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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Historias de Támtasia - por Leosinprisa

¡Támtasia ardía!

El horizonte estaba iluminado por un feroz resplandor, la luz que devoraba el cielo en la noche no presagiaba la salida de un nuevo amanecer.

Miré a mis espaldas, a mi compañera y a la pequeña que la acompañaba, una niña risueña que me sonreía sin comprender el drama acontecido en la lejanía.

Test, la archimaga, tenía la mirada vigilante como acostumbraba en su rostro pétreo, que solo cambiaba cuando el deseo de dar rienda suelta a su espíritu intranquilo la dominaba. La niña cogía su mano, ansiando ese contacto humano, grato y resuelto, que había conocido de su protectora. Tala, la niña nacida de la nada, del vacío inescrutable, nuestra niña.

—¿A qué nos enfrentamos, orejuda? —dijo Test sin inmutarse, atenta a ese fuego desconcertante. Siempre me llamaba “orejuda”, un apelativo que nunca dejaba de acompañarme en nuestras conversaciones, ni permitía a nadie más pronunciarlo ante mí. Era el problema de ser una elfa con largas orejas, amante de una humana despiadada a quien consentía sus afrentas.

—Al fin de todas las cosas, morenaza —contesté mirándola con suma atención.

Bufó como un gato colérico. Un gesto característico que no había perdido de acuerdo a su costumbre en negar lo innegable. Habían pasado muchas cosas desde que la conocí, desde que la inconsistente materia del cosmos había decidido, y nunca había averiguado si por placer o malicia, juntarnos.

—Que vengan. Los estaré esperando, haré que lamenten cruzarse en mi camino —comentó la maga segura de sus capacidades.

—No es tan sencillo, morenaza —le repliqué. Mi querida humana era demasiado confiada en sus pretensiones.

—Que vengan. Les enseñaremos que los habitantes de Támtasia no somos unos corderos. ¿Querrías dejar de llamarme “morenaza”? —me señaló con sus ojos oscuros, hermosos como un amanecer en tinieblas, amenazantes e implacables.

—Claro, morenaza —hablé, satisfecha de que eso aún la molestaría más, no estaba dispuesta a renunciar a esa pequeña venganza.

Tuve que aguantar su dura mirada conteniéndose un momento eterno, luego volvió a dirigirla al horizonte.

—Que vengan —sus palabras sonaron con la paz de un mar sereno. Aquello me inquietó cuando dio la vuelta y se dirigió a su tienda en el campamento base, sin soltar en ningún momento la mano de Tala.

Dalabor se acercó hasta mí. La acompañaban Lestehar y Leymora, con las cuales conformaba el más poderoso trio de magas élficas de todos los tiempos.

—¿Qué piensa hacer? —la majestuosa elfa se puso a mi altura, hasta ese instante había mantenido una discreta distancia con la archimaga. No sabía si por respeto o temor, desde un tiempo a esta parte, todo en mi eran dudas.

—Os convoca a todos —mentí—, desde el más grande al más humilde de los poderes, solo tenéis que hacer correr la voz —eso incluía a la orca Seda y sus seguidoras del Fuego Verde; a las magas del mar, las sirenas llamadas Galernas; a todos los magos humanos, élficos y de cuantas razas allí se encontraban. También afectaría a las gemelas esteñas, Ena y Regal, aunque odiasen a una imperial como Test, nunca desoirían esa llamada general, un requerimiento en que la maga no se había pronunciado. Támtasia, toda Támtasia, estaba en grave peligro.

—Entonces nuestro momento ha llegado, por fin —dijo con cierta intranquilidad Dalabor—. ¿Existe alguna esperanza?

—Por supuesto. Con Test a la cabeza, ¿qué puede fallar? —mentí de nuevo. Una mentira más que me dolía en lo más profundo de mí ser pronunciar. La noble Hurtadillas, a quien muchos llamaban y honraban con el sobrenombre de “La Dama Verde”, era una embustera compulsiva.

No tenía otro remedio, sino seguir mintiendo. No podía decirles la verdad de cuanto les rodeaba y del aciago fin hacía el cual nos dirigíamos. Era una cobarde y solo Test conocía de la amarga realidad, de esa cobardía que sostendría mi mentira con similar fuerza.

Proseguiríamos con nuestra mascarada, ya no importaba más que contemplar un nuevo día. Otro día juntas, soportándonos en esa mutua coexistencia que nadie comprendía cómo seguía manteniéndose.

Me quedé sola en el muro de proporciones colosales que había creado por mi voluntad. La única salvaguarda que nos protegía en ese momento de la auténtica oscuridad, de la locura que al otro lado esperaba atraparnos, de destruir la obra en la cual había empeñado mi existencia.

Toda historia debía tener su fin y cuanto amaba iba a desaparecer, una irreversible tragedia que tendría su efecto en pocas horas.

¿Pero estaba dispuesta a consentirlo?

—No —salió de mi más oculto interior.

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10 comentarios

  1. 1. Dianet dice:

    Hola Leosinprisa

    Desde el principio hasta el final es un buen capítulo para un buen libro. Te engancha y te da ganas de saber que ocurrirá. Curioso los nombres de los personajes, no se si son inventados o lo has sacado de algún sitio, pero son perfectos para cada uno de ellos. A mi me encanta leer donde aya historias de duendes, elfos, hadas, seres mágicos y míticos. Enhorabuena, un saludos.

    Escrito el 18 febrero 2016 a las 15:25
  2. Bien contada la historia, a pesar de que a mi no es un género que me guste creo que recreas muy bien un universo de ciencia ficción. Original manera de contarlo
    Me han parecido muy bien intercalados los diálogos con las descripciones creando una historia interesante y entretenida. Dejas abierto el final para conseguir enganchar al lector, quieres saber qué es lo que va a pasar y eso es parte del reto que se tenía que conseguir. Felicidades.

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 21:54
  3. 3. Carolina dice:

    La verdad que este genero no es mi favorito, pero me ha gustado mucho como cuentas la historia, muy dinámica al hacer hablar a cada personaje y, a mi parecer, tiene un tono poético en algunas frases. Engancha mucho al lector y deja un final abierto!
    Muy bueno!

    Escrito el 19 febrero 2016 a las 22:48
  4. 4. Wolfdux dice:

    Hola Leosinprisa, paso a comentarte un par de cosillas.

    En la frase: “La niña cogía su mano, ansiando ese contacto humano, grato y resuelto, que había conocido de su protectora. Tala, la niña nacida de la nada, del vacío inescrutable, nuestra niña.” hay un abuso de la palabra “niña”, habría que buscar un sinónimo para evitar la repetición. En algunos diálogos no escribes la mayúscula tras la raya de inciso. Si no hay un verbo de habla hay que escribirla, te coloco los que habría que revisar: “—Que vengan. Les enseñaremos que los habitantes de Támtasia no somos unos corderos. ¿Querrías dejar de llamarme “morenaza”? —me señaló con sus ojos oscuros, hermosos como un amanecer en tinieblas, amenazantes e implacables.”, “—Que vengan —sus palabras sonaron con la paz de un mar sereno.”, “—¿Qué piensa hacer? —la majestuosa elfa se puso a mi altura, hasta ese instante había mantenido una discreta distancia con la archimaga.” y “—Os convoca a todos —mentí—, desde el más grande al más humilde de los poderes, solo tenéis que hacer correr la voz —eso incluía a la orca Seda y sus seguidoras del Fuego Verde; a las magas del mar, las sirenas llamadas Galernas…”

    Me parece que hay demasiada información, para ser el primer capítulo deberías de haberte centrado, quizás, en el trío inicial: elfa, maga y niña. Si bien es cierto que sitúas bien al lector creo que lo sobrecargas con información que se podría ir dando a medida que la novela avanza.

    Pero aun así, el relato me ha gustado y la historia promete. Felicidades.

    Escrito el 22 febrero 2016 a las 10:58
  5. 5. Leosinprisa dice:

    Hola Wolfdux,

    Tienes razón con lo de “niña”, debería de haber puesto “pequeña”, para evitar repetirla.

    En cuanto a las mayúsculas de los guiones largos, tambien tienes razón, pero no me acostumbró a ponerlas, se me olvida que eso es así. !Vaya cabeza la mía! Gracias por recordarmelo, a ver si la próxima vez lo hago bien.

    Sobre la información, en ese caso estoy en desacuerdo. Apenas he tocado una muy, muy pequeña parte de lo que es ese mundo y sus habitantes. Tan solo es una descripción, muy breve por las 750 palabras, de algo inmenso. Un esbozo muy corto, que solo introduce a unos pocos personajes.

    No obstante, muchas gracias por tus puntualizaciones. Aquí estamos para escuchar y aprender. Un saludo.

    Escrito el 22 febrero 2016 a las 11:13
  6. 6. Leosinprisa dice:

    Y al resto, Dianet, Conxita y Carolina, me alegra que os haya gustado.

    Un saludo.

    Escrito el 22 febrero 2016 a las 11:14
  7. 7. Conchi dice:

    Hola Leosimprisa: Estoy de acuerdo con todos los comentarios hasta ahora obtenidos. Ami tampoco me gusta este genero, me siento extraña con él. Pero es cuestión de gustos, lo que importa es la forma de presentarlo. Bueno yo te comentaré algo que no te han comentado.

    los verbos dicendi son los verbos relacionados
    con el habla y con la forma en la que el personaje está expresando el diálogo. Es decir, verbos como dijo, exclamó, preguntó, comentó, inquirió, expresó, protestó, pidió… Cuando el verbo principal del inciso del narrador es uno de ellos, la frase del inciso va en minúscula.

    —¿Qué es eso? —preguntó Juan.
    —Un libro —dijo Pedro mientras se levantaba.
    —Déjame verlo —le pidió.

    El problema nos lo encontramos cuando el comentario del narrador lleva un verbo que no entra en la categoría de verbos dicendi. En ese caso, la frase va en mayúscula pero, además, hay que cerrar la intervención del personaje en el diálogo con un punto. Veamos el ejemplo para que quede más claro:

    —Déjame verlo. —Abrió la caja.
    —Déjame verlo. —Abrió la caja—. No lo romperé.
    —¿Puedo verlo? —Abrió la caja—. No lo romperé.

    Ahora fíjate en este párrafo de tu escrito:
    —Claro, morenaza —hablé, satisfecha de que eso aún la molestaría más, no estaba dispuesta a renunciar a esa pequeña venganza.
    —¿Qué piensa hacer? —la majestuosa elfa se puso a mi altura, hasta ese instante había mantenido una discreta distancia con la archimaga. No sabía si por respeto o temor, desde un tiempo a esta parte, todo en mi eran dudas.

    —Os convoca a todos —mentí—, desde el más grande al más humilde de los poderes, solo tenéis que hacer correr la voz —eso incluía a la orca Seda y sus seguidoras del Fuego Verde; a las magas del mar, las sirenas llamadas Galernas; a todos los magos humanos, élficos y de cuantas razas allí se encontraban.

    Felicidades, eres capaz de escribir cosas que yo no soy. Es muy bueno.

    Escrito el 23 febrero 2016 a las 09:40
  8. 8. Leosinprisa dice:

    Hola Conchi,

    antes de nada darte las gracias. En realidad era una norma que desconocía y Wolfdux ya me había advertido sobre ella, pero reconozco me cuesta ponerla en práctica. Soy muy despistado, y aunque sé que tengo que hacerlo, luego me olvidó 🙂

    Gracias por tu ayuda de nuevo, me va a ser muy util.

    Un saludo.

    Escrito el 23 febrero 2016 a las 11:10
  9. 9. KMarce dice:

    Leosinprisa:
    Muchas gracias por pasar y comentar mi primer capítulo.
    Y me he topado con las aventuras de la archimaga, la elfa y la niña. Y pienso que le tienes un enorme cariño a estos persojes y a quienes les has invertido mucho tiempo.
    Concuerdo con las anotaciones que te han hecho y estaba pensado escribirte lo que ya hizo Conchi, así que puedo decir otras cosas.
    Un consejo, cuando hagas la introducción narrativa concentrate en lo que hace el interlocutor, todo lo que sea fuera del personaje, es mejor darle punto y aparte y colocarlo en la narrativa. Lo has hecho dos veces en los párrafos que inician:

    ——Os convoca a todos —mentí—, desde el más grande al más humilde de los poderes, solo tenéis que hacer correr la voz.
    *Lo que sigue es preferible separar de este párrafo.

    —Por supuesto, con Test a la cabeza,¿qué puede fallar? —mentí de nuevo. Una mentira más que me dolía en lo más profundo de mí ser pronunciar.
    *Lo que resta dale su propio espacio porque hablas de otras personas fuera de ese pensamiento.

    La fantasia no es un género fácil, y el número de palabras del taller no dan el espacio ni para una instroducción decente, porque son mundos complejos, con muchos seres fantásticos, costumbres y dramas que necesitan desarrollarse con calma para que no sean un atropello de quien lee.
    Te animo a que pulas esta historia, porque creo que de verdad te gusta mucho y se nota que tienes un mundo de posibilidades para hacerla lucir.
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 25 febrero 2016 a las 05:05
  10. 10. Robert W. Peterson dice:

    ¡Hola!

    Me ha gustado el relato. No suelo leer mucha fantasía, pero cuando lo hago, siempre me deja un buen sabor de boca.

    Los fallos o aspectos que creo podrían mejorarse en el relato son los siguientes:

    1. Los errorcillos de los diálogos que ya te han comentado los compañeros. Por otra parte, a mi parecer, hay un exceso de incisos y algunos de ellos son muy largos e ineficaces. Podemos sobreentender la mayoría de lo que luego puntualizas en los incisos por las palabras del propio personaje (ahí te aplaudo) , pero después el ritmo se ralentiza muchísimo por esto que te comento. Trataría de buscar el equilibrio.

    2. Me parece que hay un exceso de adjetivos en algunas partes y algunas redundancias y repeticiones, como la niña sonriente que sonríe etc.

    3. En el texto, la relación personal que mantienen los dos personajes y sus rifirrafes llama demasiado la atención del lector, dejando en un segundo plano lo que está sucediendo en Támtasia. No es un error, y no sé si era lo que pretendías, solo lo digo para que lo tengas en cuenta.

    4. No me acaba de gustar lo de “morenaza”, pensaría en un apodo más elaborado.

    Con todo, me gustó lo que he leído y considero que hiciste un buen trabajo.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 3 marzo 2016 a las 15:51

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