Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

El último beso - por Thelma López Lara

El último beso

Recuerdo que eran las once de la noche y Cristina aún no había regresado de la excursión. Aquella mañana de abril, ella había salido hacia la Isla San Lucas con un grupo de compañeros universitarios. Hace treinta años, ese lugar donde ella se dirigió, era la cárcel de los reos más peligrosos de Costa Rica. Actualmente el gobierno lo ha declarado patrimonio nacional, hoy en día es una zona turística.

La joven que era estudiante de historia, fue a ese sitio en busca de información sobre oscuras torturas que se practicaban dentro del recinto en los años cuarenta. Uno de los principales atractivos de esa antigua prisión, eran los escritos que los reos dejaban plasmados en las paredes de las celdas.

La madre de Cristina ante la situación, trató de ponerse en contacto con los compañeros de su hija, pero fue imposible dar con ellos. Fue hasta la una de la mañana, que logró contactarse con el centro turístico. Le informaron que la última lancha de turistas, había zarpado de la isla a las tres de la tarde. Que la estudiante Cristina Alcatraz Vélez, era la única joven que había decidido quedarse por asuntos de estudios. Esa información hizo desmayar a la mujer. Al despertar, le aclararon la situación de su hija.

La joven que se distinguía por su tenacidad, le había insistido tanto al director del sitio, que la dejara por lo menos tres meses haciendo una pasantía. Ella necesitaba averiguar un caso que le había llamado la atención durante el recorrido por los recintos. En una de las paredes de las celdas, había leído una nota que decía: "sé que aún no es tarde, la estás leyendo en estos momentos y eres la persona indicada. Yo soy inocente, no maté al doctor. Nunca he usado armas. Mi únicas armas son el lápiz y el cuaderno. Búscala, dile que la amo y la amaré más allá de la eternidad. Esa noche que la besé, era nuestra despedida. Era el último beso que nos daríamos, porque sabíamos que lo nuestro era imposible. Mi bella, era la prometida del doctor del pueblo y yo era un humilde joven aficionado a las escrituras. Yo sólo amé a la persona equivocada, ¡qué culpa tengo yo!, por más que luché, me rendí ante este corazón. Atentamente, Arnoldo De La Fuente, 1952".

Ese hombre lo habían culpado del asesinato del médico. El verdadero asesino era el Coronel Bustamante, él también estaba enamorado de la muchacha. Esa noche que Arnoldo llegó a ver a escondidas a su enamorada, le plasmó como despedida un beso cándido sobre sus labios. En ese momento llegó el galeno y descubrió el engaño. La joven ingresó de inmediato a la casa. Los dos hombres se quedaron afuera discutiendo fuertemente.

El coronel esa noche, como todas las otras, se encontraba escondido detrás de una arboleda. Mantenía vigilada día y noche a la joven. Ya le habían informado que estos dos se amaban en la oscuridad. Aprovechando la discusión de los jóvenes, descargó varias balas ante el doctor. Ese día, toda la culpa del asesinato cayó sobre Arnoldo y de inmediato el coronel lo envió a la cárcel de la Isla San Lucas. No tuvo derecho a defenderse, ya que como testigo de los hechos, estaba la palabra de Bustamante.

El nombre del reo que Cristina había leído en esa pared, tenía los apellidos de su novio. Ese dato, hizo que ella con mucha más razón se empecinara a realizar la pasantía. Investigó tanto la vida de aquel preso, que resultó ser que era inocente y hermano del bisabuelo de su novio. La joven de la historia llamada Elvira, era la hermana de su bisabuela. Aún vivía, tenía noventa y cinco años de edad y se había quedado soltera. La niña Elvira, que así cariñosamente le llamaba la familia, al recibir el mensaje de amor de su amado, se le dibujó una sonrisa en aquellos labios quebrados por el tiempo. Dos lágrimas se asomaron y recorrieron aquellas mejillas de piel quebrada, por los años de espera. Quizás eran las últimas gotas que habían quedado del mar que había derramado.

La señora al mes murió, pero antes de morir, le dejó una nota a Cristina, que decía: "gracias a ti, estaré muy pronto reunida con mi ser amado y en la tierra sé que nuestras sangres seguirán unidas para siempre".

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

9 comentarios

  1. 1. Saldivia dice:

    Hola Thelma, bonita historia. Es romàntica en el sentido habitual de la palabra, sin llegar a cursi. En la parte de forma, yo el pàrrafo que comienza “Ese hombre lo habían culpado del asesinato del médico” le hubiese antepuesto la preposiciòn “A” para que fuese “A ese hombre lo habían culpado del asesinato del médico”, igual el uso de quebrado / quebrada muy cerca uno de otra al final, tal vez con un sinònimo hubiese sonado mejor. Espero seguir leyendo de ti. ¡Èxito!

    Escrito el 18 enero 2016 a las 22:30
  2. 2. Leonel Esteban Bracco dice:

    Hola Thelma, ¡muy bonita la historia!, me perdí en el relato completamente como debe ser.
    Te puedo ayudar con pulir esto:
    “Hace treinta años, ese lugar donde ella se dirigió, era la cárcel de los reos más peligrosos de Costa Rica. ”
    Yo sacaría “ese lugar donde ella se dirigió”, creo que esta de más.
    Toda la introducción explicando que la chica se retrasaba medio que esta un tanto desconectado del resto ya que no vuelve a ser parte de la trama…quizá yo lo hubiera encarado de otra forma.

    “Fue hasta la una de la mañana, que logró contactarse con el centro turístico.”
    ¿Esto no tendría que ser “No fue hasta la una de la mañana…”?

    ¿No sería mejor explicar el homicidio después de mencionar que la chica investiga el caso? Quedaría como que es el resultado de su investigación.

    Y finalmente: me suena mejor “Al mes la señora murió, pero antes, le dejó…”

    Saludos y nos leemos!

    Escrito el 19 enero 2016 a las 15:55
  3. Ademas de lo ya dicho por los compañeros, tengo que mencionar esto:
    “El verdadero asesino era el Coronel Bustamante, él también estaba enamorado de la muchacha.”
    me parece que ese él después de la coma podría ser mejor un quien.

    De todos modos es una historia interesante, aunque triste y cautivadora. Me agradó mucho el final y desde ya imagino que muchas de las cosas que debieron estar escritas en esas paredes han de ser interesantes. Pero yo no me quedaría tres meses solo investigando. No, no, no, je je.
    Excelente relato, muy bien usado el narrador.
    Felicitaciones y saludos.

    Escrito el 19 enero 2016 a las 23:32
  4. 4. Thelma López Lara dice:

    Hola Saldivia, muchas gracias por leer mi relato. Tomaré muy en cuenta tus dos recomendaciones.

    Bendiciones.

    Escrito el 21 enero 2016 a las 05:52
  5. 5. Thelma López Lara dice:

    Hola Leonel, muchísimas gracias por leer mi relato. No lo dudes, tomaré muy en cuenta tus recomendaciones.

    Cuando envié el relato, me quedé intranquila, sentía que algo no estaba bien. No te imaginas cómo lo revisé, traté al máximo no repetir palabras, que las escenas tuvieran sentido, lo grabé y lo escuchaba constantemente. Lo cambié como cuatro veces. Por eso les dije en uno de mis comentarios que mi último beso iba con miles de dudas.

    Bendiciones.

    Escrito el 21 enero 2016 a las 06:02
  6. 6. Thelma López Lara dice:

    Hola Ryan, gracias por leerme y por tus observaciones, las tomaré muy en cuenta.

    Qué bueno que te gustó mi relato. Ese narrador testigo me costó mucho utilizarlo. Tuve que leer para conocer un poco más sobre sus características. Mientras escribía tenía que ir tomándolas en cuenta. Esto hizo que me sintiera un poco atada a la hora de ir escribiendo las escenas.

    Un abrazo y bendiciones.

    Escrito el 21 enero 2016 a las 06:13
  7. 7. Thelma López Lara dice:

    Hola compañeros Literautas,

    Les cuento, la Isla San Lucas existe y fue una cárcel que funcionó aquí en Costa Rica durante más de 100 años entre 1873 y 1991. Ahora es un sitio turístico.

    Aquí les dejo la dirección de un vídeo, donde el escritor costarricense José León Sánchez, cuenta un poco su historia cuando estuvo preso en esta cárcel, siendo inocente. Es interesante y triste a la vez escucharlo como comenzó a escribir su libro desde su celda. El libro se llama: La isla de los hombres solos.

    Dirección: https://www.youtube.com/watch?v=GcQ30PYfoK4

    Saludes.

    Escrito el 21 enero 2016 a las 07:00
  8. 8. Leonel Esteban Bracco dice:

    ¡Pero esta muy bien logrado el texto! Siempre quedan cosas para pulir y más todavía cuando uno esta escribiendo bajo ciertas restricciones y se tiene que salir de su “zona de confort”. Gracias por iluminarnos con esa pieza de la historia, muy interesante.
    Saludos y nos leemos.

    Escrito el 21 enero 2016 a las 12:09
  9. 9. Isabel dice:

    Hola Thelma, la historia que cuentas es muy interesante y atrapa hasta al final. Además has utilizado el narrados testigo que había que utilizar. Yo también tuve que leer antes para comprender bien en qué consistía este tipo de narrador.
    Lo que sí que creo que podría mejorar es que algunos párrafos utilizas demasiado las frases cortas y creo que enlazándolas haciendo uso de la coma, el texto tendría más sonoridad. Cuando se utiliza mucho la frase corta, a veces, da la sensación que se está contando la historia como si fuese un telegrama y ese efecto se evitaría de la manera que te he comentado.

    En resumen, una historia muy interesante, bonita y curiosa con la que hemos aprendido algo sobre aquella cárcel.

    Espero que dte haya servido mi humilde opinión.

    Saludos

    Escrito el 31 enero 2016 a las 00:15

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.