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"El último beso" - por Clau Cruz

Era uno de esos días soleados de mayo. Podías ver a los policías del ayuntamiento en acaloradas discusiones con los ambulantes, quienes solo buscaban, ofrecer sus productos con toda libertad.
Un escalofrío me recorrió la espalda, al ver aparecer dos calles arriba, la figura diminuta de Ana, que se acercaba con las gafas para el sol en la mano, un marcado surco en el entrecejo y los ojos achicados, como para poder precisar desde ahí, lo que estaba ocurriendo.
Se acercaba el momento que tanto temí: ¡Darle, a mi querida prima, la terrible noticia!

Esta mañana, cuando bajó de su habitación para tomar algo apresuradamente, como ya se le estaba haciendo costumbre antes de salir corriendo para la escuela.
La tía Rosa la esperaba en la puerta de la cocina, para insistirle que esta vez, desayunara como se debía, «antes de que ese estómago te pase factura por tantos traspasos» había dicho con sobrada calma. Su carácter tan apacible, la había hecho ser siempre una de esas personas con las que no cuesta mucho pasar un buen tiempo. Fue ella, quien me recibió con los brazos abiertos, hace ya dos años, cuando llegué temerosa a esta ciudad, para empezar mis estudios en la Universidad.
Pero Ana, brincando de un pie al otro, bebió el jugo de frutas que estaba sobre el comedor y dándole un arrebatado beso en la frente, salió corriendo por el pasillo. Apenas si alcanzó, con un quiebre de caderas a esquivarme. ¡Dios!, por poco y termino en el suelo junto con los chilaquiles verdes que llevaba en la mano.
—Lo siento, lo siento Lola. Tengo prisa. Te veo más tarde —casi gritó, antes de desaparecer.

Caminé intentando evitar que se acercara más, y al estar frente a ella, por más que se colocó de inmediato las gafas oscuras, no pudo ocultar los ojos llenos de lágrimas, por el contrario, sirvieron de marco para dejar más a la vista su nariz, cuyo color era tan intenso como si estuviera a punto de reventársele la piel.
Sus manos estaban tan frías como un hielo, y así eran al tacto, pues a su vez estaban cubiertas por un fino sudor. Me fue explicando poco a poco, con el rostro pálido, por qué no pudo presentar el examen de Matemáticas que tanta prisa le había provocado esta mañana, pues al bajar del autobús, Raúl, su novio, con el que había estado saliendo desde hace «un año, cuatro meses y seis días», la estaba esperando para decirle que, a su padre le habían dado una permuta laboral y tenían que irse cuanto antes de la Ciudad, todo había sido tan rápido, sus padres no le habían dicho nada hasta tenerlo todo listo. Ese mismo día se irían y al estar instalados en la nueva residencia, solo su madre regresaría a terminar de hacer la mudanza, con las pocas pertenencias que tenían. Pasaron juntos toda la mañana, se olvidó por completo de las Matemáticas, se dedicaron a disfrutar el poco tiempo que le quedaba, se juraron que al cabo de un año, buscarían la manera de reunirse de nuevo en la Universidad.
—¡Oh Lola! ¡Qué triste ha sido ese último beso que me ha dado! —dijo sollozando.

Al cabo de un tiempo, logró recobrar la compostura, y fue entonces cuando volvió a alzar la vista hacia la carpa que, con mucho esfuerzo, estaban intentando levantar entre cuatro hombres desconocidos frente a su casa. El corazón me dio un vuelco. Y antes que pudiera emitir una pregunta, la abrace.
—Tienes que ser fuerte Ana —dije casi a un susurro—. Tu madre. La tía Rosa, esta mañana no la ha pasado muy bien.

Se soltó de mis brazos y sin decir más empezó a correr en dirección a la casa. No pude terminar de explicarle, que esta mañana, la tía Rosa se había levantado con un pesar en los pies, se sentía muy agotada y a pesar de eso, preparó los chilaquiles verdes que tanto le gustaban a su hija. Una vez que Ana se fue, la tía regresó a su habitación, estaba cansada, dijo que tenía que reposar un poco más. Y de ese sueño, ya no volvió.

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6 comentarios

  1. 1. Mariví Alonso dice:

    La historia está bien, pero pones comas entre el sujeto y el predicado y eso dificulta la comprensión.
    Por ejemplo: “Un escalofrío me recorrió la espalda al ver aparecer la figura de Ana, que se acercaba…” Seria lo correcto, a ti te sobran comas que crean pausas innecesarias.
    Si revisas bien tus comas sería un buen texto.

    Escrito el 19 enero 2016 a las 18:34
  2. 2. CARMELILLA dice:

    Hola Clau:
    Te comento mi opinión muy personal y que no tiene por qué ser acertada en todo.
    Efectivamente creo que tienes que repasar tus relatos una vez terminados porque utilizas demasiadas comas de manera innecesaria y hace que la lectura sea muy lenta.
    Creo que el orden en el que has contado tu historia, me ha confundido algo, era como si saltara de un momento a otro y me costara situar la historia, quizá yo hubiera empezado contando el despertar de Ana, el desayuno en casa, para continuar con que te la encuentras en la calle y ella te cuenta su pesar y ahí le transmites la mala noticia, esto es sólo según mi parecer.
    Cuando dices dos calles arriba, yo hubiera escrito dos calles más arriba, sólo porque me suena mejor no porque esté mal expresado por tu parte.
    Clau creo que una vez que escribes este relato o cualquier otro, léelo tú misma en alto varias veces, respetando las comas que tú escribas y así seguro que te das cuenta de cómo te ralentiza la lectura.
    Te lo digo por experiencia, leerlo te hace ver fallos y aún así seguro que seguimos cometiendo algunos.
    El contenido del texto me gusta, con un final muy triste pero se trata de un final que cualquiera de nosotros podría tener, muy realista.
    Clau sigue escribiendo porque se nota que te gusta, no podemos perder la ilusión por hacerlo porque es lo que queremos y porque además aprendemos con lo que hacemos.
    Una curiosidad ¿qué son los chilaquiles verdes?
    Y otra cosa, muchas gracias por leerme y ojalá que si sigues haciéndolo te siga interesando.
    Saluditos.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 20:45
  3. 3. pato dice:

    Hola Clau.
    Muy triste tu historia,esta bien pensada, el contrapunto entre las dos desgracias, por decirlo así, nos recuerda cuales son las cosas importantes, en ese sentido la historia está muy bien.
    coincido con los comentarios anteriores con lo de la puntuacion y el hilo narrativo, que es un poco confuso, pero estoy seguro que si le corriges algunas cosas te queda un relato precioso.
    Felicidades

    Escrito el 21 enero 2016 a las 10:16
  4. 4. Clau Cruz dice:

    Hola, gracias por sus comentarios, tendré más cuidado con eso de las comas… lo repasaré.

    y Carmelilla, los “chilaquiles verdes”
    es un platillo de México elaborado a base de totopos (trozos de tortilla de maíz fritos o tostados) bañados en salsa de chile que bien puede ser verde o roja, y puede contener otros ingredientes como: pollo deshebrado, arrachera, chorizo, huevos al gusto, queso manchego o fresco y crema.

    De nuevo gracias por pasarse por aqui…

    Espero nos sigamos leyendo
    ¡Bendiciones!

    Escrito el 23 enero 2016 a las 20:15
  5. 5. Nuria GR dice:

    Hola Clau, me ha gustado mucho el recurso de anunciar una mala noticia a tu prima y que luego sea ella quien traiga su propia mala noticia de forma que el lector llega a pensar que ella ya conocía lo que le tenía que decir, y sin embargo la verdadera mala noticia está aún por llegar.
    Por lo demás coincido con los comentarios anteriores; resulta un poco confuso el hilo narrativo y también el repaso de las comas.
    Estaría encantada si quisieras pasarte por mi relato y dejarme tu opinión. Es el 135.
    ¡Hasta pronto!

    Escrito el 23 enero 2016 a las 20:40
  6. 6. Joaco dice:

    Clau,

    Me ha gustado el relato, es cierto que reviser el uso de comas y la estructura de la historia ayudarían a hacerlo más fluido, pero no me extiendo con eso porque creo que los comentarios son acertados.

    Me ha confundido un poco el narrador, ya que no se entiende bien si está en la escena o no (parece que al inicio sí, luego en el desayuno no, luego vuelve después). Quizá hubiera ayudado no darle “entidad” al narrador en un principio, y simplemente que fuera alguien “anónimo” contando la historia de principio a fin, como si hubiera estado en cada escena. Por supuesto esto es una decision personal!

    Un abrazo y a seguir escribiendo!

    Escrito el 29 enero 2016 a las 20:51

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