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El último beso - por Jaime Salcedo.

El autor/a de este texto es menor de edad

Esta es la historia de una pareja que, además de vecinos, eran amigos de la familia.
Los problemas no iniciaron cuando se mudaron al lado, sino cuando los gritos y golpes de cada noche comenzaron a evitar que mi perro y yo lográramos, en nuestras distintas camas, dormir tan bien como lo hace un muerto.
Recuerdo que una noche el hombre llegó borracho y cuando la mujer abrió la puerta, este, sin ningún resentimiento le dio una bofetada. Ella adolorida, cayó al suelo mientras su boca sangraba. Toda la noche se escuchó detrás de las paredes del hogar ocupado por mí a la mujer llorando y la voz del hombre que era activada para lanzar agresivos insultos.
Aunque, al día siguiente todo estuvo calmado y los vi bajarse de su camioneta agarrados de la mano; pude notar que la mujer llevaba unos lentes que parecían tener la función de ocultar moretones.
Él le regaló flores a su amada para intentar ser perdonado; logró su objetivo.
Una semana después ella lo encontró sentado en su sillón favorito mientras una rubia estaba de rodillas ante él haciendo movimientos a veces bruscos con su cabeza.
También supe que después de la mujer haber visto esta escena, sonrió y fue a la cocina en busca de un cuchillo; del cual se apoderó para cortar a su esposo unas cuantas veces en los brazos y dos en la cara.
No supe más de ellos durante varios días.
Un mes después volvieron a estar juntos, parecía que sus sonrisas no eran más que un mensaje indirecto que afirmaba lo feliz y perfecta que era la pareja.
Una mañana escuché que él estaba diciéndole a su esposa unas palabras que si mal no recuerdo eran: Me había enamorado ya de tus movimientos, y de tu cuerpo, y de tus maneras de amarme, pero ahora descubrí que también estoy enamorado de la manera en que huelen tus labios. No quiero a nadie más dentro de mi vida, contigo me basta y diría que me sobra, pero ninguna de tus maravillosas imperfecciones arruina la perfección que cargas. Me encantas como el día al sol y como la noche a los borrachos.
La mujer no dio ninguna respuesta y se fue al trabajo, después de cerrar la puerta con gran fuerza.
Nueve meses después la pareja pensó que la mujer estaba embarazada, sostuvieron este presentimiento hasta tres meses, después se dieron cuenta de que era una falsa alarma e intentaron suicidarse los dos, primero la mujer intentó ahorcarse pero su mejor amiga llegó a tiempo para evitar la muerte; luego él trató de dispararse en la cabeza.
Sin embargo, solo tenía una bala; era la primera vez que sostenía un arma entre sus manos y su puntería falló, la bala dio contra la pared que estaba detrás de su cabeza.
La última vez que los vi, estaban sentados en el balcón mientras se daban un amoroso abrazo, luego de unos instantes el clima cambió y los esposos comenzaron a discutir. Sin embargo, no fue una discusión fuerte. Acabó la discusión y entonces, de la nada, se dieron el último beso que los vi darse.
No volví a verlos, pasó una semana… pasaron cinco semanas, y después pasaron nueve días.
Fue en ese momento cuando perdí la esperanza de volver a ver a la pareja.
Me levanté de la cama, fui a la cocina para asesinar un café y a uno de mis cigarros favoritos. Después de completar estas acciones cavilé un poco, fue entonces cuando entendí que las cosas que pensaba sobre los vecinos no eran otra cosa que una versión de mi vida disfrazada con protagonistas nuevos, inventada por mi grandiosa imaginación para distraerme un poco e intentar sacarme del desgraciado mundo y de la enemiga realidad.

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3 comentarios

  1. 1. Nic-Is dice:

    Hola Jaime. Interesante relato. Es ligero y fácil de leer. No me esperaba ese final. Perfectamente logrado el reto del narrador testigo. Creo que se podría mejorar un poco la puntuación, Pero te quedó bastante bien. Te invito a leer el mío. Es el 184.

    Escrito el 19 enero 2016 a las 23:57
  2. Vaya por delante que me parece un relato espontáneo y fresco con tintes surreralistas. Se parece a los relatos de Charles Bukowsky, al menos esa es la impresión inmediata que me ha dado. Veo un enorme potencial en tu narrativa. Si como indica tu presentación eres menor de edad, me imagino a lo que puedes llegar dentro de unos años. Es cierto que se pueden mejorar algunas cosas. La puntuación puede ser más precisa y la sintaxis puede ser mejor, pero el relato, simple y directo engancha. Las incongruencias que aparecen en el relato, no creo que sean descuidos, antes bien creo que se trata de una tomadura de pelo que utilizas para llevar al lector, al lugar que deseas y crear en él la intriga de cómo puede acabar esa historia. El que al final se trate todo de un sueño justifica todos los disparates de esa pareja de enamorados atípicos, o no tanto, la verdad, que de todo hay en ese mundo.
    El relato me ha gustado. Eso de que se apoderó de un cuchillo para cortarle unas cuantas veces en los brazos y dos en la cara al ver que la rubia le estaba realizando una felación, es lo que das a entender, a su marido, me ha parecido muy al estilo de Pasolini. No se le ocurrió matarlo, quería hacerle daño pero no de forma exagerada.
    No sé si has leído a Bukowski, pero te lo aconsejo. Estás en su línea.
    La forma la has de mejorar, pero no te preocupes, eso se aprende escribiendo mucho.
    Felicidades y saludos.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 20:45
  3. 3. Frida dice:

    Hola Jaime. Un relato entretenido e impactante donde los haya. Coincido con Manuel Pla en la similitud que tiene tu narrativa con Bukowski, esa forma de hablar de las miserias del hombre, de forma tan visceral, me ha dejado perpleja, más sabiendo desde el inicio, que eres menor de edad.

    Hilas la historia de forma muy sencilla, que atrapa al lector enseguida y no lo suelta. Se puede pulir, pero desde luego eso lo harás, tan sólo has de escribir muy a menudo, leer en demasía y vuelta a escribir.

    Te felicito y repito, es una grata sorpresa lo que he leído, espero poder verte más a menudo por el taller.

    Escrito el 21 enero 2016 a las 01:54

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