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El último beso - por Verso suelto

Esta mañana, al entrar el primero en la oficina, hacía un frio de mil demonios. Un escalofrío ha despertado el recuerdo de lo que fui testigo aquel día…
Aquel día el cielo era de un perfecto azul, hacía mucho frio en Madrid. La noche anterior, cuando me fui a casa después de las limpiadoras, dejé la ventana del despacho abierta para que se fuera el pestazo a tabaco. Al entrar por la mañana el ambiente gélido me envolvió y la sensación que experimenté se me grabó en la memoria. Cerré la ventana y al poco rato llegó un cliente con el que estaba citado.
Mi despacho, aunque era una pieza interior, tenía mucha luz, al estar en un piso alto y dar a un patio muy amplio que lo separaba de un hotel. La mesa estaba situada de forma que la ventana quedaba a mi espalda; así la claridad no me deslumbraba y, en cambio, a los que se sentaban al otro lado les dejaba en una posición de cierta desventaja. A veces me pedían que corriera las cortinas, con lo que, además, ya me debían algo.
El cliente se apellidaba Suárez. No recuerdo su nombre de pila y solo vagamente el asunto que le traía al despacho: algo de unas exportaciones. Después de lo ocurrido le pasé el tema a un colaborador y apenas volví a tener contacto con él. Tras los saludos y las presentaciones, nos sentamos y comenzó a explicarme los motivos de su visita. En un momento de la conversación pareció distraerse mirando por encima de mi cabeza, a través de la ventana, sonriendo mientras hablaba. Hasta que le interrumpí para que me aclarara algo que había dicho y eso le hizo centrarse de nuevo en la conversación. No obstante, en algunos momentos volvía la vista hacia un lugar que, por la dirección de su mirada, debía estar en uno de los pisos superiores: el dieciséis, o quizá el diecisiete que era el más alto.
Unos minutos después, no sabría precisar cuántos, un grito de mujer atravesó con nitidez los cristales de la ventana y nos sobresaltó. A partir de ahí todo se desarrolló a gran velocidad: Suárez levantó la vista y se quedó con la boca entreabierta, como intentando hablar, sin conseguir anunciar lo que ocurrió después. Cuando por fin habló, solo fue para decir ¡noooo!, mientras sus ojos seguían una trayectoria descendente hasta el antepecho de la ventana. Luego se levantó bruscamente y se abalanzó hacia los cristales. Yo fui tras él. En la terraza de una de las habitaciones distinguí la figura de una mujer horrorizada que, con las manos en la cara, miraba hacia abajo donde yacía, inmóvil, el cuerpo de un hombre…
A la mañana siguiente apareció una reseña en la sección de política de los periódicos, un diplomático de un país árabe, que se encontraba en Madrid como miembro de una comisión negociadora, había caído desde la ventana de su habitación en el hotel en el que estaba registrado sin acompañante. No se aportaban más detalles del suceso.
Esa misma mañana un agente de policía pasó por la oficina haciendo preguntas. Le conté lo que vi y oí: el grito, la imagen de la mujer en el balcón, el cuerpo desarmado estrellado contra el pavimento. También le expliqué lo que me dijo Suárez cuando le pregunté acerca de sus sonrisas antes de que el hombre saltara: “la abrazaba con pasión – dijo-, fue su último beso”.
Los periódicos nunca aclararon del todo las causas del suicidio; que fue lo que indujo a ese hombre a tomar esa decisión. La mujer no apareció, ni la policía consiguió saber quién era.
Con lo que captaron mis sentidos fabriqué un recuerdo que cada vez es más difuso pues todo ocurrió hace muchos años. He olvidado el país o la edad del suicida y muchos otros detalles. Algunas cosas, en cambio, se me han quedado grabadas con nitidez, como la camisa blanca que llevaba puesta; no sé, quizá me chocó tan poca indumentaria en un día tan frío. Y la mujer en la ventana, la viva imagen de un grito. Pero solo es un recuerdo, realmente no sé lo que sucedió; yo solo fui un testigo.

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13 comentarios

  1. 1. GAIA dice:

    Muy bueno!!
    estoy en el 164

    Escrito el 20 enero 2016 a las 03:15
  2. 2. María dice:

    Me ha gustado mucho. Quizás si tuviese que ponerle una pega, sería que yo no habría pasado tan de repente al día siguiente. A pesar de eso me ha gustado bastante y no me esperaba para nada el final. Por cierto, está muy bien escrito y muy fácil de leer. Gracias por pasarte por mi relato, te volveré a leer.

    Escrito el 21 enero 2016 a las 23:25
  3. 3. beba dice:

    Hola, Verso Suelto:
    Gracias por tu visita.
    Muy bueno tu cuento y los malabares para cumplir con el reto.
    En los primeros párrafos notéalgo de desorden, tal vez demasiados detalles para precisar el momento del suceso. Lo demás, muy bueno. Excelente manejo del lenguaje y del tono algo impersonal del narrador.
    Aplausos.

    Escrito el 24 enero 2016 a las 02:56
  4. 4. Diego Manresa Bilbao dice:

    Verso,
    Buen relato, narrado agilmente y muy entretenido. Hecho en falta algo de factor sorpresa, o de conflicto mas bien, pero esta muy bien, sobre todo el uso del narrador testigo, aunque no lo subrayaria al final.

    Nos leemos!

    Escrito el 24 enero 2016 a las 17:57
  5. 5. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Verso suelto. Otra vez en un relato tuyo. Estoy de acuerdo con losanteriores participantes en que es una historia muy bien escrito y de lectura amena. Noté en el primer párrafo cambios de tiempo; del presente al pasado y de regreso al presente. Esto no cambia el curso de la historia pero si es motivo de distracción. Dedicas mucho espacio descriptivo a cumplir con el reto, algo que podrias dedicar a otorgar mas informacion sobre la mujer y el hombre, quienes son los personajes que le dan fuerza a la historia. Por lo demás me parece un muy buen texto. nos leemos.

    Escrito el 24 enero 2016 a las 21:33
  6. 6. Verso suelto dice:

    Gracias a todos por dedicarme vuestro tiempo, por el ánimo y por las pistas para mejorar que pienso aprovechar.

    Escrito el 26 enero 2016 a las 16:36
  7. 7. Celeste dice:

    Hola! en principio comentarte que en el primer párrafo hay demasiadas repeticiones. Terminas una oración con una palabra y abres la próxima con la misma, no queda bien y le quita fluidez.
    Creo que las descripciones de la oficina son demasiado gráficas.
    “Mi despacho, aunque era una pieza interior, tenía mucha luz al estar en un piso alto y dar a un patio muy amplio que lo separaba de un hotel. La mesa estaba situada de forma que la ventana quedaba a mi espalda; así la claridad no me deslumbraba y, en cambio, a los que se sentaban al otro lado les dejaba en una posición de cierta desventaja.”
    Pienso que todo este párrafo se puede simplificar, “Mi despacho era muy luminoso, uno de los más grandes del décimo piso. A mis espaldas, a través de un gran ventanal podías contemplar los balcones y el patio del mejor hotel de la ciudad ” Para darte un ejemplo.
    Diciendo que era un décimo piso, el lector asimila que es un piso alto. También cuando sigues y Suárez se distrae mirando por la ventana, el lector ya se hace la idea de cómo están sentados y como está situado el escritorio. No sé si me explico pero creo que describes con demasiado detalles el ambiente y dejas poco a la imaginación y a que el lector a medida que lee vaya descubriendo.
    Repites muchas veces la palabra “mañana” y “ventana”.
    Quizás sean sólo gustos míos, pero espero que te sirvan mis aportes.
    Saludos! Nos leemos!!

    Escrito el 27 enero 2016 a las 06:37
  8. 8. Verso suelto dice:

    Hola Celeste. Agradezco tus aportaciones. ¿En que lugar estás para devolverte la visita?

    Escrito el 27 enero 2016 a las 17:04
  9. 9. Celeste dice:

    Perdona olvidé comentar que este mes no pude participar espero poder hacerlo el próximo y también volver a leerte!

    Escrito el 27 enero 2016 a las 18:09
  10. 10. Celeste dice:

    Perdona olvidé comentar que este mes no pude participar espero poder hacerlo el próximo y también volver a leerte!

    Escrito el 27 enero 2016 a las 18:09
  11. 11. Caciba dice:

    Hola Verso suelto.

    Muchas gracias por leer y comentar mi relato. Ésta es la tercera vez que participo y no había coincidido contigo hasta ahora; somos tantos que es difícil leer todas las historias.

    Me ha gustado mucho cómo has narrado algo que sucede en un instante. Creo que has envuelto muy bien la escena: al comienzo situando al lector y al final aclarando que fue un suicidio (yo había pensado en un asesinato) y dejándonos a nuestra imaginación los motivos. También me ha gustado la descripción que haces sobre “la posición de desventaja” del cliente, eso no es ficción, es cierto que se hacen ese tipo de cosas; me ha parecido muy acertado. El reto muy bien conseguido.

    ¡Enhorabuena!

    Escrito el 31 enero 2016 a las 20:29
  12. 12. Isolina R dice:

    Hola, Verso suelto:
    Coincido con los comentarios que ya te han hecho los compañeros, sobre todo Celeste.
    Tienes la palabra “ventana” ocho veces, si no he contado mal. Te propongo un reto: trata de decir lo mismo con otras palabras hasta que reduzcas las ocho a dos. Los términos “mañana”, “era”, “frío” y “despacho” también podrías reducirlos.
    He visto algunos fallitos:
    “frío” debe llevar tilde. También falta la tilde a “qué” en: “que fue lo que indujo a ese hombre a tomar esa decisión”. Las palabras textuales van con comillas y la primera letra con mayúscula: «“La abrazaba con pasión…”», « “¡Noooo!”».
    Ánimo y adelante. El narrador testigo sí está logrado.
    Nos seguimos leyendo.
    Espero que mis sugerencias te sirvan.
    Saludos.

    Escrito el 1 febrero 2016 a las 21:12
  13. 13. Cryssta dice:

    Hola Verso suelto, yo también coincido con los compañeros, si acaso falta decir que has puesto mal los guiones cuando habla Suárez, mira la entrada que hay en el blog sobre cómo escribir guiones en los diálogos, lo explica muy bien y te servirá para futuros relatos.

    Debido a la limitación de palabras que tenemos en los relatos siempre tenemos que hacer malabares para ahorrar palabras, todo lo que quitemos lo podemos añadir para enriquecer el texto. Yo te hago una sugerencia para ahorrar una palabra, en vez de “se me grabó en la memoria” pon “quedó grabado en mi memoria”.

    Me acabo de dar cuenta de que en el primer párrafo haces un cambio de tiempo verbal que no va bien, dices “hacía un frío” y luego “ha despertado”. Yo lo pondría así: “Hoy, al entrar en la oficina, sentí un frío de mil demonios y un escalofrío despertó el recuerdo de lo que fui testigo hace un par de años”. De esta forma eliminas el dato de haber sido el primero en entrar pero no es muy relevante, también evitas repetir “aquel día”.

    Por el comentario que has hecho en mi relato creo que te infravaloras, escribes bastante bien y solo tienes que ir puliendo algunas cositas y seguro que lo harás con la práctica.

    Espero haberte ayudado con mi aportación y leerte en el próximo taller. Un abrazo.

    Escrito el 4 febrero 2016 a las 11:53

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