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ACRE - por Lidyfeliz

ACRE

Uno
Como lo hace todas las mañanas desde que mudó el Estudio de Palermo Viejo al microcentro, abre los ojos a las 7.45 sin despertador, toma una ducha y luego se viste. Es un ritual que no pensó en cambiar nunca, porque le permite incursionar mentalmente en otras cuestiones: las demandas a concretar, las llamadas que tendrá que hacer y con qué colega terminará almorzando.
Claro, Lavalle y Uruguay resultó un lugar inmejorable a metros de Tribunales: tres ambientes óptimamente decorados. Paga un alquiler alto, eso sí, pero sin duda lo vale. Además, pasados cuatro años, tendrá la opción de compra, y ya pasaron tres. En Palermo compartía con Mario Valdés un departamento de 2 ambientes y muchas discusiones. No llegaron a mayores pero sí se cortó la amistad que se iniciara en la Facultad.
Sus colegas le envidian no solamente el estudio sino también su chalet de 300 mt2 en el reconocido country Sol y Luna en Pilar, una esposa muy atractiva, exitosa neurocirujana en jefa del servicio de la Clínica Los Arcos, y mucho mucho dinero en el banco.
Se sirve una generosa taza de café solo y amargo para que terminar de despabilarse y empieza a beberlo mientras hojea el diario. Su mujer siempre deja preparada la cafetera eléctrica. Es un buen detalle. Sin apuro. Si salgo a las 9, con la 4×4 llego a tiempo. Este café tiene gusto raro. Acre… salado… no sé. Pensativo y con desconfianza vacía la taza en su garganta de un trago, como si fuera remedio. Estoy fumando demasiado.
El teléfono suena desesperado. Es Zuly desde la Clínica.
—Acordate que tenemos que estar en lo de los Carranza a las nueve y media.
—¡Ah! ¡Sí!: ¿Te paso a buscar media hora antes por Sol?
—¡Fantástico! Prefiero no hacer tanta bandera con la Coupé. Además para qué llevar los dos coches.
—Tenés razón. A esa hora el tránsito está siempre aceitado; no vamos a tener que correr.
Mientras maneja hacia el centro piensa. Le causa mucha gracia la forma de hablar de su mujer: fantástico, increíble, super, admirable y cosas así que la separan cada vez más del Lanús donde nació. Él no es ostentoso y prefiere mantener el habla llana y cómoda de Villa Urquiza. Sabe que ella se pone tensa cuando lo escucha hablar así,
Aunque no le gusta la prisa para ir a disfrutar, a veces lo hace automáticamente. El pie en el acelerador le aumenta la adrenalina.
Después de años y de conversarlo en algunas ocasiones, no muchas, él, Matías, y Zuly llegaron a la conclusión de que tener hijos era secundario; podía postergarse y por qué no, suspenderse. Pero el hecho de que no se hable no significa que no se piense. Al menos él, cada vez que aparecía la cuestión en su mente, no podía evitar un nudo en la garganta al recordar aquel hijo que llegó a los 6 meses del embarazo y que sin motivo no había nacido.
Sus vidas se apoyan en ambas profesiones. De no mantener los medios no alcanzarían los fines: dinero, una casa grande, dinero, yate anclado en el puerto de Olivos, dinero, viajes, dinero, ropa, dinero, amigos influyentes, dinero, renombre. Todas las cosas que hacen feliz a su mujer y a sus padres.
Sin duda les parece a todos una pareja en total acuerdo desde el día en que se conocieron en un banquete de beneficencia, cuando tenían treinta años. Ahora, quince años más tarde, ambos quedaron anquilosados en la misma forma de pensar. Ya no se habla más del asunto

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4 comentarios

  1. 1. barojo dice:

    Hola Lidyfeliz!
    Me ha gustado mucho tu capítulo. Está muy bien escrito y la manera en la que has dosificado la información me gusta mucho. La historia me resulta interesante, seguro que seguiría leyendo tu novela.
    El final del capítulo es lo que menos me gusta: la frase “ya no se habla más del asunto” entiendo que se refiere al niño perdido o a la posibilidad de ser padres, pero me parece que queda un poco descolgado al haber introducido en medio otros datos de la historia. Quizás volviendo a introducir el tema con otra frase, el final sería perfecto.
    ¡Te doy la enhorabuena por tu texto!
    Un saludo

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 10:58
  2. 2. DavidRubio dice:

    ¡Perfecto, Lidy!
    Un inicio en toda regla. Presentas la vida rutinaria de los personajes, se intuye cierto hartazgo vital y se apunta la cuestión del niño abortado.
    Con todo ello se prepara al lector para lo que viene, sentando una base sólida.
    Enhorabuena

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 21:13
  3. Muchas gracias barojo y David. Los comenarios me alientan a seguir. Yo, escritora de cuentos, encaré la novela y la verdad es que me está entusiasmando. Ya comentaré los de ustedes.

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 22:45
  4. 4. beba dice:

    Hola, Lidy:
    Un buen comienzo para la novela que propones. Aunque hasta aquí las acciones no son significativas, has logrado un buen diseño de los personajes y su ambiente, y dejas la puerta abierta para una relación rutinaria y materialista que llegará a… donde Lidy quiera.
    Tu escritura es clara, correcta y amena.
    Felicitaciones.

    Escrito el 24 febrero 2016 a las 16:28

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