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el ultimo beso - por Isabel

Entre café, croissants y bombones, mi amiga Balma y yo disfrutábamos de la tertulia. Era un ritual que hacíamos una vez al mes. De fondo, una balada y cada dos minutos el silbido de la cafetera seguido del ruido de las tazas cayendo sobre los platos. Aquella cafetería tenía un encanto peculiar porque no se hallaba a pie de calle sino en la séptima planta de un centro comercial justo en el corazón de la ciudad. Las vistas eran impresionantes.

El instante en el que nuestra charla quedó interrumpida fue cuando la mujer que estaba sentada en la mesa contigua alzó la voz para dirigirse a su marido. Ambos no tendrían más de cuarenta y cinco años y a diferencia de ella que iba muy arreglada, con un vestido que perfectamente podría llevar a una boda, el hombre vestía un pantalón y camisa muy desgastados, dándole un aire de abandono.

—Estoy harta de tu pasotismo. No lo soporto más. Hasta para venir a tomar un café, te tengo que arrastrar.— ella alzaba las manos al aire para que comprendiera lo enfadada que estaba, mientras seguía atacando con sus palabras.

—Nunca estás disponible para nada y eso que no trabajas. Cuando tenías la empresa, tenías más ganas de hacer cosas, pero desde que la cerraste, parece que te fuiste con ella.
Ya no tienes ningún detalle conmigo. — la mujer revisó el esmalte de color rojo de sus uñas y después miró el reloj.

Observamos como el hombre callaba y le miraba como si la cosa no fuese con él. Ella volvió entonces a la carga.

—Ni siquiera te arreglas cuando sales, vas hecho un vagabundo. ¿ No te das cuenta, que yo necesito otro estilo de vida diferente al que tú llevas ?
Desde que tomas esas pastillas, pareces otra persona. Has cambiado tanto que ya no te reconozco.

En aquel momento parecía que el hombre iba a echarse a llorar de un momento a otro e incluso que quería decir algo, pero no pudo articular palabra alguna.

A la mujer no pareció importarle y vimos como se levantaba y acercándose a su marido le daba un beso y de seguido le dijo: — Este es el último beso que te doy. Tengo las maletas preparadas. Me marcho a Italia con mi amiga Pilar y no sé cuando regresaré. De inmediato, cogió su bolso y salió del local. El hombre se quedó allí apagado, sin gesticular y con la mirada perdida. Parecía como si el último beso de su mujer le hubiese dejado en un estado de shock.
Nosotras no sabíamos si decirle algo, pero decidimos no entrometernos en asuntos ajenos.
A los pocos minutos, el hombre se levantó y se marchó.
Balma y yo nos miramos, por fin podíamos continuar con nuestra charla sin distracciones.

— ¿ Ves como es mejor estar soltera ? Te evitas tener que vivir ese tipo de escenas. — me dijo Balma con voz muy segura. — Si yo acabo con un tipo así, cojo una depresión, te lo juro.

— El hombre no era antes así, ¿ no has oído lo que le decía su mujer? — intenté explicarle a mi amiga que aquel hombre había sufrido un cambio en su persona.

Tras una charla sobre las desavenencias amorosas y relaciones interpersonales, decidimos irnos de compras. Fue cuando llegamos a la planta baja del centro comercial cuando oímos todo el alboroto. El sonido de ambulancias y vehículos de policía nos llamó tanto la atención que salimos al exterior del edificio.
Balma y yo quedamos impactadas al ver al hombre de mirada triste y perdida que yacía en la acera rodeado de un charco de sangre.
— ! Se ha tirado ! . — exclamó una mujer apuntando con el dedo índice y mirando hacia arriba.

De repente apareció la mujer del suicida que tras ver a su marido muerto en el suelo, comenzó a gritar y a hablarle como si éste pudiese escucharle.

— Yo sólo quería que te dieras cuenta que no podías seguir así. Que tenías que reaccionar, superar tu depresión, pero no te perdonaré nunca lo que me has hecho. — la mujer arrodillada lloraba mientras acariciaba las manos de su marido.

Yo, tenía un nudo en la garganta, pues no esperaba un desenlace así. Balma quedó tan impactada que no podía articular palabra alguna. Nos cogimos de la mano y sin decir nada, nos fuimos llorando a casa.

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5 comentarios

  1. 1. Vardolac37 dice:

    Isabel, gracias. Y por qué las gracias, porque ha sido una historia excepcional. Muy bien escrita y con una fluidez que se hace fácil su lectura.

    ¿En verdad no eres una escritora profesional? Y no lo digo en broma, lo digo literalmente. No sabes como me gustaría narrar las historias como tú lo haces.

    Me despido felicitandote por tu relato y si no me equivoco y disculpa lo que voy a decir pero este taller te quedó pequeño, me imaginó que tienes varios borradores escritos.

    Si pasas por mi relato creo que tendrás muchos consejos que darme, no se compara con tu narrativa.

    Escrito el 19 enero 2016 a las 20:25
  2. 2. Cam dice:

    ¡Hola Isabel!!!
    Me gustó mucho tu relato. Es interesante la forma en que describís el comportamiento del “marido suicida” y también el de su esposa. No me esperaba que el marido se suicidara, fue repentino, un desenlace inesperado o por lo menos para mi.
    Después he notado pequeños errorsitos, pequeñas cositas que uno va corrigiendo con el tiempo.
    Primero vamos con errores generales…
    Cuando abrimos un dialogo el guion va pegado al principio de la frase que diga el personaje. Osea así..
    —Hola.
    No así…
    — Hola.
    EN algunos diálogos lo pusiste de forma correcta pero en otros no.
    También, el guion que separa el dialogo de un inciso va pegado al inciso. Así…
    —Hola —dijo Ana.
    No así…
    —Hola— dijo Ana.
    Ni tampoco así..
    —Hola — dijo Ana.
    Bueno son pequeñas cosas.
    Cuando dice…
    — ¿ Ves como es mejor estar soltera ? Te evitas tener que vivir ese tipo de escenas. — me dijo Balma con voz muy segura.
    El punto que pusiste al terminar el dialogo no va, porque en el inciso hay un verbo decendi, y cuando ocurre esto el punto va solo al terminar el inciso.
    En el tercer y cuarto párrafo el punto al final del dialogo está bien puesto (porque no hay verbo decendi en el inciso) pero te falto poner la mayúscula después del punto.
    También cuando dice…
    —Ni siquiera te arreglas cuando sales, vas hecho un vagabundo. ¿ No te das cuenta, que yo necesito otro estilo de vida diferente al que tú llevas ?
    Desde que tomas esas pastillas, pareces otra persona. Has cambiado tanto que ya no te reconozco.
    No está bien puesto sería así..

    —Ni siquiera te arreglas cuando sales, vas hecho un vagabundo. ¿ No te das cuenta, que yo necesito otro estilo de vida diferente al que tú llevas ? Desde que tomas esas pastillas, pareces otra persona. Has cambiado tanto que ya no te reconozco.
    O también podría ser así…
    —Ni siquiera te arreglas cuando sales, vas hecho un vagabundo. ¿ No te das cuenta, que yo necesito otro estilo de vida diferente al que tú llevas ?
    —Desde que tomas esas pastillas, pareces otra persona. Has cambiado tanto que ya no te reconozco. —Agregó.
    Es porque cada intervención va en un párrafo. Osea que cuando pusiste…
    A la mujer no pareció importarle y vimos como se levantaba y acercándose a su marido le daba un beso y de seguido le dijo: — Este es el último beso que te doy. Tengo las maletas preparadas. Me marcho a Italia con mi amiga Pilar y no sé cuando regresaré. De inmediato, cogió su bolso y salió del local.
    Está mal también iría así…
    A la mujer no pareció importarle y vimos como se levantaba y acercándose a su marido le daba un beso y de seguido le dijo:

    — Este es el último beso que te doy. Tengo las maletas preparadas. Me marcho a Italia con mi amiga Pilar y no sé cuando regresaré. —De inmediato, cogió su bolso y salió del local.
    Y te faltó el guion entre “regresaré” y “de inmediato”
    Una ultima cosa. Cuando se usan signos de exclamación o interrogación. Se pone así…
    ¿Como estas?
    ¡Hola!
    No así…
    ¿ Como estas ?
    ¡ Hola !
    Bueno creo que eso es todo.
    Más allá de todos estos pequeños errores, me encantó la trama.
    Espero que mis correcciones te ayuden, Isabel.
    Fue un verdadero placer leer tu relato.
    Qu la pases bien!!!!!

    Escrito el 19 enero 2016 a las 21:08
  3. 3. El Recreo dice:

    El relato en su forma tiene algunas incorrecciones comentadas por Cam. En general me ha gustado los diálogos por su verosimilitud y porque se podían oír las voces de los personajes. En cuanto al fondo está bien logrado el contrapunto de la historia que invita a seguir leyendo. Quizá se podría mejorar en la forma con signos de admiración en primer diálogo y en el fondo con un final más creíble o más original… Me ha faltado ver la motivación de él para el suicidio o de ella para abandonarlo. En general está bien y es bastante visual el relato.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 01:37
  4. 4. Crispín Silva Muñoz dice:

    Me sorprendió el final. Conseguiste captar mi atención como lector. Te felicito.

    Escrito el 20 enero 2016 a las 11:42
  5. 5. Sandra dice:

    Hola Isabel,

    me ha gustado mucho tu texto sobre todo por las descripciones que haces del entorno, el olor, lo que se oye… nada más empezar me he sentido en la misma mesa donde se desarrollaba la tertulia.

    Para conectar mejor con los personajes, creo que podrías ahorrarle al señor una parte de la riña que sufre por parte de la mujer y así emplear esas lineas para darle más protagonismo a él, explicarnos un poco más qué le pasa por la cabeza, o darnos alguna pista sobre como ha llegado él hasta esa cafetería a tener que afrontar esa situación.

    Personalmente me ha costado un poco mantener el ritmo de lectura con el uso de tantas comas en las oraciones… pero puede ser algo particular mío…

    Muchas gracias por tu trabajo, te buscaré en futuras ediciones para seguir leyéndote…

    ¡Hasta pronto!

    Escrito el 30 enero 2016 a las 21:42

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