Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Perdida - por Nymphadora

Web: http://ilikebirds-cause-they-can-fly-away.blogspot.com.es

El autor/a de este texto es menor de edad

Las cosas perdidas se olvidan. Desaparecen. Y se olvidan. No pensé en ello cuando lancé aquella rama que se rompió bajo el peso de mis pies, haciéndola desaparecer. Haciéndola perderse.

—¡Es por aquí!
—Vamos, tardona, deja de jugar con palos. Como te gustan. —Me reí mientras adelantaba a Miguel.
—Os dije que esto os iba a gustar. Un día sin ruido de coches, sin pitos de semáforos, la gente estresada empujándote mientras andas por el centro…
—Como se nota que nunca has estado en la capital, Clara. Madrid es mil veces peor que Oviedo.
Me metí entre las hayas y los robles, acariciando los densos troncos y dejándome invadir por la inmensa naturaleza. Aproveché para colarme y ponerme la primera, junto a Teresa y Marcos.
—Chicos, paremos a comer. Estoy agotada, y tengo el pelo hecho un asco.
—Tesa, ¿es sudor lo que veo en tu frente?
Las carcajadas resonaron por todo el bosque cuando Tesa empezó palparse la cara.
—Las divas no sudan —se rió Miguel chocándome el puño— al menos eso pensaba yo.
—Muy graciosa, Clara —respondió al cabo de un rato, irónicamente. Le sonreí.

Mientras saboreaba mi tercer bocadillo, el de filete y queso, escuchaba atenta la conversación.
—No, en serio. Si viajamos tenemos que ir fuera de España.
—¡Eh! No hay dinero, tío.
—Pues a currar, ¿que estoy haciendo yo?
—Lo tuyo no es trabajo, ¿cuánto te pagan los padres de Sara por darla clase? ¿O tendría que decir por acostaros martes y jueves de cuatro a seis?
—¡Calla pelicorta! —se rió Marcos mientras todos nos reíamos. Fue una decisión de última hora, me cansé de mi pelo no excesivamente largo y me lo corté a ras de la nuca. Y en mi opinión, me quedaba sexy; aunque ahora se me alborotaba más que nunca.

Estuvimos hablando tanto tiempo que se me pasó volando, y me sorprendió cuando Irene insistió en volver al coche.

—Tal vez haga biología —toqué las hojas curvadas de un roble— al fin y al cabo, me encanta todo esto.
—Suerte que tienes. Yo aun no se que hacer, tal vez literatura —Miguel siempre había sido mi mejor amigo, y siempre había tenido el mismo problema. Una vez quiso ser cirujano, y otra arqueólogo.
Anduvimos bajando una cuesta terrosa, ya en silencio la mayoría debido al cansancio.
—Voy a hacer pis, ahora os alcanzo.
—Que lo disfrutes. ¿Te llevo la mochila?
—Da igual, gracias —me alejé entre los árboles mientras veía a mis amigos desaparecer hacia abajo, todos en fila india y en silencio.

Di varios pasos montaña arriba, atravesando la densidad de los árboles. Me sonreí, y en breve empecé a correr haciendo zig zag entre los árboles, y escalé a uno desde donde se observaba todo el monte.
Bajé y avisté un riachuelo, con las aguas desbordadas por las lluvias de todo el mes; sin embargo, alguien había colocado una tabla para cruzar al otro lado. No dudé en ponerme encima de ella, y mirar por encima de las aguas del río. Vi el reflejo en movimiento de una chica de dieciocho años, con pecas en la cara y unos ojos marrones, al igual que su corta y enredada melena.
Me levanté, y eché a andar.

Sin embargo, mi estómago sintió un vacío al pisar, una gran caída y de repente mi cuerpo entero cayó al suelo desplomado. Había sido una caída de menos de un metro. ¿Por qué sentía como si me hubiese caído de la copa de un árbol?
Tenía el cuerpo magullado y mi mente no paraba de gritar. Las copas de los árboles se veían borrosas en contraste con el azul cielo.
Mis oídos, que debían haberse quedado sordos, empezaron a recuperar la audición.
«—…joder…..»
«—…pobrecilla…»
«—Traed tela, hay que vendarla…»
«—¿…qué hacemos?»
«—¿Qué coño vamos a hacer, Carlos? Esto es difícil. No quiero estar delante cuando se lo contéis.»

«¿Quienes sois?» quería gritar. «¿Qué acaba de pasar?». Las palabras se ahogaban en mi garganta. Noté como una lágrima caía por mi mejilla, pero si era por el dolor que sentía, eso ya no lo sé.
Apareció una figura, con unos grandes ojos azules, encima de mi.
—Hola, soy Carlos. Bienvenida, supongo… joder, lo siento.
—¿Qué? —logré susurrar.
—Estamos encerrados.
Conseguí girar la cabeza, y vi la rama que yo misma tiré hace seis horas, manchada de sangre. De mi sangre.

«¿He desaparecido?»

Me desmayé.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

4 comentarios

  1. 1. GhostGirl. dice:

    Seriamente, es cruel el hecho de que me dejes con una triga así. Pero bueno, ese era el chiste de la escena de este mes, ¿no?
    Me gustó mucho, la ambientación cambia tan repentinamente que te hace preguntar en qué momento sucedió. Me dejó con la intriga de quién es Carlos, por qué están encerrados, y que pasó con los amigos de Clara.
    ¡Sigue así!

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 09:36
  2. 2. GhostGirl. dice:

    *intriga. Disculpa el doble comentario xD

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 09:37
  3. 3. xechu dice:

    Muy interesante,un cambio tan radical que no me lo esperaba. Buenos diálogos muy fluidos. Saludos
    Si quieres echar un ojo a mi relato es el 34.

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 12:34
  4. 4. Noemi dice:

    Hola Nymphadora, parece que tienes una idea muy interesante para tu novela, lástima que no nos dejas ver demasiado, esta bien que el inicio de una novela pero tres cuartas partes del espacio que tienes lo desaprovechas sin que pase nada, solo una conversación banal entre chicos amigos para de repente sorprendernos con un final imprevisto que nos deja pasmados y sin entender qué ha sucedido.Yo creo que tendrías que habernos sugerido, encaminado más durante esa larga primera parte.El primer párrafo parece apuntar hacia ese lado pero lo dejas solito allí arriba sin continuar devanando el hilo rojo.el problema es de estructura pero en cuanto al estilo es muy bueno sabes llevar un diálogo y tu puesta en escena es estupenda, muy buena atmósfera,Me queda una última observación, el horrorosamente común problema del loismo
    “darla clase” es darle (dativo) clases es el acusativo.
    Espero haberte servido de ayuda y sigue escribiendo que prometes mucho. Te felicito. Un abrazo.Te espero en el 110 si quieres leerme.

    Escrito el 25 febrero 2016 a las 22:31

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.