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El último beso - por Verónica Ortega

El último beso
Irene se levantó a las siete de la mañana, como todos los días laborables, y se dispuso a elaborar el desayuno. Mientras se preparaba el café y las tostadas, puso el mantel en la mesa.
-Buenos días, cariño – saludó a su marido con una caricia
-Hola Irene – contestó él con hastío
-¿Sigues preocupado? – preguntó ella
-Como para no estarlo… sólo dos entrevistas en diez meses, facturas atrasadas, por no hablar de horas y horas con la mente cavilando – contestó bruscamente Iván.
-Todo tiene solución. Sabes que juntos podemos con todo, amor, no te atormentes – se despidió de su pareja con un beso en los labios- Te quiero – y salió de la casa.
Cuando terminó de comer organizó la cocina y, seguidamente, se vistió y salió con su carpeta repleta de currículum a buscar trabajo. La mayoría de administrativos de las empresas de la ciudad le conocían, dados los intentos que había realizado para encontrar un presente profesional. “Esto es desesperante…”, manifestó. “Tengo que buscar una solución urgente; no puedo ser un mantenido”, concluyó Iván.
Entretanto, Irene trabajaba en una ONG porque le encantaba ayudar a los demás. Ese día estaba muy preocupada por la actitud de su marido; conociéndole, sabía que era capaz de cualquier cosa. La jornada laboral se le hizo eterna ese día. Al concluir, se puso los cascos y caminó con brío hacia casa. Antes de girar hacia su calle, bajó la música y empezó a oír alboroto, además de muchas sirenas. El corazón le palpitaba, corrió y entonces vio varios coches de policía, bomberos y ambulancias enfrente de su domicilio. Supo que había perdido a Iván… Con lágrimas en los ojos, Irene preguntó qué había pasado. Tras unos minutos, sus pensamientos se confirmaron. “¿Por qué lo has hecho Iván?, ¿por qué?”, se preguntaba. “Lo importante es la felicidad, y nosotros la habíamos encontrado estando juntos. No me puedes hacer esto…dime que estoy soñando”, sollozaba Irene.
Días después del fatal desenlace Irene seguía lamentándose por el tiempo que les quedaba de disfrutar, viajar, reír, llorar, discutir,… en definitiva, vivir. El primer día que consiguió echarse en la cama que compartían, encontró una nota debajo de la almohada que rezaba así: “Querida mía. Sé que, en tu interior, temías que esto iba a ocurrir tarde o temprano. Perdóname, sé que soy un cobarde y un inútil. Esta situación me estaba agobiando. Sabes que eres el amor de mi vida y, por ello, no quería pagar mi desagradable actitud contigo ni que sufrieras al verme así. De lo único que me arrepiento es de no haberme despedido de ti esta mañana con un te amo y no haberte dado un último beso”.

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3 comentarios

  1. 1. Booker DeWitt dice:

    Muy bien escrito, aunque un tanto abrupto, tanto en lo del suicidio, que hubiese sido interesante aclimatarlo un poco más, como en el final. Pena que no se desarrollen más los personajes, pero lo veo más como causa de la falta de espacio. Con todo, buen trabajo.

    Escrito el 19 enero 2016 a las 14:40
  2. 2. Coral Mané dice:

    Hola Verónica.
    Me gustaría señalarte un par de cosillas que puede ayudarte a mejorar, en mi opinión, tu relato:
    Lo primero de todo y al igual que mi compañero, creo que la idea del suicidio es muy muy precipitada. No has desarrollado lo bastante la psicología y la personalidad del personaje para comprender cómo toma una decisión tran drástica como lo es el suicidio. Únicamente se suicida porque no ha tenido trabajo en 10 meses ¿no? Piénsalo bien, ¿tú te suicidarias por una cosa así? Tienes que llevar el personaje y la situación al máximo para desarrollar un final así, si no, no tiene ningún sentido. Yo habría elaborado a un personaje nervioso, cobarde, inseguro de sí mismo, que no confía en el amor de su mujer por ejemplo y que sospecha que le está engañando, que está al borde del desahucio… Todas esas situaciones sumadas, pueden conducir a alguien a quitarse la vida, por lo que deberías desarrollarlo más o no hay quien entienda la historia.
    Por otra parte creo que el personaje de Irene está muy vacío, no logramos empatizar con ella, no consigue conmovernos con sus llantos tras la muerte de su amor. Al igual que a Iván, deberías haberla dado algo más de profundidad de carácter.
    Asimismo, tampoco queda claro si Ivan e Irene son marido y mujer, solo novios… En ocasiones hablas de marido, en otras de pareja (como si no hubiera compromiso). Eso confunde al lector.
    Finalmente, no has marcado tampoco las líneas de diálogo como corresponde. Debes hacerlo con un guión largo y dejar sangría entre los distintos párrafos e intervenciones. Un relato bien escrito es mucho más fácil de leer.
    Espero que mis aportaciones te sirvan y te invito a que leas mi relato, el número 118.
    Sigue escribiendo que es el mejor modo de mejorar. Un saludo!

    Escrito el 20 enero 2016 a las 16:33
  3. 3. Lobita dice:

    ¡Hola! Vero:

    Con el afán de aportar y de compartirte sugerencias a través de esta dinámica pongo a continuación mi opinión.

    Al inicio me pareció lenta la historia y luego da un pequeño brinco a la acción de manera forzada.

    La premisa es buena la del último beso antes de morir y con el contexto de la crisis económica en España,(espero no equivocarme de lugar presuponiendo un sitio) proponer que una persona sin empleo se suicide es real y latente.

    Comparto contigo la emoción al escribir sin embargo te recomiendo que pongas cuidado en este tipo de pasajes porque creo que causan confusión.

    “-Todo tiene solución. Sabes que juntos podemos con todo, amor, no te atormentes – se despidió de su pareja con un beso en los labios- Te quiero – y salió de la casa.”

    y después al final

    “De lo único que me arrepiento es de no haberme despedido de ti esta mañana con un te amo y no haberte dado un último beso”.

    Se supone que si se dieron un beso y luego al final siempre no.

    Igual podrías probar a escribirlo de nuevo pero más largo para que no se sienta esa urgencia de darle una conclusión precipitada.

    Estoy de acuerdo con Coral Mané que si deberías desarrollar más los personajes aunque claro está teniendo más espacio podrías hacerlo.

    Es todo de mi parte y continúa escribiendo.

    Ánimo.

    Escrito el 21 enero 2016 a las 03:33

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