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Prologo - El mundo de Istan. - por Luislo

Web: http://misrelatossinmas.blogspot.com.es

No pensaba abrir aquella puerta. Ni siquiera se atrevía a tocarla. Todos los días al hacer su ruta pasaba por delante de ella y se paraba a observarla. Era bonita. Tenía muchas tallas. Algunas eran divertidas, como la del camaleón que estaba encima de una rama de un roble atrapando una mosca, y otras misteriosas, como la del ojo en el centro de una pirámide que no paraba de observarla. Pero la que más le gustaba era la que estaba en el centro, la más grande. En ella una esposa y su marido acunaban a un bebé. Se imaginaba a sí misma de pequeña con sus padres, antes que desaparecieran y la dejaran sola. Ese pensamiento la entristeció y, aquel día, no era un día triste. El día 5 de la semana nunca podía ser triste. Cerró los ojos y decidió mirar al azar. Al abrirlos se encontró con la imagen del camaleón comiéndose a la mosca. Soltó una risita. Se tapó la boca con la mano y los pensamientos tristes desaparecieron. Dejó la puerta atrás y siguió su camino.

Al anochecer, cuando volvió a su cama, su mente dibujó de nuevo aquella puerta. En su mundo las puertas nunca estaban cerradas y, si alguna lo estaba, es que era peligrosa o entrañaba algún misterio; por lo que aquella podría esconder un agujero negro, un dragón escupe-fuego, o algo mucho peor como los demonios atrapa-almas. También existía la posibilidad que los que habitaran detrás de aquella puerta no quisieran ser molestados. O podría haber cosas maravillosas como un mundo nuevo lleno de animales raros, un cofre que esconde secretos perdidos hace miles de años, o, incluso, un árbol de oro que siempre diese sombra y le pudieras pedir la fruta que quisieras comer en cada momento. Pensar en fruta le había abierto el apetito. No había comido en todo el día, ¡se había olvidado!. Cogió un poco de queso con pan y llenó su estómago. Saciado su hambre se tumbó en la cama y se durmió.

Al día siguiente volvió a hacer su recorrido y se paró de nuevo frente a la puerta. Aquello la sorprendió. ¡Había una llave dorada en la cerradura y estaba entreabierta!. Alguien la tenía que haber abierto durante la noche.

-¿Hola?, ¿hay alguien?- Dijo Lucy asomando la cabeza después de golpear con los nudillos el marco.

No escuchó nada, sólo le respondió el silencio. La empujó un poco y se abrió completamente dejando visible un pasillo muy largo tenuemente iluminado. El miedo y la curiosidad se peleaban dentro de su cabeza. Si el miedo lograba la victoria seguiría su camino de todos los días y se preguntaría toda su vida que habría al final de aquel pasillo. Si ganaba la curiosidad descubriría en aquel momento todos los secretos que aquella puerta guardaba en su interior. Se detuvo unos momentos indecisa sin saber qué hacer y, al final, ganó la curiosidad. Cruzó el umbral, no sin antes coger la llave de la cerradura guardándosela en uno de sus bolsillos secretos. Entonces la puerta se cerró de golpe dejando el corredor a oscuras y el engranaje de la cerradura se movió dejándola bloqueada.

-“Magia. La magia que había en todas partes había actuado”-. Pensó Lucy.

Se asustó y el miedo que había perdido la batalla, volvió a presentarse, esta vez con más fuerza. Sacó la llave del bolsillo secreto donde la había guardado y tanteó la puerta en busca la cerradura. En esa cara, la puerta, era totalmente lisa. Recorrió con su manos varias veces la superficie pero la cerradura había desaparecido. Miró, entonces, la llave que tenía en la mano y que ya no le servía para nada y suspiró con resignación pensando en tirarla, pero cayó en la cuenta que podría ser mágica. Cuidadosamente la volvió a guardar en su bolsillo secreto por si en un futuro podía abrir otras puertas, se dio la vuelta y se apoyó contra la madera.

A lo lejos un fuego fatuo que había aparecido de la nada se alejaba por el corredor. No quería quedarse a oscuras. La oscuridad siempre le había dado miedo. En ella los demonios podían adueñarse de su alma. Se armó de valor, el día 6 de la semana siempre era un día de aventuras y, ésta, era una aventura y de las buenas. Se sacudió sus ropas quitándose el miedo que se había pegado a ella y echó a correr detrás de la llama que le indicaba el camino antes de que desapareciera.

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5 comentarios

  1. 1. Isolina R dice:

    Hola, Luislo:
    Me ha gustado tu historia, pero he echado de menos algún diálogo más. No me extenderé en elogios. Sigue escribiendo, se te da bien.
    Te voy a hacer unas cuantas sugerencias para mejorar este capítulo.
    Repites bastante: “puerta”, “era”, “estaba-n”, “triste”, “su”, “sus”. Yo trataría de reducir el número de veces de esas palabras. También “día” aquí: “aquel día, no era un día triste. El día 5 de la semana” (“cinco” en lugar de “5”).
    Signos de puntuación que faltan: “Todos los días, al hacer su ruta, pasaba por delante de ella”, “Saciada su hambre, se tumbó en la cama”, “Si el miedo lograba la victoria, seguiría su camino de todos los días y se preguntaría toda su vida qué (con acento) habría al final de aquel pasillo. Si ganaba la curiosidad, descubriría en aquel momento todos los secretos” (te recuerdo que “hambre” es femenina, por tanto “saciada”).
    Signos de puntuación que sobran: “¡se había olvidado!.”, “¡Había una llave dorada en la cerradura y estaba entreabierta!.” (sobra el punto tras la exclamación de cierre).
    En “. La empujó un poco y se abrió completamente dejando visible un pasillo muy largo tenuemente iluminado” tienes dos adverbios en “-mente” muy cercanos.
    Las rayas de diálogo y de inciso aclaratorio son más largas que los guiones. Te sugiero que busques el post de Iria en Literautas sobre cómo se escriben los diálogos. Lo explica muy bien.
    En “no sin antes coger la llave de la cerradura guardándosela en uno de sus bolsillos secretos” yo pondría: “no sin antes coger la llave de la cerradura y guardársela en uno de sus bolsillos secretos”.
    En “Recorrió con su manos” debe ser “sus”.
    En “cayó en la cuenta que” falta “de” antes de “que”.
    Los demostrativos “este, ese, aquel, esta, esa, aquella, estos, esos, aquellos, estas, esas, aquellas” no deben llevar tilde nunca.
    Yo evitaría la palabra “bonita”.
    Espero que esto te sirva.
    Un saludo

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 23:43
  2. 2. luislo dice:

    Hola Isolina.

    Muchas Gracias por tus comentarios. Me alegro que te haya gustado, no las tenía todas conmigo.

    Con respecto a los errores ya me había dado cuenta de algunos porque después de enviar el texto estuve leyendo sobre los errores comunes que se suelen hacer cuando se escribe y vi que había metido mucho la pata.

    Lo corregiré todo, 🙂

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 10:15
  3. 3. beba dice:

    Hola, Luislo:
    No voy a repetir lo que te ha señalado Isolina, con tanta solvencia.
    Me encantó tu relato; la frescura con que la protagonista aleja las penas y busca lo que la hace reir; la descripción de la puerta; la llave en el bolsillo, que me hizo pensar en Alicia en el País de las Maravillas.
    Queda el final abierto para una preciosa novela.
    Adelante.

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 00:43
  4. 4. Manoli VF dice:

    Hola Luis.

    Siguiendo la propuesta de Isolina en el grupo de Robert me he pasado por tu texto. No te conocía, me gusta tu forma de narrar, como aporte a lo que ya te han señalado te comento:

    -“Una esposa y un marido acunaban un bebé” ¿Cómo sabe que era una esposa? No es correcta esta expresión, una esposa no es una descripción, en todo caso sería “una mujer” al igual que cuando dices “un marido” tampoco vale lo de matrimonio, por lo mismo (estás presuponiendo el vínculo) podría ser: “Una mujer y un hombre que podría ser su esposo” pero realmente lo más ajustado tratándose de desconocidos es referirse a una pareja.

    -Revisa la puntuación y sobre todo el uso de los guiones (aunque a mí en esta escena me ha pasado lo mismo)

    -Otra cosa que a mí me ha quedado en el aire es la “situación” de la puerta, dices que todos los días lave en la ruta que hace, pero no defines dónde ¿en medio de la calle? puede que no resulte relevante este dato para el desarrollo de la historia pero ayuda al lector a situarse.

    El argumento de la puerta es un poco tópico, pero sigue siendo interesante, y el recurso (Cliffhanger o cómo se diga) del final con el resplandor del fuego te ha quedado perfecto para enganchar al lector, muy bueno!

    Nos seguimos leyendo, Luis. Un saludo.

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 16:30
  5. 5. Manoli VF dice:

    *Quise decir: “todos los días la ve” perdón por la errata.

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 16:32

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