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El último beso - por Noemi

El último beso

Hojeaba el Boletín oficial en el bar mientras tomaba un café doble, cuando alguien se detuvo frente a mi mesa.
─¿Puedo sentarme aquí?
Reconocí su voz antes de levantar la mirada. Después de tantos años, como un puñetazo en pleno mentón, me dejó atontado. Él se dio cuenta y no insistió. Permaneció en su lugar, quieto.
Estaba igual. Bueno casi, yo lo vi igual en el primer vistazo. Solo al rato descubrí el rojo pelo entrecano, las pecas desvaídas, la piel más floja y sombría.Sus ojos grises, tan claros, se habían vuelto turbios.
Pero en el fondo, estaba seguro, perduraba aquel “chico judío”, como lo llamaba mi abuela.
─Elías, nona, se llama Elías ─le machacábamos.
Pero ella insistía con lo mismo.
El “chico judío” vivía en la casa vecina. Mi hermana Helena (mi melliza), él y yo nos criamos juntos. Su hogar era lúgubre, allí se hablaba poco. El nuestro, en cambio, era un eterno jolgorio. Hermanos, hermanas, muchos tíos, primos, en fin, la parentela. Elías venía a todas horas. Siempre era bien recibido. ¡Lo queríamos mucho!
Creo que anhelaba pertenecer a nuestra familia.
Éramos inseparables, fuimos a la misma escuela. Después mi hermana pasó a la normal de maestras y nosotros al liceo. Pero seguimos estando cerca. Por la mañana acompañábamos a Helena e íbamos a buscarla al final de las clases.
Todo continuaba como siempre. O no, quizás no tanto.
Corrían los años sesenta, la rígida disciplina familiar parecía estar descongelándose. Por primera vez en la historia los adolescentes nos hacíamos notar. Teníamos música y hasta moda propia. Nos creíamos alguien.
Elías y yo pasábamos mucho tiempo juntos en la escuela, compartíamos lecciones, angustias, exámenes y quimeras. Él era ¡tan “lindo”!, como decían las amigas de mi hermana.Y yo me pavoneaba a su lado. Por su parte, lo que opinaran las chicas no parecía importarle.
Pero cuando nos juntábamos los tres, ya no era lo mismo que antes. Si íbamos por la calle, a veces ellos se adelantaban un poco o se retrasaban. Cuchicheaban. Compartían algo.
Nosotros teníamos muchas actividades en las que Helena no participaba. Pero todos modos me moría de rabia, aunque ni lo insinuara.
Un día descubrí que, cuando creían que no los veía, se tomaban de la mano. Algo muy dentro mío se rajó. Esa noche me acosté sin cenar y no pude dormirme hasta la madrugada.
Llegó la fecha en que nos entregaron nuestros diplomas. Últimamente Elías parecía deprimido. No quiso participar de la fiesta y se fue a casa.
Yo pasé a buscar a mi hermana. A pesar de que debía estar alegre por haberse recibido, se la veía taciturna. “Las mujeres son unas locas”, me dije. Ya estaba con el humor desportillado. En el trayecto casi ni hablamos.
Al pasar junto a la casa vecina, escuchamos un tremendo alboroto. ¡En esa casa que había sido siempre una tumba! Gritos en alemán, un vozarrón cavernario.
─Debe ser el padre de Elías ─dije
─¿Qué pasa? ─murmuró Helena.
Ahora oíamos también la voz crispada de Elías y la aguda, gimoteante, de la madre.
Inconscientemente nos habíamos detenido frente a la puerta.
─¡Vamos!─ dije─ O van a creer que estamos fisgoneando.
─¡Pero si no entendemos nada!
La tomé con brusquedad del brazo y la arrastré a nuestra entrada.
Esa noche, Elías vino a casa.
Quería hablar a solas con mi hermana. Como por fuerza tenían que tener la puerta abierta, aproveché para espiar. Hablaban bajito y no puede entender lo que decían Tenían las cabezas casi juntas mientras él le aferraba las manos. Helena lloraba, un llanto silencioso de muchas lágrimas.
Él se inclinó y la besó en la frente, después en la boca. Un beso largo, muy largo.
Antes de irse me palmeó en el hombro.
─¡Chau! ─ dijo.
Estaba llorando. A mis adentros yo también lloraba, pero por otra causa.
Al día siguiente supimos que se había marchado de la ciudad. A estudiar o trabajar ¡qué se yo!

Cuando se sentó vino lo obvio ¡cuánto hace!,¿como te va?, ¿a qué te dedicas?, etc. Bien, claro, así están las cosas..
─¿Te casaste? ─me preguntó.
─No, yo no ¿y vos?
─Yo sí, tengo cuatro hijos. Ella se llama Judith, es hija de un amigo de mi familia.
─¡Ah!
Cuando se fue, el café estaba frío.

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11 comentarios

  1. 1. Guiomar de zahara dice:

    Hola Noemi:
    La historia es algo triste, pero claramente contada.
    Hay giros en las frases que me chocan ¿eres argentina?no quiero decir que estén mal. Solo que el español tiene muchas variantes.
    Tu relato es bueno.
    ¡Enhorabuena!

    Escrito el 19 enero 2016 a las 16:57
  2. 2. Noemi dice:

    Hola Guiomar
    Sí soy argentina y reconozco que el cuento es muy porteño,
    pero ésa era la idea.
    Muchas gracias por tu comentario
    Saludos
    Noemi

    Escrito el 19 enero 2016 a las 17:55
  3. 3. Veronica Murillo dice:

    Hola Noemi, un gusto poder leerte de nuevo. Sabes? creo que la propuesta de este mes nos lanzo a mundos desconocidos, nah! es broma, pero como comentaba alguien por ahí, los resultados eran predecibles, verdad? Romance. Tu historia esta bien lograda, algo predecible pero habia que seguir la premisa, asi que ni modo. El narrador testigo cumple, ya que el hermano no se mezcló en la relación de ellos, asi que felicidades. Es resaltable que te pusieras en el lugar del hermano de manera tan efectiva, contando el relato de forma un tanto distante y fría, así son los hermanos, bueno al menos el mío.

    Espero que nos sigamos leyendo. Cuidate.

    milcuentosdeamor.wordpress.com

    Escrito el 20 enero 2016 a las 04:21
  4. 4. Noemi dice:

    Hola Verónica, gracias por tu comentario. Pero se te escapó un guiño, a veces las historias, aunque lo parezcan no son tan sencillas.
    Me voy corriendo a leerte
    Un abrazo!!

    Escrito el 20 enero 2016 a las 16:27
  5. 5. Veronica Murillo dice:

    Yo había considerado otro giro en el que el narrador está más involucrado de lo que se muestra a simple vista, pero me dije: “no le busques cinco patas al gato”. Me falta capacidad de análisis.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 22:49
  6. 6. Noemi dice:

    Para nada, no te falta capacidad de análisis porque te diste cuenta de que había algo más. Lo que quizás falló es la seguridad en tu propio juicio, pero a todos nos pasa con la quinta pata, la vemos pero nos cuesta creerlo.
    Nos seguimos leyendo!!

    Escrito el 20 enero 2016 a las 23:05
  7. 7. Isan dice:

    Hola Noemí:

    Lo primero que quiero comentar es que, al contrario de los comentarios que te han hecho, creo que no has cumplido el reto, ya que estaba planteado como una narración de un testigo que cuenta la historia de otros que vio, pero lo que haces es contarlo en primera persona, es decir, el narrador cuenta lo que le pasó a él con su hermana y con su amigo. Así lo veo salvo error.

    En cuanto al planteamiento de fondo está bien hecho. Se encuentra con un amigo y rememora esa vivencia en el núcleo del relato, para terminar otra vez en el presente con el encuentro. A medida que avanzaba la lectura parecía que de un momento a otro iba a terminar en tragedia. El vozarrón cavernario del padre, la aguda gimoteante de la madre y la crispada de Elías (vaya trío de voces) no auguraba nada bueno. Yo veía claramente el suicidio de Elías o algo parecido, pero resulta simplemente la marcha del hogar para continuar los estudios. Así que he sufrido una pequeña decepción.

    No sé si habrá algo oculto que se me escapa a mi comprensión, pero veo poca comunicación entre unos amigos que lo son desde siempre y de una más que amiga y que la relación se corte tan bruscamente hasta después de muchos años en que se encuentran por casualidad. Al menos Elías continúa con sus raíces judías, se casa con Judith y tiene cuatro hijos.

    No me queda claro el lloro de Elías. Me ha intrigado que llorara por “por otra causa”. ¿Tal vez un sentimiento homosexual? ¿Celos? ¿Un amor incestuoso? El final me parece un poco precipitado y frio para quienes lo han compartido todo y llevan tiempo sin verse.

    Algún detalle de la forma quiero comentar:
    No es crítica, pero me ha hecho gracia que lo que hojeara y ojeara el individuo fuera el Boletín Oficial y no un periódico cualquiera.

    Después de “reconocí su voz antes de levantar la mirada” yo pondría Después de tantos años SENTÍ como un puñetazo en pleno mentón, QUE me dejó atontado.

    En la siguiente línea pondría: “Estaba igual. Bueno, casi. Yo lo (también LE) vi igual.

    Nosotros teníamos muchas actividades en las que Helena no participaba. Pero, DE todos modos, me moría de rabia aunque NO lo insinuara (de aquí saco lo del incesto).

    En lugar de algo muy dentro mio, pondría algo muy dentro DE MÍ.

    Cuando dices “A pesar de que debía estar alegre POR HABERSE RECIBIDO,” no se entiende a qué te refieres. Supongo que al diploma, pero sería mejor decir “por haberlo recibido.”

    Estaba llorando. A mis adentros yo también lloraba. Lo sustituiría por “en mi interior yo también lloraba.”

    En la línea siguiente acentuaría el SÉ ¡qué sé yo!

    Los puntos suspensivos deben ser tres.
    Falta un espacio después del punto en varios sitios.

    Como comentario final te puedo decir que has tenido una buena idea y que la has plasmado bien y con un buen desarrollo. Quizás el final queda un poco deslucido para mi gusto porque, tal como iba, se esperaba más. Aunque ese café frio denota que también la relación había corrido la misma suerte. Y, tal vez, ese final tan FRIO sea lo más importante del relato. El mensaje oculto y, a su vez, patente.

    Escrito el 22 enero 2016 a las 21:53
  8. 8. Noemi dice:

    Hola Isan, antes que nada quiero agradecerte el trabajo que te has tomado en leer mi texto y sobre todo tu minucioso comentario. Voy a tratar por eso de responder a algunas de tus observaciones. En cuanto al narrador es testigo porque cuenta la historia del amor frustrado entre su hermana (melliza) y un amigo mutuo de su infancia, un chico judío de (padres alemanes).La cuenta desde el principio hasta el final, la despedida y punto. El resto es marco. Ah lo del Boletín Oficial sugiere algún trabajo en una oficina estatal o jurídica lo que insinuaría un cierto ambiente. ésa es la historia superficial. Si hay otra historia incluída queda a cargo del lector recoger indicios. Te doy un ejemplo,los paréntesis de arriba señalan detalles importantes,un judío de familia alemana en los años -60 puede cargar con una historia que le impida rebelarse contra la voluntad de sus padres y marque su destino.Del mismo modo sucede con los detalles que el narrador pueda filtrar sobre sí mismo, todos lo hacemos cuando contamos algo.El trabajo del lector es recoger los indicios y armar el puzzle. Tus preguntas lo demuestran, no hay una respuesta única, tú decides.
    En cuanto al llanto de Elías, bueno es evidente que se debe a su separación tanto de su amada como también de su amigo, él sabe que deberá irse.
    Bueno, una vez más te agradezco el tiempo que me has dedicado, tendré en consideración todas tus sugerencias.
    Saludos.

    Escrito el 23 enero 2016 a las 00:10
  9. 9. Oda a la cebolla dice:

    ¡Hola, Noemi! Me gustó tu relato, tanto en el sentimiento de la historia como en la manera de llevar y describir a los personajes involucrados. Sin embargo, pienso que no está muy conseguido ese narrador “testigo”. También, decirte que en las descripciones de los parentescos familiares el exceso de comas resta fluidez a la lectura. Faltan alguna que otra tilde y espacios tras puntos, y yo hubiera puesto ese Liceo con mayúscula. Por lo demás, me gustó y lo veo bien estructurado. ¡Nos seguimos leyendo! Saludos y buenas tardes.

    Escrito el 23 enero 2016 a las 20:38
  10. 10. marazul dice:

    Hola Noemi: un historia interesante la que nos narras. Me lo parece porque sabes contar lo justo. Lo justo, digo, para que el lector sepa leer entre líneas o imaginar. Al principio no me dí cuenta de que el narrador fuese un hombre. En una segunda lectura ya lo tuve claro (“las mujeres son unas locas”). También se puede adivinar un amor homosexual o los problemas que encierra la familia judía. Tal vez no querían un compromiso fuera de su entorno.
    Nos describes muy bien la diferencia de costumbres entre las familias.
    En fin, que por motivos que adivinamos ese amor se frustró y ahí está el hermano gemelo para contarlo.
    Una buena historia, Noemi, que se sale de lo vulgar.
    Un saludo

    Escrito el 23 enero 2016 a las 23:11
  11. 11. Leonardo Ossa dice:

    Hola Noemi, no tengo pericia suficiente para hacerte comentarios técnicos, así que me limitaré a decir que tu relato me ha gustado. Pienso que hay una historia abarcando diferentes aspectos, que pueden ser desarrollados con amplitud en una novela.
    Me ha gustado leerte. Espero seguir encontrando tus escritos en los próximos ejercicios.
    Saludos.

    Escrito el 24 enero 2016 a las 04:54

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