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¿Recuerdas nuestro secreto? - por aimar

Tess golpeó su cabeza contra el volante. Una, dos, tres veces. No podía ser posible, quedarse varada y sin cobertura en el móvil… Como si los recuerdos que intentaban acercarse a su consciente no fueran suficiente, ahora debía preocuparse por un trasto viejo que se negaba a caminar. ¿Acaso era una señal? ¿Su viejo Fiat le estaba dando una señal? «Vete, Tess, vete. No tienes nada que demostrar… supéralo.»
Faltaban cuatro kilómetros para volver al pasado, sólo cuatro. Aún podía arrepentirse y regresar a Florida, como doce años atrás. Tomaría un avión y se aparecería en el hipódromo para apostarlo todo en el caballo con menos posibilidades. Lo único que importaría serían esos segundos donde podría ser valiente y asumir la responsabilidad que no había asumido tanto tiempo atrás. Aunque el destino a veces había hecho ganar a aquellos caballos, contra todo pronóstico; odiaba que eso sucediera, odiaba que la vida siempre quisiera darle suerte cuando no la merecía.
Se miró en el retrovisor y casi al instante apartó la vista con disgusto mientras una gota de sudor le bajaba desde la cien hasta la mejilla, perdiéndose en su cuello. Luego decidió que necesitaba más aire. Fuera del coche la temperatura continuaba siendo alta. ¿Qué se podía esperar de Wyoming en pleno julio?
Calor sofocante, llanuras polvorientas, montañas distantes e imponentes, hectáreas y hectáreas de praderas amarillentas por el intenso verano, un cielo que encandilaba, soledad, miedo, ansiedad, belleza misteriosa.
Sacudió la cabeza para no permitirse seguir por ese camino, aunque no tardó mucho en volver a él. ¿Por qué su padre le hacía eso?, ella no quería volver a Denton. Ni Denton querría que ella volviera. Ni siquiera tardarían demasiado en enterarse de su regreso y entonces ella se convertiría en el centro del huracán, la bala perdida… Quien había llevado la desgracia a ese pequeño pueblo del Oeste y luego había huido.
No, no pensaría más en ello.
Lo mejor era ser práctica. Primero tendría que decidir si empezar a caminar o esperar a que algún conductor apareciera en la carretera infinita y aceptara llevarla al pueblo. Después asistiría a esa maldita boda, se encerraría un mes en el rancho mientras su padre se asoleaba en alguna playa del trópico, se encargaría de los caballos y pronto todo acabaría. Lo de volver a entrenar caballos era lo único bueno que le sucedería, ya lo sabía. Al menos eso la acercaría a aquella chica que había sido, una completa y feliz ilusa.
De pronto un rugido mecánico pareció venir con el viento y el aroma de la sabia. Tess giró su mirada hacia el sonido e hizo una visera con su mano, protegiendo su mirada del resplandor del sol de mediodía. Una camioneta avanzaba a tanta velocidad que a ella le extrañó que no fuera dejando tiradas todas y cada una de sus partes. Por alguna razón que no supo identificar no se atrevió a pedir ayuda a quien fuera que condujera, se quedó inmóvil contemplando como el polvo se levantaba y formaba nubes enormes.
El vehículo pasó a su lado sin bajar el ritmo y lo único que ella pudo apreciar fue cómo su cabello se agitaba frente a sus ojos, el polvo se le colaba en los ojos y la piel húmeda se le cubría de una capa pesada de mugre. Se apresuró a abrir la puerta del Fiat para no morir ahogada y fue entonces cuando su corazón se detuvo al ver que el conductor volvía a acercarse de entre la polvareda, esta vez en reversa. Era él.
―Oh, Jesús… ¡Teresa Cartwright! ―murmuró el hombre en un chillido, aferrándose a su camisa blanca como si le asfixiara―. El adversario te ha traído de nuevo… ¡Hija de Satán! ¿Cómo te atreves? Jesucristo me lo dijo…, dijo que el mal volvería, pero nunca pensé que serías tú.
No hizo falta nada más. Los recuerdos la aplastaron. Aquel cuerpo que parecía pesar toneladas. Aquella cara azul. Aquella soga hundida en los pliegues de un cuello amoratado. El olor de la muerte. El sabor de la culpa. Y el miedo.
La imagen de Carl colgado de aquella viga fue tan nítida como antaño, pero lo más claro fueron las palabras que él escribió en la nota que revoleaba bajo su cuerpo sin vida. «Tenemos un secreto.»

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6 comentarios

  1. 1. Earendil dice:

    ¡Hola, aimar!
    Tu relato es el primero que leo y que comentaré, siguiendo con mi costumbre de visitar primero los tres siguientes al mío.
    Me ha gustado bastante tu historia.
    Está muy bien narrada, bien puntuada, los diálogos están bien señalados y sin faltas de ortografía, salvo un par de anotaciones que luego puntualizaré.
    Mientras se va leyendo te metes enseguida en situación, tanto en el plano ambiental, como en el emotivo.
    Solamente me gustaría aconsejarte sobre la presentación del texto, que yo hubiese separado más los párrafos para distinguir mejor los cambios de escena, y no toparte con un bloque de texto visualmente incómodo.
    *La única falta de ortografía que he visto es: “…una gota de sudor le bajaba desde la CIEN hasta la mejilla,”, se escribe SIEN.
    * Y en esta frase: “Tomaría un avión y se aparecería en el hipódromo para apostarlo todo EN EL caballo con menos posibilidades.”. Creo que quedaría mejor AL caballo.
    Los tiempos verbales están muy bien utilizados, siempre siguiendo la misma línea evocadora de aquello que la protagonista lleva en mente.
    Y por último, en cuanto al reto, está muy bien conseguido, de una manera muy sutil, que deja al lector con ganas de saber más sobre ese secreto que ha desencadenado una muerte.
    No tengo más que felicitarte por tu historia.
    Si te apetece dejar un comentario en el mío, soy el 76, justo encima tuyo.
    Nos leemos.

    Escrito el 17 febrero 2016 a las 22:36
  2. 2. Saulo dice:

    Hola Aimar, creo que conseguirías captar mejor al lector si empezaras con más acciones y dejaras los pensamientos para más adelante, cuando conozcamos mejor a la protagonista. Puede que si cambias de orden algunos párrafos la historia se agilice. Por ejemplo, y se trata solo de una sugerencia, si tras el primer párrafo continúas con “De pronto un rugido mecánico…”.
    Por lo demás, creo que está muy bien y se mantiene la duda de qué secreto hizo que se colgara de la viga.
    Felicidades.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 10:46
  3. 3. Demetrio Vert dice:

    Hola Aimar. Gracias por leer mi texto y comentarlo.

    Sobre tu texto te diré: Yo he leído un relato, no un primer capítulo de una novela. ¿Como seguirías? Cuentas muchas cosas que deben salir más adelante. He comentado algo parecido a Juana Medina y a Leonardo (aunque en el caso de Leonardo Ossa es un sensación; realmente el tiene un primer capítulo). Me temo que la mayoría de los textos de este mes sean relatos cortos. No primeros capítulos.

    Por otra parte, una buena atmófera, y un buen peronaje. Pero entrales poco a poco. En cuanto a Carl ¿va a ser este el nucleo del devenir de la novela? ¿Por qué decir ya que se ahorcó? Ello te obliga a que en la novela no sea su muerte el nucleo de la misma, sino otros hechos que no se insinuan. Hazte un pequeño argumento de la historia de la novela y sabrás qué debes contar en el primer capítulo.

    Un saludo.

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 20:32
  4. 4. werchy Lam dice:

    Aimar, cierto lo que dice Demetrio sobre que la mayoría de los textos se parecen más a relatos cortos que a primeros capítulos, pero también es verdad que condicionados por la extensión nos vemos abocados todos a lo mismo. Yo él mío tuve que rebajarlo muchísimo. Y al hacerlo comprobé que muchas frases son prescindibles y que podemos decir eso mucho más adelante cuando desarrollemos y le enseñemos el personaje al lector. Aparte de eso y de algunos aspectos formales, como la separación de los párrafos que te señala Earendil, dan ganas de saber que sucedió en Denton y a ella para huir de allí, de manera que el ejercicio está conseguido. Muy bien.
    Agradecería que te pasaras por el mío. 228. Gracias de antemano

    Escrito el 21 febrero 2016 a las 01:50
  5. 5. Alonso García-Risso dice:

    Saludos Aimar:

    No puedo evitar hacer un comentario previo a la lectura crítica de tu escrito; pues, me servirá de plataforma, desde donde observar tu trabajo:
    “En una novela, a diferencia de un cuento, se aborda el tema con cierta soltura de tiempo, de dato, de personajes, etc… Como si se arrastrara todo un presente consigo”, pienso.
    Este punto de vista tiene sus bemoles; sobretodo, si se trata de un primer capítulo en donde se enfrenta la eficacia de un enganche ‘necesario’. Me voy a detener en este instante: Tu trabajo cumple con ese enganche que se encuentra exactamente en la escena final (es un recuerdo); luego de que el lector se ha embebido todo un extenso (es mi juicio) prólogo. No está mal, pero es un método ‘riesgoso’ donde se puede perder al lector.
    Lectores hay muchos, todos lo somos potencialmente. Soy uno de ellos y al igual que muchos, tengo mis mañas. Escojo mis lecturas por temas, por extensión, por proyección. Me gusta beber de distintas fuentes. Me detengo en los índices y luego en los detalles de diseño (letra, interlineado…). Detesto la exposición en bloques extensos que no dejan respirar, descripciones interminables y argumentos alambicados (éstos son más detestables que ensalada de adjetivos).
    Volviendo sobre tu texto; sólo, logré abrirme a las expectativas en el último reglón. Muy riesgoso, como te lo he dicho; pues (siendo honesto), bajo otras circunstancias habría abandonado la lectura. Creo oportuno —a raíz de lo expuesto—, establecer un nexo (sutil es más efectivo) entre inicio y desenlace.
    Por otro lado, tratándose de novela que es una obra de gran aliento, no me detendré en observaciones sobre errores de lenguaje, más asociados a fallas en el estilo. Estos errores, que no descuidos, son mejor detectados luego de analizar la obra completa.

    El contenido centrado en el tema del suicidio ejerce un poderoso arrastre que, puede devenir en el curso de la obra, en homicidio o descarada manipulación o un elemental acto de demencia: ¿La nota la escribió el occiso u otro implicado? ¿Por qué el pueblo sataniza a la protagonista, tan cargada de dudas y culpa? ¿Y, qué hay de la racionalidad fría, conque el supuesto suicida declara que unos asociados (que son dos o más), tienen un secreto ‘pendiente’?

    En el fondo, los primeros atisbos de la obra, promete o permite entrever numerosas aristas que podrían dar un salto de alto rendimiento.

    Escrito el 23 febrero 2016 a las 23:18
  6. 6. aimar dice:

    Hola a todos!
    Muchas gracias por el tiempo que se han tomado para leer y, sobre todo, para comentar. Apunto nota de todo.
    Saludos.

    Escrito el 27 febrero 2016 a las 19:54

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