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El secreto de Zabo - por Mariaje

–¡Qué desgracia más grande Virgencita! –sollozaba mi madre meneando la cabeza de un lado para otro. Sentada al hogar, no dejaba de pelar patatas; sobre su mandil caían las rizadas mondaduras.
–Bueno mujer… Aún no se sabe nada –la tranquilizó mi padre.
La patata que tenía en la mano rodó lentamente sobre su regazo y cayó pesadamente al suelo. Le miró solemne:
–Tengo miedo Agustín.
–Sagrario…
–¡Otra vez! ¡Después de tantos años…! Qué Dios nos asista. Otra vez Agustín: han vuelto. Han vuelto…
La mirada de mi madre me provocó un escalofrío.
–¡Basta mujer! ¡El niño se ha perdido en el bosque!
–Pero su madre cuenta que subió la colina, que no iba solo, que…
–¡Nadie sube la colina Sagrario! –gritó mi padre dando un enérgico golpe sobre la mesa. Me sobresalté y él se percató de mi presencia–. ¡Y tú vete a la cama!
–¿No ha vuelto el Botas? –pregunté timidamente.
–¡Que te vayas a la cama he dicho!
Con las orejas gachas, pero atentas, me fui a la habitación de al lado, la única que teníamos, y me senté sobre el saliente de la ventana. Estaba oscureciendo, hacía un tiempo de mil demonios y la aldea estaba desierta, todos se habían recogido pronto. Empezó a llover y pensé en el Botas, allí solo.
Yo sabía que no estaba en el bosque.
Mis padres bajaron el tono, y el leve sonido de la lluvia inundó la habitación. Silencioso, entreabrí la puerta, y seguí observando: mi madre contemplaba el fuego con la mirada perdida, mi padre comía ansioso, dejándo caer chorretones de potaje sobre su descuidada barba.
–Agustín, ¿tú has estado allí?
–No me gusta hablar de eso.
–Yo estuve de niña. Una vez.
Mi padre dejó caer la cuchara:
–¿Que TÚ has estado allí? ¿Y cuándo, si puede saberse?
–Cuando la boda de Manuelita. ¿Te acuerdas? Con tanto vino…, nadie nos vió –contestó avergonzada.
–Sagrario, Sagrario… –Mi padre meneaba la cabeza con desaprobación.
–¿Sabes Agustín? Es verdad lo que dicen.
–No quiero oírlo, mujer. –Volvió a lo suyo, comiendo aún más deprisa.
–Cuando llegas arriba de la colina, te das con un muro. ¿Te puedes imaginar Agustín? ¡Allá arriba, un muro de piedra! Madre Santísima, ¿pero quién lo hizo? Si allí no hay nada. Si lo vieras… Se me ponen los pelos de punta. De piedra negra Agustín, muros tan altos como los de…, ¡como los de nuestra ermita!, ¡o como los de la catedral! ¿Que digo?; ¡el doble! Dios bendito… Tiene que ser cosa del mismísimo…
–¡Qué te digo que no! ¡Que basta! –auyó mi padre.
Se levantó furioso y de un manotazo arrasó con todo lo que quedaba encima de la mesa. Acercó el rostro a un centímetro de la nariz de mi madre y levantó el dedo índice:
–No revuelvas en el infierno, Sagrario. Ni una sola palabra más sobre la colina, si alguien te oyera… Te lo advierto: Lo pasado, pasado está. No sabes de lo que estás hablando. ¡No sabes nada! No me obligues a… Nos vas a vender al diablo con tu lengua larga mujer.
–¿Pero, qué…? Agustín…
Mi madre, paralizada, sólo consiguió santiguarse. Una lágrima solitaria se deslizó sobre su mejilla.
Entonces reparé en que mi padre se había girado y me miraba. Me metí corriendo en la cama, tapándome hasta las orejas, justo un segundo antes de que entrara en la habitación, dando un tremendo portazo.
Se acurrucó violentamente en el jergón de al lado, mascullando algo que no pude entender, y después de tan solo unos minutos, escuché los primeros ronquidos.
Yo sin embargo, no podía dormir.
Mi madre tenía razón. Había una muralla, tan alta que llegaba hasta las nubes, tan negra que si pasabas de noche, sin duda no la verías, tan fría que adormecía las yemas de los dedos al rozarla.
El recuerdo me hizo empezar a tiritar.
Nosotros habíamos caminado siguiendo los muros. Después de un rato, encontramos la gran puerta de madera, encajada en un inmenso arco de piedra. En lo alto, una inscripción en la roca alertaba a los visitantes. Se me heló la sangre al leer: «Maldito quien traspase estos muros, la muerte no quiere ser molestada».
Fue cuando el Botas empujó con suavidad la puerta y esta cedió, dócil. «No, no. Botas, vámonos», susurré, suplicante. «Sólo mirar», fueron sus últimas palabras.
Yo me empiné, y por encima de su hombro, lo vi. Allí estaba: solitario, en ruinas.

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14 comentarios

  1. 1. Don Kendall dice:

    Hola Mariaje,
    Me gusta el relato.Está muy cuidado en su expresión formal y aún tratándose del género fantástico popular, o quizá por eso, engancha al lector con facilidad. En resumen, un escrito de factura impecable.
    Dicho todo eso, con tu permiso y como lector contumaz, si se trata de un primer capítulo de una novela hay un no se qué que evita que me emocione.Tal vez sea cierta falta de credibilidad en los personajes. El personaje que parece clave ahí es el hijo. A cambio de tanta información sobre la colina y el muro con la referencia al pasado de la madre, quizá me hubiese gustado más saber la relación del hijo con el Botas . Al elegir un narrador en primera persona para este tipo de relatos tienes el riesgo de que se enfríe el discurrir de la acción, cuando hace de narrador testigo y “explica” lo que hacen los demás personajes. Ese párrafo del hijo observando (narrador testigo literalmente) pienso que puede enfriar la parte central y calentar después cuesta algo más. No sé.. ya te digo que son comentarios si quieres para dar “una vuelta de tuerca” a un buen trabajo. Son opiniones al vuelo, que pueden servir para comentar, matizar mientras se toma un café 😉 . Gracias por compartir el trabajo. Un abrazo

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 13:54
  2. 2. marazul dice:

    Hola Mariaje:
    Me gusta mucho la forma que tienes de narrar. El lenguaje que empleas, las expresiones que eliges, la ambientación.El uso de los diálogos muy adecuado y ágil. Para ser el primer capítulo de una novela puede enganchar al lector a seguir leyendo.
    En cuanto al significado creo que es difícil hacer conjeturas, ya que al tratarse del comienzo pueden ocurrir infinidad de cosas. Personalmente opino que en un primer capítulo no hay que contar más. Consiste en interesar al lector y animar a seguir leyendo. Tu lectura es amena.
    Me ha gustado

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 22:07
  3. 3. L.M.Mateo dice:

    Hola, Mariaje:

    En primer lugar darte las gracias por pasar a comentar mi relato. En 750 palabras es difícil dar tantos datos como nos gustaría.

    Como arranque me gusta este primer capítulo. Los diálogos me parecen creíbles y nos sitúan en un contexto bastante claro, y el “cliffhanger” lo has conseguido muy bien.

    Respecto al aspecto formal, tengo que llamarte la atención sobre varias cosas, así que vamos a ello:

    – Faltan comas ante los vocativos en muchas de las frases. Te las pongo corregidas: «¡Qué desgracia más grande, Virgencita!», «Tengo miedo, Agustín», «Otra vez, Agustín», «¡Basta, mujer!», «¡Nadie sube la colina, Sagrario!», «¡Y tú, vete a la cama!», «¿Sabes, Agustín?», «¿Te puedes imaginar, Agustín?», «De piedra negra, Agustín», «Nos vas a vender al diablo con tu lengua larga, mujer».

    – «Qué Dios nos asista». El “que” va sin acento, ya que es conjunción que introduce una desiderativa.

    – «Timidamente», lleva acento en la primera “i”. Recuerda que los adverbios acabados en “-mente” conservan el acento del adjetivo con el que se componen.

    – “vió” no se acentúa, aunque sea aguda, ya que es un monosílabo tónico.

    – «¿Que digo?», el “qué” se acentúa.

    – «¡Qué te digo que no!», aunque el “que” está en una frase exclamativa, es átono y no se acentúa en este caso.

    – «No revuelvas en el infierno». Creo que se te ha colado el “en”, o falta un “te”.

    – «Te lo advierto: Lo pasado, pasado está». La segunda frase debe comenzar en minúscula, ya que los dos puntos marcan relación entre las frases. Otra cosa, es que hayas usado la segunda frase como cita de un refrán, en ese caso, te faltarían las comillas latinas enmarcándola, y sí comenzaría con mayúscula.

    – «¿Pero, qué…?». En este caso hay tres opciones: eliminar la coma, sacar el “pero” de la interrogación y poner la coma delante del signo de apertura, o bien poner dos interrogativas independientes.

    – Respecto a la palabra “solo”, deberías unificarla con acento o sin él. Actualmente la RAE recomienda no acentuarla en ningún caso, y es lo que se suele hacer, aunque si el estilo del autor es acentuarla, se admite (pero como marca de estilo, no como norma ortográfica).

    Espero haber servido de ayuda. ¡Nos leemos!

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 15:10
  4. 4. Mariaje dice:

    Don Kendall: me alegro de que te haya gustado el relato, muchas gracias por comentarlo. La verdad es que con la limitación de palabras no me ha dado para desarrollar más los personajes, he preferido dar ritmo a través del diálogo y presentar el misterio para dar fuerza al cliffhanger, para lo demás, vendrían los capítulos siguientes. Pero, igual que la última vez, reflexionaré sobre tus observaciones, especialmente, sobre el cambio de papel de la figura del narrador de primera persona a testigo y cómo influye en el ritmo.
    Marazul: te agradezco que hayas leído mi relato y tus comentarios tan positivos y tan motivadores!
    L.M.Mateo: muchas gracias por todas tus correcciones. Madre mía, no me había dado cuenta de que había tantos errores, y lo malo es que me los sé. Bueno, no sabía que las comas eran obligatorias para los vocativos, la verdad, así que gracias dobles por haberme enseñado una cosa más. ¡Con la de veces que he leído el texto antes de enviarlo! Pero no es la primera vez que me pasa; al leer mis propios textos me concentro en el contenido y “no veo” los errores gramaticales.

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 17:08
  5. 5. L.M.Mateo dice:

    Tranquila, Mariaje. Es habitual que nos pase, ya verás como en un par de ediciones del taller no se te pasa ni una. Seguro que si yo leo el primer texto que envié, me horrorizo. XDDD

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 17:18
  6. 6. Fabián dice:

    Lo que más me ha gustado es el momento en que salta a la cama justo antes de que su padre entre en la habitación. La sensación de “uy que te pilla!” está muy conseguida.
    Dejando de lado las correcciones que ya te hicieron, creo que esta muy bien escrito y todo muy bien hilado. Incluso me hiciste dudar al ver comas después de puntos suspensivos, forzándome a mirarlo en google para ver si era correcto o no, y si que lo era. Una cosa nueva que he aprendido.

    Cliffhanger conseguido, con las menciones del Botas y el asunto del muro en el bosque. No hace falta que desveles mas información por que es justamente la función del primer capitulo, crear gancho y conseguir el interés del lector para saber qué esta pasando.

    Los diálogos suenan muy naturales y el modo de actuar de los personajes también.
    Siento no poder aportar mucho, está muy bien estructurado y redactado, las únicas observaciones que había hecho ya te las han comentado.

    Escrito el 20 febrero 2016 a las 12:34
  7. 7. Mariaje dice:

    Muchas gracias Fabián por pasarte por mí relato y dejar tu amable comentario. Me aníma mucho para seguir escribiendo y mejorando. Un saludo.

    Escrito el 24 febrero 2016 a las 12:04
  8. 8. Luis Ponce dice:

    Hola Mariaje:
    gracias por pasar por mi relato.
    Agradezco tus comentarios y los estoy aplicando.
    En cuanto al tuyo, me ha gustado mucho la “puesta en escena”, el lenguaje utilizado te ubica enseguida en la época y condición de los protagonistas.
    Pero tengo algunos detalles que se me escapan: hay un niño perdido que no es hijo de Sagrario.Si el Botas es ese niño y no es hijo de Sagrario, porqué tiene que volver a su casa.
    “Auyó” el verbo en castellano es aullar y se refiere a un sonido emitido por los lobos y otro tipo de cánidos, no veo como el padre puede aullar una frase.
    me parece encontar una contradicción (para mi) en la frase: “acurrucó violentamente”, acurrucucarse es enroscarse, hacerse un ovillo, ocupar el menor espacio posible y generalmente se lo hace por miedo o por frío, por eso no me suena lo de “violentamente”
    Me parece un buen principio para una novela pero mantienes el riesgo del niño narrador y eso te va a crear ciertos límites de comprensión y de lenguaje.
    Sabemos que este es un camino largo y la única manera en que podemos recorrerlo, es escribiendo, así que espero que tengas el tiempo y la oportunidad para hacerlo, porque la capacidad la tienes.
    Que la fuerza te acompañe.

    Escrito el 25 febrero 2016 a las 16:19
  9. 9. Mariaje dice:

    Luis: gracias por pasarte y darme tu opinión, me resulta de mucha ayuda. Tienes razón, me gusta usar el narrador primera persona, pero limita y dificulta la narración, especialmente sin tener mucha experiencia, como es mi caso, de seguir con la historia me plantearé el cambio a omnisciente.

    Escrito el 25 febrero 2016 a las 17:33
  10. 10. Demetrio Vert dice:

    Hola Mariaje. Gracias por leerme y comentar mi texto.

    Duarnte la lectura, fácil, fluida e inteligible, iba teniendo la sensación de que ibas para un relato corto. Al final se salva.
    Digo esto por al emplear un narrador testigo en primera persona me daba esa sensación. Para una novela es complicadísimo, porque ese narrador niño/a debe narrar con el pensamiento de su edad. Una novela maravillosa, y genial desde este punto de vista, es “Matar un ruiseñor”. Puedes leerla. Pero estoy de acuerdo con Luis Ponce que es un gran riesgo emplear ese narrador. Tal vez el equiescente pudiera servirte, aunque es también muy díficil para un texto largo, para una novela. “La llamada de la selva”, de Jack London, es un magnífico ejemplo, aparte de una obra maravillosa.

    Bueno, a la estructura de un Primer Capítulo. Una atmósfera muy bien conseguida. Unos personajes medio superticiosos, asustados, y un lugar misterioso, temido. La luvia, la soledad del entorno que implica temor. Ya tenemos material. Y un niño desaparecido. Y los adultos que no quieren imaginar que esté en ese sitio que tienen por diabólico. ya tenemos la intriga, el misterio. ¿Qué es ese sitio tan ominoso? ¿Quién lo habita? ¿Quién es el Botas? ¿Qué le habrá sucedido? ¿Estará en peligro? ¿Que hará el/la niño/a amigo/a? (El/la hijo/a de Agustín y Sagrario es un personaje primcipal. Debería saberse ya si es niño o niña, incluso su nombre).

    Me parece un buen Primer capítulo.

    Yo no entro en correciones gramaticales ni de sintaxis. Ya te lo han comentdo compañeros mas duchos en esa materia.

    Buen Primer capítulo.

    Escrito el 26 febrero 2016 a las 13:08
  11. 11. Demetrio Vert dice:

    Hola Mariaje. Gracias por leerme y comentar mi texto.

    Durante la lectura, fácil, fluida e inteligible, iba teniendo la sensación de que ibas para un relato corto. Al final se salva.
    Digo esto por al emplear un narrador testigo en primera persona me daba esa sensación. Para una novela es complicadísimo, porque ese narrador niño/a debe narrar con el pensamiento de su edad. Una novela maravillosa, y genial desde este punto de vista, es “Matar un ruiseñor”. Puedes leerla. Pero estoy de acuerdo con Luis Ponce que es un gran riesgo emplear ese narrador. Tal vez el equiescente pudiera servirte, aunque es también muy difícil para un texto largo, para una novela. “La llamada de la selva”, de Jack London, es un magnífico ejemplo, aparte de una obra maravillosa.

    Bueno, a la estructura de un Primer Capítulo. Una atmósfera muy bien conseguida. Unos personajes medio supersticiosos, asustados, y un lugar misterioso, temido. La lluvia, la soledad del entorno que implica temor. Ya tenemos material. Y un niño desaparecido. Y los adultos que no quieren imaginar que esté en ese sitio que tienen por diabólico. ya tenemos la intriga, el misterio. ¿Qué es ese sitio tan ominoso? ¿Quién lo habita? ¿Quién es el Botas? ¿Qué le habrá sucedido? ¿Estará en peligro? ¿Qué hará el/la niño/a amigo/a? (El/la hijo/a de Agustín y Sagrario es un personaje principal. Debería saberse ya si es niño o niña, incluso su nombre).

    Me parece un buen Primer capítulo.

    Yo no entro en correcciones gramaticales ni de sintaxis. Ya te lo han comentado compañeros mas duchos en esa materia.

    Buen Primer capítulo.

    Escrito el 26 febrero 2016 a las 13:14
  12. 12. Mariaje dice:

    Demetrio: muchas gracias por leer mi texto, por tus opiniones y por las recomendaciones; leí “Matar a un ruiseñor” cuando era muy joven, en aquel momento, sin hacer reflexiones de escritor :-). Lo volveré a leer.

    Escrito el 29 febrero 2016 a las 10:06
  13. 13. Robert W. Peterson dice:

    ¡Hola Mariaje!

    Mis sugerencias son las sigueintes:

    1. Vigila los adverbios de modo terminados en -mente. He contado cuatro en un texto tan corto como este, dos de ellos muy próximos. No te voy a decir que los elimines, pero es prudente reducir el número a 1 por cada 500 palabras.

    2. Demasiados puntos suspensivos que no están cumpliendo una función real.

    Buen trabajo, ¡un abrazo!

    Escrito el 6 marzo 2016 a las 11:32
  14. 14. Mariaje dice:

    Robert: muchas gracias por leer y comentar por mi relato. Ójala vuelvas a pasarte por aquí, porque me gustaría que te explicaras respecto a tu comentario sobre los puntos suspensivos. Según mi opinión, están cumpliendo perfectamente su función, que según la RAE es justamente dejar en suspenso el discurso, ya sea para expresar duda, temor, vacilación, por querer dejar el enunciado en suspenso… 🙂 En fin, aquí está el link http://buscon.rae.es/dpd/srv/search?id=c5GublcDAD6kWvCUUy
    Un saludo

    Escrito el 11 marzo 2016 a las 13:34

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