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El último beso - por Baptiste

La espuma había comenzado a brotar de la nada y me impedía ver esos dos cuerpos extraños que habían caído en picado desde el cielo emitiendo el sonido de una bomba a punto de explotar y finalmente estallando. Junto a esa espuma blanca y agujereada, se unieron unas burbujas juguetonas, que se extendían por los alrededores, sin rumbo fijo. Yo, con la curiosidad que me atañe, me acerqué a esos extraños bultos, borrosos como los personajes de un dibujo a medio hacer. En unos segundos estos impedimentos se disiparon sin dejar rastro y para mi sorpresa encontré dos seres animados que luchaban para encontrarse: un hombre y una mujer.
El hombre, descompuesto, le tapaban unos pantalones negros rasgados. Aunque lo que llamaba la atención era su torso musculoso, pintado por numerosas heridas rojizas, al igual que en la cara, pero en menor medida. A una breve distancia, la mujer, tapada por un sujetador y unas bragas, ambas prendas de color blanco, no indicaba signos de heridas en su morena piel, pero por el gesto de su cara, las heridas las tenía por dentro, punzantes como el frío hielo.
Movían los brazos y los pies con brusquedad con la intención de escapar de ese agujero sin oxígeno en el que se encontraban. Casi sin aliento, consiguieron impulsarse hacia la superficie y salir a flote. Se escucharon dos largas y cortadas respiraciones.
A lo lejos un barco, grande, y negro como el carbón, se alejaba propulsado por una hélice furiosa. En el cielo las nubes comenzaban a juntarse como las piezas de un puzzle.
La mujer vociferando y desbordada por la preocupación, se acercó a él como si nada en este mundo o en otro pudiera pararla. El hombre quejoso y cabizbajo se abrazó a ella, intentando evitarle todo el peso posible. Con su ligera mano, alzó la cara de él y le acarició la mejilla con lentitud mientras balbuceaba sin encontrar palabra coherente. Durante el instante en que se miraron, él con sus ojos cansados y derrotados y ella con sus ojos nerviosos y angustiados, el tiempo se paró y rodeados de una inmensidad ingobernable solo existieron ellos.
Sin poder aguantar más, él descendió la mirada con los ojos desencajados. Los pies de cada uno se asimilaban a la hélice de aquel barco, pero conforme pasaba el tiempo aminoraban su marcha. Con la mano temblorosa, metió los dedos en su boca y sacó una diminuta pastilla azul. Su dedo índice y pulgar la sujetaban con firmeza, con una vibración fija. Ella, con los ojos ya no nerviosos sino humedecidos y compasivos, ladeaba de un lado a otro la cabeza. Él, en cambio, afirmaba con los ojos cerrados mientras que gotas de sangre salían de su ceja y se deslizaban tristes y lentas por sus pómulos como si fuera un río de lágrimas.
Las olas cada vez golpeaban con más fuerza como si quisieran separarlos. Tuvo que acercarle aún más la mano para que ella accediera a aceptar el obsequio. Arrebatada por la pena, sin dejar de mirarle, tragó la pastilla con gran dificultad como si las entrañas de su cuerpo empujaran para expulsarla. A continuación, ambos exhalaron un gemido de dolor y pasión al indiferente viento. Ya no les importaba mantenerse a flote, no les importaba nada. Solo contrajeron todos sus músculos lo más fuerte que pudieron contra ellos mismos, y con lentitud, saboreando cada segundo, acercaron sus húmedos labios hasta colisionar mientras descendían hacia el olvido. Y ellos supieron, que aquel efusivo instante sería recordado como el momento de su último beso.
Y os preguntareis, ¿cuál es su historia? ¿Cómo han llegado hasta ahí?
Y yo respondería ¿Cómo queréis que lo sepa? Yo solo soy un simple pez.

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11 comentarios

  1. 1. agueda varillas dice:

    Al final ya he entendido algo: como eres un pez, bromeas con los humanos.
    Muy bien en los tiempos y acercamiento a los personajes, original historia que a mi modesto entender deberías pulir un poco. Hay expresiones como “frío hielo” que la primera palabra se hace innecesaria.
    Y bien en estructura. Un saludo

    Escrito el 18 enero 2016 a las 21:04
  2. 2. Laurindiel dice:

    Hola Baptiste,

    Es una historia que se plantea, sobre todo en lo referente a la pareja del mar, de una manera muy intensa, y desde mi punto de vista está lograda esa intensidad. Sin embargo, y en cuanto a la forma, personalmente separaría más los párrafos para entender las diferentes partes y momentos de la historia, y emplearía menos adjetivos y menos metáforas.

    Por otro lado, ¿el tema del pez es en sentido literal o en sentido figurado (una nueva metáfora)? Es lo que me ha sorprendido de la historia, pero a la vez me deja un poco confusa… lo aclararía un poco más.

    Por lo demás, escribes con mucha intensidad, lo cual no es fácil. ¡Te felicito!

    Escrito el 18 enero 2016 a las 22:27
  3. 3. Efraín Velasco. dice:

    Pude imaginar desde antes del final que nuestro narrador era un pez, al grado de visualizar claramente el momento preciso en el que caen al agua generando todas esas diminutas burbujas. En lo personal me ha gustado mucho y me resultó muy original que un pez contara la historia. Igual me deja con algo de dudas sobre la razón de las heridas y la muerte de la pareja pero al final pues es verdad, un pez no podía saberlo. Te agradecería leyeras mi texto, es el número 13.

    Escrito el 19 enero 2016 a las 05:25
  4. 4. María dice:

    Me ha encantado la historia. Si tuviese que ponerle alguna pega, sería que la separases en párrafos pues es más fácil la lectura.
    Gracias por leer mi historia

    Escrito el 19 enero 2016 a las 12:30
  5. 5. Nic-Is dice:

    Hola Baptiste. En verdad me sorprendió lo del pez. No lo esperaba. Apoyo a Laurindiel y a María en lo de los párrafos. Lograste el sentimiento de muerte inminente. También me pregunto cómo llegaron a esa situación. Buena historia. Gracias por leer el mío.

    Escrito el 19 enero 2016 a las 20:00
  6. 6. Adela dice:

    Hola Baptiste, coincido con los comentarios que te han hecho en cuanto a la intensidad de la narración. Creo que con la ausencia de párrafos quizás lo que buscabas era potenciar esa atmósfera. Me ha descolocado lo del pez narrador: bajo el agua quien mejor que él para describir lo que ve, pero hay momentos en los que la pareja parece estar a flote y el pez también puede describir los gestos y las emociones de los humanos. Aún así tu historia sorprende por el realismo de la zambullida.Gracias por tu comentario. Te seguiré leyendo en busca de esa intensidad que describes

    Escrito el 19 enero 2016 a las 20:40
  7. 7. Diego Manresa Bilbao dice:

    Ba[ptiste,
    Lo primero, gracias por tu comentario.
    Tu relato me ha gustado mucho, me tenia despistado pero el final le da todo el sentido, con la gracia del pez y la confusion que genera el narrador testigo… Bien jugado
    Nos leemos!

    Escrito el 19 enero 2016 a las 22:12
  8. 8. Lidyfeliz dice:

    No sé por qué pero ya desde el comienzo imaginé que el pez era el narrador. Muy bien escrito. Lo que más me impactó son las precisas descripciones (cosa que es muy difícil para mí). Te felicito

    Escrito el 19 enero 2016 a las 22:20
  9. 9. Veronica dice:

    Muy interesante tu cuento! Crea toda una incógnita sobre lo que le ha pasado a esta pareja y luego, el descubrimiento del narrador, hace aún más novedosa la historia. En algún momento de la lectura volví a releer para encontrar desde dónde observaba el narrador, era una intriga muy bien revelada al final. felicitaciones

    Escrito el 20 enero 2016 a las 16:35
  10. 10. Francis dice:

    Tu tema es muy original, Baptiste.
    El narrador testigo que presentas cumple con los requisitos exigidos: observa la escena con muy pocas alusiones a sí mismo (hasta el final no se descubre quién es); está determinado por el cine y la fotografía, encuadrando el lejos, cerca, detalles, planos…; ve lo que abarca su visión; narra en complicidad con el lector; le va dando libertad al lector para que complete la historia; es testigo presencial y su descripción es directa.
    Hay que felicitarte por el contenido y por el tema exigido.
    En cuanto a la sintaxis, observo la falta de comas y la utilización de palabras inadecuadas, que dificultan su lectura. Podrías haber utilizado “caracteriza” en vez de “atañe”; “llevaba” en vez de “tapaban” “hielo” en vez de “frío hielo”. No entiendo “vibración fija” el adjetivo no es adecuado. No hace falta emplear la frase “contrajeron todos sus músculos lo más fuerte que pudieron contra ellos mismos” puedes hacerlo más brevemente.
    Sigue escribiendo, se nota que disfrutas con ello. Te seguiré leyendo.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 19:35
  11. 11. Don Kendall dice:

    Hola Baptiste,
    Me gusta este relato. Para no repetirme en los comentarios no incidiré en los pequeños fallos que apuntaron el resto de lectores que me anteceden. Únicamente hay una frase que me chirría , creo que hay una discordancia o sobrecarga en esta frase «.emitiendo el sonido de una bomba a punto de explotar y finalmente estallando…» quizá el adverbio , ya digo que es una incomodidad como lector. A fin de cuentas tú como autor decides lo que te parece ;-).
    Hay un aspecto que planteo como discrepancia entre colegas, “fraternal” si se quiere. De tu relato me sobran las dos frases finales. Me explico, es un relato bien estructurado con ritmo, con un punto de vista bien establecido con un narrador testigo en tercera persona. El narrador por tanto no es un personaje, ni falta que hace según tu elección. El que se establezca el TIPO de narrador desde el principio tal como lo planteas ayuda al lector y éste lo agradece. El lector establece una relación silenciosa y dependiente con el narrador para ir sabiendo poco a poco lo que va pasando en la historia. Eso creo que lo tienes bien conseguido,- con independencia de algunos detalles de sintaxis corregibles- , hay un planteamiento, nudo y desenlace con un interés ascendente. Pero , y aquí va MI PERO, como lector. En el final, ya redondo con el círculo cerrado, de repente aparece un “narrador poco fiable” según la jerga técnica de algunos autores. Este tipo de narrador puede tener su valor cuando así lo exija el relato, pero no me parece que sea este el caso. La “boutade” final representa,- si me permites un símil musical- dar un mazazo en los platillos y en el bombo al final de un adagio. Sobre todo no es necesario. El clímax podrías definirlo si quiers incidiendo un poco más en la importancia de la pastilla como último beso o acción compartida. Pero desde luego la aparición del pez desvirtúa al manejo tan sutil de ese narrador discreto que habías conseguido
    En fin, es una opinión pero os invito a leer el relato en voz alta con el fondo de esta música https://goo.gl/WmGzun. Ya me diréis como queda eso de “soy un pez”. ;-))
    A vuestra disposición para la “discusión fraternal” . Un abrazo. Gracias por compartir el relato. #116 Don Kendall

    Escrito el 21 enero 2016 a las 12:33

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