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Alcanzar al monstruo - por Florna

A esas horas de la noche, nadie se atrevería a caminar por aquellos desolados pasillos del último piso del hospital. Una de las lámparas del techo parpadeaba a mitad del corredor, la tormenta arremetía furiosa contra los cristales de las ventanas, rompiendo aquel silencio de ultratumba. Con fichas preparadas y batas pulcramente planchadas, tres médicos llegaron a la habitación 312.
Les mostraron sus identificaciones a los policías que custodiaban la puerta, quienes los dejaron pasar acompañados por uno de los oficiales.
Las luces de los aparatos médicos titilaban en la esquina del cuarto. La penumbra se fragmentaba con los destellos de relámpagos, que iluminaban la figura tumbada en la cama.
El muchacho tenía la mitad de su rostro vendado, quemaduras de tercer grado. Sus ojos cerrados desde que había llegado hace dos semanas, tieso como un cadáver.
El doctor se acercó al paciente, el policía cerró la puerta.
En cuanto lo hizo, la enfermera se abalanzó contra él, con ágiles movimientos lo desarmó enseguida. Un golpe en la mandíbula, un rodillazo en las costillas y le quebró el cuello. El corpulento hombre se desplomó en el suelo con un golpe seco.
El otro escuchó el ataque desde afuera, y se apresuró a entrar para averiguar que ocurría. Vio a la señora con el cuerpo a sus pies, y le apuntó listo para dispararle. Pero entonces oyó la puerta cerrarse a su espalda, y cuando se volteó encontró a la joven doctora esperándole. Recibió una fuerte trompada en la cara. Confundido, se tropezó con su compañero y cayó al suelo. Intento apretar el gatillo, pero una letal patada en la frente lo empujó hacia atrás, su cráneo se estrelló contra los fierros de la cama.
—Pasa al chico a la camilla, y larguémonos de aquí —le ordenó la enfermera al médico; que permanecía parado junto al suero. Pero él no se movió, sino que miró a alguien detrás de ella y asintió.
—Lo siento, Sarah —dijo de pronto la doctora, que había aparecido a su lado, y le clavó sin piedad una jeringa en la yugular. Fue doloroso; mientras el veneno se descargaba en su sangre, y la muchacha aferraba su garganta con sus uñas pintadas de azul.
La enfermera cayó también al suelo, frente a la doctora, que guardaba el arma vacía en el bolsillo de su bata. Observó al doctor como esperando instrucciones, este desconectaba las máquinas.
—Súbela a la camilla, la sacaremos de aquí como pensábamos hacer con Hooman —le dijo.
— ¿Qué haremos con él? —preguntó ella.
El médico sacó frasco con líquido amarillento, y se lo administró al muchacho a través del catéter.
—Se quedará aquí —murmuró, observándolo fríamente.
La doctora suspiró. Alzó a la enfermera y la colocó sobre la camilla, corriéndole un mechón canoso detrás de la oreja.
—¿A dónde la llevaremos? —preguntó—. ¿Hasta Appleby?
—Ahí podemos deshacernos de ella con el incinerador —dijo el doctor, quitándose un guante con un chasquido—. De todos modos tengo que pasar a buscar unas cosas antes de irnos.
La doctora asintió. El médico se acercó hasta los policías y les quitó sus revólveres.
—¿Te has dado cuenta hasta qué punto hemos llegado? —dijo ella de pronto, con amargura.
—¿Qué? —exclamó él.
—Míranos.
El doctor se fijó en ella y luego en los muertos a su alrededor.
—¿Qué quieres que haga, Rachel? —Gruñó—. ¿Te piensas que me gusta esto?
El medico ocultó una de las armas debajo de su bata; le ofreció la otra a ella, que lo miraba dudosa.
—Escucha ¿segura que quieres seguirme? —inquirió—. Porque…
—Voy a seguirte a dónde sea John —lo interrumpió Rachel—. Solo que, si esto no funciona…
—Lo hará —le prometió.
Ella suspiró y se acercó hasta el doctor; tomó el revolver de su mano y lo escondió en su espalda.
—Yo…lo siento, es que no podría soportarlo.
Rachel se aferró a la camilla donde yacía el cuerpo de Sarah y la empujó fuera de la habitación 312.
John la siguió. Mientras cerraba la puerta, se pasó una mano por el cabello.
Detestaba todo esto, se odiaba. De pensar lo que habían hecho…lo que tendrían que hacer mañana. Pero no podían dar marcha atrás, ya no.
Cuando llegaron, eran conscientes que estaban forzados a hacer lo que sea, con tal de conseguir lo que habían ido a buscar. Tenían que correr como el monstruo que perseguían para poder alcanzarlo.
Y sí, era complicado, pero no podían dudar. Ni siquiera ahora, cuando acababan de asesinar a su propia hija.

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10 comentarios

  1. 1. L.M.Mateo dice:

    Hola, Florna:

    Como principio de novela la idea me gusta mucho, es trepidante e interesante, pero el desarrollo de la escena se vuelve confuso y hace que pierda fuerza. Suele pasarnos cuando pensamos en imágenes cinematográficas. Me ha encantado la referencia a la “habitación 312” y, desde luego, has conseguido un buen “cliffhanger”.

    Vamos por partes, que te lo desgrano:

    – Las descripciones de la escena están están escritas muy telegráficamente. Faltan conectores en las frases o cambiar su orden. Te pongo dos ejemplos:
    «Una de las lámparas del techo parpadeaba a mitad del corredor, la tormenta arremetía furiosa contra los cristales de las ventanas, rompiendo aquel silencio de ultratumba». Primero he pensado que la luz parpadeaba por un fallo, pero después me doy cuenta que es, muy probablemente, por la tormenta. Cambiando el orden, se entendería mejor.
    «El muchacho tenía la mitad de su rostro vendado, quemaduras de tercer grado. Sus ojos cerrados desde que había llegado hace dos semanas, tieso como un cadáver». Queda demasiado telegráfico.

    – «El doctor se acercó al paciente, el policía cerró la puerta.
    En cuanto lo hizo, la enfermera se abalanzó contra él». ¿Se lanza contra el doctor o contra el policía? Queda un poco confuso y no es hasta mucho más adelante que nos damos cuenta que se abalanza sobre el policía.

    – « el policía cerró la puerta». «El otro escuchó el ataque desde afuera, y se apresuró a entrar para averiguar que ocurría». «Pero entonces oyó la puerta cerrarse a su espalda». La puerta la cierran, pero el policía entra y la vuelven a cerrar. Entiendo lo que quieres decir, pero hay que leerlo un par de veces para entenderlo correctamente.

    – «se apresuró a entrar para averiguar que ocurría». La palabra “qué” lleva acento.

    – «Intento apretar el gatillo». “Intentó”, lleva acento.

    – «le ordenó la enfermera al médico; que permanecía parado junto al suero. Pero él no se movió, sino que miró a alguien detrás de ella y asintió.
    —Lo siento, Sarah —dijo de pronto la doctora, que había aparecido a su lado».

    La doctora, ¿aparece al lado del médico o de Sarah?. No queda claro hasta unos instantes después.

    – «Observó al doctor como esperando instrucciones, este desconectaba las máquinas». Inmediatamente después el doctor da instrucciones, así que lo correcto sería «Observó al doctor esperando instrucciones, mientras este desconectaba las máquinas». Es una acción simultánea.

    – «—¿Qué quieres que haga, Rachel? —Gruñó—». “Gruñó” va con minúscula, es una forma de hablar en este caso, por lo que se considera verbo “dicendi”.

    – «El medico ocultó…». “Médico” lleva acento.

    – «—Escucha ¿segura que quieres seguirme? —inquirió—». Aquí hay dos errores. En primer lugar, después de “Escucha” hay que poner una coma. En segundo lugar “segura”, debería ser “seguro” ya que lo estás sustantivando y como sustantivo es masculino. Para dejarlo en femenino, deberías poner “estás segura de”, donde el sujeto femenino quedaría implícito.

    – «—Voy a seguirte a dónde sea John». También hay dos errores. El primero es el acento en “donde”, que no es exclamativo ni interrogativo (ni tiene esa función). Al ser de relativo, no debe acentuarse “a donde sea”. El otro es que antes de Jhon debería ir una coma, pues el nombre tiene función de vocativo.

    – «Tenían que correr como el monstruo que perseguían para poder alcanzarlo». En este caso es un error de lógica. Si corren “como el monstruo”, siempre estarán a la misma distancia. Para atraparlo deben “correr más” que él.

    Espero que mis sugerencias te sirvan para pulir un texto que tiene mucho potencial.

    Un saludo.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 14:46
  2. 2. Florna dice:

    L.M.Mateo: Muchas gracias por tu comentario, ¡me sirvió muchisimo!Lo cierto es que estoy arrancando en esto, y es la primera vez que escribo en el blog; asi que tus sugerencias me dan una mano enorme. Gracias por tomarte el tiempo de corregirme y ayudarme a mejorar.
    ¡Saludos!

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 00:56
  3. 3. L.M.Mateo dice:

    Pues sin miedo ni vergüenza, Florna. Ya verás lo mucho que se aprende en este taller. 🙂

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 19:43
  4. 4. Manoli VF dice:

    Hola Florna.

    De tu texto me ha gustado mucho el comienzo, estoy de acuerdo con L.M.Mateo, resulta muy visual, (aunque quizá sobre lo del relámpago, que me recuerda los efectos especiales de alguna película)
    En cuánto a la forma te diré lo que he visto:

    -“EL muchacho tenía la mitad de su rostro vendado, quemaduras de tercer grado. Sus ojos cerrados desde que había llegado hace dos semanas, tieso como un cadáver.
    EL doctor se acercó al paciente, El policía cerró…” Repites mucho “El”, habrías de cambiar la redacción.

    -También te pasa lo mismo con la conjunción “Y” en el párrafo siguiente.

    -Cuando dices: “Fue doloroso; mientras el veneno se descargaba en su sangre, y la muchacha aferraba su garganta con sus uñas pintadas de azul.” Creo que habría de ser algo así: “Fue doloroso: el veneno se descargaba en su sangre a la vez que las uñas de la muchacha se clavaban en su garganta.” En todo caso lo de “pintadas de azul” en mi opinión sobra ya que si ´”están en la garganta” no ve el color ni parece relevante contarlo aunque sea en tercera persona.

    Quedan muchas preguntas en el aire, lo cual invita a seguir leyendo. En conjunto la escena impacta.

    Un saludo.

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 17:19
  5. 5. Manoli VF dice:

    PD: Y, por supuesto, Bienvenida a Literautas. Se aprende en cada escena, con los textos y comentarios de los compañeros. Si quieres mejorar en tu escritura, este es un buen lugar para hacerlo 😉

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 17:21
  6. 6. Oda a la cebolla dice:

    ¡Hola, Florna! A mí también me ha parecido muy bien escrito y descrito. Un ambiente lúgubre y que te pone los pelos de punta, muy bien desarrollado. Sin faltas ortográficas y con agilidad en su lectura. Saludos y ¡seguimos leyéndonos! Buenas tardes.

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 20:16
  7. 7. Oda a la cebolla dice:

    Algunas faltas ortográficas sí, como te apuntan por ahí arriba, pero quiero decir que no son muy llamativas. Buen comienzo. ¡Saludos, de nuevo!

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 20:20
  8. 8. Florna dice:

    Manoli y Oda: ¡Muchas gracias por los comentarios, las correcciones y la buena onda!

    Escrito el 22 febrero 2016 a las 04:32
  9. 9. Laia Gabue dice:

    ¡Hola Florna!

    De entrada muchas gracias por tu comentario en mi relato.

    L.M. Mateo te ha hecho un comentario extensisimo y muy bueno en el que coincido en todo así que no me voy a repetir. Tan solo me gustaría hacer hincapié en el tema de intentar no usar frases telegráficas ya que el texto podría ser muchisimo mejor si consigues que la frase dibuje la escena en la mente del lector.

    En referencia al contenido. ¡Super heavy! Me encantan estas historias llenas de acción, pero si te decides a hacer la novela yo haría un primer capitulo algo más largo, y quizás no introduciría tantas cosas, quiero decir, la escena de las muertes ya es suficientemente interesante y puede llegar a generar muchísima intriga sin necesidad de añadir al final lo de la hija. Lo de la hija puede ser un golpe de efecto que puedes usar más adelante. Supongo que aquí lo usaste para conseguir cumplir el reto, y en efecto lo haces.
    Además hay algunas cosas que no me acaban de cuadrar:
    Al principio dices que en el pasillo hay tres médicos, pero después son dos doctores (hombre y mujer) y una enfermera. Creo que deberías especificarlo desde el principio porque tal como está genera confusión.
    ¿Porque si han ido en busca del chico quemado se acaban llevando a la enfermera y dejan al chico?
    Si no me equivoco la enfermera es una mujer mayor, hablas de ella como señora y haces referencia a un mechón canoso, y a la doctora la describes como “joven doctora”. La doctora mata a la enfermera y luego dices que esta es su hija, pero no tiene sentido porque la joven esta matando a la mujer mayor ¿no? Creo que ahí hay alguna confusión. Tras leerlo varias veces veo que también dices que la enfermera es una muchacha, sin duda hay un lío de personajes, yo le daría un repaso.

    ¡Muchos ánimos para los siguientes! ¡Nos leemos!

    Escrito el 25 febrero 2016 a las 11:32
  10. 10. Yolanda dice:

    Buenas tardes Fiona!
    Somos nuevas las dos en este foro.
    Me alegro de conocerte.
    He leído tu relato y para ser la primera vez te doy la enhorabuena. Me ha gustado mucho.
    Es difícil añadir más comentarios a los ya escritos.
    Vamos a aprender mucho en este lugar…
    animo y a seguir con esta afición.
    Un saludo.
    Yolanda.

    Escrito el 28 febrero 2016 a las 14:37

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