Intríngulis - por GAIA

¿A quién se le ocurre irse para la Patagonia luego de un desplante amoroso? Pues a mí, claro – ¿a quién más?
Partí en busca de lo desconocido, en busca de algo que no sabía lo que era, pero afortunadamente era mejor que quedarme en lo que ya me sabía de memoria. Además me atraía la idea de visitar el Glaciar Perito Moreno.
La Patagonia es una región geográfica ubicada en la parte más austral del Cono Sur, en Sudamérica. Abarca territorios en Argentina y Chile, separados ambos principalmente por la cordillera de los Andes.
Este viaje hacia ningún lugar lo llevé a cabo hace dieciséis años. Ahí en el fin del mundo, conocí a Antonella Lupi. Fue en el aeropuerto de la Patagonia Chilena, bajándome del avión tropecé y caí inconsciente. Al cabo de una hora, abrí los ojos en la enfermería del aeropuerto. Ella fue la enfermera de turno que me dio los primeros auxilios. – Aparentemente tuvo un bajón de azúcar – me dijo sonriendo. Es común entre nuestros pasajeros que se caigan al bajar del avión, luego de tan largo viaje y más con el estómago vacío. Parece que a usted se le olvidó ingerir alimentos. Me pareció una chica agradable, me despedí luego de darle las gracias por su atención y partí en un taxi hacia el hotel que se había reservado de antemano.

El Hotel Patagón era de tres estrellas, limpio y sencillo. Luego de dejar dicho en recepción que no se me molestara para nada, me di una ducha de agua templada y me entregué a los brazos de Morfeo. Abrí los ojos dieciocho horas después con una canina incontrolable. Bajé a la pequeña cafetería del hotel y ¿quién estaba sentada sola en una mesa?, pues nada más y nada menos que la enfermera. Me sonreí y de inmediato me invitó a sentarme junto a ella. Parecía como si hubiese llorado, tenía los ojos algo hinchados como se nos ponen a las mujeres luego de derramar par de lágrimas.

-Hola, soy Irma Loperena, gracias nuevamente por atenderme ayer. Por nada, pero más bien fue anteayer, han pasado varias horas desde que se desmayó. Me llamo Antonella Lupi, si quiere me puede decir Nella, lo prefiero. Pues bien Nella, estoy hambrienta, ¿qué te parece si como algo y te invito a otra taza de café?

Estuvimos hablando varias horas sin parar, Nella me pareció una persona genuina, amigable y muy brillante. Me contó que era natural de Pisa, Italia, que había llegado a la Patagonia luego de pasar por un desengaño amoroso (¿igual que yo?) y hacía dos años trabajaba como auxiliar de enfermera en el aeropuerto. Aunque no había estudiado enfermería, por ser hija de médico, en su ciudad natal, desde muy joven ayudó a su padre en su práctica privada. Tenía los ojos negros más grandes que yo recordara haberle visto a persona alguna, se parecían a los de Betty Boop. Era tan hermosa que parecía sacada de una escena bucólica. Su pelo marrón oscuro, lo llevaba ondulado al nivel de sus hombros. La piel de su rostro era como la piel del durazno. Era voluptuosa, con un cuerpo parecido al de Gina Lollobrigida, pero más alta que la actriz. Hablaba el español perfecto. Su madre era española y desde pequeña en su casa se conversaba tanto en castellano, italiano e inglés ya que su nana era británica.

Esa tarde luego de comernos algo, me invitó a su casa para enseñarme fotos de su familia y de su casa en Pisa. Accedí con mucho gusto ya que mi viaje a ese rincón del mundo era sin planes, viviría el momento, sin preocuparme por nada ni nadie.

La Patagonia Chilena tiene alrededor de 205,456 habitantes. Nella vivía en una casita muy pequeña y acogedora, cerca del río Baker, el más caudaloso de los ríos chilenos. Las paredes de la casa estaban forradas de marcos con fotos de sus familiares. En la pared central había un cuadro muy grande con el frente contra la pared, por lo tanto no se veía más que la parte trasera de éste. No me atreví preguntar de quién o qué era. Hay gente rara en este mundo y yo no soy quien para juzgarla. Hablamos de varias cosas, tanto interesantes como triviales y nos reímos muchísimo. Nella tenía un gran sentido del humor. Al despedirme, me fui con el corazón contento e hicimos planes para volver a vernos. Me pareció que en Antonella Lupi había encontrado una amiga.