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Lo que no salió a la luz - por María

Había escrito millones de artículos para el periódico, sin embargo, este estaba resultando el más complicado. Me preguntaba por qué me lo habían asignado a mí aun sabiendo cómo era mi situación. No sabía cómo debía expresarme a pesar de haber comenzado un borrador casi diez veces. “La verdad”, me habían dicho, pero ¿cuál era la verdad? Ni yo misma lo tenía claro aunque lo hubiese vivido casi en primera persona. Me rondaban las palabras por la cabeza que se convertían en un sinsentido a la hora de plasmarlas en papel. Decidida, doy un sorbo más de vino y dejo que mi mente vague por aquel tiempo que me hubiese gustado olvidar.

Siete de la mañana, o quizás las ocho, siempre remoloneo antes de levantarme así que realmente nunca me levanto a la hora que debería. Me acuerdo que al ver el despertador sonreí plácidamente pensando: “Puedo dormir cinco minutos más”. Abrí los ojos medio minuto después y había pasado casi una hora, ¿os ha pasado verdad? Pues así comenzó mi día. Cargado de prisas desde primera hora de la mañana y envuelta en un caos que, no os voy a mentir, últimamente se está convirtiendo en algo habitual. Por supuesto si vas en transporte público, como es mi caso, cuenta con que Murphy ha decidido que ese día si no tiene una avería lo pierdas en la cara, así, como un guantazo de realidad que se burla de ti. Miré el reloj pensando cómo iba a apañármelas para que no me echasen la bronca una vez más. Cuando al fin llegó el metro, todos nos apretujamos como sardinas en un espacio cargado de una variedad de olores innombrables. De repente noté cierto calor en la espalda acompañado de un leve cosquilleo. Mi mano fue en busca del causante y se tropezó con un líquido caliente; café, excelente. Enfadada me di la vuelta para gritar, y de paso desahogar todo el estrés de mi despertar apresurado, a la persona que acababa de manchar mi blusa blanca.
̶Lo siento, estoy adormilado y parece que he perdido el control del vaso̶ dijo aquel tipo acompañando su frase con una risita. El “nada” más seco que he visto nunca salió de mi boca mientras me dirigía a la puerta del metro para salir. Corrí, más bien volé, hacia mi edificio. Mi mejor amigo Tomás siempre decía que cuando llegabas tarde tenías que mostrar naturalidad. Y eso hice. Entré por la enorme puerta del periódico pisando fuerte y saludando a la gente que me encontraba. Cuando al fin llegué a mi mesa un gran suspiro salió por mi boca.
̶ Llegas tarde̶ dijo mi compañera de mesa sin levantar si quiera la mirada del ordenador. Ignorándola por completo, abrí mi portátil para ponerme a trabajar. Tenía una rutina establecida para cuando llegaba. Café, después de lavarte los dientes pensareis, pero no, nunca me da tiempo a desayunar así que transporto mi cepillo de allí a acá, y coger uno de los periódicos de la entrada para ver qué sucede en el mundo. Lo dejo encendiéndose y me dirijo hacia la máquina. Marcos, tío bueno donde los haya (¿se puede decir esto en un artículo?) estaba apoyado en ella sonriendo amablemente a una que parloteaba en frente de él. Hacía unos meses habíamos tenido “algo”, no sé ni calificar qué era, y la situación estaba un poco tensa por mi parte. Le encantaba saludarme en público o decir algo con connotación, sí sé que trabajamos juntos y es lógico que me hable, pero me puedo quejar de ello ¿no? Evité su mirada por todos los medios pero fue imposible, ola de calor rumbo a las mejillas. Mostrando total indiferencia cogí mi café y me volví a la mesa. Abrí el correo y empecé a leer, bueno mirar por encima, la cantidad que tenía que responder aquel día. De repente vi uno de mi amiga Lucía. Lo abro. Un gatito aparece en mi pantalla con una pata levantada a modo de saludo. No la respondo al instante; como psicóloga que es, me cala perfectamente con escribirla dos palabras y prefiero meditar antes la respuesta. Encuentro otro de mi amigo Jacobo y lo abro también, esperando algo similar pero con un contenido más adulto.
Mónica, ha vuelto y creemos que podría destaparnos a todos. Hemos quedado en el bar de siempre a las ocho. No faltes por favor.

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8 comentarios

  1. 1. Wolfy27 dice:

    Tu relato esta muy bien, no he encontrado faltas de ortografía. Sin embargo creo que en: – me cala perfectamente con escribirla dos palabras – debería ser escribirle y la coma después de Mónica podrías omitirla. Me ha gustado mucho leerte y has sabido darle intriga, ¡Sigue escribiendo y gracias por comentar mi relato!

    Escrito el 17 febrero 2016 a las 20:52
  2. 2. beba dice:

    Hola, María:
    Para un comienzo de novela, bien. Nada de suspense, nada sugestivo, por el momento Una buena imagen de vida moderna, llena de estrés. Presentación de la protagonista y su entorno: buen comienzo. Dada esta situación, puede ser que el exceso de comas se avenga con este ritmo frenético en que vive esta mujer. Buen manejo del lenguaje.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 19:11
  3. 3. María dice:

    Muchísimas gracias a los dos por comentar tendré en cuenta vuestras opiniones para la próxima vez 🙂

    Escrito el 21 febrero 2016 a las 11:58
  4. 4. Nic-Is dice:

    Hola María.
    Como primer capítulo de novela está muy bien. Nos presenta a la protagonista, su medio de trabajo, el día a día y detalles así. Se vislumbra ya un camino para la trama con la mención que haces del artículo para el periódico.
    En el aspecto formal te diré que el uso de los tiempos verbales me desconcertó. Es posible que en tu zona geográfica sean normales esos cambios de tiempo en el habla, pero a mi me sacaron un poco del hilo de la historia.
    Respecto al uso de las comas y esos asuntos de la redacción, yo te aconsejo que solicites el apoyo de Isolina R, Earendil y L.M.Mateo. Saben más de esos temas y sus observaciones suelen ser puntuales y acertadas.

    Escrito el 21 febrero 2016 a las 17:42
  5. 5. María dice:

    Muchas gracias por leer mi relato y comentarme 🙂 Tendré en cuenta lo que me has dicho

    Escrito el 21 febrero 2016 a las 17:52
  6. 6. Nic-Is dice:

    Hola otra vez. Ya entré a tu blog. Hermosa canción. Hace tiempo que no escuchaba a ese grupo. Tienes buen gusto. Y me gusta la fotografía. Tiene un extraño equilibrio en su composición. ¿Qué tren es?
    ¿Tengo que registrarme o algo para acceder a tus publicaciones y publicar comentarios?
    La verdad es que soy muy mala para esto del Internet.

    Escrito el 21 febrero 2016 a las 18:03
  7. 7. Henar Tejero dice:

    Hola María:
    Describes una escena muy cotidiana de hoy en día, con el ritmo frenético que conlleva. La idea es buena. Sin embargo, siento como si las ideas a veces se agolparan y a veces me cuesta situarme en algunas escenas.Yo hubiera puesto algún punto y aparte más.
    Por eso, aunque creo que se puede mejorar, sería un buen comienzo para una novela…abierta a multitud de temas.

    Escrito el 22 febrero 2016 a las 17:44
  8. 8. María dice:

    Nic-Is muchísimas gracias por pasarte por mi blog no sabes lo que lo agradezco. Creo que es en lado derecho de la pantalla donde pone algo tipo “suscribirse por email” o algo similar. Si tienes twitter dímelo y te llegarán también por ahí.
    Muchas gracias Henar Tejero, la verdad es que al pasarlo de Word a aquí me di cuenta de que se confundían algunas cosas (puesto que allí está en cursiva), pero muchas gracias por tu comentario.

    Escrito el 22 febrero 2016 a las 20:20

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