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El último beso - por Ursula Fustero

Abrió los ojos y miró a su alrededor, había perdido la noción del tiempo y por un instante, no supo dónde se encontraba. En la mesita de noche, junto a una rosa, aguardaba su reloj, alargó su brazo hasta él e intentó cogerlo, lo miró, pero en un instante los números desaparecieron.

Una imagen le vino a la mente, Valero estaba sentado en el borde de la cama poniéndose los zapatos. Quizás sólo habían pasado unos minutos, quizás unas horas, no lo sabía, pero la imagen de la espalda desnuda de Valero era lejana y se mezclaba entre los recuerdos de la noche y de sus cuerpos enrededados en las sábanas.

***

Todos los días, a las cinco de la mañana, Julián abría la puerta de la pequeña churrería del hotel Mill y tras prepararse un café bien cargado, comenzaba con las tareas del oficio. Puntualmente, cuando se hacían las siete menos veinte, llevaba al hotel las cuatro docenas de churros encargadas y a su regreso, abría las persianas del establecimiento, donde comenzaban a entrar los primeros clientes que a esas horas se dividían en dos grupos, los madrugadores que solían tomarse un café antes de ir a trabajar y los trasnochadores que antes de acostarse se tomaban un chocolate para templar el cuerpo.

La céntrica churrería estaba situada en los bajos del único hotel de cinco estrellas de la ciudad, y tenía dos puertas, una que daba a la calle Ramón y Cajal, cerca de la Gran Avenida y la otra al interior del hotel, a través de la cual, los clientes tenían acceso exclusivo.

Aquel domingo, a las siete cincuenta y cinco de la mañana, después de dejarle los churros a Doña Paquita, cuando Julián regresaba por los largos pasillos del hotel, se escuchó una fuerte explosión seguida de varias más pequeñas. Julián, preocupado, echó a correr y cuando llegó al vestíbulo del hotel se encontró con una escena dantesca de humo y llamas que impedían la entrada a la churrería. En medio de aquella confusión, una molesta campana comenzó a sonar y el caos se apoderó del hotel, la gente gritaba y corría tosiendo hacia la calle, buscando refugio e intentando respirar aire puro.

No tardaron en llegar coches de policía y camiones de bomberos que comenzaron a colocar sus escaleras cerca de la fachada y a desplegar por el suelo de la calle las mangueras. El hotel Mill tenía diez plantas pero fue la zona oeste la que más daños sufrió, en pocos minutos las llamas calcinaron las cortinas y moquetas del hotel y el humo había llegado a las habitaciones, el fuego había ascendido rápidamente por el hueco de la escalera impidiendo la salida de los huéspedes de la zona oeste y el acceso de los bomberos por lo que las habitaciones situadas en la zona se conviertieron en una trampa mortal.

Julián salió a la calle y rodeó el hotel hasta la otra puerta de la churrería, detrás de las persianas, los cristales habían desaparecido debido a la explosión y todo el local estaba envuelto en humo negro. Entonces, se acordó de su hermano Valero que acostumbraba a dormir en el Mill todos los sábados. El pánico lo paralizó justo en el momento en que un policía lo cogía por los hombros y lo apartaba de la churrería.

***

− No te vayas todavía Valero – Le había dicho acercándose hasta él mientras le besaba suavemente en el cuello.
− No puedo quedarme Geni, tengo que ir a trabajar. – dijo Valero con menor convicción de la que debería. Tentado por los besos de la mujer que amaba, en su cabeza se libraba una batalla y en su estómago, un nudo le avisaba, era el dolor de la despedida. Aunque nunca le parecían suficientes las horas que pasaban juntos, finalmente se levantó y cogió del pequeño sillón la camiseta que reposaba sobre él – La habitación está pagada, quédate y sigue durmiendo, nos veremos la semana que viene.

La mujer desistió y siguió durmiendo como cada domingo cuando él desaparecía poco antes de las seis. Lo escuchó asearse en el baño y se hizo la dormida cuando se acercó a la cama y le dio un suave beso en los labios.

Geni intentó abrir los ojos por última vez pero fue imposible. Se revolvió en la cama sin fuerza, se sentía pesada, Valero ya no estaba. Sólo había humo inundando la habitación y el recuerdo de aquel último beso.

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7 comentarios

  1. 1. Escritores anónimos dice:

    Felicidades Úrsula! Has logrado captar la esencia de las novelas rosas en un relato corto, me he sentido muy cómoda leyendo tu relato, la historia se desgrana poco a poco con paciencia sin repentinos cambios, que en la mayoría de los casos hacen que el texto pierda calidad. Léxico precisó, ortografía impecable, todo escrito con una buena pluma.
    Sólo tengo una pega (lo siento sino no sería yo, JEJEJEJEJE) las comas, faltan muchas y sobran muchas otras, te recomendaría que lo leyeses muuuuuuchas veces en voz alta, y así lo bordarías.
    ¿Si te tengo que poner una nota? Un 8`5. ¡Buen trabajo, Sigue así! Nos leemos!!!!

    Escrito el 20 enero 2016 a las 19:42
  2. 2. AleO dice:

    ¡Hola! Entré a tu relato por puro azar. No es parte de los tres que me tocan comentar, por lo que no me voy a explayar demasiado.

    Me encantó la historia, tiene un ritmo rápido y justo. Al leerlo, no sentí ni que faltaran ni sobraran acciones o palabras. Y mantuviste el suspenso casi hasta el final, no diste pistas obvias que arruinaran la trama.

    Sí prestaría más atención a las comas, leyendo varias veces el relato en voz alta, tal como te dijo Escritores anónimos.

    Para terminar, me gustó cómo terminaron uniéndose dos escenas que, al principio, parecían no tener relación entre ellas. ¡Felicitaciones!

    Te invito a darte una vueltita por el mío, si podés. Es el 146, https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-31/4840 .

    No dejes de escribir, saludos 🙂

    Escrito el 20 enero 2016 a las 20:35
  3. 3. Luis Ponce dice:

    Bien Úrsula:
    muy bien, bien escrito con pocos detalles que cuando los vuelvas a leer tú misma los encontrarás, pero con una estructura original, sin vueltas, fácil de leer, pero con misterio hasta el final.
    Bien delineados los personajes, sin excesos verbales y un incendio muy bien descrito como para leerlo de un tirón.
    Te felicito.
    Nos leemos.

    Escrito el 23 enero 2016 a las 01:03
  4. 4. Ursula dice:

    Muchas gracias a los tres por vuestros comentarios, es la primera vez que mando una relato y vuestras palabras me animan mucho a continuar. Trataré de leer los textos en alto para mejorar y tampoco me olvidaré de lee vuestros relatos.
    Nos leemos 😉

    Escrito el 23 enero 2016 a las 11:13
  5. 5. Sandra Adrian dice:

    Hola Úrsula, en primer lugar te doy la bienvenida a Literautas, verás como aprendes un montón, yo llevo aqui tres meses y ahora escribo mucho mejor y con los consejos de los compañeros cada día se aprende un poco más.

    Por mi parte no voy a repetirte lo de las comas, pero sí te digo que también revises los guiones de los diálogos. Aquí hay una entrada muy buena que a mí me ayudó muchísimo cuando la estuve estudiando, sin duda te dejo un link que creo te ayudarán en tu aprendizaje: https://www.literautas.com/es/blog/post-4003/recursos-para-escritores-el-guion-largo-y-las-comillas/, también te aconsejo que leas algunas de las entradas referente a este tema, pues hay bastantes.

    Espero haberte ayudado y que sigas participando mes a mes para seguir creciendo como escritora. Si tienes un ratito y quieres pasarte por el mío soy el nº 92.

    Un abrazo.

    Escrito el 23 enero 2016 a las 19:54
  6. 6. Mariaje dice:

    Hola Úrsula,
    tu relato me ha gustado, sobre todo la originalidad de presentar tres escenas, empezando, de alguna manera, por el final, muy creativo. Además está bien escrito, para mi ha sido una lectura muy fluida.
    Sólo tengo un detalle que me gustaría comentarte; a mi personalmente me ha faltado un poco conocer a la mujer, que al fin y al cabo es la que muere. Sí que inviertes tiempo en describir el hotel, el incendio, la churrería, la rutina del hermano y su reacción ante la catástrofe, pero según mi parecer, si hubieras invertido más en profundizar en este personaje, dando algún detalle más sobre ella o la relación, el final hubiera sido todavía más impactante. Desde luego es una opinión personal, cada uno tiene unas preferencias para estas cosas.
    Te invito a que leas mi relato, el 93, yo también soy nueva y me hacen falta los comentarios para aprender.
    Un saludo

    Escrito el 24 enero 2016 a las 10:20
  7. 7. Fernando Caporal dice:

    Hola Ursula, me gustó mucho leer tu relato, no solo por la historia, sino por la estructura fraccionaria, es un estilo narrativo que me gusta y vos lo usaste con destreza. Me sumo a las palabras de quienes comentaron antes de mí, en las felicitaciones como así en las sugerencias de correcciones, y quiero agregar un detalle más, el uso de los posesivos, pero no el abuso, como el “su”, al comienzo tenes una frase que dice que aguardaba su reloj y extendió su brazo, si decís que aguardaba el reloj y que extendió el brazo decís lo mismo y queda un poco mejor.
    Me encantaría leerte el próximo mes con el desafío de Febrero.
    ¡Exitos y gracias por compartir tu inspiración!

    Escrito el 27 enero 2016 a las 02:19

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