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LAS CENIZAS DE LA VIEJA - por MARIA ELVIRA ALONSO

Llevaba casi dos horas esperando que sonara el teléfono. Aún así, se sobresaltó. Atendió con cierto aturdimiento, sabiendo de antemano que las noticias eran malas, y sin saber exactamente si deseaba otra cosa.
"Mal", fue la primera palabra que usó Héctor. "Lo siento, lo siento mucho, pero lo que encontraron no es bueno…", y se le quebraba la voz.
En un instante hizo un relevamiento inconciente de si misma, de su propio cuerpo, de pie en medio de la oficina, erguida, aunque temblorosa; y se dio cuenta de que acababa de apoyarse en el escritorio, y de que los ojos se le llenaban de lágrimas.
Gustavo lo notó inmediatamente, y se acercó solícito, como siempre, ofreciendo consuelo con su mirada gris, y una palmada ligera en el hombro.
"Andá tranquila, yo aviso, no te preocupes. ¿Estás bien?".
La respuesta no salió en palabras, porque la garganta era un nudo inquieto, aunque las rodillas habían vuelto a estar firmes. Asintió, dulcemente, como siempre que Gustavo la miraba a los ojos, y se fue a buscar la cartera.

La clínica era un hervidero de gente. En la puerta estaba Héctor, intentando mostrarse entero mientras su prima favorita iniciaba un viaje sin retorno: el mismo viaje que unos años atrás realizara su hermano, y mucho tiempo atrás otro hermanito que no llegó a la adolescencia. Y en un tiempo imposible de ubicar su propia hija.
La puso rápidamente en autos, y juntos fueron a hablar con el médico, abriéndose paso entre el gentío que inundaba la clínica a esa hora de la mañana.
El médico fue claro, conciso. Un tumor en el páncreas, grande, mal ubicado, intocable. Una sobrevida de unos pocos meses. Una cirugía urgente para desobstruir algo que dibujó en un papel mientras le contaba que su padre estaba sufriendo algo similar, y que en pocos días nacería su hija.
Tal vez fue en ese contraste, en ese espantoso contrapunto entre la vida y la muerte, donde se quedó atrapada. Tuvo conciencia de su aspecto firme y resuelto, de su auténtica capacidad para evaluar y tomar decisiones con claridad y con calma. Mientras el piso de linóleo parecía derretirse y pegársele a los zapatos…

Las llamadas de rigor le llevaron unos pocos minutos, que aprovechó para fumarse un cigarrillo en la acera. La familia era chica y no muy unida. La vieja no quería saber nada de su otra hija, ni del sobrino que había criado; pero su sentido de lo que debía hacerse estaba mucho más allá de los caprichos de su madre. De todos modos, su hermana recibió la noticia sin emoción, haciendo estimaciones rápidas sobre el tiempo que le quedaba y disimulando apenas su alegría. Supo que estaba sola. Ya lo sabía, en realidad, pero informar a su hermana era lo que correspondía. Y darle una oportunidad era lo que sentía.
Volvió a entrar. Se colgó una sonrisa y puso en su voz toda la serenidad del mundo para acompañar a su madre hasta la habitación en la que tendría que permanecer durante los próximos días. En algún momento tendría que decirle lo que estaba pasando. En algún momento, en el tiempo que quedaba, tendría que decirle muchas cosas…

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10 comentarios

  1. 1. Frida dice:

    Hola María Elvira. Un relato muy conmovedor, aunque he de decir que me perdí un poco con Héctor, pues no sabía muy bien qué parentesco tenía con ella. Tras volver a leerlo creo entender que es el primo de la madre. Me ha parecido una narración cargada de sentimiento y tragedia, muy bien llevada por cierto.

    Escrito el 17 febrero 2016 a las 23:59
  2. 2. María Elvira Alonso dice:

    Gracias, Frida! Y si, así es, has descifrado los parentescos!

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 02:39
  3. 3. Luis Ponce dice:

    Hola María Elvira: Está creado el conflicto, has escrito el primer capítulo, pero no sabemos el nombre del personaje principal y se te ha quedado en el aire el personaje de Gustavo que ha hecho una aparición fugaz.
    No he logrado descifrar la frase:”Una cirugía urgente para desobstruir algo que dibujó en un papel mientras le contaba que su padre estaba sufriendo algo similar, y que en pocos días nacería su hija”.
    Si te replanteas solo el capítulo, sin tomar en cuenta el resto de la novela, podrías redondear una novela con tintes trágicos.
    Saludos.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 19:28
  4. 4. Maureen dice:

    Hola, María Elvira.

    Me ha gustado especialmente la parte final de tu historia, pues nos dejas con la intriga de esos líos de familia que pueden dar pie a algo muy interesante. Me gustaría, por eso, leer una continuación. A mejorar, reconozco que he tenido que leer la escena tres o cuatro veces para enterarme más o menos de las relaciones familiares, y aun así, aún no he conseguido saber de quién es ese niño que va a nacer. Creo que se entendería mucho mejor si pusieras nombres a la protagonista y la hermana, y no solo a los personajes secundarios; así, no tendrías que mencionar parentescos todo el tiempo.

    En cuanto a la forma, me gusta mucho cómo creas los ambientes: la oficina, en la que el compañero la consuela y en la que ella no tiene que fingir, el ajetreo del hospital, el cigarro que demuestra lo mal que se siente realmente, las fuerzas de flaqueza que saca al final para hacer lo que cree que debe hacer… Se sienten perfectamente sus emociones a través de todos esos detalles.

    Una sola falta de ortografía: es “inconsciente”.

    Creo que mejorando eso de los parentescos, te puede salir una historia muy buena, el inicio promete.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 19:35
  5. 5. María Elvira Alonso dice:

    Hola! Gracias por los comentarios. Coincido con ambos en que esa frase sobre la cirugía merece ser reformulada. Y el niño por nacer, Maureen, es hijo del médico; es algo que le comenta al pasar mientras le explica la situación. Respecto a nombres y personajes que quedan un poco en el aire, creo que es que me he tomado muy a pecho eso de que solo es un primer capítulo, y he dejado bastantes cosas por aclarar más adelante. Gracias por leerlo, sus comentarios me han resultado muy útiles. Saludos!

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 20:35
  6. 6. Wanda Reyes dice:

    Hola Maria Elvira, tu relato esta muy bien realizado, me gusto la tematica y como la desarrollaste. El tratar de entender quienes son los personajes te hace volver a la lectura, y coincido en que el poner los nombres hubiera ayudado. Muy buena historia. Te invito a que leas y comentes la mia aqui te dejo el link:
    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-32/4972

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 22:00
  7. 7. Cyrano dice:

    Hola María Elvira.
    No puedo comentarte mucho sobre la gramática, pero te diré que me ha parecido una muy buena redacción en cuanto a las formas, pienso que lo has escrito muy bien. Me ha desconcertado un poco que para un primer capitulo tendría que haber quedado mas claro toda la trama familiar que se intuye. O no haber nombrado tantos personajes. En la lectura entras en lo que adivinas será drama familiar.

    Saludos

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 01:09
  8. 8. Rinconillo y Cortadete dice:

    Hola, María Elvira. El título recuerda a “Las cenizas de Ángela”, de Frank McCourt. Indica que la madre podría ser muy importante en la novela. El primer párrafo nos muestra la inquietud que sufre la protagonista. Buen comienzo. Luego desvelas los detalles.
    Estoy de acuerdo en los comentarios sobre lo equívoco que resulta no poner nombres, ya que yo había deducido que el hijo podría ser de ella, un hijo que al igual que el resto de la familia heredaría ese gen que les provoca cáncer de páncreas, herencia de la familia paterna, ya que los sobrinos de la madre lo padecen. Pero también “su padre” (del médico, aclaras en tu comentario) estaba sufriendo “algo similar” y la referencia al nacimiento de “su hija”, así como el que ella exprese previamente: ” Y en un tiempo imposible de ubicar su propia hija”, me confundieron.
    Este es el conflicto principal de la protagonista, su muerte, y yo me extendería en eso sin dar muchos más datos, creando intriga en este primer capítulo, pero además se añaden al suspense los problemas con la madre, ¿porqué ignora lo que pasa?, ¿porqué la recluyen? Bueno, ya tenemos el cliffhanger, ya necesitamos “voltear” la página. Felicidades.

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 14:19
  9. 9. Maria Kersimon dice:

    Buenas tardes Maria Elvira,
    Gracias por visitarme. Lo que más me ha gustado de tu relato es tu manera de crear una atmósfera y transmitir emociones poderosas desde la descripción de la fisiología de los personajes, es decir de manera indirecta. Por ejemplo: “de pie…erguida…se dió cuenta de que acababa de apoyarse en el escritorio…”, este pasaje está muy logrado. Luego la palmada del compañero, y la frase “la respuesta no salió en palabras porque la garganta era un nudo inquieto”, todo ello transmite dolor, aflicción, shock…sin recurrir a las palabras (que no lograrían el mismo efecto).
    Muy lograda también la descripción de emociones encontradas o mejor dicho disposiciones ambivalentes. Por ejemplo “tuvo conciencia de su aspecto firme y resuelto… Mientras el piso de linóleo parecía derretirse y pegársele a los zapatos” (por cierto a quien me sobra un punto justo antes de mientras, o habría que poner una coma después). Me sobra el adjetivo “espantoso” de lante de “contrapunto entre la vida y la muerte”. Es un contrapunto. No es espantoso. Es como el día y la noche, no? Si se deja llevar por el espanto, ya no está suspendida en el contrapunto.
    Te manejas muy bien en la ambivalencia, transmite mucho y el relato es ágil. Me encantó la primera frase. El primer párrafo arranca en la ambivalencia. Me gusta.

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 15:55
  10. Hola María Elvira.
    No voy a entrar en la forma porque considero que desde el punto de vista ortográfico y de sintaxis está muy logrado, muy bien escrito y el tema muy bueno. Sabes describir ambientes de una manera muy real, la oficina, la clínica, los sentimientos, todo muy convincente. Pero en su conjunto el texto es confuso, y ahora me explico.
    El relato es de un realismo palmario. Una de tantas familias, azotadas por el fatal designio de ser portadoras de un gen maligno que deriva en un cáncer para varios miembros de la misma. El contenido de la historia es muy interesante y creo que la forma como has acometido la narración, narrador omnisciente, es la adecuada. Dejas vislumbrar los diversos problemas íntimos que aquejan a cualquier familia y eso hace más dramática la situación. Le da vida. Es un texto que emana realidad. El puesto de trabajo, el compañero, dando ánimos, la clínica, el médico, el primo, la prima, la hermana, el sobrino, la vieja, todo es muy real; pero a mi parecer es como si alguien te contara algo, en la parada del bus, por decir algo, en la que te enteras de que se trata de una situación grave, pero no acabas de cogerle el hilo, bien porque no prestas suficiente atención al ver que hay mucho embrollo o porque la persona que te la explica está tan afectada que omite detalles que ella da por supuestos y no pone precisión a su relato.
    He tenido que leer varias veces tu texto para poder situarme. Muestras un entresijo de familiares todos muy reales, pero a mí se me ha hecho difícil relacionar el parentesco de cada uno de ellos, y mira que lo he intentado, pero todavía me quedan dudas. Sé que se trata de una pobre familia que debe sufrir mucho y de una protagonista que se erige en el centro vertebrador de esa familia, y de esa historia, pero no me pidan detalles de quien es quien porque se me escapan.
    El relato me parece muy bueno, pero el lector se ve envuelto en un torbellino de personajes que lo logran despistar. Puede que este sea tu propósito, encandilar y despistar al lector, pero si no es así, creo que habría que matizar y explicar un poco más la posición de cada uno en la historia, para que el lector no tenga que estar echando para atrás y para adelante a lo largo del texto.
    Es mi punto de vista y no trato, desde luego, de dar lecciones a nadie. La literatura es muy subjetiva.
    Saludos y nos leemos.
    Escribo el comentario antes de leer los otros, para que no me influyan, pero en este caso el tema de la confusión ha ganado por goleada.

    Escrito el 22 febrero 2016 a las 17:33

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