a una estrella que no me acuerdo el nombre y… Es un gran golpe que te deja con una gran incertidumbre.
Felicitaciones Jordi Lafuente!!!!
Hola Jordi!
Tu relato me ha gustado mucho. Me parece que has conseguido crear una historia muy original para el reto de este mes.
Creas interés desde el principio, para dar un giro inesperado, que hace aún mejor la historia.Esa progresión me ha gustado ya que cuentas mucho en unos pocos párrafos.Además has sabido darle profundidad y sentimiento.
El texto es claro y la ortografía perfecta.
Dos detalles que podrían ayudarte a mejorarlo:
-En el primer párrafo hay tres enumeraciones que hacen la lectura farragosa: “Un lugar incomprensiblemente vasto, sobrecogedor, peligroso e indescifrable”;”El principio y el fin de todo: De la comprensión, del raciocinio, del entendimiento, de la vida…” y “No podía dejar de mirar el monitor, porque en aquella mirada había amor, amor sincero, sin miedo, sin especulación, sin esperanza, sin futuro, sin nada que no fuese lo que había allí en aquel momento.”
Se nota lo que quieres transmitir, pero quizá queda un poco exagerado.
-Otro detalle que me ha sonado un poco raro: “El lugar al que los dos querían llegar y que les matará”. En ese caso yo hubiese puesto “les mataría” porque rompe con la coherencia de los verbos en pasado que había hasta ese momento. Sobre todo porque el lector no sabe qué está pasando todavía, aunque sea cierto que van a morir.
En conjunto, un gran relato, ¡enhorabuena!
Saludos
Hola Jordi, ¿cómo has estado? Me ha entretenido tu historia. Los comentarios que te hace Darío Lana resumen las observaciones que estaba por hacerte.
En todo caso es una buena historia. Espero volverte a leer.
Saludos.
Hola, Jordi: Me ha gustado lo impredecible de la historia, y tu manera de expresar sentimientos. Un episodio muy original, donde siempre laten los sentimientos humanos, aun en lo más inverosímil.
Coincido con los comentarios anterioores, en que hay errores de relación entre los verbos, y en que el énfasis en las repeticiones suena a veces excesivo.
Saludos.
Muchas gracias a todos por los comentarios. Llego un poco tarde así que voy a intentar leer algunos.